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Solo un Pato por kura

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Todos los derechos de los personajes de One Pierce le pertenecen al mangaka Eichiro Oda.

Notas del capitulo:

Pairing: LawxSanji, LuffyxLaw

Advertencias: AU, Universo “Soul Mater”.

Aclaraciones (Mi Universo): Los Soul Mater  o  Almas gemelas, son aquellas personas que  están destinadas a encontrarse tarde o temprano en la vida. Todo el mundo tiene el  derecho de conocer a su Soul Mate aunque sea una vez a penas cumpla la mayoría de edad por medio de un sueño que parece ser extraído de una realidad alterna. Los  dieciocho años era considerado el periodo de transición de niño a hombre y muchas personas esperaban ese día para conocer  a su Soul Mater y emprender un viaje al encuentro de su amor predestinado.

Pero existían personas que no querían creer en ese hecho. Se negaron a aceptar  la idea de que sus sentimientos  eran controlados por el destino y no por ellos mismos. Por tal razón, se tenía la oportunidad de encontrar el amor antes de cumplir la edad del reencuentro, renunciando al amor que el destino les ofrecía, rompiendo así el Lazo que existía entre ellos desde siempre.

También se puede romper el lazo si los Soul Mates lo acordaban de manera conjunta, al fin y al cabo, ellos eran dueños de sus propias vidas.

SOLO UN PATO

 

 

~0~

 

 

“De alguna manera desde que lo vi supe que era alguien especial.

Con su postura impertinente y su mirada retadora desde el principio imagine que intentaba decirme algo, algo importante. Pero por mi mente cerrada nunca permití que su voz lograra alcanzarme.

Hasta el día de hoy sueño con él pese que desde hace varios años que se fue y sé que no regresara.

Tal vez el que se haya marchado para alejarse de mi lado  sea culpa mía. Yo no intente comprenderlo, no supe tratarlo, me negué a creerlo, lo deje de lado, lo había ignorado.

Hice a un lado a mi propio Soul Mater porque creí que el destino de alguna manera me estaba engañando.

Sé que no es excusa,  pero yo estaba ciego a pesar de que mi querido Soul Mater estaba ahí frente a mí.  Y aunque mi corazón sabía que sus sentimientos y los míos eran reales, me negué a creer más allá de lo que la razón me exigía comprender, porque en ese entonces lo que yo veía… lo que el mundo veía, lo que el destino me había entregado, no era nada más que un pequeño y simple pato"

 

 ~0~

 

El cielo se hallaba nublado por completo, Trafalgar Law pudo sentir como el olor a humedad en el aire se infiltraba por sus fosas nasales. Los primeros vientos invernales arrastraban las ultimas hojas de los arboles despidiendo de esa manera a un tranquilo y pasajero otoño, y el notable vapor que exhalaba cada vez que respiraba lo confirmaba también.

 

La cabeza le dolía al recordar que en un par de semanas seria el día de su cumpleaños. Odiaba esas fechas, desde niño las vísperas a su cumpleaños siempre fueron solitarias y vacías, incluso el año pasado que contó con la presencia de la persona a la que afirmaba amaba, la soledad aun persistía. Desde que murieron sus padres sentía un hoyo que nunca se llenaría.

 

Law apretó los dientes de rabia,  ese año sería el peor de todos, iba a cumplir la famosa mayoría de edad y el “Sueño del Reencuentro” a diferencia de muchos no era algo que deseaba experimentar. Estar destinado a alguien y enamorarse apenas se conocieran le resultaba algo muy estúpido. Law era independiente y capaz de decidir todas y cada una de sus acciones, incluido, el decidir a quién amar.

 

—No necesito algo tan tonto y trivial como un Soul Mater.

 

Pero el sueño del reencuentro era inevitable, era un acontecimiento ineludible, no importaba cuanto lo deseara, iba a suceder de cualquier forma. Por esa razón tenía que planear palabra por palabra lo que le diría a su supuesto Soul Mater, y a como diera lugar, debían realizar un trato para romper ese lazo que los unía como una horrible cadena de penitencia a un imperdonable crimen.

 

Hablo con su novio Luffy al respecto, él cumpliría la mayoría de edad al año siguiente e igual rompería los lazos durante el sueño del reencuentro. A menos que sean ellos mismos los que se reúnan en dicho sueño, nada cambiaria esa idea, ya se habían jurado amarse por siempre.

 

Los pasos largos de Law lo llevaron en medio de la plaza más importante de la ciudad en donde existía una enorme fuente. En ella se elevaba una gran y hermosa estatua de piedra, cuyo tallado curvilíneo daban forma al cuerpo de una delgada mujer sin rostro, y sobre su hombro, ella llevaba un cántaro mediano por donde fluía el agua constantemente. Se decía que ella representaba a los Soul Mater Negados y Marginados, aquellos que fueron rechazados por su amor predestinado, y cuyo corazón roto nunca pudo reponerse.

 

La Leyenda decía que el alma de ese ser se extinguiría poco a poco ya que al ser un Negado por su otra mitad también lo seria para toda la sociedad, aquella persona nunca más encontraría el amor en esa o en cualquier otra de sus vidas.

 

—Puras ridiculeces…— Law se sentó en una de las bancas vacías y miro el cielo pensativo. No debía importarle lo que sucediera con la otra persona después roto el lazo, además esas cosas solo eran leyendas que de seguro fueron inventadas para obligar a las personas a no alterar el Statu quo que rigió a varias generaciones.

 

Pero Luffy, su novio, pensaba diferente, Law sabía que el chico lo amaba, pero si se enteraba sobre esa leyenda de seguro decidiría olvidarlo antes de permitir que alguien pase por ese triste destino. Law agradecía que Luffy fuera algo lento y despistado; la estatua estaba ahí por años y Luffy nunca presto verdadera atención a esta y a los rumores que circulaban alrededor de ella.

