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Cómo las estrellas. por minnie21

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Notas del fanfic:

Muchas gracias por darle la oportunidad.

Notas del capitulo:

Gracias por leer espero lo disfrutes ^^

 

 

Es que hoy estoy cansada  Es que hoy me siento débil
¿Dónde puedo encontrar Fuerzas para lo que viene?
Y tus brazos me recogen en silencio, me envuelven
Son como mi gravedad
Lo que dolía ya no duele
        —CamilaGallardo.

 

[…]

 

La luz del cuarto fue cegadora en cuanto abrió sus ojos. La confusión estaba ahí, y tal vez como la típica escena de alguna novela o película hizo las mismas preguntas clichés.

 

— ¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó?

 

Nadie respondió, estaba solo en esa habitación blanca, las máquinas que llevaban el control de su pulso emitían aquel sonido típico de una habitación de hospital.

 

Mentiría si no admitiera que sintió un nudo en su estómago, después unas fuertes ganas de vomitar lo hicieron doblarse en su estómago para solo darse cuenta de que el dolor se intensificó aún más, cuando la herida en su estómago se abrió ante el esfuerzo por doblarse.

 

El sonido de su pulso se aceleró, todo dolía y su cabeza punza, pero la pregunta no se iba de su cabeza.

 

¿Dónde estaba Yixing?

 

Los médicos corrieron a la habitación del chico en cuanto una enfermera avisó de que el paciente de la habitación 245 había despertado y estaba en crisis.

 

El labor de los médicos se facilitó cuando el sedante fue haciendo su efecto y el chico cayó dormido.

 

—Una doble saturación, costillas rotas, pero todo lo demás está bien— Informó el médico a sus padres. Quienes vestían de negro mientras miraban al joven tendido en la cama con gran pena en sus ojos.

 

[…]

 

Han, yo sé bien que no soy el chico perfecto, que tengo mis defectos y te he hecho pasar muchos malos ratos, tal vez soy la persona más testaruda del mundo, siempre quiero tener la razón, muchas veces he sido celoso a morir y por cosas insignificantes y muchas cosas más que tú sabes de mí pero… —El chico tomó una gran bocanada de aire para tomar el valor de preguntar aquello. Los nervios estaban ahí, estaba tan asustado a pesar del tiempo que llevaban saliendo juntos, a pesar de la confianza que se tenían mutuamente, a pesar de las incontables veces que se dijeron un "te amo", a pesar de todo, aún tenía demasiado miedo a que el chico le dijera un "no" en vez de un "sí" que le haría el hombre más feliz sobre la tierra. Intentando controlarse para no entrar en una crisis nerviosa tomó firme las manos suaves de su ángel mirándole directamente a los ojos—. Pero... aún así sabes que te amo más que a mi propia vida, que eres el dueño único y verdadero de mi corazón, por eso hoy mismo quiero, quiero pedirte que te cases conmigo — le dijo finalmente mostrándole un pequeño anillo dentro de una cajita de terciopelo con forma de estrella.

 

Los ojos del adverso se abrieron en demasía, tan redondos como sus ojos rasgados se lo permitieron, inclusive sus mejillas se tiñeron de un fuerte y vivo color rojo. La respuesta no llegaba y eso no ayudaba mucho a los nervios del mayor de los dos.

 

—Y-yixing...— Susurró bajito, no sabía qué responder, o mejor dicho, como hacerlo—. Yo... yo...

 

— ¿Quieres casarte conmigo, LuHan?— insistió sintiendo que las manos le temblaban en demasía. LuHan no estaba respondiendo y estaba pensando en que tal vez el chico no quería casarse con él.

 

—S-si... si quiero Yixing. ¡Dios! Esto no era algo que me esperara —dijo antes de abrazarlo con fuerza y llenar el rostro de su novio con muchos besos pequeños y cortos pero llenos de todo el amor que sentía por él —Te amo tanto, tanto— le dijo y besó sus labios.

