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LIBERACIÓN (ONE SHOT) por lachicarizos

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Notas del capitulo:

A LEER!!!!

Zelo intentaba no llorar esta vez. No soportaba que le pesaran estas cosas y menos,  unos días antes de su cumpleaños. Ya era la cuarta vez esta semana y solo era jueves. “Solo un día más” susurraba para intentar calmarse, aunque nunca funcionaba. “Solo un día más y será libre por unos días” pensaba. Nadie se había dado cuenta de lo que le pasaba a Zelo, ni su mejor amigo, ni su medio hermano ni nada. Zelo solo quería que terminase y poder irse al instituto para así tener algo de alivio.

Por fin, la pesadilla había terminado, le había vuelto a dejar marcas pero Zelo siempre sabía cómo taparlas para que nadie se diera cuenta. Cogió su mochila y se fue directo al instituto.

Zelo odiaba que le llamaras así, el nombre que le pusieron sus padres era Junhong pero repitieron tanto ese nombre, que ya todos lo llamaron así.

Al llegar a la escuela, su mejor amigo, y único, le estaba esperando en la puerta y le regañó por llegar tarde de nuevo. Zelo solo le sonrió y pasó dentro del recito. Su mejor amigo era mayor que él, pero fueron vecinos durante mucho tiempo, por lo que eran inseparables desde pequeños.

-          Qué raro- dijo Daehyun riéndose de él- tu llevando camiseta larga con 30°

-          Sí- dijo seriamente- Tengo frio. Daehyun no se creyó eso pero pasó de él, ya que sabía que no iba a conseguir nada.

-          Cuando vuelvas celebramos tu cumpleaños y me cuentas que tal tu viaje- le dijo sonriendo y ambos se fueron a sus clases

Al terminar las clases, Zelo no quería volver a su casa, porque sabía que la pesadilla podía continuar, así que, se ofreció voluntario para limpiar el aula.

Al llegar a su casa, ya era muy tarde, por lo que se fue directo a su cuarto para hacer sus deberes. Durante la hora de la cena, su padre aún o había llegado y se tuvo que preparar el solo la cena. No tenía mucha idea, pero no era la primera vez que eso pasaba, por lo que, ya tenía experiencia.

Al día siguiente, por fin era viernes y podía escapar de ese infierno llamado casa por varios días. Por suerte, la semana siguiente había puente y estaría fuera de ese infierno hasta el jueves. Al terminar las cases, se fue corriendo a su casa para preparar su mochila para el fin de semana.

-          Así que, ¿ya te vas? – preguntó su padre entrando repentinamente en su habitación y asustándole.

-          Sí- respondió algo nervioso- Ha llamado mama y me ha dicho que me recogería en 1 hora más o menos.

-          Y no quieres hacer esperar a tu mami, ¿verdad que no? – dijo su padre riéndose.

En ese momento, Zelo no sabía que decir, ya que todas las respuestas que se le pasaban por su cabeza conllevarían a un castigo y quería evitarlo más que nada ahora mismo, por lo tanto, decidió no responder. Por suerte, su padre solo se rio de él y le dejó tranquilo. En ese momento Zelo recibió un mensaje en su móvil y se asustó al ver lo que ponía.

-          ¿Y esa cara?- le preguntó su padre.

-          Pues…- Zelo dudaba si responder o no así que dijo lo primero que se le pasó por la cabeza – Mensaje equivocado- dijo intentando no temblar.

-          Conozco tu cara y sé que es mentira- dijo acercándose a él con una mirada que le hacía temblar- Sabes lo que pasa si me mientes, ¿verdad?

-          Yo- Temía decirle a su padre lo que ponía en él, pero no tenía otra opción- Era un mensaje de mama. Decía que está en un atasco y tardará una media hora más en llegar.

En ese momento, el padre de Zelo empezó a sonreír de una manera muy siniestra y cerrando la única salida que Zelo tenía. Este empezó a temblar y retroceder. Sabía lo que venía ahora  y no podría pararlo.

-          Entonces, tenemos tiempo para despedirnos como es debido. No te veré en varios días, por lo que necesitarás algo para que me recuerdes.- Su padre cada vez estaba más cerca y Zelo solo pudo cerrar los ojos y dejar que todo pasara como siempre.

