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NEFILIM por Himitsu furikou Akira

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Akashi Seijuuro es un demonio de nivel superior, al ser su familia de una de las ramas más importantes, tiene basto poder y deberes.


No se asombra cuando es llamado por su padre después de la reunión; que claro sabia se había realizado. Su padre incluso sabía que lo sabía.


Su padre ni se molestó en darle detalles de esta. "Sabes lo que tienes que hacer, cumple con tu deber"


Pero había algo que lo inquietaba desde esa noche de pasión, una de las tantas noches en las que buscaba diversión carnal. Ese chico castaño.


De sus compañeros de equipo usual, sabía todas sus pequeñas manías, mas nadie sabía las suyas. Estaba bien asi, esa parte suya que se deleitaba con el dolor ajeno y la sumisión. Y la muerte.


Gustaba de encontrar humanos deseosos y los poseía.


Era algo que se sabía. Las uniones demonio/humano eran altamente prohibidas. El humano no sobrevivía.


Claro era algo que él podía pasar por alto dada su posición


Pero ese chico. No había muerto.


Decir que no le llamo la atención seria mentir, por eso se acercó. Pero a la mañana siguiente cuando pensó había absorbido su alto de vida se llevó una sorpresa.


El chico se veía tan sano como la fresca mañana y sonriente como si nada hubiese pasado. La forma tan erótica en la que se había comportado era inusual para el aire puro que emanaba. Por un momento pensó que se había acostado con un ángel, algo que tenía tajantemente prohibido en su forma de vida.


Sin embargo el alba lo tomo por sorpresa, a él; a Akashi Seijuuro, dejándolo momentáneamente imposibilitado de hacer algo al respecto. El chico escapo.


Ese día al término de una de las tantas misiones fue que lo vio.


Su otra personalidad poseedora de Echo Psíquico* le mostro a ese chico. Lleno de heridas y resguardándose en un callejón oscuro.


Ahora después de la breve charla con su padre era que estaba seguro que era una pista. Después de todo él nunca se equivocaba y todo alrededor de él era absoluto.


Asi que sabía que con absoluta certeza le encontraría de nuevo. Y que no solo le sacaría el nombre, si no que le volvería a hacer suyo y esta vez de manera permanente.


 





 


En una sala se sentía; o al menos fue lo que una de las secretarias comento, una tensión monstruosa tanto que les hacía querer huir. A pesar de que se conocían ya de experiencias anteriores, solo dos personas se llevaban lo suficientemente bien como para charlar amenamente, exceptuando a la pareja de idiotas que se estaban comiendo a besos en una de las esquinas.


La puerta fue abierta con lentitud, dejando pasar a la persona encargada de juntar a este peculiar grupo.


Un demonio pelirrojo, de ojos rojos; en ocasiones, de porte y fuera imponente.


—Daiki, suelta a Ryota, haznos y hazle el favor de dejarlo respirar—


El llamado por su nombre solo chisto molesto, un demonio de piel morena y cabello azul marino, bien formado en batalla, que prácticamente se "comía" a un ángel de rubia cabellera frente a los demás.


—Después de un mes persiguiendo al desgraciado de Leviathan*, ese bastardo escurridizo; necesitaba de mi dosis de...—


Se escuchó un suspiro general, incluyendo al afectado, mas no dijeron nada más esperando no incomodar a la persona recién llegada. Todos en esa sala sabían que no era para nada bueno molestarle, más si era importante, pero como siempre el demonio siempre se jactaba que nadie podía vencerle, aunque nunca empujaba de más la cordura de este. Al menos pensaban los demás apreciaba lo suficiente su vida.


—Aominecchi, ¡Eso no se dice!— afortunadamente el ángel Kise Ryota cubrió la boca de su compañero, antes de que como siempre y desvergonzadamente dijera sus intimidades —Sabes que hay un pacto para que podamos estar juntos— ese condenado pacto. Si bien el tipo de uniones aunque ya eran permitidas aun no eran bien vistas y ambos, tanto el ángel como el demonio, al poseer fuertes poderes y buenos rangos, los altos mandos temían una posible sublevación.


