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Me siento raro... por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

Extra de esta historia, con motivo del cumpleaños de Isaka Ryuichiro y Asahina Kaoru el 28 de enero. 

Tokyo, 28 de enero de 2024

Un día especial en la residencia Asahina-Isaka, en concreto el cumpleaños de ambos padres. Ryu cumplía 38 años, y su marido Kaoru llegaba a la respetable edad de 40.

Ambos eran felices papás de un par de gemelos, Hikaru y Kishi, niño y niña, una mezcla perfecta de ambos padres. Tenían el cabello de un tono castaño claro, muy parecido al de Kaoru cuando era joven, y unos bonitos ojos azul rey, como los de Ryu. En cuanto a carácter, Hikaru era igual que Ryu de joven, explosivo pero inocente y de buenos sentimientos. En cambio Kishi tenía un carácter más retraído y era menos expresiva, aunque sin llegar a serlo tanto como papá Kaoru. Habían cumplido cinco años hacía pocos meses, y eran unos niños muy listos que en alguna ocasión habían puesto en aprietos a sus padres.

Como pareja, Ryu y Kaoru apenas habían cambiado. Ahora eran ambos los dueños y señores de Marukawa, y se combinaban el trabajo para poder hacerlo desde casa y así no perderse ni un segundo de la infancia de sus pequeños milagros. Eso fue bueno ya que la política de conciliación familiar instaurada por ese matrimonio situó a la editorial en el primer lugar del top de las 10 mejores empresas de Japón.

Pero volviendo al tema, Kaoru nunca había sido muy amante de las fiestas de cumpleaños, aunque las soportaba poniendo su mejor cara por Ryu, que siempre estaba a punto para una celebración.

Pero ese año el gran homenajeado sería él, Asahina Kaoru.

-Kaoru, cuarenta añazos no se cumplen todos los días, ¡esto hay que celebrarlo! Vamos a preparar una pequeña fiesta y van a venir nuestros amigos más cercanos... 
-Ryu, también es tu cumpleaños ese día... ¿No podríamos...? 
-Dentro de dos años, cuando yo llegue a los cuarenta, ya lo celebraremos por todo lo alto. Este año serás tú el rey de la fiesta.

Qué se le va a hacer. Tendré que hacerle caso. A pesar de los años, Kaoru seguía siendo incapaz de negarle nada a su amado. Tampoco a los dos pequeñitos que tenía a sus pies, pidiendo atención.

-¿Habrá una fiesta, papá? 
-Sí, cariño, la haremos aquí en casa. 
-¿Cuándo? 
-Será el próximo sábado. Ahora vamos a la cama, hoy os voy a contar un cuento...

***

El sábado amaneció un poco nublado y bastante frío, normal al estar en pleno invierno, pero no suponía ningún problema. Mientras ultimaban todos los preparativos de la fiesta, los abuelos Isaka se encargaron de los niños, los llevaron a comer y dormir la siesta a su casa y a media tarde acudirían a la celebración. La mañana pasó rápido y pronto se hicieron las 17,00 de la tarde, hora en que los familiares y amigos más cercanos llegarían.

Los primeros fueron los abuelos Isaka, un poco cansados después de tener todo el día a dos pequeñajos incansables, y poco después llegaron los abuelos Asahina dispuestos a darles el relevo. Unos minutos después llegó un imponente deportivo rojo, de él se bajó Usami Akihiko, tan imponente como siempre, seguido por un Misaki que mostraba una incipiente barriguita de embarazado.

-Buenas tardes. Felicidades a los dos, espero que hayan pasado un buen día... 
-Felicidades a los dos, pero en especial a ti, Kaoru. Cuarenta años, y aguantando a éste... -Akihiko señaló a Ryu, que estaba con Misaki. 
-¡Cómo eres, Akihiko! Chibi-tan, entra y ponte cómodo, ¿cómo lo llevas? 
-De momento bien, aún no tengo demasiadas molestias...

El timbre se oyó de nuevo. Esta vez era Kisa Shouta, muy buen amigo de Isaka, acompañado de su pareja Yukina. Estos dos no pensaban tener hijos, Kisa ya tenía unos 35 años y su salud no era la mejor para concebir, y Yukina se había convertido en un artista de cierto renombre y viajaba bastante. De todas maneras habían adoptado a Hikaru y Kishi como sus sobrinos, y Yukina disfrutaba jugando con ellos.

Y respecto a Kisa, hacía un año que editaba personalmente las novelas de Junai Romantica, escritas por Usami Akihiko bajo seudónimo. Gracias a su amistad con Isaka pudo conocerlo y hablar con él, y su oportunidad llegó con el matrimonio y retirada de Aikawa. Kisa y Usami se complementaban a la perfección, ya que el pequeño conocía todo lo que el escritor describía en sus obras, y era muy capaz de darle nuevas ideas. Es más, había convertido a Akihiko en un hombre cumplidor de los plazos de entrega, y Misaki estaba encantado con ello, como también lo estaba de tener otro amigo de su edad, Yukina Kou. En definitiva, tres parejas unidas por la vibrante personalidad de Isaka Ryuichiro... Sin olvidar a Asahina.