 

El beso duró lo suficiente para que ellos supieran cuánto se amaban en ese instante. 
Cuando se separaron Yixing le colocó el anillo a LuHan y volvió a besarlo cayendo los dos sobre las mantas de su picnic que habían preparado para festejar su quinto aniversario. Ambos se encontraban acostados en la manta sobre aquel pastizal verde en medio de un amplio prado.

 

—Hoy no hay estrellas, Xinggie —mencionó el menor acomodándose sobre el pecho ajeno mirando hacia el cielo—. Es feo no verlas.

 

—Pero ahí están, Han —le dijo señalando hacia el cielo, pudo ver el puchero que su ahora prometido hizo y sonrió —. Recuerda Han, nosotros somos como las estrellas, aunque a veces no podamos verlas ellas están ahí, igual nosotros, aunque a veces no podamos vernos, ahí estaremos el uno para el otro — Dijo con una sonrisa en sus labios.

 

LuHan miró al cielo por una vez más, luego su anillo y se abrazó más de su chico. Él tenía razón.

 

[…]

 

—Está despierto —pudo escuchar vagamente aquella voz, no era conocida para él. Abrió lentamente sus ojos y observó a las personas en aquel cuarto pequeño. Su madre, hermano mayor y la madre de quien era su prometido. Ellos sonrieron apenas al verlo despertar —. Hola Hijo, ¿cómo te sientes?— preguntó su madre.

 

— ¿Por qué estoy aquí? me duele la cabeza — dijo intentando sentarse, su hermano mayor le ayudó hacerlo. Aún esperaba una respuesta.

 

—Tuviste un accidente Han, de auto — le informó su madre. Eso le explicaba porqué estaba en un hospital y porqué tenía la mayoría de su cuerpo vendado —, te darán de alta hoy mismo, sólo estaban esperando a que despertaras.

 

LuHan se encontraba ahí, sentado en una silla de ruedas mientras salía del hospital acompañado de las tres personas que habían estado con él antes en su habitación.

 

Subir al coche no fue muy complicado porque su hermano había estado ayudándolo en todo momento, fue entonces que aquella pregunta de nuevo llegó a su cabeza exigiendo ser contestada

 

—Mamá Mei —se dirigió a la madre de su prometido — ¿Dónde esta Yixing?— preguntó causando que un silencio abrumador llene el ambiente para después ser roto por el llanto de  la misma mujer.

 

Ver a la madre de su prometido rota en llanto le alarmó ferozmente. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué lloraba así? no se atrevía a preguntar porque su corazón le decía que no quería escuchar la respuesta. No quería saber el porque su mamá Mei, como ella misma le pidió que le llamase meses después de salir con su hijo, lloraba como si le hayan causado el mayor de los males.

 

—Yixing está esperando por ti en casa, cariño — le dijo su madre de forma conciliadora, pero LuHan sabía o presentía que no era cierto lo que ella le decía. Que no estaba ahí su amado esperando por él.

 

Aguantando cada una de las preguntas que ansiaban por salir de su garganta asintió nada más. Apoyó su espalda bien en el respaldo del asiento trasero y cerró sus ojos dejando que el sueño lo llevase por completo.

 

[…]

 

Mira Han, esos chicos son realmente guapos. — le susurraba su mejor amigo; BaekHyun, con las mejillas completamente rojas. LuHan miró hacia donde su amigo señalaba dándose cuenta de aquella persona, quien reía  felizmente con sus amigos dejando ver perfectamente aquel bonito pozo en su mejilla izquierda cautivando por completo al chico. Pero LuHan no dijo nada, solo desvió su mirada completamente rojo cuando el chico del hoyuelo lo encontró mirándole como un bobo.

 

—Vaya... viene, viene para acá —El más bajo casi gritaba de la emoción que LuHan tuvo que cubrirle la boca, aunque con ello casi asfixiara a su mejor amigo, a quien las mejillas se le pusieron moradas.

