Para las tres personas en la sala de espera había pasado más de un día, aunque apenas llevaban alrededor de un par de horas allí.
- ¡Otabek! -El nombrado alzó el rostro en dirección a la puerta de entrada, donde venía entrando Yakov con Christophe, claramente preocupados por cómo se encontraba el menor.- ¿Cómo se encuentra Yuri? -El kazajo sólo pudo encogerse de hombros, levantándose para acercarse a Yakov y tomar el bolso que pertenecía a su novio, sacando los protectores de las cuchillas de los patines, colocándolos donde correspondían para después dejarlos sobre el bolso.
- No han salido los doctores a avisar sobre su estado, pero me preocupa el segundo sangrado.
- ¿El de...? -Victor preguntó, ganándose un asentimiento por parte del menor.
- Lo siento mucho, Beka. No pensé que podría dañar a Yuri de esa manera, juro que yo estaba haciendo bien mis saltos y... -Comenzó a disculparse el suizo de forma nerviosa, sus manos temblaban y apretaba los nudillos.
- No es tu culpa, Yuri había fallado en los entrenamientos ¿recuerdas? -Contestó Yakov, colocando una mano sobre el hombro del otro chico.
- ¿Si Yura había fallado todos los saltos por qué lo dejaste competir? -Otabek se acercó colérico hacia el entrenador, tomándolo del cuello de su ropa para acercarse más él.- ¿Por qué lo dejaste, Yakov?
Victor y Yuuri se levantaron de donde estaban para poder controlar al kazajo si es que las cosas se ponían mal y, efectivamente así iba a suceder, hasta que escucharon que alguien llamaba a los cercanos de Yuri.
Otabek le dio una última mirada a Yakov y se acercó al doctor, alegando que era la pareja sentimental del menor. No quiso aceparlo, pero se asustó cuando vio que el doctor tenía su traje quirúrgico y sus barreras llenas de sangre, rogando que su novio estuviera bien.
El doctor le dio una mirada y le señaló que fuera con él, volteó a ver a los demás y ellos asintieron, procediendo a seguir a la otra persona. Llegaron a un consultorio, donde el doctor se quitó las barreras desechables y las tiraba, lavándose las manos para desinfectarse.
- ¿Cómo está Yuri? -Se desesperó el moreno, removiéndose inquieto en su asiento.
- ¿Dice que usted es la pareja sentimental? -El kazajo asintió un par de veces.- Me supongo que usted es el alpha que marcó su cuello ¿verdad? -Otro par de asentimientos.- Y usted sabe que su novio es un omega ¿verdad? -El chico comenzaba a desesperarse más, mientras asentía de nuevo.
- ¿Qué hay con eso?
- El joven... Plisetsky, tuvo un aborto espontaneo, tenía alrededor de 3 meses de embarazo, con el estilo de vida que suponemos tiene su pareja, puede haber varios motivos, puesto que al ser un embarazo omega tiene más probabilidad de fallar. ¿Sabe si ha tenido problemas?
Otabek se quedó pensando un rato, sintiéndose triste, mientras sus manos jugueteaban entre ellas.
- El entrenador dijo que durante todos los entrenamientos falló los saltos...
- Tal vez sea la causa principal... -El doctor sacó un modelo de útero, mostrándoselo al kazajo, señalando una parte.- Aquí es donde se implanta el saco del embrión, aunque no siempre de la manera correcta, entonces como resultado de los saltos y caídas que su pareja sufrió, el embrión comenzó a despegarse poco a poco, hasta quedar completamente separado, por ende, sufrió el aborto.
Toda la información era procesada por el moreno, que se llevó una mano a su cabeza para revolverse los cabellos, sintiendo un nudo en la garganta.
- ¿Y con la herida en su rostro? -Murmuró, tragando duro para que su voz no se quebrara.
- Hicimos lo más que pudimos, el joven Plisetsky tuvo una suerte enorme, la herida casi le toca el ojo, por un par de centímetros, le colocamos 15 puntos. ¿Con qué tuvo ese accidente?
- Las cuchillas de otros patines...