-Felicidades, Kaoru. Mis buenos deseos para este año... 
-¡Felicidades, Kaoru! ¿En serio cumples cuarenta? Me gustaría estar así de bien cuando los cumpla. 
-A ti te falta mucho, y seguro que seguirás brillando como ahora... Venga, vamos a sentarnos con Misaki.

Isaka y Asahina echaron en falta la presencia de alguien. Aunque hacía un par de años que Onodera Ritsu había tomado el control de su propia editorial (y se había llevado a Takano con él), también se habían hecho amigos y Ritsu se fijaba muchísimo en  Isaka a la hora de llevar las riendas de su empresa.

-El nanahikari está tardando mucho, ¿qué estará haciendo? 
-No vendrán. -Misaki habló. -Como sabéis, su embarazo es de alto riesgo y en su última revisión le dijeron que debía guardar reposo absoluto. -Ritsu no había tenido tanta suerte con su embarazo como Ryu o Misaki. -Pero dice que os van a llamar en un momento. 
-Vale. -Nada más acabar de hablar, el teléfono fijo sonó, seguro que eran ellos. Ryu atendió, y después de una breve conversación se dirigió a la pequeña multitud que había en el salón de su casa. 
-Y ahora, ¡que empiece la fiesta!

El salón estaba decorado con globos y parecía más bien un cumpleaños infantil, de no ser por el enorme número 40 que había en el centro de la sala. En la mesa había varios entrantes y bebidas, con alcohol y sin alcohol.

Los críos corrían por el salón, a veces jugando entre ellos y otras veces con sus papás, tíos y abuelos, hasta que en una de esas ocasiones llegaron hasta donde se encontraban Kisa y Usami-sensei hablando del libro que este último estaba escribiendo actualmente.

-Y entonces, he pensado que el seme hiciera esto, aquello y lo otro... 
-Está bien, pero el uke debería tomar también la iniciativa... 
-¿Y si los convertimos en sukes?

Esa conversación pronto fue interrumpida por dos vocecitas infantiles.

-Tío Usagi, ¿qué es un seme? -Preguntó Hikaru. 
-Tío Kisa, ¿qué es un uke? -Preguntó Kishi.

Usagi y Kisa, que no tenían vergüenza de nada y sólo querían ver el mundo arder, empezaron a explicarse.

-Un seme es el que toma el papel de activo. En otras palabras, es el que da. Un ejemplo es tu papá.
-Un uke es, por el contrario, quien toma el papel de pasivo, el que recibe. Un ejemplo es tu mamá.

Hikaru y Kishi se miraron durante unos instantes, y luego, muy convencidos, preguntaron al unísono:
-Y entonces, ¿qué es un suke?

-Un suke es el que puede ser tanto activo como pasivo. Es decir, que Le da igual dar que recibir. Un ejemplo es vuestro tío Takano...

-¡¡¡AKIHIKO!!! ¡¿Qué rayos les estás explicando a mis pequeños?! -Ryu oyó la última parte de la conversación y había aparecido delante de Akihiko y Shouta, con un aura oscura envolviéndolo. -¡Y tú, Shouta, no lo apoyes!

-Ellos me preguntaron y yo respondí.
-Pues ve con cuidado con lo que respondes. Porque si llegas a perturbar a mis hijos, vas a quedar vetado de todas las editoriales y tu fama se irá a la mierda. Lo mismo digo para ti, Shouta.

Kaoru había visto la escena desde lejos, y se aproximó a su pareja para ver lo que estaba ocurriendo.
-¿Ocurre algo?
-Kaoru, este par de... De... Pervertidos... ¡Quieren destruir la inocencia de nuestros hijos! -Kaoru iba a a decir algo, pero sus hijos lo interrumpieron. 
-Papá, ¿qué es un pervertido? 
-Sois demasiado pequeños para saberlo. Ahora, id a buscar a los abuelos mientras hablo con estos señores.

Kaoru enfrentó a Kisa y Usami y les habló con voz fría. 
-No os invito a mi casa para que perturbéis a mis hijos. Tenedlo en cuenta si no queréis consecuencias. -Esta sencilla advertencia dejó helados a Kisa y Usami, que durante el resto de la velada sólo se dedicaron a hablar del tiempo.

El resto de la fiesta transcurrió en relativa armonía. Cuando se hizo hora de marcharse, los abuelos Asahina recogieron a los pequeños, sus papás querían una noche de intimidad.

-Ryu... Éste será el primero de muchos momentos, debemos mentalizarnos. 
-¡Pero sólo tienen cinco años! Es muy pronto... Y además mis pequeños van a pensar: mi mamá es un uke... 
-Sí lo eres, amor, y bien que te gusta... -Kaoru envolvió a Ryu en un abrazo y se fueron a su habitación, dispuestos a terminar bien el día.

***

Unos días después, a Kaoru le tocó acostar a sus hijos y leerles el cuento de turno, ahí el espabilado Hikaru preguntó: 
-Papá, el tío Usagi dijo que tú eres un seme, y el tío Kisa que mamá es un uke, pero no entendimos el significado, ¿nos lo explicas? 
-¡Sí, por favor, papá! 
-Bueno... El seme generalmente da las órdenes, y el uke obedece. 
-¡Entonces es como un trabajo! 
-¿El jefe manda y el trabajador obedece? 
-Cuando seáis mayores lo vais a entender. Ahora, a dormir.

FIN

Notas finales:

Y con esto termina oficialmente esta historia. 


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