 

— Qué... Shtt.

 

—Hola, me llamo YiXing —saludó el chico del hoyuelo, como LuHan lo había llamado en sus pensamientos—. Seré directo contigo, eres muy bonito y tus ojos me han gustado, quiero que seas mi novio —le dijo un Yixing muy decidido, LuHan estaba más que sorprendido por semejante osadía.  A sus apenas 14 años no podía creer que un chico se le estuviese declarando de aquella forma tan, poco usual.

 

— Que valor… —susurró bajito y soltó después una risilla nerviosa. LuHan tal vez nunca supo que las piernas le temblaban y sus manos que le señalaban decidido estaban sudando frío porque ese niño frente suyo, no era tan valiente como él pensó.

 

[…]

 

Despertar nuevamente fue como un balde de agua fría cayendo sobre su cuerpo en una noche helada.

 

Ese sentimiento estaba ahí en él, carcomiendo su interior con un hambre feroz. Miedo, un miedo intenso se instaló en su cuerpo cuando vio a muchas personas en la entrada de su casa, estas vestían de color negro y a él ese color no le gustaba en lo más mínimo.

 

—Vamos Han. Yixing te está esperando — le dijo su hermano ayudándolo a salir del coche. Lo sentó en la silla de ruedas porque por sí mismo el chico no podía mantenerse de pie, una pierna rota, las costillas rotas y una herida saturada en su abdomen. Aquel accidente debió ser demasiado fuerte, pensaba porque él no recordaba nada.

 

Temeroso del por qué su novio no había ido por él dejó que su hermano entrara empujando su silla hasta su casa. Mantenía su mirada fija en sus manos, las mismas que se apretaban entre sí sintiendo como estas estaban sudando demasiado en ese instante.

 

Las personas ahí presentes le miraron con... ¿Pena? ¿Por qué le miraban así? se preguntaba mientras su hermano lo llevaba hasta la habitación que en casa ocupaban como el salón de convivios.

 

Todo era silencio hasta que de nuevo escuchó el llanto de su mamá Mei romper en todo el lugar, él ya no entendía nada hasta que miró al frente y pudo comprenderlo todo.

 

Ahí estaba Yixing, esperando por él para que LuHan pudiese despedirse del mismo. Abrió sus labios y sintió que el alma se le escapaba del cuerpo, y tal vez lo hizo porque estaba olvidando como respirar en ese mismo momento.

 

— Mi- mi hijo ya no está con nosotros Han… se fue —dijo entre el llanto la madre de su prometido. LuHan apenas y podía escucharla.

 

—Y-yixing...— susurró apenas LuHan sintiendo sus ojos húmedos y su vista se había nublado por completo. Eso debía ser un mal sueño. Quería despertar. Quería dejar de sentir el dolor  que estaba acuchillando como una daga su corazón — Yixing... ¿dónde estás amor? ¡Yixing!— Llamó una y otra vez mirando a los presentes, buscando entre ellos al mayor.

 

Yixing debía de estar entre ellos, debía salir y decirle que era una completa broma. Se negaba a creer que su chico estaba dentro de Aquella pequeña caja gris que tenía una foto de él sonriente encima al pie de una veladora.

 

—Han, amor... Yixing está ahí, pequeño— su madre se acercó a él con la intención de hacerle ver la realidad, ellos sabían que era lo mejor que podía hacer para el menor.

 

— ¡No! —Gritó, una y otra vez. Las lágrimas habían bajado por completo entre sus mejillas, su llanto llenó todo el lugar mientras se abrazaba el mismo— No... Yixing no, mi amor ¡no!... ¡Yixing amor!— Gritó haciendo que varias personas rompieran en llanto al ver tal escena. La madre del chico ya no presente y su propia madre solo se abrazaron entre sí dejando que el menor se desahogara por completo.