 

— ¿Me pregunto si estás pensando en mí en este momento, Luffy-ya?

 

Kid, Zoro y los demás, lo habían invitado a comer en el recientemente inaugurado “Sabody Center”, un centro comercial en donde Nami, la chica con la que discutió, conspiro y prácticamente peleo por ganar la atención de Luffy, trabajaba. No tenía la menor intención de verla y menos sin Luffy con él en ese momento, así que sin dar mayor explicación, Law declino la oferta.

 

Con Luffy fuera de la ciudad por más o menos un mes, tenía mucho tiempo de sobra. Law amaba al joven, pero entre los estudios y su noviazgo, la demanda de energía era agotadora. Lo único que deseaba en ese momento era regresar a casa y dormir como se debía.

 

Antes de continuar con su ruta habitual, Law decidió aprovechar el momento para enviar un corto mensaje a Luffy sintiendo que ya lo extrañaba.

 

Guardando el celular dentro su abrigo sin esperar un mensaje de respuesta, Law se puso de pie cuando sintió las primeras gotas de lluvia caer sobre su piel.

 

—Maldición, no traje paraguas —se dijo intentando emprender el trote a casa.

 

Las cosas valiosas muchas veces aparecen cuando uno menos se lo espera, y en ese exacto momento los ojos de Law se vieron atrapados por una pequeña figura amarilla que flotaba sobre las aguas aun calmadas de la fuente.

 

Era algo que ni siquiera merecía llamar su atención, sin embargo,  lo hizo, y ahora él… 

 

Jamás  creí en el destino ni  mucho menos en la magia, nunca pensé hacerlo, no tenía ninguna lógica; pero no encontré explicación alguna a lo que me sucedió aquel día, solo se, que apenas lo había encontrado, mi visión de la vida… ¡Mi mundo! había cambiado por completo”

 

Eran aproximadamente las seis de la tarde y las luces de los faroles se fueron encendiendo uno tras otro por todo su alrededor. Law estaba tan quieto como envuelto en un hechizo  que la  pequeña silueta lanzaba atravesando la plaza con dirección a él.

 

Por un momento la idea de que sea el juguete de algún niño indujo a su curiosidad a acercarse. Con las manos en los bolsillos y una bufanda azul cubriendo su cuello y parte de su boca, miro a su alrededor. No había muchas personas a la vista y mucho menos un niño.

 

Law dio un paso inseguro.

 

—Yo…

 

¿Pero qué demonios estaba haciendo?

 

Law dio vuelta y cerró los ojos, molesto consigo mismo. Lo que fuera esa rara cosa no debía ser algo importante, pero la curiosidad le rascaba la garganta, miro por las esquinas de sus ojos, estar sin su novio lo estaba afectando de alguna manera, eso era seguro.

 

Un fuerte y frio viento atravesó el lugar y la bola amarilla se meció con violencia sobre el agua.

 

Sin comprenderlo, Law ya estaba caminando rápidamente hacia la fuente, como si temiera que de un momento a otro esa  extraña figura terminara por esfumarse. Fuera o no un juguete, no cavia duda de que algo muy grande y por qué no decirlo, sobrenatural, lo llamaba con fúrica violencia a la que no podía poner resistencia.

 

Law miro cauteloso a ambos extremos, y acercándose lo suficiente se inclinó como para apreciar la cosa amarilla con más detalle.

 

Un repentino siseo cansado escapo de sus labios. Se sintió defraudado y muy tonto por lo que al final termino por hallar.

 

— ¿Qué es esto? —murmuro con irritación, confundido por no saber que quería encontrar realmente —. Te veías tan misterioso y extraño desde lejos, parecía que me llamabas mágicamente,  y no eres  más que un pequeño y feo pato—.Law hizo una mueca de asco— Un feo Baby-pato.

 

El animalito estaba acurrucado en sí mismo, acumulando calor por su cuenta. Por sus ojos cerrados Law concluyo que este dormía.

 

—En medio del frio y la lluvia.

 

El bípedo era particularmente amarillo. Sus plumas alborotadas eran graciosas para la vista. Su cabeza era un poca más grande que el resto de su cuerpo, y sobre esta, tenía un ridículo plumón en forma de espiral que gritaba ser arrancado de raíz.

 

—Ridículo —gruño Law tan alto, que su voz provoco el despertar del pequeño animal. Law se enderezo sin perderlo de vista. El animal parpadeo un par de veces antes de mostrar un par de ojos grandes de un azul increíblemente intenso, tan intenso que parecía un par de Zafiros centelleantes.

 

La respiración de Law se pauso, había quedado estupefacto. ¿Acaso los animales podían poseer ojos tan hermosos?

 

“Su mirada era única, nunca pude ver ojos que brillaran con tanta belleza en nadie más. Mi Soul Mate era especial, de seguro hubiera sido la envidia de los demás”

 

Law se sentía tonto viendo al pequeño pato pero no podía evitarlo, parecía que el animal también lo observaba de la misma manera.

 

Cuando varias gotas de lluvia comenzaron a cubrirlo, pudo salir de ese momentáneo trance. Sintiéndose como un idiota, decidió voltear y olvidar este tonto momento. Miro a sus extremos nuevamente para verificar que su comportamiento extraño no hubiese sido notorio para alguien más. Lanzo un profundo suspiro agradecido de que las pocas personas que había estaban más preocupadas en buscar algún refugio ante la lluvia que en un joven loco y un ridículo pato. El debió hacer lo mismo con esa cosa plumífera desde el principio.

