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Stark's Anatomy por DudeDowney

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Notas del fanfic:

 

Los personajes no me pertenecen. 

Adaptación de Grey's Anatomy (no, ¿en serio?) escrita por Shoda Rhimes.

Si ves la serie y no quieres spoilers, no recomiendo que leas (creo que será muy fácil identificar quién es quién) y si quieres sorprenderte; no veas la serie, o puedes verla después, o al mismo tiempo que lees, o como quieras, yo qué sé.

 

¡Muy bien! Pues sí, alguien pensó, un día de estos, que sería una buena idea hacer esta adaptación. Y tan emocionada ando, que estoy dispuesta a adaptar cada uno de los capítulos de la serie original, sólo si ustedes así lo quieren.

 

Son bastantes episodios, y es por eso que necesitaré todo su apoyo con sus bellas opiniones. Y sobretodo; paciencia.

 

Va a haber desde IronStrange y demás. Si eres multishipper; ni qué decirte. ¡La vamos a pasar de lujo! 

 

Y si no lo eres; ¡también! Tendremos a nuestras parejas favoritas y principales. Por eso pido paciencia, pues todos los personajes que ven en la portada, aparecerán. En su momento.

Aseguro desde ya subir los primeros 9 capítulos, pero si veo que no da, no creo seguirla. ):

Ahora, muy muy importante; necesito que voten de nuevo, para decidir el futuro de la trama; ¿Les gustaría ver MPreg?

 

Cuando las letras estén así, quiere decir que Tony está narrando, casi siempre será él pero al principio del capítulo les pondré si se trata de alguien más.

 

• • • es cambio de escena.

 

... es la misma escena después de un tiempo, con diferentes personajes o con los mismos. O con los mismos personajes pero diferente lugar.

 

Sin más que añadir ¡empecemos con esta gran aventura! (que espero que dure)

 

 

Notas del capitulo:

Dividí el capítulo en dos para que no fuera tan pesado de leer.

 

El juego: Dicen que hay quienes tienen lo necesario para jugar y quienes no lo tienen.

 

Mi padre era uno de los grandes.

 

Yo, por el contrario... estoy perdido.

 

Tony despertó confundido en el sofá. En el suelo, había un hombre acostado boca abajo, completamente desnudo. Que por fortuna, una sábana le cubría de la cintura para abajo. Pero dándose cuenta que era la única sábana a su alcance y también se encontraba desnudo, decidió usarla para él, envolviendo todo su cuerpo en ella.

 

Levantándose del sofá, tomó una almohada y la tiró en las caderas de el sujeto, éste en seguida despertó. El desconocido tomó la prenda que tenía en frente de él, pero no era suya —Esto es...— dijo somnoliento, levantando la ropa interior de Anthony.

 

—Humillante. En todos los niveles— terminó la frase Tony arrebatándole la prenda —debes irte— El castaño se posicionó detrás del sofá.

 

—¿Por qué no mejor vienes y seguimos con lo que estábamos haciendo?— el hombre de cabello oscuro se sentó en el suelo. Tony le aventó una sábana que encontró detrás del sofá.

 

—No. En serio, debes irte. Es tarde. Y no puedo llegar tarde el primer día de trabajo, así que...

 

El hombre se levantó ya envuelto en la sábana blanca —Así que... vives aquí, ¿no es así?

 

—No.

 

—Ah.

 

—Sí, algo así— respondió Tony rendido.

 

—Ah— repitió en diferente tono —Es bonito, y raro. Hay polvo, pero es agradable —el desconocido ya se encontraba vistiendo su ropa interior, mientras seguía buscando el resto de sus prendas —¿Y cómo es que vives aquí?

 

—Me mudé hace dos semanas, de Boston. Era la casa de mi padre, la voy a vender.

 

—Lo lamento.

 

—¿Por qué?

 

—Lo de tu padre.

 

—Mi Padre no falleció, está...— Tony se puso nervioso— ¿sabes qué? No necesitamos hacer esto.

 

—Podemos hacer lo que tú quieras.

 

—No. Esto. No hay que entrar en detalles y fingir que nos interesa— el sujeto se colocaba su camisa y sonrió burlonamente —Escucha, iré arriba a darme una ducha ¿sí? Y cuando baje tú ya no estarás aquí así que...

 

—...

 

—...adiós... eh...

 

—Stephen— le recordó y le ofreció su mano como cortesía.