—Como sea, presten atención. Les presento a Kagami Taiga, recién transferido de Naciones Unidas* será el nuevo miembro para esta misión—


—Akashi...—


Un ángel alto y de pelo vede, contrario a los que muchos pensarían, mano derecha del demonio pelirrojo se hizo notar.


—Más adelante hablaremos de eso Shintaro... Como les decía nosotros seis seremos los encargados de esta nue...—


—Err... Oe Akashi, aquí somos cinco...—


Lo que más odiaba Akashi Seijuuro era ser interrumpido y en lo que iba de la reunión ya había sido interrumpido tres veces. Lo dejo pasar por dos simples razones. Kagami Taiga era nuevo y desconocía todo y por qué su mente no se encontraba enfocada por culpa de todos los acontecimientos venideros, no lo había presentado debidamente. A él. Uno de los pocos ángeles que de verdad le sacaba de quicio.


—Kagami Taiga, de derecha a izquierda ellos son. Aomine Daiki, Kise Ryota, Midorima Shintaro y el último Kuroko Tetsuya con lo que con ambos se contabiliza a seis personas en total—


Intentando no explotar y mandar por los aires a Kagami decidió jalar una silla y sentarse en la mesa de la sala de operaciones.


— ¡Demonios! ¿Desde cuándo estas ahí?—


—Un gusto conocerle Kagami-kun, como escucho mi nombre es Kuroko Tetsuya, espero poder llevarnos bien en esta misión—


Para Kagami fue un susto ver a ese chico de cabellos celestes cual cielo, no lo había sentido y eso era malo ya que de haber estado en circunstancias diferentes hubiera quedado muy mal parado, por no decir muerto. No era tan débil.


Del susto se había levantado de su asiento asi que opto por poner atención a su nueva misión. El chico está a su lado y ahora no podía dejar de mirarlo.


No podía negar que le parecía lindo. Aunque no se fiaba de un ángel, por que pudo notar que lo era.


—Presten atención, frente a ustedes— les dijo Akashi, mostrando una serie de diapositivas en la pantalla virtual en medio de la mesa de conferencias — Les presento las imágenes extraídas de una de las misiones de un grupo de bajo rango de ángeles—


Frente a todos titilo una luz para después mostrar imágenes que; aunque habían visto peores en si eran desconcertantes. Un par de Korrigans estaban en medio de lo que parecía una escuela abandonada. Estas estaban cabizbajas, desmoronándose como ceniza con lentitud.


— ¿Qué hay de inusual con eso?—


Respondió Aomine exasperado, al nunca interactuar con seres que no estaban en su jurisdicción no veía nada anormal. Más los ángeles si lo sabían.


Dándole poca importancia a las palabras del demonio peli azul prosiguió cambiando diapositivas esta vez mostrando a una horda de Gouls en medio de un campo abierto, lo que parecía antes había sido un cementerio — ¿Qué piensan de esto?—


Los Gouls estaban en la misma posición que los monstruos anteriores, solo que estos parecían hechos de flores amarillas, enredaderas con la forma natural de estos. Quietos, sin movimiento alguno.


Sin embargo lo que los unía era que en sus pechos había nada. Un agujero donde se supone que estaban las almas que tenían que limpiar.


—Sus almas no están—


Midorima fue el primero en hablar, fue fácil para el notar la falta, asi como también para los demás, excluyendo al moreno, él estaba más enfocado en sus deseos con el rubio ángel.


—Aominecchi presta atención o Akashicchi te castigara... creo—


—Desde hace un tiempo de manera más activa han aparecido estas anomalías, en algunas misiones los enviados vuelven con la noticia de que sus objetivos o desaparecieron o se encuentran en estas condiciones—


—Un alma en si es valiosa independiente de su potencial— Hablo Midorima — Aun pueden ser limpiadas dándole paso a un nuevo ser humano, en lo que se conviertan después no es decisión nuestra— el peliverde acomodo sus lentes en el puente de su nariz, sintiéndose incomodo al ser el centro de atención.