 

La lluvia comenzó a caer a cantaros, las personas corrían de un lado a otro cubriendo sus cabezas con sus manos, Law también quería irse, pero su cuerpo no respondía, estaba paralizado, o eso es lo que creía. Law lentamente miro tras de él, como obedeciendo a una orden, y ahí estaba, ese feo pato parado con impertinencia a solo unos cuantos pasos cerca, mirándolo con ojos grandes y cristalinos. El desgraciado lo estaba hipnotizando, Law no sabía como pero estaba seguro que lo hacía. 

 

—No me sigas —Ordeno Law con evidente molestia.

 

El animal movió la cabeza a un lado, y como retándolo dio dos pasos que provoco que Law frunciera el ceño. Muy lentamente el pato alzo una de las alas mirándolo desafiante, Law entrecerró los ojos y lo vio con cautela, pero el bastardo animal solo se picoteo las plumas debajo de esta, Law se relajó ante ese acto, de repente el plumífero se sacudió con violencia. Law se cubrió con ambas manos el rostro como si el animal lo estuviera atacando.

 

— ¡Maldito, deja de jugar!—Grito Law apretando los puños, ese maldito pato se estaba burlando de él.

 

De pronto vio que el pato volaba hacia él. Law no tiempo de esquivarlo, solo atino a sujetarlo contra su pecho.

 

— ¡Hey! ¡¿Qué crees que haces?! — Reclamo Law, pero como ignorándolo el pato cerro los ojos y se acurruco contra su cuerpo.

 

Era extraño, todo lo que estaba pasando se sentía extraño. Un escalofrió lo recorrió de pies a cabeza. Como sea debía deshacerse de ese loco animal. Law camino hacia la fuente con la idea de dejarlo ahí nuevamente, pero al verlo relajado entre sus brazos, tan pequeño, tan suave, tan indefenso, dejarlo solo y en medio de la lluvia seria…

 

“De niño me llamaban la roca, no por el luchador del programa de televisión, sino porque ante los ojos de los demás, no interactuaba con nadie, no sonreía, no jugaba, no lloraba. No me importaba lo que sucediera a mí alrededor. Solo era un niño tan frio y rígido como una roca”

 

El animal abrió los ojos y de un sobresalto, como entendiendo las intenciones de Law, lo miro suplicante y tembloroso, se aferró a la ropa de Law con su pico y extendió las alas como brazos para abrazarlo.  A Law se le escapo una sonrisa y negó con la cabeza. Ese animal era un taimado, no sabía cómo pero entendía que este intentaba mover sus sentimientos de compasión para permanecer a su lado, ese animal era un Baby-pato feo y embustero.

 

Law dio vuelta y se alejó de la fuente.

 

 Solo una vez podía ser diferente a lo que los demás pensaban, solo por hoy haría algo que nunca imagino que haría por otros, solo por hoy seria amable con alguien que no fuera su amado novio…

 

—Solo por hoy, me oíste… —Le dijo al pato como si el animal entendiera lo que le decía.

 

“En un día lluvioso, yo había encontrado un amigo”

 

Esa noche Law regreso a casa con un manojo de plumas entre los brazos y con el cuerpo completamente mojado.

 

Apenas llegar, el animal lo sacó de quicio por toda la noche cuando correteo por cada esquina de su casa, pero no podía negar que a la vez le sacaba varias sonrisas, en especial, cuando volaba y chocaba contra los cristales transparentes de las ventanas. Era raro, pero Law se sentía libre de sonreír, y muy tonto  por hablar con un feo pato. Sin embargo era inevitable no charlar con él cuando parecía que lograba entenderlo. 

 

Por primera vez estando en su casa, Law no se sentía solo.

 

Law lo vio antes de dormir, acurrucado a su lado sobre el edredón, era un animal muy molesto pero hermoso ahora que lo veía mejor. No quería creer que el destino hizo que lo encontrara, pero sabía que algo que no pudo explicar en ese momento ni ahora, lo había guiado.

 

—No, solo fue una coincidencia. No hay nada mágico en estas cosas.

 

Law cerró los ojos sin percatarse que tenía una sonrisa grande en el rostro. Magia o no, sentía que había encontrado algo muy valioso y su pecho rebalsaba de emoción.

 

El sonido de mensaje sonó desde su celular, Law vio que era Luffy, ¡Dios, se olvidó de Luffy por completo! comenzó a teclear y mando un mensaje de buenas noches excusándose antes por no hablarle durante horas, decidió no contarle nada sobre el animal, después de todo, mañana a primera hora lo regresaría a aquella fuente.

 

***

Law había olvidado como se sentía antes de encontrar a ese raro pato, lo importante era que ese día se sentía muy mal al intentar dejarlo en esa fría fuente. El animal estaba con la cabeza baja y se alejó flotando en el agua después de que lo regaño para que soltara el pico de su suéter. Law se alejó poco a poco, tenía que dejar punto final al asunto.

 

Estaba a varios metros lejos cuando su curiosidad lo ahogo y miro sobre su hombro. No podía ver la bola amarilla pero si un gato negro husmeando alrededor de la fuente, su corazón casi salió de su pecho cuando de un brinco el gato salto a uno de los bordes.

 

Sin pensarlo ni darse cuenta, Law corría hacia esa dirección, y de un movimiento veloz tenia al plumífero animal contra su pecho nuevamente. El gato salió huyendo, y Law estaba respirando agitadamente, mirando sonriente y aliviado a los ojos del animal entre sus brazos. El pato tenía los ojos cristalinos como el de una persona cuando empezaba a llorar, Law solo decidió acariciarle la cabeza para calmar de alguna forma esa evidente angustia. Mientras tanto las personas de su alrededor los veían con confusión y algo de temor. Un niño a lo lejos comenzó a llorar.