 

—Stephen, sí— El castaño tomó la mano —Soy Anthony.

 

—¿Anthony?

 

—Sí— rió y Stephen saltó el sillón llegando hasta él. El ahora no tan desconocido tenía una sonrisa encantadora. Tony retrocedió hasta el inicio de las escaleras.

 

—Fue un placer— dijo el otro desde la sala.

 

—Adiós, Stephen— Tony subió corriendo.

 

•••

 

—Todos vienen aquí con esperanzas, con deseos de participar— clamaba una imponente voz y Tony se unió al círculo de personas que se encontraba en el pasillo —Hace unos meses ustedes estudiaban para ser doctores. Hoy...— Abrió la puerta que se encontraba detrás de él, las luces del otro lado se prendieron y así visualizaron el quirófano —...ya son doctores.

 

El hombre de la bata permitió su entrada y Tony se paseó por el lugar fascinado —Los siete años que pasen aquí como residentes de cirugía serán los mejores y los peores años de su vida— volvió a hablar — Los presionaremos hasta el límite. Miren a su alrededor. Saluden a sus rivales. Ocho de ustedes optarán por una especialidad más fácil. Cinco no aguantarán la presión. Dos serán despedidos. 

 

»Éste es su punto de partida. Ésta es su arena. De ustedes depende... jueguen bien.

 

Como dije...

 

estoy perdido.

 

•••

 

—A ver. Lima, Hill, Olsen, Candice— las personas que eran mencionadas respondían al oír su nombre y salían del vestidor ya con el uniforme adecuado, debajo de sus batas.

 

—Sólo seis hombres de veinte...— señaló Tony al sujeto de al lado.

 

—Sí, y oí que uno fue modelo— le respondió el hombre de cabellos azabaches —En serio, eso no va a ayudar a que nos respeten.

 

—Tú eres Loki, ¿verdad?

 

—Osborne, Williams, Monroe...— otra oleada de nombres llamaron su atención esperando oír los suyos, pero no fue así.

 

—¿Qué residente te asignaron? A mí a Potts— el esbelto hombre se ponía su bata.

 

—¿El nazi? También a mí— respondió el castaño amarrándose los tenis.

 

—¿Les tocó el nazi? A mí también— otro hombre se entrometió a su conversación —Seremos torturados juntos, ¿verdad?— Cerró su casillero y caminó hacia ellos — Soy Clint Barton. Te conocí en la fiesta, llevabas un traje vino con solapas aterciopeladas y negras, tus zapatos eran...— Loki ignoró por completo al sujeto y caminó directo a la puerta—... y ahora creen que soy homosexual... No es eso, sólo que era un traje inolvidable — Tony le sonrío amable e incómodo— yo no quería...

 

—Barton, Laufeyson, Stark, Rogers— al escuchar su nombre, Tony caminó abandonando a su otro colega.

 

—Soy totalmente invisible...— se dijo así mismo Clint que fue detrás de Tony y Loki.

 

—¿Potts?— preguntó el más alto al sujeto que los había llamado.

 

—Al final del pasillo.

 

—¿¡Ella es el nazi!?— exclamó sin creerlo a Tony cuando éste llegó a su lado y caminaban hacia "el nazi".

 

—Creí que el nazi sería hombre— respondió Clint detrás de ellos.

 

—Creí que el nazi iba a ser un... nazi— dijo Tony.

 

—Tal vez son celos profesionales, tal vez sea brillante y la llaman así por envidia. Tal vez sea linda— dijo otra persona que se unió en su caminata.

 

—Déjame adivinar, tú eres el modelo...—había cierta ironía en la voz de Loki.

 

El rubio le regaló una mirada desafiante y adelantó el paso hasta la mujer —Hola, soy Steve Rogers, pero todos me llaman Steve— le ofreció la mano.

 

La mujer le miró seriamente de la cabeza a los pies sin corresponder el saludo —Tengo cinco reglas, apréndalas. Regla número uno: no se molesten en adularme. Ya los odio, eso no va a cambiar —Steve se removió incómodo— Protocolo de trauma, teléfonos, mensáfonos, las enfermeras los llamarán. Acudirán corriendo cada vez que los llamen. C-o-r-r-i-e-n-do— la mujer empezó a caminar. Cada uno de los internos tomó una de los localizadores que la doctora había dejado en la barra y fueron detrás de ella a toda marcha— Esa es la regla número dos.