—Midorima-kun tiene razón, pero aun asi, la pregunta es ¿Qué clase de cosa puede hacer eso? Las partículas de alma, el miasma e incluso esos seres son altamente peligrosos, más si evolucionan, ¿Qué les pueden hacer frente? Y lo que es peor, llevarse las almas—


—Eso es por lo que estamos aquí ¿No? Akashi—


—Asi es Taiga, de ahora en adelante nuestra misión será averiguar qué es lo que sucede alrededor de esta anomalía. Demonios y ángeles no suelen ser muy cooperativos en cuanto a batallas, pero espero que no me den ningún problema. Es primordial dar con el paradero de las almas ya sustraídas, que desgraciadamente no son pocas—


— ¿De cuantas almas hablas Akashi? ¿Serán fuertes nuestros contrincantes?— el moreno más que nada estaba emocionado por una posible buena pelea.


Asi la reunión transcurrió entre ordenes de Akashi y opiniones de todos los que se encontraban ahí, decidieron que trabajaran en pares, debido a que no sabía de qué manera podría darse un encuentro, Akashi se reusaba a poner junto al par de idiotas tortolos pero todos estaban de acuerdo que en una pelea eran perfectos juntos.


Asi que no tubo opción, quedando asi el mismo con Midorima y Kuroko con Kagami, solo esperaba que el alto pelirrojo no se muriera antes de tiempo con cada sustito que Kuroko le metiera.


Tenían poca información pero estaba decidido a terminar rápido con el trabajo, después de todo eran un grupo que; aunque en pocas ocasiones, habían trabajado ya antes juntos. Asi que podía tener confianza en sus habilidades.


 





 


 


Toques quedos en su puerta lo sacaron del reparador sueño que sentía merecía. Se acurruco más entre las frazadas, intentando fundirse con el colcho y no salir de ahí en un buen tiempo. Claro hasta que se sintió como le eran retiradas las cobijas de manera brusca. Se levantó molesto mirando la sonrisa de cierto pelinegro a los pies de su cama. Hizo un puchero más que nada porque adoraba ver ese rostro feliz, aunque sea por un momento.


— ¡Takao! ¡No hagas eso! Tengo frio, hace frio, es de madrugada, déjame dormir—


— ¿Cuál madrugada Kou-chan? Si ya pasan de las ocho de la mañana— el pelinegro de ojos azul platinado tenia ambos brazos en medio de su torso —Anda Kou-chan que Teppei-chan se pone ansioso si no te levantas luego, no quieres repetir lo de la última vez ¿O sí?—


La última vez... había tenido un día difícil en la universidad; de nuevo, y después en el trabajo en el centro botánico y para rematar, no había pasado una buena noche con sus otras labores. Asi que a la mañana siguiente no fue ni a la escuela ni a trabajar y se la paso en la cama cansado todo el día. Cuando su hermano entro como tromba a su habitación asustado de pensar que algo le estaba pasando, cosa que claro no podía ser, se llevó más un susto el mismo.


Ya después de calmarlo y volverle a recalcar que nada podía pasarle por centésima vez en lo que iba del momento fue que pudieron hacer las cosas normalmente y es que todo el mundo tenía derecho a flojear aunque sea una vez en su vida... en su caso, varias.


—Es domingo Takao ¿Cuál es el problema?—


Escucho un suspiro del pelinegro asi que eso lo despertó completamente, se sentó tallándose los ojos para ponerle real atención.


—Koganei-san llamo...—


Y eso fue todo lo que necesito para levantarse rápidamente.


 


 


 







 

 


 


El mismo se encontraba en compañía de uno de sus mayores, le respetaba a tal grado que le había permitido hablarle de forma cariñosa. Había sido llamado por él, cosa que sucedía a menudo pero esta vez era; al parecer algo importante dada la seriedad que le escucho en su voz.