 

“Cuando lo tuve entre mis manos no pude evitar sonreír. No me importo si se reían de mí o no, acune a esa ave entre mis brazos y ante la vista de todos lo lleve conmigo. Su pequeño calor era tan fuerte que inundaba mi cuerpo de una calmada felicidad. Sentía que debía protegerlo, aunque al final…  termine fallando en ese propósito”

 

****

 

 

El sonido del despertador perturbo su sueño repentinamente; con solo una mano Law lo sujeto y lo arrojo contra la pared, silenciando así el alboroto. Solo pudo relajarse un segundo ya que poco después sintió como el pato revoloteo sobre su cabeza y lo picoteaba sin clemencia en pleno rostro.

 

— ¡Ya basta, Sanji-ya! —Grito molesto, sentándose sobre su cama, Sanji estaba sobre sus rodillas, moviendo la cabeza de un lado otro, Law tenía el ceño fruncido pero a Sanji no pareció importarle y volvió a revolotear en su cabeza picándole la cara con más fuerza que antes.

 

Había pasado casi dos semanas desde que se encontró a Sanji en la fuente de la plaza, todos los días lo llevaba a la universidad dentro su bolso, al principio tuvo muchos problemas al ocultarlo, sobre todo, cuando se escapó volando y se estrelló contra el rostro de Kid, o cuando ensucio con mierda la cabeza verde de Zoro, pero el que lo descubrieran fue algo bueno también, ya que fueron ellos, sus amigos,  los que ayudaron a ponerle un nombre. Usopp propuso el nombre de Sanji por metáforas y leyendas que a Law no le importaban realmente, pero sintió que el nombre le quedaba muy bien, así que decidió dejárselo.

 

“No podía decir que Sanji-ya era una mascota, realmente no actuaba como una. No podía dejarlo solo en casa, lo  tenía junto conmigo casi todo el día. Sin darme cuenta, al tenerlo cerca, me convertí en alguien más social con los demás, y ellos se acercaron más a mí. Fueron días de mucha paz y tranquilidad”

 

Sanji dormía dentro su bolsa mientras Law caminaba por los pasillos de la preparatoria, Law se detuvo y lo vio de reojo,  sonrió al ver que tenía las patas hacia arriba.

 

Su celular comenzó a sonar desde su bolsillo, Law se sorprendió al ver que era su novio quien llamaba. Con frustración se pasó la mano sobre su rostro, se olvidó llamarlo al día anterior como se lo había prometido. Tenía que compensarlo de alguna manera. No quería que Luffy sintiera que parecía lo olvidaba.

 

—Hola, Luffy —contesto sujetando su celular contra su oído.

 

— ¡Torao! —Law quedo sin habla al distinguir que la voz que oyó no provino desde el celular, sino, tras su espalda—. ¡Torao! ¡Te extrañe mucho! ¡Muchísimo!

 

— ¿Mugiwara-ya?

 

Antes que pudiera asimilar lo que sucedía, Law estaba envuelto en unos acogedores brazos. Luffy se restregaba el rostro contra su pecho y lo apretaba con tal fuerza que le dificultaba respirar. Tarde se dio cuenta que su bolsa estaba en medio del eufórico abrazo de su novio.

 

— ¡E-Espera, Sanji!

 

Law hizo a un lado a Luffy y ante su expresión extrañada,  abrió el bolso de donde el pequeño pato salió volando en un parpadeo, posándose sobre el marco de una ventana abierta.

 

— ¿Torao?

 

—L- Lo siento, no debí empujarte de esa manera, es solo que… —nuevamente Law fue tomado por sorpresa. Luffy ya tenía sus labios contra los suyos en uno de los muchos besos apasionados que solían darse hace meses.

 

Al separarse, Luffy sonrió dulcemente.

 

—Feliz cumpleaños, Torao. —Vine porque no podía dejarte solo en tu cumpleaños

 

— ¿Mi cumpleaños?

 

Law abrió los ojos, incrédulo. Era verdad. Hoy era ese día. Se le olvido por completo ese maldito día. No se preparó verbal ni mentalmente para la noche predestinada, y ahora ¿Qué debería hacer? ¿Qué?

 

Mientras Luffy lo arrastraba por los pasillos hacia el comedor, hablando sin parar de cómo le fue con sus hermanos y de cómo planeo este día tan especial, Law aún no podía procesar nada de lo que decía, su mente estaba hecho un caos pero igual se dejó llevar.

 

Sanji  se posó en un árbol cercano sin que nadie lo notara y veía fijamente desde la rama como Law parecía verse muy feliz junto al chico de carácter alegre y de sonrisa enorme.

 

Los ojos del animal brillaban intensamente, nadie podría saber lo cruzaba por su mente, después de todo solo era un animal, pero como Law lo trataba,  no se sentía como uno.

 

Miro al chico de la enorme sonrisa nuevamente. Caminando al lado de Law, besándole en los labios con dulzura.

 

Si tan solo pudiera hablar como ese humano, caminar como ese humano, si tan solo…

 

“Sanji-ya no era solo un pato”

 

Law arrojo su bolsa contra la pared de su dormitorio y cerró la puerta con brusquedad. Con el encuentro con Luffy se había olvidado de Sanji hasta el final de día, solo cuando paso junto con sus amigos por la plaza para comer algo en honor de haber cumplido la mayoría de edad, se dio cuenta de su ausencia. Regreso a la preparatoria y lo busco por todas partes junto con Luffy y los demás.

 

No lo hallo en ningún lado.

 

No quería rendirse pero eran altísimas horas de la noche, con resignación, tuvo que regresar a casa.