 

»Su primer turno empieza ahora y dura 48 horas. Son internos, unos don nadie, sirvientes. El fondo de la cadena alimenticia en la cirugía. Harán análisis, anotarán órdenes, trabajarán hasta caer muertos y sin quejarse. 

 

»La nazi abrió una puerta —Sala de descanso. Los residentes las amamos. Ustedes duerman cuando puedan y donde puedan. Lo que me trae a la regla número tres: Si estoy dormida, no me despierten. A no ser que su paciente se esté muriendo. Regla número cuatro: Es mejor que el paciente no haya muerto cuando llegue. No sólo habrán matado a alguien, me habrán despertado sin razón, ¿está claro?—Tony levantó desconfiadamente la mano —¿Sí?

 

—Dijo cinco reglas, y apenas mencionó...cuatro.

 

El localizador de Potts sonó y ésta revisó el mensaje —Regla número cinco: cuando me mueva, se mueven— la mujer se abrió paso entre ellos caminando más rápido que antes.

 

• Hora 1 •

 

—¿Qué tenemos aquí?— preguntó la Doctora Potts a unos paramédicos que bajaban una camilla del helicóptero. Los internos esperaban detrás de ella.

 

—Bethany Cabe, 15 años, con convulsiones intermitentes durante la última semana. El catéter se zafó en el camino, tuvo una convulsión al descender.

 

•••

 

—Bueno, pónganla de lado. ¡Despacio!— La residente daba indicaciones mientras la joven se estremecía. Ya se encontraban en una habitación del hospital —¡Steve! 10 miligramos de diazepam intramuscular. 

 

»No, no. El conductor blanco está a la derecha. Blanco, derecha, blanco sobre rojo —le llamaba la atención a Anthony— Tengan cuidado. No dejen que pierda mucha sangre. ¡Rápido! 

 

Steve inyectó lo que se le había sido indicado y para alivio de todos, las convulsiones pararon. 

 

—Escuché que teníamos un pez fuera del agua.

 

—Es verdad, Dra. Sif.

 

—Dra. Potts, ¿estudios?

 

—Eso significa todas las pruebas— su jefa se dirigió a ellos de nuevo— Pruebas de sangre y orinas completos, toxicología. Loki, ve al laboratorio. Clint, historial clínico. Anthony, solicita una tomografía, ella es tu responsabilidad ahora.

 

—¡Espere!— le llamó Steve cuando vio que la mujer iba a salir— ¿Qué me toca a mí?

 

—Tú... lindo, irás a proctología, a hacer exámenes. 

 

•••

 

Pasadas unas horas, Loki se asomó en una habitación donde se llevaba a cabo una operación. Pepper, al notarlo, decidió salir y quedarse en la puerta —¿Qué estás haciendo aquí?

 

—Las pruebas de Bethany Cabe son normales. No hay nada que explique las convulsiones. Creí que querría saberlo.

 

—Bien— respondió la mujer.

 

Cuando Loki vio que iba a cerrar la puerta, volvió a hablar —Oí que cada año, el cirujano de guardia escoge al mejor interno y lo deja realizar un procedimiento durante el primer turno.

 

—...

 

—Sólo digo. Es lo que oí...

 

—Largo de aquí, ahora.

 

•••

 

—Sí, suena bien— dijo Clint colocando su estetoscopio en su cuello al terminar la revisión.

 

—¿Se pondrá bien? Te pondrás bien— dijo la pareja del paciente.

 

—Sin contar con que ya no podré comer cerdo...— respondió este recostándose.

 

—Va a ser sometido en una cirugía por la Dra. Sif, oí que es excelente. Y después podrá comer todos los productos de soya sabor a tocino que quiera, Sr. Savicht— le decía Clint.

 

—Ja, mátenme ahora— bromeó el paciente.

 

—Eso quisiera, pero debo curarlo—trató de bromear de igual forma, pero sólo logró asustar a su paciente.

 

•••

 

—Se extravío— afirmó la chica.

 

—No es verdad. ¿Cómo te sientes?— dijo Tony saliendo del elevador empujando la camilla.

 

—¿Cómo cree que me siento? Perdí el concurso de belleza. 

 

—¿El concurso de belleza?

 

—Señorita adolescente Unisphere— manifestó como si fuera lo más obvio— Estuve entre las primeras después de diez rondas. Este es mi año, yo pude ganar —Tony regresó de su camino al notar que tampoco se encontraba en el lugar correcto—¿Hola? Está extraviado. ¿Acaso es nuevo?

