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NEFILIM por Himitsu furikou Akira

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Notas del fanfic:

Si... Ya se que deberia estar actualizando mis otras historias y no publicando nuevas pero...

¡Les juro que no me pude contener!

 

Notas del capitulo:

Si... Ya se que deberia estar actualizando mis otras historias y no publicando nuevas pero...

¡Les juro que no me pude contener!

 

Este es el primer capitulo de lo que considero una; espero, historia corta. 

Ojala sea de su agrado.

Cualquier duda siéntanse libres de preguntar.

El mundo se había salido de balance.


Hubo una época en donde solo era habitado por humanos.


Había muchas otras especies claro; pero era algo que ellos desconocían.


Hasta ese día.


Estallo una guerra. En la que el humano no fue sino; más que un espectador. Por primera vez el ser humano se enfrentaba a lo desconocido.


El ser humano indiferente a lo que sucedería hizo su día a día tal y como esperaban. En cada parte del mundo, en cada hogar de todo el planeta, es sus horarios, ajenos a otra cosa que no fueran sus preocupaciones.


Fue; desconcertante. En todo el planeta se vio un resplandor rojo. Una pelea en el cielo, fue descrito por un espectador sobreviviente "Algo de otro mundo, pero en el nuestro"


Pronto las autoridades más importantes entraron en batalla, intentando defender la humanidad de esas criaturas desconocidas, la mitad de la población murió y de la mitad sobrante cada uno tomo un bando diferente.


Con los años se llegó a un acuerdo, la humanidad estaba terminando. Pocos nacimientos, muchas muertes.


Los Demonios, seres con apariencia humana pero con peculiaridades que los hacían diferentes, fuerza, vitalidad e inteligencia y un deje de maldad inherente en su sistema.


Los Ángeles, seres creyentes de un bien común. Más no del todo buenos. Taciturnos, egoístas y como soldados, letales hasta la muerte.


La humanidad creía que los demonios incitaban al mal y la depravación. Sin embargo se revelo que en realidad el ser humano al tener el libre albedrio otorgado por el dios supremo, tenían la opción de elegir su camino. Al final los demonios solo se llevaban a aquel humano que había caído lo suficientemente bajo para ser considerado parte de su coalición. Antes no se podía, estaba prohibido.


También había otro tipo de demonios. Los caídos. Aquellos ángeles que de alguna manera habían sucumbido a la maldad que; aunque orgullosos lo negaran, existía en ellos.


Ellos eran una parte no contabilizada, ya que al ser mitad y mitad no se les tomaba en cuenta, desgraciadamente porque eran muy poderosos. Ellos solo desaparecían, se esfumaban, a ciencia cierta no se sabía que era lo que les impulsaba a caer.


Los ángeles al contrario, buscaban sin descanso aquellas almas que nacían sin mancha alguna y les probaban para ver la calidad de estas. Hasta el punto en que al morir, les brindaban un par de alas blancas y el deber de encontrar sus similares, no solo una pareja, si no la habilidad de encontrar almas puras para reclutar a sus filas.


Los demonios, como seres de la oscuridad era poderosos por las noches, los ángeles; al vivir de la luz, en el día.


Los demonios eran débiles al amanecer, cuando la luz les tocaba se evaporaban, mas no morían. Se resguardaban hasta recuperarse y poder andar en el plano humano como personas normales. Asi mismo les sucedía a los ángeles.


Vivian veinticuatro horas sin descanso, no conocían de los sueños. Los ángeles y los demonios se habían acoplado al mundo humano, se habían hechos muchas concesiones. Médicas, militares, tecnológicas y muchas de las más prestigiosas familias tenían como líder a un ángel o demonio.


Lo único en lo que coincidían y en lo que no participaban era en las políticas de gobierno. Eso era solo menester de los humanos. Ellos se regían en sus propias reglas.


Además de las múltiples religiones.


El ser humano en su infinita imaginación podía crear al dios de su conveniencia. Al final el trabajo de cada bando estaba dado y las creencias que tuvieran al morir les eran insignificantes.


Sin embargo ahora les aquejaba un nuevo problema. Uno que; contrario a lo que quisieran; ambos, tanto ángeles como demonios tendrían que trabajar juntos.


Había rumores extraños, tanto en el bando angelical como demoniaco que llevo a que los líderes se reunieran en discusión.


Los demonios en su trabajo de encontrar almas malditas, se encontraban muchas veces con que estas habían sido vaporizadas.


Debido a la guerra y esas tantas almas resentidas que murieron inocentes o manchadas. Se crearon unos monstruos. Les llamaron Gouls*. Seres carentes de razón y sentimiento alguno. Aparecían espontáneamente, asesinando a cualquier criatura que tuvieran a su alcance.


Estaban también las Korrigans*, seres que usualmente adoptaban la forma de mujeres o niños, rodeados de una aura de bondad, ayudaban en alguna necesidad que aquejase a su presa y cuando esta se hallaba complacida y sin preocupaciones les devoraban.


A su vez, ambas criaturas dejaban tras su paso miasma, efecto de la forma en la que mataban. Un gas altamente venenoso para aquel expuesto y que terminaba convirtiendo en alguna de ambas criaturas al infectado.


Los demonios se ocupaban de los Gouls y los ángeles de las Korrigans.