- Entonces corrió con suerte... -El doctor guardó el expediente donde estaba todo lo de Yuri anotado, al igual que el modelo donde le explicó todo al menor.- Como está fuera de peligro, lo subirán a piso en unos minutos, está sedado... Puede preguntar en recepción por su habitación, yo estaré a cargo de su estancia aquí, joven... -El doctor se levantó de su silla y extendió su mano.
- Altin -Respondió el kazajo mientras la estrechaba, dándose media vuelta para salir del consultorio y regresar hacia donde se encontraban sus preocupados amigos.
- ¿Qué te dijo, Beka? -Preguntó el japonés al ver que nadie decía nada.
- Yura estaba embarazado... -Murmura Otabek, puesto que no era ningún secreto entre amigos el que Yuri fuera omega, pues para poder practicar pedían los papeles para llevar un control sobre las fechas de los celos, al igual que Yuuri también era omega, mientras Victor era alpha.
Yuuri, al escuchar eso, se llevó una mano a la boca, abriendo los ojos sorprendido, mientras todos sintieron una punzada en el pecho, puesto que Otabek había dicho "estaba".
- ¿Perdió al...? -Otabek asintió, sentándose en la silla que ocupaba anteriormente, soltando el aire que nisiquiera sabía que había retenido.
Se sentía enojado consigo mismo, recordaba que había anudado dentro del menor durante un celo, donde no se pudieron controlar y terminaron follando como conejos. Se lamentaba no haber puesto más atención a eso como para haber ido a que revisaran a su novio y haber confirmado el embarazo... Así, sólo así, hubieran evitado todo esto.
Yakov también tenía las manos sobre su cabeza, frotándoselas. Se sentía culpable de que el menor hubiera perdido la vida de su futuro hijo o hija, de no haber avisado a Otabek que había notado como Yuri se ponía pálido, que no soportaba olores que antes sí y que más de un par de veces lo vio que tuvo que salir corriendo de la pista de patinaje para vomitar.
- Lo lamentamos mucho, Beka -Victor colocó su mano sobre el hombro del menor, abrazando a Yuuri de la cintura, pues el japonés había roto en llanto.
El kazajo asintió, dando un par de palmadas a la mano sobre su hombro, levantándose después para acercarse a recepción para preguntar el número de habitación donde estaría su amado. La recepcionista le informa que ya estaba internado en piso, que podían subir y él agradece, informando a los demás que podían subir a verlo.
Todos suben en silencio por el elevador, escuchándose como Yuuri sorbía su nariz y como Victor intentaba consolarlo, ambos prefirieron quedarse afuera cuando estuvieron frente a la puerta de la habitación, el ruso temía que el japonés se pusiera peor cuando viera al menor acostado en la camilla.
Otabek abrió la puerta y les dio el paso a los otros dos, Christophe fue el primero en entrar, quedándose a medio camino con una mano en la boca, mirando a Yuri con pena y Yakov miraba sin saber cómo reaccionar, le dolía, le dolía demasiado ver como aquél muchacho de fuerte carácter se encontraba.
El kazajo se abrió paso entre los dos, colocándose a un lado de la camilla, hincándose mientras tomaba una mano de su hada rusa, acariciándola con tanto amor, mirándolo de la misma forma, estirando su mano libre para acariciar su mejilla sana.
Yuri Plisetsky tenía un gran parche de gasa ocupando su mejilla, estaba más blanco que de costumbre, su cabello no brillaba y se notaban unos pocos rastros de sangre seca, producto de que tal vez no le lavaron bien el cabello. Todos los presentes sabían que si él estuviera consciente, correría a todos con tal de que no le vieran en esa situación.
Christophe soltó un suspiro mientras se acercaba a la camilla, acariciando la pierna del menor por sobre la manta que la cubría, mirando fijamente como se encontraba, se sentía culpable, pensaba que sólo de haber cuidado más al orgulloso jovencito frente a él, todo se hubiera evitado y esta pesadilla no estaría pasando.
Victor asomó la cabeza, su mirada se posó en Yuri, decidiendo que aún no era tiempo para que su pareja entrara.
"Despierta Yura... Por favor despierta..."