 

Solo faltaban 5 minutos para que su madre llegara y Zelo estaba intentado tranquilizarse. Esta vez había sido la peor y le dolía mucho, pero no podría dejar que su madre le viera así. Entró en la dura y empezó a mojar su cara y su cabeza para disimular sus ojos rojos.

Al llegar su madre, su padre le abrió la puerta. Sus miradas se cruzaron y no pudieron evitar mirarse con odio mutuamente.

-          Tu hijo ya te está esperando- le dijo el hombre enfadado.

-          También es tu hijo y seguro que ni siquiera te has acordado de que este domingo es su cumpleaños.

-          Pues claro que sí, ya le he dado mi regalo- le dijo riéndose ya que solo él entendía a lo que se refería. Zelo salió del bajo con la cabeza mojada. Su madre se extrañó pero  no le dijo nada.

-          Cariño- le dijo abrazando a Zelo- Recuerda que este domingo es tu cumpleaños y que te espera una fiesta.

-          SI, lo se mamá- dijo Zelo emocionado, hasta que vio la cara de su padre y la emoción desapareció.

Se montaron en el coche y se fueron de ese lugar. Los padres de Zelo se separaron hacía tres años y sus padres tenían la custodia compartida. Estaba con su padre los días de diario y con su madre los fines de semana y fiestas. Zelo  odiaba estar con esa persona llamada “padre” pero su madre se había mudado lejos y no quería dejar a su mejor amigo solo, por lo que decidió quedarse con su padre, algo que lamentó ya tarde.

Tres horas después, llegaron a la casa de su madre, o mejor dicho, de su padrastro. Ya que iba a ser su cumpleaños, decidieron ir a la casa de la playa y así poder celebrarlo a lo grande. Su madre había vuelto a casarse un año después de separarse. A Zelo le agradaba aquel hombre. Era muy amable con él y le traba como si fuera su hijo. Zelo también tenía un hermanastro mayor que él que también le agradaba mucho. Durante los próximos días solo iba pensar en ser feliz y en su cumpleaños.

-          Buenas tardes cielo- dijo el padrastro de Zelo saliendo de aquella casa, o mejor dicho, mansión.

-          Buenas tardes- dijo su madre dándole un pequeño beso en los labios a aquel hombre- siento el retraso pero había mucho tráfico.

-          No te preocupes- dijo aquel hombre sonriéndola- Bueno Zelo- dijo ahora mirando al susodicho- hemos hecho unas cuantas reformas en la casa, ¿quieres verlas?- Zelo empezó a saltar como un niño de 5 años y pasó corriendo a la casa mientras sus dos padres reían.- ¿Qué tal con tu ex?- le preguntó a su mujer.

-          Pues como siempre, ni siquiera sé cómo pude amar a ese hombre- dijo con tono de tristeza mientras su marido la abrazaba.

-          No te preocupes más por eso, en cuanto consigamos que Junhong se mude con nosotros, todo habrá acabado y no tendrás que volver a verle.

-          Sí, eso va a ser lo más difícil- dijo suspirando.

AL entrar en la casa, Zelo pudo observar de que era muy diferente a como la recordaba. Había pasado más de  1 año desde que no iba y se sorprendió al verla de nuevo. Subió corriendo a su habitación y vio sorprendido que había cambiado y ahora era más bonita. En ese momento, el hermanastro de Zelo entró para saludarle.

-          Me alegro de verte- le dijo abrazándole.

-          Yo también Youngjae- le dijo- ¿Qué tal has estado?- Le preguntó. Youngjae era solo su medio hermano pero ambos se llevaban muy bien.

-          Muy bien- le respondió.- Papa y mama me han dicho que nos vamos a ir a la playa y cenaremos fuera, que te prepares para irnos.

-          Mejor me quedo en casa- dijo algo triste. La idea de ir a la playa no le gustaba. No podía dejar que le vieran las marcas.- Voy a dormir un rato. Estoy muy cansado. Mejor ir vosotros y luego me uno a la cena. Youngjae aceptó y bajó con sus padres.

Zelo entró en el baño de su cuarto y se quitó la ropa para ducharse. Al verse en el espejo, se dio asco a sí mismo. Todas esas macas y cicatrices recordaban lo cobarde que era. Se duchó y se metió a la cama. No tenía sueño, pero el llanto que le provocó verse con todo eso en su cuerpo, le hizo dormir enseguida.