 

 

•••

 

—uh... ah...— se quejaba el paciente.

 

—Lo siento— dijo Clint al no poder colocar la intravenosa —No...

 

La doctora Sif veía la penosa escena, así que se colocó unos guantes y apartó al chico— Fuera. Fuera.

 

—Apuesto que fallaba mucho cuando comenzó...—susurró aún audible.

 

La cirujana le miró con una expresión temible —Tú y yo la vamos a pasar de lujo. 

 

Clint se arrepintió inmediatamente.

 

•••

 

—En el ensayo de talentos, me torcí el tobillo. Hago gimnasia rítmica, que es sensacional. Nadie más lo hace —Tony tenía que oír ya fastidiado a la presumida chica— Y fui atendida por un buen enfermero, que sí era eficiente —le recriminaba.

 

• Hora 7 • 

 

—Este turno es de resistencia, no de velocidad. Come— Barton se sentó en la mesa donde se encontraban más internos.

 

—Tengo asco— respondió Steve.

 

—Deberías comer.

 

—Trata de comer después de hacer 17 exámenes rectales. La nazi me odia.

 

—La nazi es residente. Los cirujanos quieren crucificarme. 

 

—Anthony es del gremio— recalcó Loki. 

 

—No es raro que haya doctores cuyos padres son doctores.

 

—No. Él es especial; su padre es Howard Stark.

 

—¡No digas! ¿Hijo de Howard Stark?— exclamó sorprendido Steve.

 

—¿Quién es Howard Stark?— preguntó Clint haciendo reír a Steve.

 

—¿No conoces el método Stark? ¿Dónde estudiaste? ¿En Marte?— respondió molesto el de cabellos oscuros.

 

—Es uno de los primeros grandes cirujanos— explicaba Steve— Él inventó el separador abdominal.

 

—Es una leyenda viviente. ¡Ganó el premio Thomas Wayne dos veces!

 

—Yo no lo sabía. ¿Y eso qué?

 

—Debieron presionarlo mucho...— se lamentó Steve.

 

—Mataría por tener de padre a Howard Stark. ¡Mataría por ser Howard Stark!. Sólo necesito un buen caso...— balbuceaba Loki. 

 

—Ahí viene, cállense— habló con la boca llena Clint.

 

—¡Bethany Cabe sí que es un fastidio! Si no me lo impidiera el juramento de Hipócrates, asistiría su suicidio con mis propias manos— se quejó Tony sentándose y cruzándose de brazos —¿Qué?— dijo agresivamente pues todos le miraban.

 

—¡Buenas tardes internos!— exclamó la Dra. Sif acercándose a su mesa— Ya puse el anuncio, pero quise darles la noticia en persona. Como sabrán, el honor de realizar la primera cirugía está reservado para el interno que demuestre ser más prometedor. Y como hoy estoy a cargo del quirófano, voy a tener que hacer la elección.

 

Los internos se removieron en sus asientos esperando oír su nombre.

 

—Clint Barton— la doctora dio una palmada a la espalda de éste.

 

—¿Yo?— dijo totalmente confundido.

 

—Va a realizar un apendicectomía esta tarde. Felicidades. Buen provecho— y dicho eso, la doctora se fue, dejando a todos en un incómodo silencio.

 

—Me escogió a mí...— murmuró sin creérselo aún.

 

•••

 

—Vi su expediente. Clint Barton apenas logró entrar al programa, no es tu candidato.

 

—Es mi candidato, créelo—respondió Sif.

 

Pepper exhaló — Cada año eliges a un candidato y cada año tu candidato es el interno que más sufre. 

 

—Si asustas a uno, el resto obedecerá.

 

—Lo entiendo, pero ¿Clint? Barton es un perrito, no va...— la residente siguió quejándose.

 

•••

 

—¡Beth! ¡Hija! Mamá y papá ya están aquí— entraron unos señores a la habitación.

 

—Le dieron un sedante para hacerle un estudio, está aturdida— avisó Tony a los padres.

 

—¿Se repondrá?— preguntó la mujer.

 

—Nuestro Doctor dijo que quizá necesitaría una operación, ¿eso es verdad?

 

—¿Qué clase de operación?— volvió a preguntar la madre.

 

—Ella...Bueno —El castaño no sabía qué responder—... ¿saben algo? Yo no soy doctor. Soy doctor, pero no el doctor de Bethany, así que... lo llamaré para ustedes— y salió casi corriendo.