 

— ¡Maldición! ¡Es mi culpa, yo lo perdí de vista! ¡Soy un idiota! —Law se revolvió los cabellos con nerviosismo y apretó de impotencia los dientes, sentía que las lágrimas se asomaban por sus ojos como no lo hicieron desde años. Nunca creyó que ese animal significaría tanto para él. Pero es que Sanji no era un simple animal. Nunca lo fue.

 

Trago fuerte, el pecho dolía, tenía un nudo en la garganta que no le dejaba respirar. Sentía todo muy frio, muy solitario… muy vacío.

 

“Sanji-ya era mi amigo”

 

Iba a permitir que las lágrimas cayeran por su rostro hasta que sintió un raro golpeteo contra su ventana. Rápidamente elevo la cabeza, y sus ojos se abrieron como platos cuando vía hacia ella.

 

—Sanji…

 

Ahí estaba, parado en el marco, golpeando la ventana con el pico.

 

“Sanji-ya era como mi familia…

 No, en realidad, él siempre fue algo más”

 

Law casi salto para abrir la ventana para tenerlo seguro en sus manos, y cuando así lo hizo, se hecho sobre la cama sin alejarlo de su pecho.

 

—Sanji-ya… ¡¿Dónde te metiste, idiota?! ¡Nunca vuelvas a dejarme solo, me oyes! Nunca me asustes de  esa forma. Nunca, nunca vuelvas a… a alejarte de mi lado.

 

Sanji restregaba la cabeza contra Law, buscando en lo posible su cercanía y su calor. Law lo acariciaba con delicadeza como si fuera lo más valioso que poseía.

 

Nunca logro comprender cuando fue que se encariño tanto con ese tonto pato.

 

Recostado sobre la cama de un lado y con las luces apagadas, Law veía como Sanji se acicalaba las plumas, tenía un montoncito de semillas a su lado para que comiera por las horas que estuvo fuera. Law estaba feliz de que Sanji regresara a su lado, había perdido muchas cosas en la vida y ningún regreso después de irse, pero Sanji lo hizo, regreso con él. Law se prometió que desde ahora no lo descuidaría.

 

“Las promesas solo son palabras vacías”

 

— ¿Me pregunto… si pudieras hablar que cosas me dirías? ¿Qué historias me contarías? A puesto que solo dirías puras estupideces y por tu agresividad sé que serias un tipo malhablado,  pero… —Law acaricio la cabeza del pato que lo veía sin parpadear—yo escucharía cada una de tus palabras, no me cansaría de oír como dices mi nombre, sé que tu voz seria hermosa.

 

“Sanji-ya me entendía, desde el principio así lo hizo, yo en cambio, nunca intente comprenderlo”

 

Sanji parecía estar muy pensativo, Law lo presentía.

 

Fue de un momento a otro cuando Law sintió como si se hubiera encendido algo, como si una rara magia los envolviera, y que, aunque estaban en las sombras, ese algo los iluminara. Un nuevo mundo parecía mostrarse frente a Law cuando Sanji  le dio un suave picoteo en los labios.

 

Sorprendido, Law se sentó sobre la cama cubriendo su boca con una mano,  luego asustado cogió una almohada y cubrió al tonto pato con ella.

 

Corrió al baño sin entender nada. Cerró la puerta con seguro y se miró al espejo. Estaba ruborizado por completo. Su corazón latía con violencia.

 

No, no ¡Nooo!

 

¡¿Qué le estaba pasando?! Se sentía un demente, eran casi todos los síntomas que experimento cuando se besó con Luffy hace un par de años en el mirador al otro lado de la cuidad. Pero no podía ser así, por que sentir ese calor en su cuerpo seria… ¡No, esto es una locura!

 

“Sabía que algo diferente, un sentimiento que nunca tuve antes nació en mí.

 

Me gustabas, yo te amaba, pero no pude decirlo ni aceptarlo, porque yo era un chico que acababa de cumplir la mayoría de edad, y tú, para todos eras solo un simple pato, entonces para mi debías serlo también”

 

Horas después Law decidió ir a la cama, Sanji dormía sobre el escritorio, en la almohadilla de estampados de animales que compro para él. Su rostro continuaba ruborizado. Pensó seriamente que tal vez desde mañana lo mejor sería dejar a Sanji en casa.

 

 No quería confundir lo que sentía.

 

“Desde ese día, esa noche, todo se desmorono”

 

En un simple parpadeo Law estaba sobre una duna de arena. Miraba a su alrededor, no recordaba haber salido de casa y menos haber llegado hasta la playa. La luna se veía enorme  a lo lejos, y las raras aguas rojas del mar parecían de una película de ficción.

 

—Esto es…

 

Fue entonces que recordó. ¡Esa noche era la del sueño predestinado!

 

Con todo lo sucedido en el día lo había olvidado. El encuentro con Luffy, la búsqueda de Sanji, y el beso… Law se ruborizo de nuevo, ese no era un beso, por supuesto que no.

 

Camino lentamente para acercarse a la orilla del mar, y cuando dio unos pocos pasos, logro divisar a un chico delgado de rubios cabellos que miraba las olas del agua dándole la espalda.

 

Su Soul Mater era un chico.

 

Tenía la camisa blanca desarreglada, y sus pantalones negros se veían anchos para su cuerpo. Las oleadas de agua mojaban ligeramente el suelo llegando a chocar con sus pies descalzos.

 

Law se acercó lo suficiente, posándose a unos metros tras  de él. El chico era un poco más bajo en estatura, pero mucho más alto que Luffy. Y su cabello era algo largo y estaba hecho todo un desastre. Definitivamente ese chico representaba todo lo contrario a sus gustos. No podría enamorarse de él aunque lo intentara.

