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Destruyendo estereotipos. [Sichul] por ChulieChulie

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Notas del capitulo:

*EDITADO*

 

Hola a todas y todos (porque aun ni pierdo la esperanza de que aparezca algún fanboy)

Aquí dejo el segundo cap!

Y sin más que decir.

A leer se ha dicho!

Después de exactamente once horas y cincuenta y siete minutos de vuelo, al fin llegó a su destino.


Era todo un experto en el desembarque, pero su hermoso cuerpo estaba muy cansado y el tiempo en la fila se le hizo eterno.


Luego de lo que según él fue una vida entera, logró pasar el control de fronteras. Ahora solo tenía que recoger su equipaje e irse a casa.


Tarea fácil.


Que equivocado estaba, la peor parte de todo fue recoger sus maletas y no por el tiempo de espera, sino porque eran nada menos que once maletas grandes. Se sintió frustrado, generalmente él no se ocupaba de esas cosas, y a decir verdad, no cargaba tantas maletas.


Pero no era completamente su culpa, tenía mucha ropa, y aunque nadie lo creyera, había empacado solo lo que creía necesario para comenzar su vida en ese nuevo país.


Miró todas sus maletas apiladas y suspiró con pesadez. — Bueno, creo que no me queda de otra.


Hizo su mejor rostro de aflicción y se acercó a uno de los empleados para pedirle ayuda. Juntos y con ayuda de una carretilla cada uno, consiguieron llevar las maletas al área de espera, donde se supone que su tío lo esperaría.


— ¡Ay no! Justo lo que me faltaba. — para su desgracia, el aeropuerto de Seúl era mucho más transitado de lo que había imaginado, si hasta era casi igual que el aeropuerto de los Ángeles.


Pero que tonto era, las grandes ciudades tenían aeropuertos como ese.


— Podría perderme aquí y nadie se daría cuenta. — miró con cautela a las personas y luego de algunos segundos, sonrió por primera vez desde que había bajado del avión.


Las personas caminaban por su lado como si fuera solo una persona más, algunos se volteaban a verlo extrañados, pero supuso que un excesivamente hermoso doncel con once maletas de colores brillantes llamaban mucho la atención.


En ese lado del mundo su rostro no era muy reconocido. A pesar de que había estado en Sur Corea en alguno que otro desfile de moda, y que era el primer modelo con rasgos asiáticos en llegar tan alto, su rostro no estaba en todas partes.


Su fama radicaba más en los países europeos y americanos, pero bueno, dos de cuatro continentes no estaba nada mal.


Al contrario, eso le permitía la libertad que había llegado a buscar.


— Ahora si podré tener una vida tranquila, sin esos tontos paparazzis atosigándome todo el tiempo. Podré salir libremente a las calle, comer en cada uno de los restaurantes que se me antoje, salir a citas sin preocuparme de aparecer en las planas de las revistas rosas. — sus ojos brillaban ante tanta emoción. — ¡Ahora sé cómo te sientes, mi querida Elsa! Libre soy, libre soy~ No voy a ocultarme maaaas~ Libre soy, libre soy~ Libertad sin vuelta atrás. Firme así, me quedo aquí, paparazzis no hay~~~ Corea también es parte de mí. —daba vueltas y bailaba sin importarle las miradas de reproche que recibía al obstruir el paso de algunas personas.


Heechul miró alrededor, podía estar muy contento por su recién adquirida libertad, aun así tenía que encontrar a su tío para poder ir a casa. Estaba acostumbrado a viajar de un lado a otro, eso no significaba que hacerlo no fuera cansado. Era un humano después de todo; uno superior, sexi, maravilloso e increíblemente bello, pero humano a fin de cuentas.


Ahora no tenía que correr a alguna sesión de fotos o algún desfile de modas, así que sólo quería llegar a su nueva casa y tener por al menos 15 horas de sueño reparador de belleza.


Se subió a una de las bancas para poder ver por encima de la muchedumbre que desfilaba de un lado a otro. Buscó por lo menos cinco minutos hasta localizar a un hombre algo fornido sosteniendo un cartel con su nombre escrito en inglés. Podía leer y hablar perfectamente en coreano, pero le gustó el lindo gesto de parte de su tío.


— ¡Tío! ¡Estoy aquí! — daba pequeños saltos para llamar la atención de su tío, cosa que logró casi de inmediato. Se bajó de la banca y corrió hacia donde estaba el hombre mayor.


Decir que quería mucho a sus tíos era un eufemismo. Desde la muerte de sus padres habían estado muy pendientes de él, nunca lo dejaron solo e incluso lo apoyaron en cada paso de su carrera, evitando que oportunistas se aprovecharan de su inocencia.


Solo que debido a su trabajo, no había visto a su familia tanto como le hubiera gustado. Por eso estaba muy agradecido de que lo dejaran quedarse con ellos hasta que cumpliera la mayoría de edad.