 

...

 

Anthony por poco choca con Pepper —¿Qué?— preguntó ante la notable preocupación del chico.

 

—Los padres de Bethany tienen dudas, ¿Quiere hablar con ellos o le digo a la doctora Sif?

 

—No, Sif está fuera del caso. Bethany le pertenece al nuevo médico de guardia, el Dr. Strange. Está por ahí— Pepper le señaló el lugar y prosiguió su caminata. 

 

Tony la vio a alejarse y cuando volteó al lugar señalado, se congeló. 

Permaneció completamente atónito. Su nuevo jefe era nada más y nada menos que mismo hombre con el que despertó esa mañana. El que antes estaba desnudo ahora vestía su uniforme azul oscuro con una bata.

 

Se encontraba charlando con otros doctores, y por alguna razón, miró a donde se encontraba el castaño, eliminando su sonrisa al verle y cortando su conversación con los otros, igual de estupefacto que Tony.

 

Anthony sí que salió corriendo esta vez.

 

...

 

—¡Anthony! Quiero hablar contigo un segundo— escuchó la voz de Stephen detrás de él.

 

— La verdad es que estoy...— trató de excusarse pero el hombre le tomó del brazo y cruzaron una puerta que dirigía a las escaleras de emergencia —Dr. Strange...

 

—¿Dr. Strange? Esta mañana era Stephen. ¿Ahora soy el Dr. Strange?

 

—Dr Strange, debemos fingir que no pasó.

 

—¿Qué fue lo que no pasó? ¿Que dormiste conmigo a noche o que me echaste esta mañana? Porque ambos son recuerdos que no quiero olvidar— contestó divertido.

 

—¡No! Los debes olvidar. Ya no soy ese chico en el bar y tú tampoco eres él. Esto no existe. Entiendes, ¿verdad? 

 

—Tú te aprovechaste de mí y ahora quieres olvidarlo. 

 

—Yo no...

 

—Era un hombre vulnerable y atractivo. Te aprovechaste— le acusaba risueño.

 

—Yo era el que estaba ebrio y no eres tan atractivo. 

 

—Tal vez no hoy. Pero anoche yo era atractivo, usaba mi camisa roja. Lucía bien y te aprovechaste.

 

—Yo no me aproveché.

 

—¿Quieres aprovecharte otra vez? El viernes, ¿qué tal?

 

—...No. Tú eres cirujano, y yo soy un interno.

 

Stephen no respondió, simplemente le miraba.

 

—Ya no quiero que me mires así.

 

—¿Cómo así?— respondió confundido, cerrando más la distancia que había entre ellos. 

 

—Como si me vieras desnudo— Stephen sonrió coquetamente, haciendo enojar más a Tony— Dr. Strange, esto es inapropiado. ¿No lo había considerado?— el castaño se separó dirigiéndose a la puerta.

 

•••

 

—Abrir, identificar, liar, extraer, irrigar, cerrar. Abrir, identificar, liar, extraer, irrigar, cerrar...— se repetía nervioso Clint, ya en el quirófano.

 

—Se va a desmayar.

 

—Quedará estéril de tanto sudar— se burlaban los otros internos observando desde arriba.

 

—Diez a que falla la operación.

 

—Quince a que llora— Loki se sentaba en algunos de los asientos disponibles.

 

—Veinte a que tiene una crisis nerviosa.

 

—Cincuenta a que lo hace todo bien— se unió a la puesta Tony. Todos los internos, incluido Steve, le miraron extrañados —Uno de los nuestros está ahí. El primero de nosotros, ¿Dónde está su lealtad?

 

—Setenta y cinco a que no identifica el apéndice— siguió Loki.

 

—Acepto la apuesta— respondió Steve. 

 

Tony rió negando con la cabeza.

 

—Bien, Barton. Veamos qué puedes hacer— La Doctora Sif entró al quirófano.

 

—Y aquí viene...— susurró Tony.

 

—Bisturí— pidió Clint.

 

—Bisturí— repitió la enfermera entregándole la herramienta, todos en la sala de arriba aplaudieron y gritaron distrayendo a Clint. Sif les hizo una seña para que guardaran silencio.

 

—Esa Sif es un problema— se quejó Loki recibiendo de respuesta unas risas.

