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El fantasma de la Ópera 2da parte por yaoiana

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Notas del capitulo:

Hola a todos, disculpen la tardanza y no tener canción para este cap, pero mi tiempo ha sido alguito limitado.

Espero que les guste este cap y me sigan apoyando con sus grandes mensajes.

-         Podría matarte aquí mismo y así me ahorraría problemas

 

-         Nadie te lo impide, pero pensé que el “ Gran Lord Sesshoumaru” era un demonio con honor, que no se aprovechaba de las debilidades de los demás…

 

El mayor gruñó y aquello alarmó a Inuyasha.  Cuando su fantasma hacía lo mismo, sabía que su amado estaba completamente molesto. Tanteando terreno, quiso intentar lo mismo que apaciguaba a su pareja, con este Sesshoumaru; le tocó y rascó la punta de la oreja, la cual se movió como conocía.

 

-        ¿Qué haces? - menciona en tono frío pero sereno-  

 

-        Tenías una mosca en la oreja - mintió para seguir caminando, había surtido efecto, tal vez- sé que estás preocupado por ella, pero entre más rápido resolvamos esto estará fuera de peligro.

 

-        Eso no te incumbe

 

-         No te mientas - molesto- sabes que tengo la razón, y créeme que soy el que menos quiero que alguien peligre por mi causa - suspirando con desgano-  intentaré dar lo mejor, solo intenta ser algo tolerante 

 

El mayor observó fijamente al otro, tenía razón, entre más rápido lo entrenara y se deshiciera de ese demonio, acabarían con el peligro y así Rin estaría intacta. Continuó por el sendero sin responderle a Inuyasha, quien sabía con seguridad, que ese silencio significaba que no abordaría más el tema.

Las praderas y los animales salvajes lo tenían maravillado, la fauna y flora del antiguo Japón se había perdido con toda la urbanización y tecnología, ver todo esto era mágico.  Se acercó a una gran plantación de Lycoris Radiata, aquella flor yacía imponente y vigorosa ante sus ojos, no pudo evitar tocarla y cuando lo hizo, varias imágenes comenzaron a llegar a su mente.

 

“ - Estas flores indicarán toda la sangre que derramaré por ver morir a ese híbrido que terminó con sus vidas, te haré pagar Inuyasha- menciona la sombra que ve Inuyasha, la cual al momento de vestir una túnica negra, muestra en su espalda una gran cicatriz de araña”

 

-         ¡¡Reacciona!! - grita Sesshomaru al ver al otro completamente absorto-

 

-         Sesshoumaru…  - menciona en tono quedo desplomándose

 

El demonio mayor alcanza a tomar en sus brazos al otro, está algo pálido pero nota que el mareo va perdiendo su intensidad. Siente al menor aferrarse a sus brazos y respirar hondo, recuperando la conciencia.

 

-         Se...sshomaru… - menciona entre cortado-

 

-         ¿Te encuentras bien?  

 

-         Si, solo… tuve una visión, pero jamás me había debilitado tanto - espeta intentando recuperarse- solo ayúdame a ponerme de pie.

 

El youkai con una delicadeza extraña en él, ayudó a Inuyasha a reincorporarse, sujetándolo de la cintura para evitar cualquier recaída.  Ahora que lo reflexionaba, esto era lo más cercano que alguna vez estuvo a  un “Inuyasha”; con su hermano lo más cercano fue un golpe en la cara.

La cintura del menor era delineada, su piel un poco más clara que la suya, pero sus rasgos de demonio eran demasiado perfectos, eran una mezcla perfecta entre lo masculino y femenino, casi andrógino.  Lo que más impactado lo tenía, era esa aura especial del menor, era similar a lo que sentía cuando veía a la sacerdotisa que acompañaba a su hermano, un aura fuerte espiritual, pero mezclada con la sangre youkai, le daba un aire de tranquilidad y máximo peligro a la vez;  en sus años de demonio, jamás había percibido un ser con aquel mestizaje de poderes, o por lo menos, no uno tan fuerte.

Inuyasha posó sus ojos en los suyos, y aquello detonó mínimamente algo en su cuerpo, esas orbes ámbar lo miraban con una necesidad profunda, con añoranza y le intrigaba saber porque.

 

-         Ya me siento mejor - corrobora apartándose del cuerpo del mayor. Esa leve cercanía y esa mínima preocupación le hicieron recordar a su amado. Realmente empezaba a creer que sería muy difícil convivir con este Sesshomaru, era su fantasma, pero en el pasado… esperaba controlar sus emociones y creer fervientemente que el mayor podría rescatarlo de esta situación.