Cuando abrió los ojos tenía 3 llamadas perdidas de sus padres. Se vistió y salió corriendo para cenar con ellos. Al terminar la cena, regresaron a casa y se subieron a dormir, ya que era muy tarde, pero Zelo no podía dormir a causa de la pequeña siesta de antes, así que decidió salir a dar una vuelta y a despejarse.

Estaba caminando por las calles y pensando en cómo ocultar todas esas marcas a sus padres cuando no vio los faros que se le acercaban hasta que ya era demasiado tarde. Zelo se quedó petrificado y no podía moverse, su mente le decía que corriera o ese coche le iba a atropellar pero su cuerpo no respondía. En el último segundo notó un fuerte empujón y vio cómo su cuerpo caía al suelo. Rezó porque no estuviera muerto, aunque a veces lo deseaba cuando su padre le hacía esas cosas, pero ahora no. Consiguió levantar la mirada y vio a un chico en frente suya que le hablaba.

-          ¿Estás bien?- le preguntó aquel chico- ¿Me escuchas?-  Zelo no pudo responderle ya que aún seguía paralizado por el miedo- ¿Estás herido en alguna parte?- volvió a preguntar, pero esta vez sí obtuvo  respuesta.

-          ¿Me acaba  de atropellar un coche?- preguntó y aquel chico no pudo evitar soltar unas risas.

-          No pero casi- dijo aun sonriendo- te salvé en el último momento, así que, ahora soy un héroe- dijo poniéndose las manos en su cintura y levantando la cabeza.

-          Yo- dijo nervioso- lo siento mucho, estaba pensando en mis cosas cuando apareció de la nada y no supe que hacer.

-          No te preocupes- dijo volviendo a reír- era solo una broma. Por cierto me llamo Yongguk y yo, ¿puedo saber el nombre de la persona a la que acabo de salvar la vida?- dijo acercándole la mano.

-          Sí, lo siento- dijo dándole la mano al chico- Me llamo Junhong y he venido aquí a pasar las vacaciones con mi familia.

-          Pues, encantado de conocerte-dijo sonriéndole. Zelo intentó apartar la mirada. No sabía si era por esa sonrisa o por esos ojos o porque le acababa de salvar la vida, pero había algo en él que hacía que el corazón de Zelo latiera muy deprisa.- Yo vivo en aquella casa de la esquina, ¿Y tú?- le preguntó.

-          Yo justo en la casa de enfrente- dijo con una sonrisa tímida.

-          ¿Eres el hijo del señor Park?- dijo algo extrañado- Según tengo entendido, solo tiene un hijo y es mayor que tú, supongo, aún no se tu edad- dijo volviendo a reír.

-          Soy el hijo de su mujer. Se casaron hacer 2 años y esta es la segunda vez que vengo a esta casa. Me gusta mucho estar aquí, con toda esta paz y tranquilidad. Ojalá pudiera quedarme aquí, pero el miércoles me tengo que volver a mi casa con mi padre ya que el jueves tengo clase- No sabía por qué le estaba contando todos esto cuando apenas se habían conocido, pero algo le decía que podía confiar en él- Lo siento, te estoy contado toda mi vida.

-          Está bien- dijo con aquella sonrisa que hacia demasiado al corazón de Zelo.- Eso lo explica todo. Bueno, ya es muy tarde y deberías volver a tu casa si no quieres que tus padres se preocupen. Ya me contarás tu vida mañana sobre las 6 de la tarde- le dijo, y Zelo no pudo evitar estar confuso.

-          ¿Y por qué mañana a las 6 de la tarde?- le preguntó algo dudoso.

-          Porque es cuando vamos a quedar. Nos vemos mañana a las 6 en este mismo lugar y no puedes decir que no, porque se dónde vives- dijo riendo.

-          Ehhhhh- dudó mucho antes de responder. Nunca le había pasado esto antes- está bien.

-          Perfecto, pues es una cita entonces. Hasta  mañana- dijo mientras se iba.

Zelo no sabía lo que acababa de pasar. Casi le atropella un coche, un chico súper guapo le salva la vida, su corazón hace cosas raras y ahora tiene una cita. Creía que eran demasiadas cosas para un solo día y se fue corriendo a su casa. Al acostarse no podía parar de pensar en él, y con su imagen se quedó dormido.

