Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EL CISNE BLANCO por Big Rabbit

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que alguien siga leyendo esto :)

Llevaban ya tres días en aquella casa en medio de la nada. Tres días sólo dedicándose el uno al otro. Recuperando el tiempo perdido.

Tres días en los que hicieron el amor en diversas posturas, a cuál más excitante. Tres días en un mundo privado que habían creado para ellos...

Pero todo conlleva sus inconvenientes. Después de incontables rondas, Ryuichiro estaba tendido en la gran cama, sin poder mover un solo músculo de su cuerpo. Pero lo compensaba el tener a Kaoru para él sólo, a su entera disposición.

Le había preparado un baño caliente, se quedó con él para vigilar que no se quedase dormido en la bañera, y lo secó con cuidado, sin que se lo pidiera, recordando cómo lo había hecho tantas veces cuando eran niños y no tan niños.

Asahina, sécame.

Ahora, bien entrada la noche, Kaoru dormía tranquilamente, con una plácida expresión en su rostro que lo hacía parecer el niño que había llegado hacía tanto tiempo a la residencia Isaka. Ryuichiro, a su lado, no podía ni quería conciliar el sueño. Quería mantener en su memoria todos los buenos momentos compartidos en aquella casa, pues presentía que su estancia allí pronto terminaría.

Se dedicó a recordar una ronda en especial que fue muy excitante tanto para Kaoru como para él...

-Te dije que harías y te dejarías hacer lo que yo quisiera, ¿cierto? -Kaoru miraba a Ryu desde la cama, después de una sesión de besos apasionados se encontraba agitado, sonrojado y con los labios hinchados, pero aún así feliz. Una visión magnífica para Kaoru, aunque podría mejorar en pocos instantes. 
En la habitación sonaba música suave, las luces estaban apagadas y habían sido sustituidas por velas aromáticas, provocando una atmósfera íntima y misteriosa. En resumen, una habitación para el amor.

Ryu, de pie enfrente de la cama, se giró hacía su amado esperando su primera orden.

-Desnúdate.

No hizo falta decirlo dos veces. Lentamente, fue desabotonándose su camisa. Había algo en sus movimientos, voluntario o no, que lo hacía parecer más atractivo, sugerente, ¿sexy? Eso era. Ryuichiro finalmente se quitó la camisa y la arrojó en algún lugar de la habitación. Kaoru lo miraba fijamente, cómo animándolo a continuar. A Ryuichiro e temblaban las manos, nunca había hecho algo así (a pesar de lo que hizo en aquel club de mala muerte), pero se sentía demasiado excitado... Ya se había desabrochado el cinturón y hacía lo propio con el cierre de su pantalón. La apretada ropa interior oscura que vestía marcaba el contorno de una erección, y Kaoru tenía un plan para eso. De momento, Ryu tendría que esperar un poco.

Ryu estaba más rojo que nunca. Nunca se había sentido tan expuesto, y menos frente al amor de su vida.

-Quítate la ropa interior también.

Ryuichiro vaciló un poco. Estaba muy duro y se sentía apenado por empalmarse por tan poca cosa, pero al quitarse los boxers Kaoru pareció complacido.

-Acércate. Quiero verte. -Ryuichiro obedeció y se acercó un poco más a la cama. -Date la vuelta. -Se giró de epaldas y Kaoru tuvo una visión perfecta de sus nalgas, entre las cuales se encontraba aquel agujero que no tardaría en ser dilatado y profanado. Pero aún quedaba un poco de diversión.

-Date placer. 
-¡¿Qué?! 
-Lo que has oído. Dijiste que harías lo que yo quisiera, así que ahora vas a ofrecerme un show privado... Ya has hecho la mitad del trabajo. -Kaoru se refería al striptease que le acababa de hacer su pareja.

Ryuichiro respiró hondo una, dos veces. Se armó de valor y empezó a pasar las manos por su cuerpo, acariciando su pecho hasta llegar a sus muslos, pero sin tocar ninguna de sus zonas más sensibles. Tocó sus pezones, estremeciéndose con el roce. Kaoru no apartaba su mirada y Ryuichiro sabía que lo estaba haciendo bien, hasta que le hizo una pequeña señal que captó al vuelo.

Bajó una mano hasta su miembro, jugó con la punta unos instantes mientras sentía una mezcla de vergüenza y excitación, para pasar a mover la mano de arriba a abajo por toda su extensión.