 

Clint procedió a hacer una incisión —Más presión. La carne humana es dura, con fuerza— le indicó la doctora

 

—Pinzas.

 

—Pinzas.

 

—Separador.

 

—Separador.

 

—Ya entré— avisó. 

 

—¡No puede ser!— se quejaron algunos internos.

 

—Se los dije. Lo va a lograr— dijo triunfal Tony.

 

—Bisturí— Clint continuó con la cirugía hábilmente.

 

—Bisturí.

 

—¡Bien Barton!— le festejaban desde arriba.

 

—No está mal— felicitó Sif.

 

—Gracias.

 

—Ahora sólo tienes que invertir el muñón en el intestino ciego y simultáneamente levantar las suturas— indicaba la doctora— Pero ten cuidado de no...—Un chorro de sangre empezó a salir como si de una fuente se tratase —...romperlas— todos en la sala de observación se levantaron con atención —Perforaste el intestino, hay hemorragia. Se está llenando de heces, ¿Qué harás ahora?

 

—Eh... yo...— Clint dejó de moverse.

 

—¡Piensa! Inicia succión. Y busca los extremos de la sutura antes de que la paciente se desangre. Stan, dale una pinza.

 

—La presión está bajando— alertó una enfermera.

 

—Ya se congeló— dijo Loki. 

 

—Tú puedes, Clint— susurró el castaño.

 

—¡Es para hoy!— gritó Sif al ver que Barton no se movía —Pon a prueba tu valor. Hazlo. ¿Qué esperas para succionar?

 

—Está bajando mucho— dijo de nuevo la enfermera —Dra. Sif.

 

—Quítate— la cirujana empujó hacia atrás al interno —Eres un idiota. Sáquenlo de aquí. Succión. Pinzas— prosiguió con la cirugía.

 

—007— habló burlón un interno de cabellos castaños oscuros que permanecía parado.

 

—Sí, tiene un 007.

 

—Un 007 de pies a cabeza— estuvieron de acuerdo otros.

 

—¿Y eso qué significa?— le preguntó Steve a Tony.

 

—Licencia para matar.

 

Los internos empezaron a abandonar la sala. 

 

• Hora 19 

 

—007. Me llaman 007, ¿cierto?

 

—No eres el 007, basta Clint— respondieron al unísono Steve y Tony. Tres de los internos de Potts descansaban en unas camillas. 

 

—Salí del ascensor y Murphy susurró "007"— Clint se lamentaba sentado en una silla de ruedas.

 

—¿Cuántas veces tenemos que decírtelo? ¿Nueve? ¿Diez? Dime un número o voy a golpearte— dijo sumamente hastiado Loki, levantándose.

 

—Susurró 007 y todos en el elevador se rieron— siguió.

 

—No estaba hablando de ti— Steve insistió mientras se estiraba.

 

—¿Seguro?

 

—¿Te mentiríamos?— dijo sin muchas ganas Anthony.

 

—Sí— aseguró.

 

—¡007 es un actitud mental!— gritó el de cabellos largos desde una máquina expendedora de refrigerios.

 

—¡Lo dice quien era el primero de su clase en Stanford!

 

Un localizador empezó a sonar. Los cuatro revisaron el suyo.

 

—Ay, no— resultó ser el de Tony —Emergencia para Bethany Cabe. Tengo que ir— el castaño se levantó, caminando de prisa abandonando el lugar.

 

—Debí escoger geriatría. A nadie le importa si matas a un anciano— Continuó en su estado depresivo.

 

—La cirugía es única. Es de héroes. Es de machos, hostil. Es extrema. La geriatría es para bichos raros que viven con sus madres y no tienen sexo— Loki regresó a la camilla donde estaba y siguió estudiando.

 

Clint sonrió —Ya debo independizarme— el comentario hizo reír a Steve.

 

•••

 

—¿Por qué tardó tanto?— se quejó la adolescente pelirroja cuando un agitado Tony llegó.

 

El castaño le miró desorientado —¿Estás bien? Me llamaron de emergencia 

 

—Tuve que hacer un drama para que ella tomara el teléfono.

 

—Espera. ¿No te ocurre nada?— Tony tomó el expediente.

 

—Me aburro— dijo dramáticamente la chica.

 

Tony frunció el ceño —Eres una... 

 

—No tiene que enojarse. El certamen será transmitido por cable pero éste horrendo hospital no tiene ese canal —Tony colocó el diafragma de su estetoscopio en el pecho de la joven —Y si esa vaca de Kylie Wood se va a llevar mi corona, tengo que verlo. ¿Quiere ayudarme?

