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Minis Historias. por Aryam

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Notas del capitulo:

Quiero agradecer antes que nada, a quienes me han dado su apoyo con Obito y esta parejilla que me encanta. Me emocionan.

Disfruten de la lectura y ojalá les guste. ENJOY!

¡Salvando a Obito-Nemo!

by Aryam

 

 

El verano es una temporada que todo niño que vive en el comienzo de la vida ama, con locura y con más deseo que el invierno por la Navidad, porque su vida se resume a salidas fuera la ciudad, ir al mar o comer tanto helado como quisieran, andando desnudo por la casa si el abrasante clima está que arde literalmente.

 

No obstante, siempre falta el niño que no le gusta por algún motivo y ese es nuestro adorable Obito, que mira con odio a todos sus amigos del salón, simplemente porque la excursión a la playa les ha venido de perlas, pero a él no. Tiene un enemigo eterno que es el agua, que en exceso de litros es más, bufando ahí sentado sobre su toalla y buscar en qué entretenerse, sonriendo al ver a Minato-sensei andando de un lado a otro. Es que ir con quince niños de paseo no es nada fácil, menos con Gai queriendo hacer una competencia de correr toda la costa unas 100 veces, sujetándolo el rubio por el cuello de la camiseta para que no se le escape y de paso fijarse en quienes se metieron al mar.

 

– ¿Tú no irás a bañarte? El agua está increíble, Obito-kun. – Alza la cabeza y sonríe a Kurenai, chica que luce bastante bien con su bañador blanco, preguntándose cómo se vería Rin con uno si hubiese venido.

 

– No, eso de ir a bañarse es muy infantil. –Inventa una excusa, tomando una postura despreocupada a la castaña.

 

– ¿Sí? ¿Pero no te aburres? –insiste la menor, sin creerle mucho a Obito que por la pregunta se tensa. – Puedes jugar en la arena también, hacer castillos. Es entretenido. –Le dedica Kurenai una sonrisa.

 

– ¡Ja! Eso es más infantil aún, solo los bebés juegan a eso. – Defiende su postura. – Yo voy a tomar sol.

 

– Jo, entonces Asuma es un bebé, porque está haciendo un castillo ahora. – Kurenai apunta a un lugar de la orilla de la arena en específico, dirigiendo por la curiosidad la mirada Obito y contener la risa al ver al otro replicar con otros chicos contra una ola que se llevó parte de su castillo de arena.

 

– Ya lo ves. – No puede evitar reír también Kurenai. – Ahora, si me disculpas, empezaré a broncearme.

 

– Oh, bueno. – Al ver que no había modo de compartir con Obito y suponer que la única que lograba sacarlo de sus ideas era su amiga Rin, lo dejó tranquilo, prefiriendo pasar un momento con Asuma. – Iré a ser un bebé, Obito-kun. –Canturrea divertida, provocando que el otro bufara.

 

No es que Obito le molestase esos juegos, pero mientras más lejos del mar esté, mucho mejor para él. En lo posible si no sabes nadar y lo que menos deseaba era quedar en vergüenza frente a todo sus amigos del salón, porque ya mucho había sido meses atrás en el festival del colegio, sintiendo el peor deshonor que fue ser besado por Bakakashi. Las mejillas adquirieron un color carmín y agitó su cabeza ante las imágenes que a veces le rondaban en sueños, acordándose recién entonces –por andar inmerso en el gran océano que le tenía fobia– que Kakashi vino a la excursión a la playa, despegando la cabeza de la toalla.

 

Ahí está. – se dijo, entrecerrando los ojos para ver bien al otro, bajo un quitasol y leyendo un libro, casi por completo vestido, hasta usando el cubre-bocas en aquel lugar. No podía ser que fuera tan aburrido y estuviera arrinconado ahí. Bueno, él también lo estaba, pero por otros motivos. No había punto de comparación.