A la  mañana siguiente los padres y el hermanastro de Zelo volvieron a ir a la playa, pero Zelo volvió a decir una excusa para no ir con ellos. Dijo que estaba un poco enfermo y no quería resfriarse el día antes de su cumpleaños. Los padres levantaron los hombros sin decir ni una palabra, pero a Youngjae le parecía todo muy raro, así que, después de comer,  Youngjae quiso saber lo que le pasaba en realidad a Zelo, por lo que dijo que se le había olvidado una cosa y volvió para descubrir lo que Zelo ocultaba. Llegó a su habitación y pudo ver como se estaba poniendo la camiseta, pero a apoyarse para verle mejor, la puerta se abrió repentinamente y este calló al suelo asustando a Zelo nuevamente.

-          ¿Por qué te gusta tanto asustarme? – preguntó Zelo enfadado- ¿No estabas con nuestros padres en la playa?

-          Sí- dijo mientras se levantaba- pero sé que ocultas algo y he venido a averiguar tu secreto- Zelo se asustó. ¿Tal vez Youngjae sospechaba de lo de sus marcas? Imposible, nunca le había visto sin camiseta ni pantalones, pero podía ser.

-          Yo no oculto nada- dijo intentando no desenmascararse a sí mismo.- Y ahora vete antes de que les diga a nuestros padres lo que estabas haciendo.

-          Claro-dijo sarcásticamente- entonces, ¿por qué te has puesto tan guapo?- le preguntó fijando su mirada en la ropa que llevaba puesta.

-          He quedado con un amigo- dijo pareciendo lo más normal del mundo.- Nos conocimos anoche y vive en frente de esta casa. Vamos a dar una vuelta.

-          Ahhh- dijo sabiendo de quién se trataba- Yongguk ¿no? Es muy simpático, peri tampoco le conozco mucho.

Youngjae salió de la habitación y volvió a la playa con sus padres. Al terminar de arreglarse, se fue corriendo al sitio acordado a esperarle. Ya eran más de las 6 y aún no había aparecido.

-          Vaya, creo que me han dado plantón- pensó tristemente. Estaba a punto de irse cuando alguien le tocó el hombro. Se giró bruscamente y vio que era él.

-          Siento mucho el retraso, pero no sabía que ropa ponerme- dijo viéndole de arriba abajo- aunque, tú me has superado por lo que veo- le dijo riéndose.

-          No te preocupes- dijo devolviéndole la sonrisa- Tú también estás muy guapo- ahí fue cuando se dio cuenta de que la había cagado. ¿Por qué tuvo que decir eso?

-          Gracias- dijo Yongguk riéndose- tú también lo estas.

Después de esta extraña conversación, fueron a dar un paseo por la playa. Estuvieron hablando de sus cosas y no se dieron cuenta de lo tarde que se había hecho.

-          Ya son más de las 9 de la noche- dijo Zelo sorprendido- Creo que debería llamar a mi madre para decirle que estoy bien.

-          Está bien- dijo Yongguk- De paso dile que te quedas a cenar que tengo una sorpresa preparada- le dijo muy contento.

Zelo le hizo caso. Estaba un poco asustado pero su corazón le decía que siguiera con esto. Se encontraron con una pagoda en la playa, donde Yongguk tenía preparado una manta y dos platos.

-          ¿Y esto?- preguntó Zelo

-          Tu sorpresa- le contestó cogiéndole de la mano y llevándole hacia allí.

Al llegar Yongguk sacó una cesta con comida que se veía deliciosa y empezaron a comer hasta que ya no quedó nada. Al terminar Zelo le comentó a Yongguk sobre su fiesta de cumpleaños del día siguiente y el otro aceptó sin dudarlo. Sus ojos se encontraron  y Yongguk cogió las manos de Zelo.

-          Quiero que sepas que, desde que te salvé ayer, no sé qué me pasó en ese momento, pero mi corazón no ha dejado de latir desde ese momento y en mi mente solo está tu imagen. Sé que nos conocemos desde ayer y que es muy pronto pero quiero intentar algo contigo, si tú también quieres- dijo Yongguk. A Zelo se le iluminaron los ojos y su corazón gritaba deseaba decirle que sí, pero después pensó en todas sus marcas y en lo cobarde que es, no creía que ninguna persona le quisiera jamás.