 

—Escucha, niña —Tony se quitó las olivas— Esto es un hospital. Hay muchos enfermos aquí. Ahora duérmete y no me quites el tiempo.

 

—Pero no puedo dormir. Mi cabeza da vueltas.

 

—A eso se le llama "pensar". No te resistas.

 

••• 

 

Steve veía a dormir en una camilla de emergencia a la doctora Potts desde lejos. Ya llevaba así unos buenos minutos.

 

—¿Qué necesitas?— le habló un enfermero.

 

El rubio suspiró —El paciente Jones tiene venas de adicto y necesita antibióticos. Hay que ponerle un catéter 

 

—Hazlo— dijo el enfermero. Steve no contestó— No sabes cómo.

 

—Jamás lo he hecho...

 

—¿Y sabes lo que eso significa?— dijo viendo a la dormida Pepper.

 

—¿No podemos llamar a alguien más?

 

—Es la residente de guardia.

 

—Está bien... entonces yo la despertaré— se acercó decidido a la mujer —Dra. Potts, no quiero molestarla...

 

—No lo hagas— le respondió entre dormida y despierta.

 

—Es el señor Jones.

 

—¿Está agonizando?

 

—No...

 

—Entonces ya no me hables. 

 

Steve permaneció en frente de ella, caminando de un lado a otro tratando de encontrar una forma de levantarla. Lo cual hizo molestar a la mujer.

 

—¿¡Qué quieres!?— dijo levantándose de muy mal humor.

 

...

 

Pepper terminó de colocar el catéter y fulminó con la mirada a Steve —La próxima vez que me despiertes más vale que estén a punto de ponerle una etiqueta en el dedo— decía mientras se quitaba los guantes y salía.

 

El paciente miró horrorizado a Steve debido al comentario.

 

•••

 

Al amanecer, los internos se encontraban más que exhaustos, pero seguían trabajando.

 

—La 4-B tiene neumonía post-operatoria, hay que darle antibióticos.

 

—¿Seguro que es el diagnóstico correcto?

 

—No lo sé, sólo soy un interno. Tengo una idea ¿Por qué no estudia cuatro años de medicina y me dice sí es el diagnóstico correcto?— Respondió groseramente. Tony escuchaba de cerca a aquel interno y enfermera, en lo que llenaba unos expedientes —No respira bien, tiene fiebre y fue operada. Dele antibióticos. ¡Odio a los enfermeros! — el interno se acercó hasta donde estaba Tony recargado. 

 

El sujeto miró el cuerpo completo del castaño —Soy Bucky— dijo seductoramente — Estoy con Jeremy. Tú estás con la nazi, ¿cierto?

 

Tony se dio cuenta que era el interno que había mencionado lo de "007" el día anterior —Tal vez no tenga neumonía, podría ser el diafragma o una embolia— dijo cortante.

 

—Odio a los enfermeros...

 

—¿Qué dijiste?— preguntó ofendido —¿Me llamaste enfermero?

 

—Pues sí te queda bien el uniforme— siguió molestándole 

 

Un conocido pitido sonó y Tony miró su localizador —Demonios Bethany...— El castaño ya no tuvo oportunidad para defenderse y caminó a la habitación de la chica.

 

—¿Está saliendo con alguien?— preguntó Bucky a otro interno.

 

—No lo sé— respondió.

 

El castaño silbó —Es lindo. 

 

—Totalmente— respondió el otro.

 

—Soy amigo de él. Bueno, más o menos. No tan amigos. No del todo. Lo conozco y estamos juntos —Dijo Steve metiéndose a su conversación. Bucky ni le miró y se fue del lugar —La verdad es que la amistad creció...

 

—Oye, oye, ya no hables— le dijo el otro sujeto.

 

•••

 

Tony estaba cerca de la habitación de Bethany, caminando despacio. Pero vio que muchos enfermeros iban y venían de la habitación, y comenzó a apresurar el paso. 

 

—¿Por qué tardó tanto?— le reclamó una enfermera al entrar a la habitación y Tony vio a la chica convulsionar, retorciéndose agresivamente en la cama, con los ojos en blanco. Bastantes enfermeros trataban de estabilizarla.