 

-         Desconocía que los demonios pudieran tener visiones

 

-         Desde que era humano puedo tenerlas, pero luego de convertirme en youkai, jamás tuve una.

 

-         ¿Qué viste?

 

-         Una sombra, no identifiqué bien su voz o contextura, pero parece que quiere vengarse de Inuyasha por la muerte de alguien.

 

-         Eso no dice mucho

 

-         Lo sé, aunque… el ser tenía una cicatriz de araña en la espalda - menciona ante el recuerdo.

 

-         Naraku… - comenta molesto Sesshomaru, realmente aquel demonio mestizo era una plaga que había que erradicar, era como una rata que se ocultaba cuando estaba en peligro y al mínimo luz de tranquilidad, salía para destrozar todo a su paso.

 

-         Es posible que lo sea - iniciando con el camino-  realmente no tuve mucho contacto con Naraku, no como ustedes, así que no detallo bien hasta qué punto puede llegar su maldad.

 

-         Si piensas que voy a conversar contigo hasta llegar, te equivocas.

 

-         Sólo pensé que era mejor saber de mi enemigo, es todo - refunfuñando mientras camina al lado del demonio mayor.  Había cosas que en Sesshomaru no cambiaban y eso era su sinceridad.

 

*****************************************************************************************

 

Era el libro número 300 que cerraba, no había encontrado información relacionada con el pozo y tampoco en cómo cruzar, sabía que su yerno con cada minuto que pasaba, se desesperaba.  Lo entendía, solo él conocía bien de los peligros que yacían en el antiguo Japón y también con aquella preocupación, se daba cuenta del amor del mayor por su hijo.

 

-        Llamaré a mi padre, tal vez él pueda ayudarnos a cruzar.

 

-        Inuyasha me ha hablado de él, no le agrado, ¿crees que quiera ayudarme?

 

-        Lo hará, hablamos de su nieto favorito  - sonriendo- acompáñame.

 

 Recogieron todo y caminaron hasta la sala, Keichi tomó el teléfono atento a su mirada, y luego marcó el número.  Se le hizo eterno que la otra persona en la línea contestara, pero cuando lo hizo, sintió ansias de saber si era posible cruzar el pozo.

 

-        Papá, ¿cuánto tiempo?

 

-        Keichi, ¿cómo están?

 

-        Pues… iré al grano, necesitamos que vengas

 

-        Sabes que nunca dejo mi templo - reacio a la petición-

 

-        Inuyasha cruzó el pozo

 

-        ¿Qué? ¿Cómo?

 

-        No lo sabemos, Sesshomaru dice que esa época puede ser muy peligrosa y por eso quiere pasar para rescatarlo.

 

-        Mmm… el demonio tiene razón, mi nieto no debería estar en ese lugar.  Empacare mis cosas, estaré llegando hoy en la noche.

 

-        Gracias papá, sabía que podríamos contar contigo.

 

-        Solo lo hago por mi nieto, no por ese demonio.

 

-        Él lo sabe, nos vemos en un rato.

 

Al colgar, se dio cuenta que su yerno escuchó todo, pues su postura estaba más relajada, realmente aún le sorprendía el hecho de que su hijo y él fueran seres con tantas habilidades, y para la salud mental de su hijo, era bueno que ambos estuvieran por fuera con giras y apartados de la familia.

 

-        Ten fe, mi padre nos ayudará

 

-        Soy un ser muy instintivo, tener fe no hace parte de mi naturaleza.

 

-        Pero debemos, eso es lo único que salvará a mi hijo.

 

-        Puede ser… - suspirando-  

 

-        ¿Qué es lo que tanto te preocupa de esa época, los demonios?

 

-        En parte, sé que Inuyasha podrá con humanos y demonios menores, pero hay otros que son fuertes y por eso en mi época intente eliminarlos y extender mis dominios.  

 

-        Esperemos que Inuyasha siga en el pozo o que  sea astuto y viaje a tus tierras por su seguridad.

 

-        Ese es el problema… - molesto-

 

-        No entiendo… - confundido-

 

-        Lo que más temo, es que Inuyasha se encuentre con el otro Sesshomaru.  

 

******************************************************************************

 

Si bien estaba caminando, su mente parecía estar desconectada de su cuerpo, cada pensamiento era dedicado a su amante. ¿Cuántos días habían estado separados? ¿2, 4?, la percepción del tiempo era compleja en ese lugar.  