 

 En su pecho aun sentía el bochorno que paso con Sanji, pero teniendo a este chico frente a él, no experimento ningún tipo de sentimientos extras. No sentía absolutamente nada. No se arrepentiría de romper el Lazo que los unía.

 

— ¿Tu eres mi Soul Mate? —pregunto Law para terminar este ridículo encuentro del destino.

 

El chico dio un respingo, y cuando dio la vuelta, Law decidió cerrar los ojos con fuerza. El chico rubio no le parecía interesante, pero no se arriesgaría a sentir algo al chocar con su mirada.

 

— ¿Y tú… eres el mío? —Respondió el chico con un tono alto y grueso de voz, pero se oía alegre, muy alegre para el gusto de Law— siempre creí que me esperaría una hermosa chica en esta vida. Que decepción—dijo el chico obviamente como una broma, una broma nada divertida para Law.

 

—Pero, aunque parezcas un matón con ese rostro serio, te aseguro que nos llevaremos muy bien.

 

Law frunció la frente, ese tipo era molesto.

 

—Tu tampoco eres lo que esperaba— dijo Law cruzando los brazos sobre su pecho sin intentar abrir los ojos ni por un segundo —Siempre odie a los chicos que son muy escandalosos y de pésimo humor.

 

—L-lo siento.

 

 Law oyó que la voz del chico cambio drásticamente en tono y animosidad.

 

Un largo e incómodo  silencio se hizo entre ellos.

 

— ¡¿Hey?! —El chico fue el que intento retomar la conversación— ¿No preguntaras por mi nombre? Por qué te sorprenderás cuando…

 

— ¿Para qué? —Interrumpió Law— Es obvio que ninguno de nosotros espero este encuentro. Tú no me gradas y yo no te agrado, es mejor dejarlo así.

 

—E-Espera… —la voz del chico se oyó temblorosa, Law paso por alto ese hecho— Los Soul Mater… se supone que tú y yo…

 

—No hay tú y yo. Mira, iré directo al grano, yo tengo una persona a la que amo y la que besare y abrazare el día de mañana, este encuentro se vio así porque es inevitable pero estoy dispuesto  a romper el Lazo para dejarte libre y ser libre también.

 

Hubo otro largo silencio después de lo dicho por Law. Desde que se encontró  a Sanji, su actitud fue un poco más amigable con los demás, sin embargo, no deseaba ser amable con alguien que no conocía.

 

— ¿Por qué dices eso así de repente? Podemos hablar un poco, o por lo menos… ¡Por lo menos podrías abrir los putos ojos, idiota!

 

Siempre después de la angustia y la sorpresa negativa, viene el enojo y la ira.  Law estaba preparado para esto.

 

— No es necesario, Tal vez al verte pierda mi propósito inicial. Yo estoy enamorado, y no pienso dejar a la persona que amo por causa de un desconocido.

 

— ¡Cómo quieres que no sea un desconocido si ni siquiera deseas verme! ¡Ni siquiera haces el esfuerzo por conocerme! ¡Yo quería hablar contigo desde siempre! —Law sintió como el chico lo sostuvo de los hombros, sintió sus dedos delegados y fríos a través de la ropa hasta su piel. Law no abrió los ojos en ningún momento, y de un manotazo alejo a esos brazos y al chico lejos de él.

 

—No vuelvas a tocarme —Dijo Law con voz autoritaria, tenía que actuar así para que el chico tome su actitud y su decisión con seriedad.

 

—No lo entiendo —murmuro el chico con voz triste. Law oyó como este arrastraba los pies, seguro alejándose de él— ¿Es porque soy un chico? ¿Este defraudado de que tenga la forma de un hombre?

 

Law no entendió muy bien a lo que se refería.

 

—La persona que amo también es un hombre, eso no tiene nada que ver.

 

—No… No lo entiendo.

 

Después de eso, Law no escucho ningún tipo de respuesta durante varios minutos, tal vez horas.

 

Estaba cansado de permanecer de pie. También su cuerpo deseaba abrir los ojos por impulso, un impulso que le costaba cada vez más controlar.

 

—Si deseas,  puedes abrir los ojos. Te estoy dando la espalda. Prometo no intentar verte.

 

Law oyó al chico, y estaba seguro que estaba a una distancia considerable. Así que hizo lo que le dijo. Law abrió los ojos.

 

El chico estaba sentado sobre la arena, con las rodillas contra su pecho y con la mirada nuevamente hacia el mar. Law se sintió un poco culpable por el chico, pero esto fue algo que decidió mucho antes de conocer a Luffy. Nada ni nadie controlaría su propio destino.

 

—Oye, porque no solo dejamos esta estupidez y quedamos de acuerdo para romper el lazo, si los dos estamos dispuestos a eso, será la única y última noche que nos veamos.

 

Law trago fuerte cuando vio como el chico parecía bajar la cabeza.

 

— ¿Me estas negando?

 

—Si pactamos un acuerdo, no será el mismo caso.

 

—Entonces… si va a ser nuestra última noche, podríamos hablar solo un poco, así te darás cuenta que yo…

 

—Olvídalo, no me convencerás. Si deseas puedes hablar, pero yo no responderé.

 

—No eres nada bueno, ¿sabes?

 

—Mi intención es no serlo, no quiero involucrarme contigo.

 

Silencio nuevamente.

 

El chico agarro una piedra y la lanzo al mar.

 

—Eres tan diferente de lo que creí. Tal vez en mi cuerpo terrenal solo viví un idilio. Cuando aparecí aquí me sentí confundido, pero cuando te vi, no te imaginas cuan feliz me puse, estaba consiente sobre los Soul Mater, y al verte…

 

—Ya no sigas.

