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Fragile Love [HIATUS] por xMaiia

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Notas del capitulo:

Nos leemos en las notas finales.

Wattpad.

- ¡Abuelito! -Un pequeño rubio llegó hacia el hombre mayor, en sus manos llevaba un pequeño gatito color beige con algunas zonas, como la cola, las patas, las orejas y la cara, en color casi negro, estaba sucio y parecía abandonado.- ¡Estaba solito!

- Yuratchka, no puedes llevarlo… Tu abuela se enojará.

- ¡Por favor, abuelito! -El pequeño hizo un puchero, sus ojitos verdes se llenaron de lagrimitas mientras el pequeño gato miraba intensamente al adulto mayor.- ¿Puedo quedármelo?

Su abuelo suspiró, cerrando los ojos y volteando el rostro a otro lado. Si le decía que sí a su adorado nieto, su esposa se enojaría, pero sabía que Yuri se pondría muy triste si se lo negaba.

- ¿Prometes que te harás cargo de él? Un gatito es una responsabilidad muy grande, mi niño. -Yuri asintió eufórico, abrazando contra su rostro al gato.- ¡No Yuratchka! No te lo frotes contra la cara, primero debemos darle un baño. ¿Cómo se llamará?

- Puma Tiger Scorpion. -El pequeño mostró sus dientes en una amplia sonrisa, las cuales sólo el adulto tenía el privilegio de ver. Desde que la madre del menor le había abandonado, diciéndole que iría a hacer un pendiente, el rubio se había vuelto muy frío. Y su esposa no ayudaba mucho, puesto que era igual que su hija, discriminándolo por ser un omega.

- Abuelo… -El rubio se removió en su cama, había soñado el día en que adoptó a Potya. Extrañaba la presencia del hombre que lo crió con tanto afecto, se preguntaba por qué el destino se encargaba de quitarle a personas importantes en su vida. No quería que el kazajo, el japonés o el ruso se fueran de ella.

- Yuri. -Volteó al sofá, donde Victor se había quedado dormido. Ese día era el último en el hospital, la herida del rostro ya estaba sanando más.- Lo siento, me quedé dormido…

Victor les pidió la noche anterior a Yuuri y a Otabek que fueran a descansar, que él se quedaba a vigilar al rubio. Los doctores lo tenían sedado completamente, habían presenciado un ataque de ansiedad, donde el menor comenzó a comportarse de manera acelerada y nerviosa.

Se retorcía las manos, se tocaba el pecho, se tocaba el rostro, a la vez que comenzaba a llorar, lanzando arañazos a quienes intentaron controlarlo.

- ¿Cuándo me iré a casa? Quiero… Necesito ver a Potya. -Comenzaba a sentir ansiedad y Victor rápidamente se levantó, acercándose para sentarse en la cama y tomar sus manos, antes que empeorara.

- Mírame, Yuri. Mírame a mí… Hoy mismo te darán el alta, hoy volverás a casa con Otabek y podrás abrazar a tu gatita, pero necesito que te calmes, no puedes tener ataques de ansiedad o los doctores te sedarán otro día, ¿quieres eso? -Se ganó una negación, por lo que continuó.- Entonces cálmate, aquí estamos nosotros. Yuuri y Otabek llegarán en un momento.

Yuri no hizo más que asentir, y efectivamente, unos minutos después, la puerta se abrió para darle paso a su pareja y a su amigo. Otabek llevaba una pequeña mochila, donde tenía ropa para el rubio, pues desde que había sido internado, el traje de la competencia había sido cortado y ahora era inservible.

- Tanto que se había esforzado Yuri en ese traje… -Pensó el kazajo mientras se acercaba a su pareja, besándole la frente para después dejarle al mochila en las piernas con cuidado.- ¿Quieres que te ayude a vestirte?

- Por favor… -El rubio se sentía sin fuerzas, así que la ayuda de Otabek le vendría muy bien. Victor se hizo a un lado, sentándose en el sofá con Yuuri, mientras el moreno quitaba las sábanas, ayudándolo a colocar sus pies en el piso, pasando su brazo por debajo de los de Yuri para levantarlo, caminando los dos al baño.

- Te desabrocharé la bata, amor. -Dirigió sus manos hacia la bata del hospital, desabrochando los tres nudos a lo largo de la espalda de su novio, dejando a la vista el pequeño trasero blanco. Suspiró, no podía tener pensamientos indecorosos después de haber pasado eso, así que, ver a su pareja desnudo frente a él, no le causó ningún tipo de excitación.

El rubio sacó sus bóxers de la mochila, comenzando a ponérselos, mientras el kazajo sacaba los pantalones, esperando que el contrario terminara de ponerse la prenda.

- ¿Me veo mal? -Murmuró el rubio, enderezándose frente al moreno.

- ¿… qué dices?

- Que si me veo mal…

- No amor, te ves igual que siempre.

- ¿Y por qué no me miras de la misma forma que antes? -El moreno ladeó la cabeza, sin entender el punto de lo que Yuri decía.- ¿Ya no te excito? Antes, con sólo verme sin camiseta, te lanzabas sobre mí para besarme…

- Yuri. -Le cortó el moreno, suspirando.- Me gusta como te ves, pero no es momento para pensar en esas cosas. -Se llevó una mano al puente de su nariz, sentía nostalgia.- Simplemente no puedo levantarme en la mañana como si nada de esto hubiera pasado, es algo que me duele… nos duele. También a las personas a nuestro alrededor. No podemos fingir…

El rubio se quedó en silencio, sabía que su novio tenía razón, así que decidió no seguir hablando de eso que tanto daño les hacía, así que solo se enfocó en vestirse en silencio.