 

– ¡¿Qué es lo que miras, perdedor?! ¡¿Se te perdió algo?!

 

Da un pequeño saltó y frunce el ceño, una vez fue descubierto por Kakashi claramente al sentirse observado.

 

– ¡Já, ya quisieras! ¿Qué haces a la sombra? ¡¿Te derrites con la luz del sol como los vampiros?!

 

– ¿Qué? ¡Eres un tonto! ¡Al menos sé que tienes bastante imaginación en esa cabeza llena de aire!  

 

– ¡¿A quién le dices tonto, Bakakashi?! ¡Tú eres el único acá!

 

Empiezan los dos sin darse cuenta a gritar, uno a cada extremo y matándose con la mirada, logrando la atención de todo el curso como del rubio profesor, escuchando ajenos a la conversación un “¡Oh, sólo mi rival debía ser con tan buenos pulmones! ¡Arde su juventud!”, que todos sabían provenía de Gai aún fijo por la mano del mayor.

 

– ¿Es qué hasta en los paseos piensan discutir? – Suspira Minato, negando con la cabeza.

 

– ¡Idiota!

 

– ¡Llorón!

 

– ¡Amargado!

 

– ¡Infantil!

 

Y así se alargó a un largo etcétera de insultos, hasta que los dos gastaron lo necesario de los pulmones o se les acabó el ingenio, tomando el rubio unas medidas en el asunto y sacar su as bajo la manga.

 

– Niños, ¿quién quiere un raspado? –Saca algo parecido a boletos del bolsillo, teniendo a todos emocionados por comer según la preferencia de los sabores, empezando a saltar y decir de cuál raspado quieren, ignorando la incómoda discusión de los otros dos, eso que aún se miraban con rabia hacia el otro.

 

Cuando los dos se dieron cuenta que quedaron solos, Obito fue directo hacia Kakashi y sin entender este a qué venía a su lado, sentirse empujado por el brazo al ser tomado de ahí, saliendo de la sombra. En cuanto Obito lo vio con al otro con la luz del sol, se le escapó una carcajada al apreciar mejor su cara.

 

– ¡Pareces un mimo con la cara tan blanca! –se burla, ya que el exceso de bloqueador solar en el otro era demasiado. Estaba casi embetunado.

 

El albino al oírle de ese modo, bajo del bloqueador enrojecieron sus mejillas y enfadado, no dudó en defenderse golpeándole la espinilla, logrando botarlo a la arena. El moreno al sentirse atacado, soltó un quejido y sin miramientos, se fue contra él, levantándose para propinarle un golpe al estómago. Iniciando una pelea en la arena, ajenos sus compañeros y profesor de lo que hacían, llegando cerca de la orilla, donde ninguno ni se inmutó de mojarse un poco para continuar dándose golpes. Cosa que tal vez debieron, porque de la nada una ola vino hacia ellos y los arrastró hacia dentro con fuerza, logrando apenas sacar la cabeza del agua.

 

– ¡Ayuda! ¡No, no sé na-dar!

 

Kakashi podía ser que odiara el sol, sobre todo porque su piel se ponía roja en primera al contacto fuerte de los UV, aunque sí sabía nadar y buscó la forma de estar a flote para tomar aire, logrando unos segundos ser consciente hasta donde los arrastró la ola, que al no sentir fondo se preocupó, lo que fue peor al oír a Obito a una distancia de él gritar y chapoteando en vano para mantenerse a flote, tratando de nadar hacia él.

 

– ¡Obito, espera ahí! –Grita Kakashi, asustando al verlo detenerse sus manos y sumergirse, dando un hondo respiro antes de hundirse para buscar bajo el agua al otro, frustrado un poco por la corriente hasta lograr tenerlo por las axilas para elevarlo con él a la superficie y llevarlo a la orilla. – ¡Respira! ¡Idiota, respira!