—Sei-chan, no tardaste esta vez...—


Reo Mibuchi, un demonio de nueva generación, aunque mayor que el su poder era aunque impresionante no de su nivel. Se hallaba frete a varios computadores, todos encendidos y llenos de estadísticas, imágenes y cosas a las que no le hallaba sentido inspeccionar, después de todo prefería fiarse de sus poderes y no de máquinas humanas.


—Dijiste que era importante Reo, espero que lo sea—


—No tienes idea Sei-chan, debiste traerme algo de tomar, no sé; O positivo, O negativo, aunque un AB seria magnifico—


Sabía que pediría eso, lo había visto asi que solo extendió el pequeño vial de sangre que traía consigo y se lo entrego al vampiro. Este solo le sonrió y lo tomo sin miramientos, se le veía cansado, cosa extraña en él.


En cuanto termino, volteo nuevamente a las pantallas y comenzó a teclear con rapidez. Enviando imágenes maximizadas a una pared para que tuvieran mejor visibilidad de lo que le mostraba.


—Veras Sei-chan acabo de ser encomendado a este nuevo problema que ha surgido, llevo aquí dos días, pero eso es algo que supongo que ya sabes. Como sea, en cuanto llegue comencé a ver los archivos de las últimas misiones, note ciertas "cosas"—


—Prosigue Reo—


Resalto varios archivos en la pantalla virtual y al lado de estas imágenes de los monstruos con apariencias extrañas.


—Son usuales Gouls y Korrigans Sei-chan, les falta el "alma" además de eso, en cada asignación son demonios y ángeles de baja categoría, tanto tu como yo podríamos acabarles fácilmente. Además hay entradas inusuales a los envíos previos—


—Presas fáciles...—


Un aura llena de molestia comenzó a llenar la habitación, a Akashi no le molestaba dejar sentirla, ni siquiera sabiendo que afectaría al pelinegro, sofocándolo por la presión, este, algo asfixiado le toco el brazo, intentando calmarle, supuso que creía lo que el al principio había pensado.


—Ca-Calma Sei-chan... No ha-hay un traidor...—


— ¿Entonces?... Reo, explícate—


—Un hacker, alguien igual o más bueno que yo. Me molesta admitirlo pero es la verdad. De alguna manera logro entrar al servidor, evadir los Firewall* ya establecidos, he puesto nuevos y unos cuantos troyanos* en caso de que se intente de nuevo, que se hará, asi podremos atraparles...—


—Bien pensado Reo, deja que sigan creyendo que no los has encontrado, dales información falsa de nuevas incursiones con gente de bajo poder, el equipo ira a enfrentarles—


—Eres diabólico Sei-chan; entiendes diabo... olvídalo amargado. Te avisare o lo sabrás de todos modos...—


No termino de escuchar que tanto le decía, sabía, presentía que se trataba de un grupo bien establecido y al parecer con gente de suficiente poder. ¿Qué era lo que buscaban? ¿Poder? ¿Una nueva guerra? Al menos lo habían sacado de la monotonía, un reto que obviamente ganaría

Notas finales:

*Leviathan: No se conoce por otro nombre, se dice que es el mismo Satanás. Normalmente representado como un enorme monstruo marino o serpiente, se cree que Leviathan era la serpiente que corrompió a Adán y Eva.


*Naciones Unidas: Como han pasado siglos desde que el mundo literal cambio. EUA no es lo mismo y se le conoce ahora por ese nombre, pero básicamente Kagami viene de ahí.


*Firewall: Programa informático que controla el acceso de una computadora a la red y de elementos de la red a la computadora, por motivos de seguridad.


*Troyano: En informática, se denomina caballo de Troya, o troyano, a un malware que se presenta al usuario como un programa aparentemente legítimo e inofensivo, pero que, al ejecutarlo, le brinda a un atacante acceso remoto al equipo infectado.


 


 


**Pienso, no se; si quieren que les escriba las nociones que tengo de cada personaje. Es decir, su poder y lo que pueden hacer cada quien, o hasta que hayan aparecido todos los personajes. 


Me centrare completamente en la pareja AkaFuri, aunque haré menciones de las demás no profundizare mucho en el rollo romántico de ellas. 


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