-Mírame. No te he dicho que cerrases los ojos. -La mezcla de emociones había hecho que Ryuichiro cerrase los ojos, evitando mirar a los de Kaoru, pero tuvo que obedecer y abrirlos. Para el secretario era muy estimulante ver aquello, el pecho de Ryu subía y bajaba, sus gemidos se hacían más audibles y de sus ojos brotaban pequeñas lágrimas de placer. Pero aún quería más. Señaló una silla que había cerca de donde estaba Ryu, y lo obligó a sentarse.

-Quiero ver más de ti. Sabes a lo que me refiero...

Ryu se sentó con las piernas abiertas, sin dejar de autosatisfacerse consiguió humedecer un par de dedos de la mano que le quedaba libre, y empezó a meter uno en su interior. Estaba estrecho y Ryu apretó los dientes en uma expresión de dolor mezclado con placer muy erótica. Movió el dedo en círculos mientras sentía cómo se iba dilatando, lo sacó y lo volvió a meter...

-Mete el otro también.

Ryu ya se sentía preparado para meter otro. Pero estaba llegando a su límite y sabía que no iba a durar mucho más. De todas maneras, metió los dos dedos en su interior y empezó a hacer movimientos de tijeras, sin dejar de masturbarse. De la punta de su miembro ya empezaba a salir el líquido preseminal que anunciaba su próximo clímax.

-Otro dedo.

¡¿Otro?! Esto no podía acabar bien. Sin embargo, Ryu hizo caso y ya eran tres dedos los que entraban y salían de su interior, enroscándose como si estuvieran buscando algo...

-¡Ah! Kaoru, yo no aguanto... Me correré pronto... Yo... -Ryuichiro no podía aguantar más, se sentía a punto de explotar y avergonzado... No le gustaría hacerlo de aquella forma.

-Córrete. Quiero ver cómo lo haces.

No podía ser. Kaoru no podía estar pidiendo algo así. El primer impulso de Ryu fue negarse y volverse a vestir, pero conocía a Kaoru y sabía que tenía una variedad de castigos para cuando Ryu no obedecía sus órdenes. No dejaba de mover sus manos.

Arriba, abajo. 
Dentro, fuera.

-¡KAORU! -Ryuichiro se corrió gritando el nombre de su amante, su mano llena de un líquido blanco, sus piernas temblorosas y un fino hilo de saliva escurriendo por su boca.

-No henos terminado. Ven. -Kaoru lo estaba esperando en el centro de la cama, con los brazos abiertos. Ryu avanzó hacia él, aún vacilante, y se dejó caer encima de su fuerte pecho, mientras su secretario lo abrazaba. Volvió a abrirle las piernas y lo colocó encima suyo, en una posición que revelaba lo que harían enseguida.

-Ahora... Debes complacerme. Hazlo tú mismo.

Ryuichiro comprendió enseguida y se sentó lentamente sobre el miembro de Kaoru, la invasión fue dolorosa al principio, a pesar de todo el juego previo, así que se tomó su tiempo para repetir el movimiento. Kaoru atrapó sus labios en un beso demandante, que distrajo a Ryu del dolor y lo animó a que siguiera haciendo sentadillas encima de él. Dejaría que Ryu marcara el ritmo, y sería satisfactorio para los dos. Pronto estuvieron disfrutándolo, Ryu seguía encima de Kaoru en um rápido ritmo que cubrió de sudor sus cuerpos y los hizo gemir hasta que las paredes internas de Ryuichiro empezaron a apretarse involuntariamente contra Kaoru. 
-¿Vas a terminar...? Me estás... Apretando... -Kaoru se contenía, quería que Ryu fuese el primero en terminar... -Ya llego a mi límite, Kaoru... -Le echó los brazos al cuello e hizo un pequeño movimiento que provocó que los dos hombres se corrieran al mismo tiempo. Ryu sobre ambos abdómenes y Kaoru dentro de Ryu, llenándolo con su esencia masculina...

La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas de la habitación. Ryu se había dormido, lo que comenzó como un recuerdo había terminado en un sueño...  Abrió los ojos, intentando localizar de dónde venía aquel sonido estridente que lo había despertado.

El sonido paró tan rápido como había iniciado. Ryu seguía intentando despertar del todo, y unos instantes después se oyó otro sonido igual de molesto.

El móvil de Kaoru. Éste, ya completamente despierto, se dirigió a ver quién llamaba a esas horas de la mañana.

-Es de tu casa, Ryu... 
-Contesta.

CONTINUARÁ

Notas finales:

¡Un Twinkle para cada lector! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).