-          Yo- dijo algo dudoso- no creo que funciones. Lo siento.- Después de decir eso salió corriendo hacia su casa. Habían andado mucho así que tuvo que usar el GPS para poder volver a su casa.

Al llegar se metió directamente a la cama y empezó a llorar. Le gustaba mucho ese chico pero por su cobardía no podían ser nada. Era tan débil que, a veces pensaba que se merecía lo que le estaba pasando.

Al día su hermanastro y sus padres le sorprendieron con una tarta nada más bajar las escaleras.  Le felicitaron y le prepararon un enorme desayuno. Después de comer, era la fiesta que le habían organizado sus padres y Zelo estaba muy emocionado. Se duchó, se vistió con su mejor ropa y salió hacia el patio. No conocía a casi nadie en aquella fiesta, pero todos eran muy simpáticos con él. Su corazón estaba cada vez peor pues no encontraba a Yongguk. Tal vez, ya no quería volver a hablarle después de lo que pasó ayer.

Cuando ya pensaba que no vendría, apareció detrás suyo como por arte de magia.  

-          Siento mucho llegar tarde, pero estaba buscando un regalo para ti.- Le acercó una caja y dentro había una camisa de seda muy bonita y cara. Zelo lo supo que decir, solo devolvió el regalo.

-          No puedo aceptarlo- dijo con cara triste. Yongguk le miro con cara rara preguntando el motivo.- No es por la camisa, es preciosa y me gusta mucho, pero es algo muy caro y no me gusta que se gasten tanto dinero en mí.

-          Pero yo me le gastado porque me gustas mucho.- le dijo sonriendo y en ese momento salieron de la fiesta y se fueron a la habitación de Zelo para hablar más calmadamente.

Al llegar, Zelo estaba muy asustado. Nunca había estado con otro chico en su habitación, menos con Daehyun, y no sabía qué hacer.

-          Mira Zelo – se sorprendió al escuchar ese nombre ya que nunca le había dicho que le llamaban así- Lo del nombre me lo dijo tu padre- dijo riéndose- Me gustas mucho y siento si he intentado ir demasiado deprisa contigo, pero mi corazón dice que lo haga de esa manera y no puedo evitarlo.

En ese momento, Yongguk se acercó a Zelo con intención de besarle, pero esta vez, Zelo no se apartó. Sus labios se besaron de la manera más inocente posible. La lengua de Yongguk pidió permiso para entrar y Zelo se lo concedió. Estaba tan ocupado que no se dio cuenta de que Yongguk le estaba levantando la camiseta hasta que ya no la tenía puesta. Zelo se asustó de repente cuando Yongguk vio todas las marcas que tenía en el cuerpo, a lo que inmediatamente se alejó e intentó taparlas, pero se seguían viendo.

-          Zelo, ¿qué es todo eso?- preguntó asustado- ¿Y todas esas marcas?- dijo intentando tocarlas, pero Zelo se alejó aún más de él.

-          Creo que será mejor que te vayas- le dijo asustado. Yongguk seguía intentando mirarlas y seguía preguntando pero Zelo cada vez tenía más miedo- ¡Vete, ya!- le empezó a empujar hasta que ya no estaba en la habitación.

Zelo no podía creer lo que acababa de pasar. La persona que hacía que su corazón latiera demasiado acababa de ver sus marcas. No sabía que hacer ahora. Seguro que le odiaba ahora mismo. Se tumbó en aquella cama y empezó a llorar como no había llorado en su vida. Se quedó dormido. Sus padres se habían ido a cenar y después al cine y su hermanastro había quedado con unos amigos, por lo que estaría solo en esa casa hasta tarde.

No sabía qué hora era, pero unos ruidos muy raros le despertaron. Miró el reloj y eran casi las doce de la noche. Fue a revisar la casa y vio que no había nadie dentro, por lo que volvió a subir a la habitación. Al llegar, fue a meterse de nuevo en la cama, pero notó como si alguien más estuviera allí con él.

-          Feliz cumpleaños hijo- aquella voz, Zelo la reconocía muy bien. Era imposible que ese hombre estuviera allí.