 

[…]

 

Vamos amor — le dijo Yixing tomando su mano al igual que las maletas con su otra mano libre. LuHan asintió besando su mejilla antes de abordar el autobús para volver a casa.

 

Sus pequeñas vacaciones de tres semanas en una población rural habían acabado ese día y tenían que volver a su ciudad para seguir con sus clases e informar a sus padres su decisión de casarse en algunos meses.

 

Subieron al autobús tomando asiento en los lugares del medio. LuHan ocupó el lugar al lado de la ventana mientras Yixing acomodaba las maletas en la repisa sobre sus cabezas. Tomó asiento al lado de su chico y besó sus labios.

 

— ¿Qué haremos después de que nos casemos?— preguntó mientras ellos se tomaban de las manos. Desde que se habían comprometido habían estado hablando de muchas cosas para su futuro. Había muchos planes y sueños próximos que anhelaba poder cumplir con él.

 

— Vamos a tener nuestra luna de miel en un hotel de alguna isla paradisíaca, trabajaremos duro para tener nuestro primer hijo y nos dedicaremos a darnos mucho, mucho amor — dijo Luhan besándolo varias veces en las mejillas—. No sé qué haremos, trabajar supongo cada uno con lo que estudiamos y así poder darles un buen futuro a nuestros futuros hijos —dijo con una sonrisa suave en sus labios, Yixing asintió y besó esos labios color cereza.

 

Disfrutar de los labios de su chico era la cosa más perfecta en el mundo, tener un pedazo de cielo en un mundo terrenal, él así lo veía.

 

Todo había estado siendo miel sobre hojuelas para ellos dos, hasta que el fuerte derrape del camión alarmó a LuHan, quien ante el miedo en su cuerpo se aferró más del cuerpo de su ahora prometido.

 

— Xing, ¿qué pasa?— Preguntó asustado. Yixing tampoco lo sabia.

 

Solo eran vueltas, una tras otra, escuchar los gritos de los pasajeros y como el autobús iba rodando al parecer colina abajo de manera agresiva, los ojos de LuHan pudieron ver como una parte del autobús se desprendía al igual que ellos de los asientos.  Todo fue caos hasta que todo se volvió negro para él. 

 

Tal vez había pasado una hora o minutos, no lo sabía, al abrir sus ojos todo su cuerpo dolía demasiado, su cabeza estaba sangrando y un fuerte dolor en su vientre estaba matándolo prácticamente, cuando pudo darse cuenta de un peso extra reconoció a su novio, quien le miraba con dulzura en sus ojos, unos ojos que se iban apagando lentamente.

 

—Amor... tengo miedo —susurró LuHan con lágrimas en sus ojos. Yixing le susurró y negó con levedad.

 

— Tranquilo... todo esta bi—. Tosió sangre aún lado del cuerpo de LuHan haciendo que el menor se alarme.

 

—Yixing amor... qué, No.— Lloró al ver lo que a su chico le pasaba. Un fierro se había atravesado en el cuerpo de su chico y este había ido a dar a su estómago también apuñalándolo —. Por qué ..

 

—Te amo, Han...— susurró bajito regalándole una sonrisa—. No llores amor, todo está bien... recuerda Han, nosotros somos como las estrellas...

 

—Aunque no podamos vernos estaremos ahí, el uno para el otro —completa LuHan aquella frase que su chico le había dicho cuando se comprometieron, soltando un par de lágrimas más y abrazando a su novio  cuando sus ojos se cerraron y el peso fue aún más sobre el suyo, perdiendo poco después su conciencia.

 

[…]

 

Las lágrimas no cesaban por más que lo intentara. Las personas en su casa se habían ido, solo estaban él y su familia.

 

Sus manos sostenían con fuerza la caja de cenizas de su prometido, lo abrazaba tan fuerte como si deseara hacerse ceniza también y fundirse con él. Los recuerdos de lo que había sucedido vinieron a él como un rayo destrozando todo en su interior. Su corazón estaba roto y su alma había abandonado su cuerpo para salir en busca del mayor.