 

El pequeño Uchiha apenas era consciente de lo que sucedía, logrando solo abrir un poco los ojos para tomarse con las oscuras vidriosas del albino y volver a cerrar los ojos, escuchando voces, gritos, hasta no oír nada.

 

“Kakashi…”

 

Sintiendo un ahogo y una agitación en el pecho, despertó sobresaltado vomitando por la boca y la nariz: agua. Recostándose de lado por tal acción tan repentina en su cuerpo.

 

¿Escupí a Nemo?

 

Que una vez la visión fue menos difusa y las voces más claras al oído, dio cuenta de su alrededor, apreciando confuso al tener a Minato-sensei a su lado con mirada de alivio y los niños tras de él, escuchando “ya despertó”, “creí que moriría”, “lo han salvado”, “Kakashi es lindo, kiaa…” entre otras frases que lo aturdían.

 

– ¿Qué-qué ocurrió? –Poco a poco se incorpora, fijándose que por el lado que daba la espalda estaba Kakashi y sin la mascarilla, que al toparse con su mirada, lo nota asustado, pero sólo puede sentirse abrumado una vez este se lanza abrazarlo por los hombros.

 

– ¡No se te ocurra asustarme así!

 

– ¿Ah? ¿Qué yo? –intenta decir, sin entender lo que le pasa o responder al abrazo, colocando lentamente las manos tras su espalda, buscando una respuesta en la cara de su maestro.

 

– Te… ahogaste, Kakashi te sacó del agua, pero no respirabas. –El tono amable no se hace esperar del Namikaze, explicando la situación. – Por suerte sé primeros auxilios y logré que botaras el agua que tragaste. Disculpen por dejarlos solos.

 

– Nos han dado un susto a todos, bro. – Suelta de la nada Asuma, impresionados como los demás de lo presenciado.

 

– Yo… yo lo siento mucho y no se preocupe, Minato-sensei, estoy bien. – Solo atina a decir eso, percibiendo como lentamente Kakashi va aligerando el agarre y se aparta después, casi empujándolo contra la arena, confundido con aquella faceta que descubría de este. – ¿Ahora qué te pasa?

 

– No, nada. Perdí mi mascarilla. – Responde, usando el antebrazo para ocultar su rostro y avergonzado darle la espalda a todos, donde algunos rieron y otros estaban como Obito, sin entender la importancia de esta. Sacando solo una risa al rubio.

 

– Creo que tengo una en mi botiquín de primeros auxilios. –dice Minato al ponerse en pie y pedirle a Kurenai que le traiga del bolso el botiquín, la que va presurosa.

 

Una vez Obito queda ajeno a los demás, pues empiezan a dispersarse para continuar con lo que queda del día en la playa, no puede evitar ver a Kakashi con extrañeza al ser evadido con la mirada y después correr hacia Minato-sensei por su mascarilla.

 

De algún modo el abrazo le había gustado, sintiendo un calorcito en el pecho que negó al agitar la cabeza y decirse que no debía pensar en tonteras, después de todo había terminado hundiéndose como el Titanic por culpa del mismo Kakashi. Sí, ese tonto le había dado un golpe primero y él se defendía. No tenía por qué agradecer, que una parte de él le decía que debía hacerlo, al otro.

 

No lo iba a hacer y no pensaba hacerlo. El único que se merecía su agradecimiento era Minato-sensei.

 

Eso sí, una cosa tenía claro y es que deseaba pronto llegar a casa.

 

¿Por qué le sucedían esas cosas a él?

Notas finales:

Acá les dejé un poco de mis adorables niños, que en cada capítulo irán creciendo lentamente o rápido, depende.

Debo confesar que aún me duele haber tenido que escribir otra vez este cap, porque el anterior olvidé guardarlo Q_Q fue horrible y este es muy diferente al otro, paso de las piscinas al mar. Por eso no escriban de madrugada, please ¿?

Nos seguimos leyendo.

Lamento las demoras, solo pido paciencia y sus comentarios.

L@s loveo <3


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