-Kaoru... Creo que he roto aguas...
El siempre pragmático Kaoru se puso en marcha enseguida.
-¿Lo tienes todo a punto?
-Sí... Creo que no tardarán mucho en llegar...
-Voy a por el coche. Vamos directo al hospital. Llamaré al doctor Kusama. -Pero el doctor no contestaba al teléfono... Se fueron igual.
El trayecto en coche desde su casa al hospital no era muy largo, pero ese día estaban ambos nerviosos. Kaoru conducía intentando respetar el límite de velocidad y mantener la calma, pero era difícil. Sus hijos venían en camino... Y parecía que no de manera tan "controlada" como pensaban.
Y Ryuichiro.. Pues estaba muerto de miedo. Vamos, como cualquier madre primeriza. Después de romper la fuente, las contracciones eran cada vez más frecuentes... Y se olvidó de todo. De los consejos de su madre, de Kaoru, del doctor Kusama, de todo lo que había aprendido en las clases de preparación al parto...
Simplemente existían él y sus hijos. Las contracciones se aceleraron en poco tiempo, y pronto sintió la necesidad de empujar.
Ya podía ir olvidándose de la cesárea programada.
Llegaron a la consulta, donde les atendió una mujer.
-Los Asahina, ¿verdad? -Señalando a Ryuichiro. -¿La madre?
-Sí... -Ryu respiraba con dificultad.
-Soy la doctora Akikawa y lo atenderé hoy. Lo siento, pero el doctor Kusama llamó, su hijo está enfermo... No tema, tengo todo su historial médico. -Sonrió para darle ánimos al pobre Ryu. -Veo que tiene contracciones, ¿cada cuánto son?
-Más o menos cada 10 minutos...
-¿Y tenía una cesárea programada para mañana?
-Sí...
-Bueno... Recuéstese en esta camilla, le voy a poner el monitor y comprobaré el estado del canal de parto...
Ryu se quitó la ropa, y se quedó únicamente con la bata de hospital. Se recostó boca arriba en la camilla y le pusieron una especie de correas en el abultado vientre... Ese aparato servía para monitorear el latido del corazón de los bebés y determinar si había sufrimiento fetal.
La doctora miró unos momentos. Comprobó el estado del canal de parto de Ryu, y consultaba en voz baja con la enfermera, y al final, con semblante nervioso, se dirigió a Ryu.
-El parto ya ha empezado. Usted ha dilatado mucho en poco tiempo, unos 8 cm. Le programaron una cesárea porque es lo que dicta el protocolo... Pero en este caso, hay que intentar el parto natural. En caso de complicaciones, se realizaría una cesárea de urgencia. ¡Venga, a la sala de partos!
No hubo tiempo de ponerle la anestesia epidural, la cosa iba muy rápido y podría haber contraindicaciones. Ryuichiro seguía dilatando y pronto empezó a tener ganas de empujar. En caso de parto natural, se permitía que la persona que daba a luz tuviese a alguien al lado, pareja, familiares, amigos... Y cómo no, al lado de Ryu estaba Kaoru, como toda la vida.
La doctora Akikawa llegó con un par de matronas y se dispuso a ver el estado del canal de parto.
-9 centímetros... Esto va muy rápido. Debemos empezar ya. Isaka-san... ¿Recuerda las técnicas de respiración de las clases pre parto? -Apenas le dio tiempo de asentir al pobre Ryu, pálido, tembloroso y asiendo con fuerza la mano de Kaoru. -Pues debe respirar hondo, y cuando yo se lo diga... ¡Empuje!
Ryu empujó con todas sus fuerzas, pero sintió un dolor indescriptible que lo hizo recular. Por suerte estaba la enérgica doctora Akikawa, y Kaoru, que le daba ánimos hablándole suavemente...
-Venga Ryu, has aguantado todos estos meses, esto es simplemente la recta final... Unos cuantos empujones y tendremos a nuestros pequeñitos...
-Respire hondo...
-Estoy orgulloso de ti...
-¡Empuje!
-Y nuestros niños también lo estarán...
-Respire hondo...
-Te queremos...
-¡Empuje con todas sus fuerzas! ¡Ya sale la cabeza del primero!
Un empujón más. Una cabeza. Llanto. La doctora examinó al primer bebé superficialmente y se lo dio a Ryu...
-Un niño... 49 cm, 2,700 kg.
-Éste es Hikaru... Ahora... Un último esfuerzo...
-Nuestra niña...