 

[…]

 

Un mes había pasado prácticamente desde que salió del hospital, la herida de su abdomen había sanado en su mayoría, sus costillas se encontraban mejor y su pierna iba recuperándose.

 

Podía caminar con un par de muletas que le eran de apoyo, por más que su madre intentó hacerle salir de su cuarto no lo consiguió, hacer que LuHan comiera también fue una tarea difícil, ahora estaba por los huesos.

 

Un mes y LuHan sentía el dolor tan vivo en su corazón como si recién estuviera viviendo esa pesadilla. Él quería despertar ya, pero no estaba durmiendo, lo sabía... porque solo cuando dormía podía ver a su chico, pasar un rato con él y ser feliz.

 

Miró nuevamente la caja con cenizas de su chico y tomó su foto, las lágrimas volvieron a caer por sus mejillas y el dolor se intensificó en su corazón

 

—Yixinggie amor... nosotros somos como las estrellas, ¿verdad? Ahora no puedo verte pero estás aquí, ¿verdad?— preguntó a su fotografía intentando sonreír—. Te amo Xinggie..— susurró bajito.

 

[…]

 

— ¿Estás seguro que no quieres que te acompañe?— preguntó su hermano mirando la pierna aun lastimada del menor.

 

—Estoy bien, necesito hacer esto — le dijo. Reuniendo toda su fuerza sonrió para su hermano y para su mamá para así salir de la casa.

 

El camino fue largo y muy cansado, llevaba solo una maleta pequeña, no era ropa ni cosas de uso personal. Cuando por fin llegó sonrió y caminó hasta que pudo sentarse a mitad de aquel prado. Las escenas de él y su prometido corriendo de aquí y allá en aquel lugar vinieron a su mente, su corazón dolió aún más.

 

Sacó aquella caja gris de su bolso y lo colocó frente suyo, sacó la foto de su amado chico de hoyuelo hermoso quedando frente suyo.

 

— No pude decirte que fueron las mejores vacaciones de mi vida —susurró bajito mientras sacaba algunas cosas más de su bolso —. Fui muy feliz desde el momento que nos conocimos. No fueron momentos malos, fueron momentos de aprendizaje entre los dos. Amé cada momento a tu lado, me enseñaste muchas cosas en la vida pero... no te dio tiempo para enseñarme a vivir sin ti… lo siento— susurró bajito tomando un frasco de pastillas que había llevado consigo, tomó la primera pastilla y comenzó a recodar muchas cosas de ellos dos desde su primera cita, tres pastillas más y sus párpados estaban cada vez más pesados al igual que su respiración, el corazón dolía, no sabía si era por sus sentimientos haciendo desastre en él o por la presión de unas pastillas que él no debía consumir.

 

—Nosotros somos como las estrellas, aunque no podamos vernos... — susurró mirando la foto de su chico, sabía que no tardaría mucho en quedarse completamente dormido, no podía haber ninguna falla en su decisión, haciendo acopio de todas sus fuerzas tomó una última pastilla y el dolor en su corazón se hizo más fuerte. Jadeando se acostó sobre el verde pasto, la noche estaba cayendo y el cielo estaba completamente limpio. Sus ojos iban cada vez más pesados, su respiración cada vez era más lenta y el dolor se estaba yendo.

 

Ladea su cabeza, recordando el momento en que estuvo ahí mismo con su prometido y una sonrisa se forma en sus labios al verlo ahí,con él, sonriendo para él.La soledad era algo que le había dado tanto miedo siempre, no quería estar solo en ese momento y no fue así.

 

— Nosotros somos como las estrellas... aunque no podamos vernos, estamos ahí, el uno para el otro, Yixing —susurró bajito al momento que sus ojos de cerraron pudo sentir la cálida mano de su amado acariciar su mejilla.

 

 

 

Notas finales:

Gracias por haber leído, ojalá te haya gustado ^^


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