Ahora que lo recordaba, tenían una gira por Australia en una semana, ¿Sesshomaru había cancelado?, ¿recordaría el evento?... tal vez era tonto pensar en eso ahora, debía regresar primero.

Chocó fuerte con la espalda del mayor, había olvidado por completo que iba al castillo del mayor.

 

-        Tenemos que bajar la pradera, pero ese de allá, es mi castillo.

 

Divisó con asombro la magnánima estructura grisácea, imponente y de hermosa arquitectura, no podía negarlo, Sesshomaru era un ser grandioso y como tal, merecía algo de su orgullo.

Bajó la pradera sin demostrar su expectativa y esta se superó cuando ingresó a la fortaleza. El palacio tenía un ambiente supremamente elegante, con el suelo de una madera caoba, los muros tenían cinceladas en el fino concreto.  En cada 4 metros habían pinturas, murales y otras artesanías que decoraban el lugar y lo hacían sentir acogedor. Las plantas adornaban cada esquina al igual que los elaborados zócalos, los enormes candelabros iluminaban cualquier oscuridad del recinto.

 

-        Es… realmente fantástico - espetó-

 

-        Hmp, le diré a alguien que te lleve a tu cuarto, al amanecer iniciaremos tu entrenamiento

 

-        ¿Qué? ¿Así nada más? - sorprendido- ¿no me darás algún recorrido?

 

-        No tenemos tiempo para estas tonterías… Jaken - llama a su sirviente quien en breves minutos llega-

 

-        Bienvenido amo bonito - menciona el youkai reverenciando- y bienveni…. ¿qué?  ¿Qué hace esta desgracia en el palacio? - grita exasperado al ver a Inuyasha-

 

-        Jaken, es un invitado, sin preguntas.

 

-        Como ordene mi señor  

 

-        Muéstrale su cuarto, se quedará por algún tiempo y atiendelo como a un Inugami - mirando severamente a su sirviente-

 

-        Si mi lord  

 

El menor guardó silencio, aquello era realmente incómodo y no comprendía bien porqué. Observó como el mayor caminaba al interior del castillo y se perdía sin mirarlo una sola vez.  Le molestó eso, pero así era ese Sesshomaru, tosco y frío.

Suspiró con desgano y luego observó que el sirviente lo miraba entre extrañado y rencoroso, tal vez comenzaba a entender la incomodidad del ser.

 

-        No soy ese Inuyasha, vengo de otra época.

 

-        Ya decía yo que eras muy diferente a ese mitad humano.

 

-        Soy su descendiente - dijo con simpleza-

 

-        ¡¡¿ Su qué?!! - exaltado-  ¿pero cómo? ¿cómo puedes ser un demonio completo si Inuyasha era un híbrido?  

 

-        Bueno… es una larga historia  - sonriendo- podemos tomar un té y mientras eso te cuento la historia y por qué estoy aquí.  

 

-        Eres… un demonio algo particular - menciona mientras no deja de detallar los rasgos perrunos de Inuyasha- vamos al comedor y luego a tu cuarto.

 

En el comedor, se presentaron algunas mucamas que sirvieron el té, una mezcla entre miel, manzanilla y yerbabuena, realmente delicioso al paladar. Inició con su historia y veía atento como Jaken escuchaba sin interrumpirle de principio a fin su relato.

 

-        Comprendo, el amo es un ser benevolente, no quiere arriesgar a la pequeña Rin

 

-        Sí, eso creo - un tanto molesto- pero es lo mejor, no quiero poner en peligro a nadie… ¿ Naraku es tan peligroso?

 

-        Es un híbrido tramposo, no tiene orgullo ni dignidad youkai.

 

-        Debo entrenar duro, creo que derrotarlo es la razón por la cual estoy aquí.

 

-        El amo no será misericordioso contigo Inuyasha  

 

-        Lo sé, tampoco espero que lo sea - resignado-

 

-        Te mostrare tu cuarto, mejor descansa, mañana será un día muy pesado para ti.

 

Inuyasha asiente y comienza a seguir al lacayo, aquel ser verde le parece formal, algo muy contrario a su apariencia desagradable.  Recordaba que pocas veces su amado lo había mencionado, pero en esas menciones, se notaba el aprecio que tenía por el pequeño sirviente.

 

-        Este es tu cuarto, los sirvientes toman turnos rotativos, así que siempre los verás si necesitas algo.

 

-        Gracias Jaken, eres muy formal.