//

1 mes después.

Otabek ya no sabía qué hacer con su pareja, agradecía que era una persona con paciencia infinita, pues Yuri realmente había cambiado.

Desde que habían dejado el hospital, su amado sólo se la pasaba acostado en su cama, no quería comer, no quería salir. Sólo se duchaba porque él lo arrastraba al baño y lo metía en la tina, donde se encargaba de enjabonarlo completamente, pero la mirada del rubio siempre estaba perdida.

Ni hablar de los besos o caricias, apenas se acercaba un poco y él lo alejaba sin decir palabra alguna.

También se comenzó a portar grosero con Victor y Yuuri… Ahora rechazaba a Potya.

- Yuri. -Entré a la habitación, estaba acostado en la cama, como siempre, hizo caso omiso a mi llamado.- Yuri… Tenemos que salir. -Vi como los cabellos rubios se movían mientras él negaba con la cabeza.- Yuri, tenemos que ir al cementerio, es el aniversario de la muerte de tu abuelo…

- Abuelo. -Murmuró, volteando a ver la ventana por unos largos minutos.- No quiero ir…

- Mi amor… -Me acerqué a él, poniéndolo en alerta con rapidez, haciendo que extendiera sus brazos para que no me acercara más, pero simplemente me importó poco, así que, hasta que estuve frente a frente, me hinqué, rozando su mejilla.- Tienes que salir, estás alejando a la gente que más te ama…

- No quiero ver a nadie. -Sus ojos huyeron de los del kazajo, quien podría jurar que había visto unas pequeñas lágrimas.- Vete, Otabek…

- Pero…

- ¡VETE DE AQUÍ! ¡QUIERO ESTAR SOLO! -Gritó, haciendo que el moreno se levantara.- ¡No regreses! ¡Lárgate!

- No digas cosas de las que te puedes arrepentir…

- ¡VETE OTABEK!

El kazajo asintió, así que tomó una mochila y un poco de ropa.

Yuri quería estar solo y él concedería su deseo. Pasaría al panteón a dejar un ramo de flores a la tumba del abuelo de su pareja y de ahí iría a la casa del ruso y del japonés, tal vez podrían dejarle estar un tiempo.

Dirigió una vez más su mirada al rubio.

- Me llevo a Potya.

- Llévate lo que quieras…

//

- ¡Otabek! -Saludó el japonés, abriendo la puerta principal, dándole el paso enseguida.- ¿Qué sucedió? Victor no me contó a detalle… ¿Cómo sigue Yuri?

- Está mal… No quiere verme, no quiere… vernos. -Susurró, señalando la jaula transportadora donde iba Potya.

- Lo siento mucho, Ota… Aunque es peligroso dejarlo tanto tiempo solo…

- No lo dejaré solo, estaré ahí, sólo no dormiré en la casa.

- ¿Estás seguro?

- Es lo que se necesita…

//

1 semana después.

- ¡Gatito! -Victor entró gritando a la casa, dirigiéndose a la habitación principal donde Otabek había dicho que siempre estaba. El platinado estaba harto de la situación en la que estaban. Tanto Otabek como Yuuri habían sufrido maltratos por el menor, así que iba a hacer que le escuchara quisiera o no.- ¿Yuri?

- Lárgate de aquí, maldito calvo. -Se escuchó desde la habitación, así que se acercó, parándose en el marco de la puerta. El rubio parecía que no se había bañado en todo ese tiempo, su cabello enmarañado, sus ojos con ojeras.

- Deja todo este maldito teatro, estás perdiendo a Otabek. ¿Él no es el amor de tu vida? ¿No prometiste cuidar a las personas a tu alrededor?

- No recuerdo haber dicho nada de eso…

- ¿Seguro?

El funeral había acabado, las personas se retiraban lentamente del panteón, dejando solamente a Yuri frente a esa lápida con el nombre de su abuelo grabada en ella. El rubio, cabizbajo, lloraba en silencio, sus hombros apenas se sacudían, sus manos apretaban la tela de su pantalón.

- Abuelito… -Murmuró bajo el rubio, ajeno a que Victor estaba detrás de él, con la intención de consolarlo.- Lamento no haberte cuidado lo suficiente para que estuvieras a mi lado por más tiempo… Juro, juro que trabajaré para que nadie más se aleje, no quiero… no quiero más sufrimiento… Primero mi madre… Después… después tú… No quiero más de eso…

Victor se llevó una mano a su boca, tapándola, mientras sentía pequeñas lágrimas en sus ojos. Siempre creyó que Yuri no recordaba a su madre, pero ahora se daba cuenta que estaba muy equivocado.

- ¿Yuri? -Le llamó con suavidad, una vez que el menor terminó de sacar todo lo que le hacía daño.

Él volteó a verle, corriendo a refugiarse entre el par de brazos fuertes, los únicos que le podían reconfortar en ese momento, junto con los de Otabek y Yuuri.

- No recuerdo nada de eso, no me importa.

- ¡Basta Yuri Plisetsky! ¡Hablarás con Otabek y te disculparás con Yuuri!

- Todos se pueden morir, no hay diferencia ahora.

Victor sintió algo en su interior romperse. El menor nunca había dicho nada de eso, ahora ni siquiera lo reconocía.

Notas finales:

¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo.

Noticia: Ya no podré actualizar cada semana, si no, hasta que pueda :(, entré al semestre de la facultad y por ende, tengo tareas y esas cosas. Espero que no se desesperen...

En fin, muchas gracias por leer y dar amor, dejen un rw <3

¡Saludos!


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