-          ¿Qué haces aquí?- le preguntó muy asustado- Mi madre está a punto de llegar y su te ven aquí les contaré todo.

-          Tu mami no va a llegar hasta dentro de mucho- dijo acercándose a él- se han ido al cine y la película es larga.

Zelo intentó huir, pero su padre fue más rápido y le cogió y le tiró a la cama. Gritó con todas sus fuerzas, pero sabía que nadie le iba a salvar. No había nadie a quien pedir ayuda. Su padre se colocó encima de él y comenzó como siempre. Sacó su cigarro, lo encendió y empezó a quemar su pecho con este. Zelo no paraba de gritar y de llorar. Esa acción se repitió una y otra vez, hasta que paró. Pensó que su pesadilla ya había terminado, pero su padre no estaba de acuerdo con él. Su padre empezó a lamer sus heridas y empezó a desabrocharse los pantalones.

-          Aún sigue siendo tu cumpleaños, así que, voy a darte otro regalo más personas que nunca olvidarás.- le dijo y ya con sus pantalones medio bajados.

Le seguía lamiendo todo su cuerpo y esta vez intentaba quitárselos a él. Zelo se resistía todo lo que podía pero, entre el miedo y la poca fuerza que le quedaba, no podía hacer mucho.

De repente, escuchó como alguien rompía la puerta de una patada y entraba en la habitación he inmediatamente su padre se subió los pantalones y salió corriendo. Aquella persona era Yongguk. No sabía cómo había entrado, pero en ese momento no le importaba. Estaba muy asustado. El padre de Zelo intentó esquivarle, pero no lo consiguió y Yongguk le golpeo. La pelea continuó con golpes y puñetazos, pero consiguió salir por la puerta, derribando a Youngjae que venía corriendo también. Yongguk fue detrás de él. Youngjae entró dentro he intentó calmarle pero no lo conseguía. Unos minutos más tarde, volvió Yongguk diciendo que se había escapado.

-          Voy a llamar a la policía- dijo Youngjae cogiendo su teléfono pero Zelo se lo arrebató y lo lanzó lejos.

-          No, por favor- dijo intentando no ahogarse con sus propias lágrimas- no se lo digáis a nadie.

-          Junhong- dijo Yongguk- ese hombre ha estado a punto de violarte y mira todas las marcas que te ha dejado. Necesitas ir a un hospital cuanto antes.

-          ¡He dicho que no! – dijo gritando- por favor, no quiero que nadie se entere ni me vea así.

-          Ese, ¿era tu padre?- le preguntó Youngjae, ya que había visto fotos de ese hombre anteriormente, a lo que Zelo asintió- ¿y por qué lo proteges?

-          Las marcas que te vi antes- dijo acerándose a Zelo- te las había hecho él y seguro que te había hecho esto otras veces.

-          Sí,- respondió Zelo, ya no podía ocultar más la verdad- Desde hace unos 6 meses. Mi padre ha estado haciendo esto. No lo de abusar de mí, pero si lo de quemarme con cigarrillos. Al parecer le relaja mucho.

-          ¿Y por qué sigues viviendo con él?- dijo Youngjae muy preocupado- Mamá quiere que vivas con nosotros y no pienso dejar que te vuelva a ir a casa con ese hombre de nuevo.

-          No tengo otra opción- dijo Zelo intentando parar de llorar- Si le cuento esto a alguien, todos me odiarán y no puedo dejar a mi mejor amigo solo- Yongguk y Youngjae le miraron sin entender sus palabras- Soy un cobarde por permitir que esto pasara y no sé cómo pararlo. La gente me dirá que soy demasiado cobarde y no podré volver a mirar a nadie a la cara.

-          Eso es mentira- dijo Yongguk abrazándole- No eres ningún cobarde, más bien, un valiente. Nadie hubiera aguantado tanto como tú todo esto y eso es de ser muy valiente.- Zelo se animó un poco por lo que le dijo Yongguk.

-          Por cierto, ¿cómo sabíais que estaba en problemas?- les preguntó

-          Antes de que se fueran tus padres, vi un coche sospechoso y alguien vigilando la casa. Llamé a tu hermano y me dijo que estabas solo en la casa y cuando volví a mirar y ya n estaba. Me asusté, le dije a tu hermano que viniera y el resto ya lo sabes.- le explicó Yongguk.