La salida de la niña fue más fácil, llegó siete minutos después que su hermano.
-Una niña, 48 cm, 2,585 kg.
-Kishi... -Ryu tenía los dos bebés encima de él, en aquel hospital ya no se llevaba a los bebés al "nido", salvo complicaciones graves de la madre. Se apostaba por el "piel con piel", con la madre o en su defecto con el padre o con otro familiar.
Ryu estaba cansado pero feliz, con los dos bebés en su pecho y Kaoru sujetando sus hombros... No podía hacer más ya que Ryu continuaba semi tendido en la camilla. Mientras tanto, las matronas animaron a Ryu a ponerse a sus bebés al pecho. Empezó con Hikaru, mientras apuntaban los datos de los bebés y Kaoru sostenía a Kishi, que apenas lloró al nacer.
Asahina Hikaru, M, 4 octubre 2018, 9,05 de la mañana. 49 cm, 2,700 kg.
Asahina Kishi, F, 4 octubre 2018, 9,12 de la mañana. 48 cm, 2,585 kg.
Después de mamar por primera vez, los bebés se quedaron dormidos sobre el pecho de Ryu, éste se encontraba bien así que en pocos instantes se preparó lo necesario para subirlo a una habitación.
Salió de la sala de partos aún en su camilla, con los bebés dormidos y Kaoru sonriendo ampliamente... Incluso se le caía alguna lágrima.
En la sala de espera ua se encontraban los cuatro abuelos, que se levantaron enseguida de sus asientos al ver a Ryu con sus bebés y a Kaoru llorando de la felicidad.
-¡Enhorabuena, chicos! Me alegro de que haya salido todo bien. -Decía el señor Isaka. El señor Asahina abrazó a su emocionado hijo.
-Kaoru, hijo, nunca te había visto tan emocionado...
-Es que... ¡Son mis bebés... Y los de Ryu, papá! -Kaoru se abrazó a su padre sin poder evitar el llanto.
Trasladaron a Ryu a la habitación 311, las abuelas, curiosas, ya empezaban a preguntarse entre ellas a quién se parecían los bebés.
-El más grande es el niño, Hikaru. La más pequeña es Kishi, nació unos minutos después... Pues parecen rubitos...
-Kaoru también tenía el pelo claro cuando nació. Con la edad se le volvió castaño claro, pero eso pasa mucho.
-Me gustaría saber de qué color serán sus ojitos... Pero son muy pequeños aún.
-Tenemos tiempo para saberlo.
Todo el tiempo del mundo. Una nueva aventura comenzaba. En los dos días que la nueva familia permanecería en el hospital aprenderían lo básico para cuidar a un recién nacido... O dos.
A lo largo de la mañana, un par de enfermeras se presentaron para bañar a los bebés. Ryu las hubiese acompañado, ya que se permitía, pero aún no podía levantarse de la cama... Así que fue Kaoru en su lugar. Al fin y al cabo era el padre. Ryu aprovechó para descansar un poco. Con gemelos, e intentando darles de mamar, toda ocasión para descansar era poca.
Y así pasaron los dos primeros días... Y noches. Los pequeños eran tranquilos, pero cuando tenían hambre, no había dios que los calmara. Pero Ryu estaba en casa, y los primeros días Kaoru también, además de tener a los abuelos cerca.
Y Ryu ya había pensado en algo. Al fin y al cabo, sólo vería crecer a sus hijos una vez en la vida, y era su propio jefe. Cuando se le terminara la baja maternal, no volvería a Marukawa. Al menos, no al uso. Hoy en día, en trabajos como el de Ryu es indispensable tener un ordenador y una buena conexión a Internet... Y sólo hacía falta pasarse por la empresa para firmar contratos y otros asuntos, pero para nada todos los días durante más de 8 horas.
Durante el primer año, por lo menos, trabajaría desde casa. Y daría facilidades a las embarazadas y embarazados de Marukawa para que pudieran hacer lo mismo si lo deseaban.
Y otra cosa más... Con el matrimonio, Kaoru era tan dueño de Marukawa como el mismo Ryu.
La vida como madre de gemelos sería dura. Los bebés necesitan atención continua, y eso privaría a la pareja de bastantes horas de sueño, de intimidad... Pero a lo largo los buenos momentos compensarían a los malos. La primera sonrisa, el primer "papá", "mamá", los primeros pasos...
Criar a dos hijos es una gran aventura. Y acababa de comenzar...
FIN