— ¡Heemin! — abrazó con ternura a su sobrino, único hijo de su querido hermano menor. Verlo le recordaba a su hermano, este adoraba con su vida a su pequeño -ya no tan pequeño- retoño.


— Gracias al cielo estás aquí. El vuelo fue muy cansado y encima tuve algunos pequeñitos problemas con mi equipaje. —suspira con el dramatismo característico en él.


— Es un viaje largo y cansado. — lo mira y sonríe, a pesar del cansancio, su rostro no se mostraba como el rostro de una persona que había viajado 12 horas seguidas. — Aunque tu rostro es tan hermoso como siempre. Vamos por tu equipaje, te llevaré a casa.


— Ammm... Hablando de equipaje, espero que trajeras al menos una camioneta. — le sonríe como si nada y camina guiando a su tío donde había dejado su equipaje, tan solo unos metros más allá.


— ¿Es mucho equipaje? Pues traje la camioneta de tu tío, pero no creo que realmente necesitemos todo el espa...cio... — se quedó callado cuando miró las dos carretillas con las maletas. Definitivamente si iban a usar todo el espacio. Gracias a dios había llevado la camioneta de su esposo y no su auto, que más que espacioso, era lujoso.


— Menos mal. Hubiera sido muy complicado llevar todo mi precioso equipaje. — Heechul suspiró aliviado.


—  Pequeño, ¿no crees que exageraste con las maletas? — Jonghyun se acercó a los carritos y empezó a contar, once maletas en total, ¿qué tanto traía en ellas?


Heechul miró las once maletas apiladas sobre las carretillas y negó. — Aunque no lo creas, traje solo lo que creí súper necesario, recuerda que no es un viaje de vacaciones, pienso quedarme un poco más de un año; quiero una vida tranquila ¿Y qué mejor lugar para hacerlo que donde nadie sabe quién soy? Solo quiero un poco de normalidad en mi vida.


Jonghyun miró con ternura y comprensión a su sobrino. Desde muy tierna edad había llevado una vida muy acelerada y ocupada, no había estado muy de acuerdo con eso, pero su cuñada y su hermano lo habían sobre mimado.


— Está bien. Tranquilo pequeño. Las maletas van a estar un poco apretadas pero sin duda van a alcanzar; menos mal que a tu tía se le ocurrió que era mejor quedarse en casa con los chicos para prepararte una bienvenida digna de ti. — Jonghyun se acercó a la carretilla que tenía seis maletas y sonrió.


— ¿Una bienvenida digna? — Heechul sonrió. — Espero que sea mucha comida porque realmente estoy hambriento. — tomó la otra carretilla, y frunció el ceño al ver el rayón en su maleta de Frozen. — Debemos tener mucho cuidado. Mis pobres maletas han sufrido suficiente daño por toda una vida.


— Bueno, creo que podemos ordenarlas sin causar más daños a tan costosas maletas. Vamos, hay que llevarlas al estacionamiento. — Jonghyun empujó uno de las carretillas hacia la salida lateral del aeropuerto.


Heechul tomó aire muy profundamente antes de empezar a empujar la carretilla, cinco maletas grandes eran mucho más pesadas de lo que aparentaba.


Su tío sonreía divertido al ver como batallaba con la bendita carretilla.


— Disculpa, ¿necesitas ayuda?


Heechul levantó la vista para mirar al hombre que interrumpía su concentración.


— ¿Ayuda? ¿Acaso te parezco una chica debilucha? Ahhh, claro, creíste que haciéndote el galán podrías quedar bien conmigo. ¡Pues te equivocas! Soy perfectamente capaz de llevar esta endemoniada cosa por mí mismo. — Heechul respondió y volvió a concentrarse en su tarea.


Su mal genio había salido a luz, pero no pensaba dejarse ganar por la cosa esa. Así que dejando atrás a un estupefacto muchacho, empujó con todas sus fuerzas, hasta que llegaron a la camioneta.


Se recostó en el lateral mientras trataba de regular su acelerada respiración.


— Ufff... Creo que eso cuenta como un buen ejercicio. — Heechul llevó sus manos al pecho, estaba seguro que su corazón se detendría en cualquier momento.


— Buen trabajo, ese es mi pequeño. —El hombre mayor revolvió un poco su cabello para, acto seguido, abrir el maletero. — Tú descansa dentro del auto mientras yo me encargo de acomodar todas las maletas.


Heechul sintió y abrió la puerta del acompañante, se subió al auto de un salto, se quitó las zapatillas, se estiró y movió un poco sus doloridos pies.


Jonghyun tardó alrededor de veinte minutos acomodando las maletas de tal forma que todas cupieran. Soltó un suspiro de alivio cuando la puerta cerró por fin. Subió al auto y encendió el motor. — Bien, es hora de ir a casa.

Notas finales:

Espero que disfruten el cap, aunque sea un poquitín.

Trataré de subir dos caps por semana, así que estén pendientes.

Hasta el próximo cap. Bay, bay!


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