 

El chico lanzo otra piedra al mar, esta dio un par de brincos en la superficie.

 

—Una vez una persona me dijo, que me escucharía no importa que estupideces logre decir, que no se cansaría de oírme y que mi voz sería algo hermoso que siempre desearía escuchar.

 

—Bueno, puedo decir que esa persona es una tonta. Lamento decirlo, pero tu voz no es nada agradable, es la voz que menos desearía oír en la vida.

 

Law vio como el chico rubio parecía bajar la cabeza de nuevo hasta ocultarla entre sus rodillas, tal vez dio en el clavo para que el chico lo odie y acepte hacer el trato y romper el Lazo. Nadie desearía que su Soul Mate sea un patán.

 

Los ojos de Law se abrieron con sorpresa cuando oyó al chico tragarse un sonoro sollozo y se sorbía la nariz sin miedo a nada. Law desvió la mirada, sentía una dolorosa incomodad en el pecho. Tal vez fue muy duro con él.

 

— Creo que…

 

— Está bien —Dijo repentinamente el chico, poniéndose de pie y cumpliendo la promesa de no intentar verlo. Law vio como apretaba los puños— Acepto romper el Lazo. Espero que el día de mañana  ya no sea más parte de tu vida.

 

Law no se sentía feliz como imaginaba por la noticia, pero no permitiría que esa rara inconformidad se refleje en su voz.

 

Law le dio la espalda.

 

—En realidad nunca lo fuiste.

 

Law despertó con dolor en la garganta. Miro el reloj y aún era temprano, casi las seis de la mañana. Restregándose los ojos, cayó en cuenta de que por fin había terminado ese indeseable sueño predestinado, lo había acabado. No volvería  a ver a ese sujeto. Aunque en realidad nunca lo vio.

 

 Luffy y el vivirían felices muy pronto, sin embargo, al intentar recordar a Luffy solo la voz del chico hizo eco en su mente. Hizo muy bien al no intentar verlo, no podía imaginarse que más podría haberle causado a su conciencia.

 

Se acordó de Sanji repentinamente, esa mañana no intento levantarlo como todos los días, y la ventana… ¡Dejo la ventana abierta!  Ese gato negro tal vez…

 

De un salto se puso de pie, y lanzando un largo suspiro, el miedo le duro poco porque Sanji estaba sobre su almohadón, viéndolo de manera rara, o eso creyó Law.

 

—Buenos días, Sanji-ya —Dijo intentando acariciar la cabeza del animal como todos los días, hasta que recordó lo que pasó la noche anterior, y por ello evito el contacto.

 

Sanji pareció notar ese cambio y bajo la cabeza, haciéndose más pequeño de lo que Law recordaba.

 

Law no supo porque pero se sintió culpable.

 

— Hey, ¿Estás bien?— Law lo sujeto entre sus manos, Sanji no intento verlo como siempre, pero lo que más incómodo a Law era que Sanji se removía como para que  lo soltara.

 

—Idiota, deja de moverte —Law le dio un pequeño golpe con su dedo en la cabeza. El pato dejo de removerse — No ves que ayer me asustaste como no tienes idea. Si algo te pasara no podría estar tranquilo. Eres muy importante para mí. No lo olvides nunca.

 

Law vio directamente a los ojos de Sanji, y por un momento juro que este lloraba, sus ojos así lo reflejaban. Y como el primer día, el pato se aferró a su ropa con el pico y abrió las alas como en una especie de abrazo. Law sonrió, e inevitablemente el calor en su rosto volvió.

 

Sanji era su amigo, pero el sentimiento que estaba comenzando a experimentar no era normal. Debía poner límites a todo lo que parecía inaudito. Y para eso, debía poner cierta distancia entre ellos, después de todo, ahora con Luffy en la cuidad junto a él, no podía ni tenía tiempo para cuidar de un animal.

 

Encerró a Sanji dentro la casa con agua y comida para todo el día.

 

“Ese día no me atreví  a ver tus ojos, solo salí de la casa sin mirar atrás” 

 

La noche siguiente, el chico rubio estaba ahí de nuevo. Estaba sentado en la arena, dándole la espalda. Se veía más delgado de lo que recordaba.

 

— ¡Oye idiota, creí que teníamos un acuerdo! —Grito Law desde lejos— ¡se suponía que no soñaría más contigo!

 

— ¡Cállate, bastardo! —Respondió repentinamente el chico con agresividad, Law quedo perplejo— ¡si estoy aquí es por tu culpa!  Intento olvidarte pero tú no me dejas.

 

— ¿Qué? ¿Estás loco?

 

—Olvídalo, si quieres puedes ignorarme este sueño, mañana tratare de no regresar aquí, cabron.

 

“No me puse a pensar que expresión tenías en ese entonces, no me di cuenta que te estaba lastimando de la peor forma.

 Tu sabias lo que éramos y yo solo te ignoraba.

 Soy un idiota”

 

Law nunca se percató de que Sanji no comía como debía, después de todo solo lo veía en las mañanas y por las noches, y muchas veces al salir con Luffy a cenar o pasear, lo encontraba dormido en el escritorio o en la sala. Un día Kid lo regaño por no traer a Sanji a la preparatoria, sentía que con el pato cerca, Law se abría más con los demás.

 

Él también sentía que los días que sintió todo con una luz diferente, ahora se volvían opacos nuevamente. Pero no quería sentir ese sentimiento enfermo con su mascota, si lo pensaba mejor era algo asqueroso y anormal… Sanji solo era un animal.

 

“Cuando menos me di cuenta, te convertiste en mi mascota. Ya no eras el amigo que creí que eras…

 ¿Qué cambio?

