Después de la recepción en el Hotel Teito, la vida siguió su curso...
El discurso de Akihiko fue bastante cursi y azucarado, no era lo habitual en él, pero con su imponente presencia, a pesar del exceso de azúcar hizo soñar despiertos a muchos de los asistentes, y provocó varios derrames nasales. Realmente Akihiko y Chibi-tan hacen una buena pareja...
Al final del evento, ya estaba un poco harto. Tenía que quedarme hasta que todos se fueran y mucho antes de eso ya estaba exhibiendo una sonrisa tan falsa, que hasta Aikawa se acercó a preguntarme si me encontraba bien.
-Isaka-san, disculpe, pero no tiene muy buen aspecto, ¿le ocurre algo?
-Nada, es simplemente que me encanta que los planes salgan bien...
Chibi-tan se había ido no sé donde. Me dirigía a hablar con Akihiko cuando lo encontré en actitud muy concentrada al lado de Asahina. Hablaban en voz baja, parecía que incluso fuesen amigos. Maldición.
En fin, Akihiko estaba ocupado, así que me dirigí a molestar a otro de mis blancos favoritos.
-¡Nanahikari! ¿Cuándo vas a hacerle caso a tu padre? -Me encantaba molestarlo, sobre todo desde que sabía lo suyo con Takano. -Tu padre aún me llama de vez en cuando porque dice que no das señales de vida... Takano, hazle entender las cosas a este chico... -Sí, lo que dije iba con segundas intenciones.
-Lo haré con gusto, Isaka-san. ¡Onodera, nos vamos! -La gente ya empezaba a retirarse. Pero Aikawa, Asahina y yo debíamos quedarnos los últimos.
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Dos horas después, aún seguíamos allí. Demasiado tarde para largarme al bar a emborracharme con alcohol de garrafón... Me iría a casa y dormiría doce horas seguidas, también sonaba bastante bien.
Salimos del hotel y Asahina se ofreció a llevar a Aikawa a su casa. Ya no había trenes, así que aceptó. Yo me fui en mi coche... solo.
Durante el fin de semana, estuve en casa de mis padres. Mi padre sigue igual... Apagándose lentamente. Sólo nos queda esperar.
El lunes por la mañana, me fui directamente al trabajo sin pasar por mi casa. Allí estaba esperándome Asahina, en actitud profesional, como si no hubiese ocurrido nada entre nosotros.
Me siento raro... En parte, estoy muerto de miedo. Pero por otro lado, quiero terminar lo que dejamos inconcluso... Pero, ¿qué pasaría entonces conmigo y con Kaoru? ¿Volveríamos a ser una pareja? ¿Tendría que vivir con el miedo de que volviese a herirme? Sé muy bien que amo a Kaoru, que nunca dejé de hacerlo... Pero no estoy dispuesto a pasar por ciertas cosas.
Mientras sigo perdido en mis pensamientos y trabajando con el piloto automático puesto, la jornada laboral termina y Asahina se levanta de su silla.
-Buen trabajo hoy, Asahina. Puede irse.
-Buenas noches, Isaka-san.
No intenta nada, y yo me siento ¿vacío? Tengo que encontrar una manera de calmarme. Entonces, se me ocurre llamar a mi más reciente amigo... Alguien que, en el fondo, no tiene nada que ver conmigo y tal vez me ayude a distraerme.
-¿Diga?
-¿Fujiwara? Soy Isaka. ¿Tienes un momento?
-Dime.
-¿Te gustaría salir a beber esta semana?
-Sí, ¿qué día?
-Un momento... ¿Qué tal este jueves? No tengo ninguna reunión ni nada en especial.
-De acuerdo, me lo apunto. ¿En el bar de siempre?
-Sí... Perfecto. Nos vemos el jueves.
Tal vez sea lo mejor...
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Las horas pasan lentamente, se convierten en días, y llega el jueves, cuando he quedado
con Fujiwara para beber algo y relajarnos... Para ver si consigo distraerme un poco.
No espero nada de esos encuentros. Sé que ese tipo me haría de todo si yo le dejase, pero si algo he aprendido en los últimos meses es a decir que no y a mantener mis defensas altas.
Soy mala persona por utilizarlo, pero no consigo calmar mi inquietud.