-          ¿Sabes qué?- le dijo Youngjae- Mañana vas a llamar a tu mejor amigo y le vas a contar la verdad y juntos buscaremos una solución para que no te vuelva a hacer daño- Zelo asintió y por fin dejó de llorar. Esa noche Youngjae se quedó a dormir en la habitación de Zelo, ya que temía  que ese desgraciado volviera.

Al día siguiente le llamaron y Daehyun vino corriendo al saber que su mejor amigo estaba en problemas. Cuando llegó, Zelo le contó todo lo que había pasado y Daehyun se puso a llora.

-          ¿Por qué no me lo has dicho ante?- le dijo abrazándole.

-          Temía que pensaras que era un cobarde y que ya no quisieras ser mi amigo- le confesó llorando igualmente.

-          Eso nunca va a pasar- le dijo rompiendo el abrazo- tú y yo seremos amigos para siempre.

Los cuatro se abrazaron y empezaron a tramar el plan para cuando volviera con su padre. Era ya miércoles por la noche. La madre de Zelo ya le estaba esperando para devolverle con su padre y Zelo se despidió de su hermanastro y de Yongguk.

-          Tranquilo- le dijo Yongguk con un suave beso en los labios- No te va a pasar nada. Nunca lo permitiría.

Con esas palabras Zelo se fue más tranquilo y él y Daehyun se metieron en el coche. Al llegar a la casa, Zelo convenció a su madre para que no entrara con él y Zelo empezó a ejecutar el plan. Era muy simple, Zelo tenía una grabadora e intentaría que su padre confesara todo lo que le había hecho. Daehyun llamaría a la policía diciendo que habría mucho estruendo en la casa y cuando Daehyun le llamara, Zelo intentaría provocar a su padre para que le pillara la policía atacándole. Era un plan perfecto, solo esperaba que saliera bien y que no sufriera mucho.

-          ¿Ya estás en casa?- le preguntó su padre con una cerveza en la mano.

-          Sí- dijo Zelo comenzado su plan- Y quiero decirte que, no me volverás a tocar. Es la última vez que me tocas y que me quemas con los cigarrillos.

-          ¿Estás seguro?- le dijo su padre riéndose- Pues, yo creo que no- cogió un cigarrillo y lo encendió- Creo que, voy a disfrutar mucho esta vez y vamos a terminar lo que empezamos la noche de tu cumpleaños.

En ese momento, el teléfono de Zelo comenzó a sonar y Zelo empezó a huir por toda la casa. No sabía cuánto tardaría la policía. Solo esperaba que lo rescatasen a tiempo. Zelo seguía escondiéndose, pero su padre estaba demasiado enfadado y sabía dónde buscarle. Logró encontrarle y le arrastró por el suelo. Le rogaba porque le soltara pero su padre no le hacía aún más daño. Se colocó encima y empezó a quemarle nuevamente. Zelo gritaba y suplicaba por ayuda pero nadie venía. Su padre seguía y seguía.

-          Sigue gritando- le dijo lamiendo sus heridas- nadie te va a ayudar porque no le importas a nadie.

Sonó un gran estruendo en la puerta y la policía entró a través de ella. Cogieron al padre y se lo llevaron y a Zelo lo metieron en una ambulancia. Antes de entrar, Zelo les dio la grabación a la policía y les dijo que ahí tenían las pruebas para encerrarle varios años.

Al llegar los padres y el hermanastro de Zelo al hospital, se enteraron de todo lo que había pasado y su madre se puso a llorar por haber dejado a su hijo con semejante bestia. Cuando le terminaron de curar las heridas, Yongguk fue el primero en entrar e verle, después de que la policía terminara de interrogarle y que Zelo contara todo el plan que terminó en el arresto de su padre. Yongguk abrazó a Zelo por la espalda y le besó la mejilla.

-          ¿Todo ha terminado?- le preguntó Zelo con lágrimas en los ojos. Yongguk le secó las lágrimas con el dedo y le respondió.

-          Ya ha acabado todo- le giró para que se miraran mutuamente- Ya puedes ser feliz conmigo.

Notas finales:

"Espero que os haya gustado la historia. Decírmelo en los comentarios e intentaré subir mejores historias más adelante. El final está un poco forzado por el tema de las palabras"


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