Pero el verdadero problema era esta actividad inusual. Empezaban a encontrar a donde cada equipo que era enviado solo cadáveres. Solo llegaban a recoger un cascaron vacío. Las almas malditas habían desaparecido, junto con el miasma que emanaban. Dejando un hueco ahí donde el corazón debería encontrarse y eso era alarmante.


Porque ese "Algo faltante" era sumamente peligroso.


 


 


 


 


 


 


Su día fue tormentoso, cansado por la universidad y por su trabajo de medio tiempo hace lo que pocas veces. Se dirige a un bar.


Siempre acude a uno diferente porque sabe que; de una u otra forma aunque no quiera acabara por llamar la atención y esa noche lo que desea es distraerse de su vida y lo que le aqueja.


Han sido cada vez más frecuentes las ocasiones en las que su trabajo ha sido cancelado. Su grupo es pequeño y se han ido reunido con el paso de los años.


Son pocos pero fuertes y saben que hacen lo correcto.


Pero está cansado.


Llega a una hora en la que el nuevo bar al que acudió esta tolerable, ni muy lleno ni muy vacío.


Pide una cerveza, solo una porque tampoco es muy bueno con el alcohol. Tal como sus compañeros posee defectos y ese es uno de ellos. Uno de los tantos vergonzosos que tiene. Es su pecado y maldición. Una que odia y maldice cada mañana. Algo heredado que no considera merecer.


Si algún día se encuentra con su padre está seguro que sucumbirá a sus deseos de matarlo. Lo cual es imposible porque según su hermano desapareció después de concebirlo a él. Se suponía, según le había dicho; que debió morir cuando el llego a la vida, pero por abra de ya sea Dios o el Diablo, como los humano usualmente les habían llamado a los superiores de ambos bandos, eso no había sucedido y asi después de unos años nació el.


Furihata Kouki.


 


 


 


 


 


 


 


Él no era el tipo de hombre que podrías ignorar, pensó Furihata más tarde. No es el tipo de hombre que podría ser olvidado, tampoco.


Por supuesto, "hombre" es un término liberal, ya que algunas personas aún no pensaban que los demás deberían llamarse humanos. Y con esa piel pálida, pelo rojo y ojos rojos, está muy claro que el hombre que entra al bar es uno de los otros.


El hombre es el tipo de problema que Furihata no necesita en su sábado por la noche, por lo que se concentra en su cerveza y hace todo lo posible para fingir que no ve al extraño. El resto de los habitantes medio sobrios del Bar Kiseki no son tan discretos, ya que dos personas se dirigen hacia la puerta trasera y otro hombre comienza a maldecir.


Furihata toma otro sorbo de su cerveza cuando una voz suave dice


—Whisky. Solo—


Contra sus mejores instintos y el consejo de su hermano mayor, Furihata mira hacia arriba.


El pelirrojo lo mira mientras el camarero le desliza su whisky — ¿Prefieres beber solo?—


"Si no respondes, no podrán hacer nada, le dijo el hermano de Furihata. Si alguna vez ves uno, simplemente pretendes que no y eventualmente tienen que irse"


 


—Para nada— dice Furihata, sonando tímido —Me gusta la compañía—


El hombre toma asiento —Akashi Seijuuro— dice, y con eso comienza a tejer su hechizo.


La noche es borrosa, la conversación aún más. Furihata sabe que no es una conversación elocuente; él tartamudea y se encoge de miedo y en un momento dado, está bastante seguro de que se pone de pie. Akashi es paciente y caballeroso, suave y tranquilizador, y parece ser un seductor cortés para todo el mundo.


Terminan en la cama juntos. Furihata recuerda más de lo que debería.


Cuando llega la mañana, Akashi lo mira con un interés aun mas depredador que no había exhibido la noche anterior.


 


—Deberías estar muerto. Si fueras humano—


 


—Estoy seguro de que estaría. Si fuera humano— Furihata responde con suficiente facilidad, arrepintiéndose después porque ha sido demasiado lo que dijo.


 


— ¿Que eres?—


 


—Algo entre tu mundo y el de ellos— dice Furihata, pero eso es todo lo que puede decir, antes de que la luz de la mañana ilumine sus sombras y Akashi desaparezca, como un sueño, dándole así la oportunidad de escapar.


 


Alguien más podría haber ignorado a Akashi Seijuuro, como le recomendó su hermano. Pero Furihata por alguna razón está contento de que no lo hizo.


 


 

Notas finales:

*Un gul (< inglés ghoul < árabe ????? gh?l shaytaan, plural ghilan) es un demonio necrófago que, según el folklore árabe, habita en lugares inhóspitos o deshabitados y frecuenta los cementerios. Están clasificados como monstruos no muertos. Los gules profanan las tumbas y se alimentan de los cadáveres, pero también secuestran niños para devorarlos.


* Al parecer no hay una información confiable con respecto a los Korrigans. Son las "Mujeres de las fuentes", que viven en los reinos élficos. Celebran rituales en las noches de luna llena cuando su belleza y sus poderes llegan a su plenitud. Estas bellas criaturas entonan canciones concediendo virtudes curativas. Tienen cabelleras largas y rubias que les gusta peinar con peines de oro y son descendientes de los Korreds o elfos de las sombras.


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