La presencia de Kaoru en el trabajo me afecta. Todo tiene que ver con él... Todo lo relaciono con él. En cambio, él sigue impasible, inalterable, dirigiéndome la palabra lo justo y necesario, y simplemente para hablar de trabajo.
Han pasado algunas semanas, y aún pienso en el primer día de trabajo de Asahina, aún pienso en aquello que no concluimos. Y por más que lo intento, no puedo borrarlo de mi mente. ¿Habrán sido imaginaciones mías?
No puedo soportarlo más.
-Asahina...
-Buen trabajo, me retiro... -Lo sujeto fuertemente del traje, como la otra vez, hago que se gire hacia mí y empiezo a besarlo...
Sólo empiezo. Porque él me aparta casi inmediatamente, diciendo en ese tono frío e impersonal que estoy empezando a odiar:
-Esto no entra dentro de mi contrato de trabajo, Isaka-san.
Se ha ido.
¿Se habrá cansado de mí?
¿Se habrá rendido? Era lo que yo quería, pero...
¿Por qué me siento tan mal en este momento?
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Flashback: hace unos pocos años, en la universidad M...
En el departamento de literatura de la universidad M se encontraban, como casi siempre, dos hombres discutiendo.
-¡Miyagi-sensei! ¡Estoy harto de su desorden! Hay que ser muy valiente para entrar en el bosque frondoso, así que ¡hágalo usted y déjeme a mí con mis asuntos!
-¡Ka-miii-jou! ¡My sweet honey! Deja de fruncir el ceño o te saldrá una arruga. Y vigila tu mal humor... ¿Es que no estás satisfecho?
-¡Es usted un...! -Parecía que iban a llegar a las manos. Kamijou se iba a lanzar contra el otro tipo, cuando otro hombre llegó a separarlos.
-¿Pueden dejar de hacer el tonto y ponerse a trabajar?
-Asahinaaaa... Le quitas la diversión al trabajo. Molestar a Kamijou casi entra dentro de mi contrato...
-Pero molestarme a mí no, señor.
-Es cierto. Suerte que hay alguien como usted para poner orden aquí...
Asahina dejó a Miyagi y a Kamijou y volvió a su despacho. En el corto camino hacia éste encontró una cara conocida... ¿Qué hacía Usami Akihiko allí? Ah, claro, era buen amigo de Kamijou y debía ir a buscar información...
-Oiga, usted. -Usami lo estaba llamando a ¿él? ¿Asahina?
-Dígame.
-Usted se me hace conocido. Aunque no tengo interés en las personas, nunca olvido una cara, y menos a un tipo capaz de separar a esos dis que siempre pelean... -Refiriéndose a Miyagi y a Kamijou- o al tipo que era el guardián del molesto de Isaka en su juventud... ¿O me equivoco? -Usami Akihiko es demasiado listo. Era normal encontrarme con gente conocida, sin embargo no iba a hablarle en medio del pasillo.
-¿Puede pasar un momento a mi despacho?
-De acuerdo.
Pasamos a mi despacho. Akihiko se sentó y me preguntó directamente:
-¿Qué ha pasado entre usted e Isaka para que haya llegado aquí y ya no actue como su guardián?
-Es una larga historia que a usted no le incumbe. -Me moría de ganas de preguntarle por Ryuichiro, pero se me adelantó.
-Isaka sigue siendo una persona tan molesta como siempre, pero desde que usted ya no está a su lado, parece que le falta algo.
-De todas maneras, usted no tiene derecho a interferir.
-Es cierto, pero piense en eso: sólo por aguantarlo, usted es de los pocos que se ganó mi respeto, es algo difícil. Volveré a visitarlo algún día, ahora me voy a molestar a Hiroki.
-Buenas tardes.
Fin del flashback
Y así fue como terminé hablando con Usami Akihiko... Y ahora tengo un plan.
Me resulta muy difícil ignorar a Ryuichiro y tratarlo con frialdad, más desde que sé que se encuentra con otro tipo para beber, y que dicho tipo es el odioso Fujiwara de cervezas Usagi, el tipo que quería follarse a Ryuichiro delante de mí...
Estoy tan celoso que un día voy a dejar de controlarme y reclamaré lo que es mío...