 

-        Y tu… un demonio particular - esboza-

 

-        Ya lo habías mencionado - riendo-

 

-        Tienes un aura espiritual muy asfixiante y abrumadora

 

-        ¿ Es malo eso? - pregunta curioso, pues es la primera vez que un demonio le menciona eso-

 

-        Tal vez… en pocas palabras, tu aura espiritual intenta aplacar los instintos de demonio, esto puede ser muy peligroso para los youkai, sin sus instintos, son seres indefensos.  

 

-        Comprendo…

 

Agradeció una vez más y entró a la recamara, estaba algo agotado como para fijarse en la instalación, tan solo buscó la cama y allí se lanzó.  Lo más cansado del viaje, era tener que soportar al mayor… cada vez que lo miraba, que lo olfateaba, sentía sed de tocarlo, jamás había estado tan lejos de su fantasma y la necesidad comenzaba a enloquecerlo.

Observó por la ventana y la luna plasmó con su color toda la habitación, el sueño se esfumaba de sus orbes y la desolación crecía en sus entrañas.

 

-        Sesshomaru… ven pronto…

 

**************************************************************************

 

La luna yacía imponente en la cuarta noche de odisea, esperaba expectante que la ayuda del monje sirviera para cruzar el pozo.

Vio cruzar al anciano el portal de la casa con una gran maleta, sus miradas se cruzaron y fue un mutuo acuerdo de cesar cualquier aspereza.

 

-        Papá….

 

-        No tienes nada que decir, entre más pronto hagamos esto, más pronto veremos a mi nieto, vamos al pozo.

 

Agradece la comprensión del sacerdote, no estaban para formalidades en este momento. Los tres ingresaron en la edificación del pozo, el mayor sacó ramas, inciensos, amuletos, entre otras cosas.  

 

-        Haré unas oraciones para intentar que los espíritus nos escuchen, para poder cruzar debe haber algo que nos ligue al otro lado.

 

-        ¿No es suficiente con que Inuyasha esté allá?

 

-        No si queremos cruzar, algo que compartan ustedes dos - espeta mirando al demonio-

 

-        Nuestras espadas, ambas son hechas de los colmillos de mi padre.  

 

-        Eso servirá, dámela

 

Miroku pone en el centro la espada y comienza a rezar invocando a los espíritus.  Nada parece funcionar y cuando el demonio empieza a perder la esperanza, luces como auroras boreales inundan el recinto.  

 

-        Toma tu espada y cruza  - menciona el monje mientras posiciona sus manos en forma de oración-  

 

Sin dudarlo, el peli plata la toma y salta dentro del pozo.  Keichi se asoma y confirma que todo fue un éxito, su yerno no se encuentra.  - Padre, ¿ qué pasa si se encuentran los dos Sesshomaru?

 

-        Nada, ambos mundos son paralelos, tienen líneas de tiempo diferentes.

 

-        No entiendo…

 

-        El pozo es un portal a otra línea de tiempo, otro mundo que erróneamente estamos llamando pasado. Es una línea independiente que tiene pasado, presente y futuro y se modifica en relación a las personas que participen de ella, pero no por eso nuestra línea cambia, ya que es completamente independiente.

 

-        Comprendo, espero que no pase nada malo ni allá ni aquí.

 

-        Debemos tener fe hijo, tener fe… - menciona preocupado el monje-

 

******************************************************

 

Había funcionado, estaba afuera del pozo en la amplia vegetación.  Reconocería ese lugar con los ojos cerrados y es que tantas veces recorrió con Rin esos senderos; aunque hubieran pasado tantos años, aún los recordaba sin trabas.

Caminó directo a la aldea, el olor de Inuyasha era leve, pero había estado en ese lugar, en eso pensaba cuando sintió alguien abrazar su cintura.

 

-        Señor Sesshomaru… qué alegría verlo.

 

-        Rin… - sorprendido-

 

-        Ha regresado muy pronto

 

El dulce bálsamo de su caoba cabello inundó sus fosas, era reconfortante poder ver nuevamente a la mujer que amo y vio fallecer. Estaba tan vivaz, que por un momento olvidó todo.

Pasó sus finos dedos en aquella cabellera y se perdió en los ojos marrones que lo atesoraban. La joven cada vez se iba acercando a su rostro, pero ese rostro no es el que atesoraba ahora.  

 

-        Rin, has visto a … ¿Inuyasha? - se atrevió a preguntar-

 

-        ¿ Ah? pues… ¿ no estaba con usted?

 


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