 

—Sufre de convulsiones múltiples. ¿Cómo quiere proceder— preguntaba uno, pero Tony no contestó —Dr. Stark, ¿Está escuchándome? Le dimos diazepam. Dos miligramos de lorazepam. Le acabo de dar una segunda dosis. 

 

Pero Tony seguía parado, sólo observando.

 

—Dr. Stark, tiene que decirnos qué quiere hacer... ¡Doctor Stark!

 

Gracias al grito, Tony pudo volver en sí —Bien, ¿le administraron lorazepam?— y rápidamente revisó el expediente.

 

—Cuatro miligramos. 

 

—¿Llamaron a la Dra. Potts y al Dr. Strange?

 

—El lorazepam no funciona— alertó desesperado el enfermero.

 

—Fenobarbitúrico. Dele Fenobarbitúrico. 

 

—Listo— dijo el enfermero al hacer lo indicado.

 

—Sigue igual— contestó otra enfermera.

 

—¿Llamaron al Dr. Strange?— preguntó de nuevo.

 

—¡Ya le dije que sí!

 

—Deben localizarlo. Ahora.

 

—¿Qué más quiere hacer? —El castaño escuchaba con dificultad los gritos y las máquinas— Doctor, necesita decirnos qué más quiere hacer — El monitor cardíaco realizó un pitido característico —¡Paro cardíaco!

 

—¡Código azul! ¡Código azul!

 

—¡Traigan el carro de paro!

 

—¡Desfribilador!

 

Tony estaba aterrado, y los gritos ni las ruidosas máquinas eran de ayuda. Pero sin saber de dónde, tomó coraje y empezó a actuar. El carrito llegó rápidamente y le fueron ofrecidas las paletas que Anthony tomó.

 

—¡Espere!— dijo la enfermera y puso gel conductor encima de estas.

 

—Carguen las paletas a 200— ordenó Tony colocando las palas sobre el tórax del Bethany —¡atrás!— los enfermeros apartaron sus manos y Tony procedió a apretar los interruptores de descarga.

 

—¡Todavía nada!— avisó el enfermero.

 

—Cargando. 19 segundos— indicó la enfermera a cargo del carrito.

 

—Carguen a 300.

 

—300.

 

Tony repitió la acción— ¿Nada?

 

—47 segundos. Nada.

 

—¡Carguen a 360! ¡A un lado!

 

—360.

 

—¡No me dejes Bethany!

 

—A los 60 segundos se supone que debe de darle otra droga...

 

—¡Carguen de nuevo!— los enfermeros le miraron desconfiados —¡Dije que carguen! —La enfermera obedeció —¡apártense!— el castaño volvió a apretar los interruptores. 

 

El monitor cardíaco dejó de hacer el fastidioso ruido —¿Qué pasó?— preguntó asustado Tony. Los enfermeros volvieron a atender a la chica.

 

—Se está normalizando— le indicó la enfermera del carrito.

 

—Su presión está aumentando— habló más tranquilo el enfermero que hace unos momentos gritaba.

 

—Perfecto...— dijo sin aliento Tony.

 

—La presión se restablece al igual que su ritmo cardíaco. Está respirando.

 

—¿Qué fue lo qué pasó?— entró corriendo Stephen.

 

—Sufrió una convulsión...

 

—¿Una convulsión?— Stephen arrugó el ceño.

 

—Y un infarto— explicó el castaño.

 

—Se supone que tenías que vigilarla— Protestó el cirujano, acercándose a Bethany para revisar sus signos vitales.

 

—La revisé. Puedo...

 

—Sí, yo lo haré. Vete— le cortó bruscamente.

 

Tony le miró molesto pero no discutió.

 

—Si hay una emergencia me llamas de inmediato. No en los cinco minutos que tardas en llegar a la emergencia. Estás en mi equipo y si alguien muere es mi trasero— En su caminata, Tony se encontró con Pepper y ésta empezó a reclamarle —¡Stark!— le gritó, pues el regañado pasó de largo.

 

—¿Tony?— le llamó Loki al verle caminar con la mirada perdida, pero le ignoró.

 

El castaño salió corriendo del hospital siendo seguido por Loki 

 

Acercándose rápidamente a un árbol, Tony comenzó a vomitar gracias la presión que sintió hace unos minutos. El ojiverde le miró de lejos, dándole su espacio. 

 

Cuando Tony sacó todo lo que tenía que sacar, limpio su rostro y regresó —Si se lo dices a alguien...— amenazó cuando pasó al lado de Loki.

 


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