 Nada.

 Solo cambie yo”

 

El alejamiento que Law se autoimpuso con su mascota, lo llenaba de culpa, pero sentía que era lo mejor para los dos, sin embargo no quería aceptar que el pato también parecía muy distante con él, y  para llenarlo de mayor estrés, el maldito chico rubio continuaba apareciendo en sus sueños desde la noche predestinada, aunque desde la sexta noche, en que  por un tonto arrebato en donde los dos discutieron, le dijo que el mayor favor que le haría sería el dejar de hablar para no volver a oír su  voz horriblemente molesta y continuaron discutiendo toda la noche, pero las noches posteriores, el chico no intento hablar nunca más.

 

Se encontraron por diez días aproximadamente. Todas las noches, en esa maldita playa. Law no sabía por qué continuaban apareciendo ambos ahí, pero estaba seguro que era culpa de aquel chico, porque él… no tenía interés alguno en su supuesto Soul Mater.

 

“Era la decimosegunda noche, y mi actitud continuaba siendo una mierda”

 

Otra noche más, de pie en esa playa, y frente a él, el chico de cabello rubio sentado en la arena dándole la espalada con la mirada fija hacia el mar.

 

— ¡Oye, algún día desaparecerás de mis sueños, es cansado tenerte aquí! —Grito Law con sus manos en los bolsillos.

 

El chico no respondió, parecía mecerse de un lado a otro para mantenerse firme. Law no pudo evitar preocuparse, ese idiota se veía enfermo. Se acercó a él y se arriesgó a sujetarlo del hombro y verlo.

 

— ¡Hey, respóndeme!— ordeno Law.

 

El chico enterró el rostro contra sus rodillas antes de que Law pudiera verlo, y también evito responder.

 

—Bien, quédate ahí hasta morir, nos harás el favor a ambos.

 

Law enojado, lo soltó y camino varios metros lejos, donde se sentó dándole la espalda a esperar una vez más a que el sueño terminara.

 

“La noche del decimoquinto día después de cumplir la mayoría de edad, sería la noche de la que me arrepentiría toda mi vida.

 

 No note que Sanji no estaba en casa, tampoco note que desde hace varios días atrás, su agua y sus semillas estaban esparcidas en el jardín bajo la ventana”

 

Cuando Law llego a esa playa de una perpetua noche, pudo divisar al chico en el lugar de siempre, pero, el corazón de Law se detuvo cuando dio unos cuantos pasos y vio que la mitad del cuerpo del chico parecía haberse transformado en arena, una arena que poco a poco de desprendía de él uniéndose con la arena de la playa.

 

— ¿Que está pasando?— Law corrió hasta el chico, poso su mano en su hombro y ante su asombro, este se deshizo en un puñado de arena.

 

Law no  creía lo que veía.

 

El pecho de Law dolió repentinamente al recordar las leyendas de la fuente.

 

— ¿Esto es lo que paso con los marginados?

 

No hubo respuesta.

 

— ¡Idiota, podemos hacer el trato! Se supone que esto solo pasaría si uno de nosotros ama al otro, yo no te amo, y tú…

 

Law comenzó a temblar, nunca antes el aire lo sintió tan frio. Se mordió el labio inferior y cerró los ojos con fuerza. ¿Cómo podía ser posible? Ellos ni siquiera se conocían, no sabían sus nombres, no conocían nada de entre ellos… ¿Por qué? ¡¿Por qué?!

 

— ¡Yo no pedí que me amaras! ¡Eres un desconocido! ¡Ni siquiera nos hicimos amigos! ¿Acaso tu nunca más…?

 

El chico no respondió.

 

— ¡Debiste renunciar a mí! ¿Qué pasara contigo en la vida real?

 

El chico no respondió.

 

Law no lo soportaba más, se movió rápidamente para estar frente a ese chico. Y su corazón casi se detiene cuando, después de tantos días, lo vio por primera vez.

 

— ¿Q-Quién eres? —La voz de Law temblaba cuando su mente comenzó a trabajar.

 

El chico lo veía directamente a los ojos e igual, no respondió…  aunque lo obligaran  no podría hacerlo. Su cuerpo transformado en arena había alcanzado parte de su garganta y esta se desprendía poco a poco.

 

Law tembloroso, se atrevió a acariciarle el cabello y el rostro, al hacerlo, una sensación familiar lo embargo.  Acaricio su rostro hasta llegar a los labios, unos suaves y delgados labios. Law aun sin creer lo que su corazón gritaba, comenzó a examinar cada detalle de ese rostro. Tenía el cabello rubio más suave del mundo y este le cubría la mitad del rostro. Su piel era pálida, como no había visto antes en ninguna otra persona, y su ojo brillante tenía un color azul zafiro tan hermoso, que parecía todo una mentira. La ceja en espiral que la adornaba era rara y única y gritaba ser rasurada a como diera lugar.

 

Era un chico tan hermoso, pero también...

 

— ¿Sanji…? —Dijo Law inconscientemente.

 

“Era hermoso en todo aspecto, de haberlo visto, de haber hablado con él desde el principio, de seguro estaría completamente enamorado. Me hubiera dado igual si era obra del destino, en estos momentos yo estaría con Sanji a mi lado”

 

—El chico solo lo miro con tristeza, y sonrió.

 

Uno de sus brazos de arena cayo de repente, y ante los ojos de Law el brillo de los ojos del chico fueron apagándose como la flama de una vela que se extingue.

 

— ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Po que no insististe en hablar conmigo? ¡¿Por qué no me dijiste que tú eras mi Soul mater?!

 

Otro pedazo de arena se desprendió del cuerpo de Sanji.

 

El chico movió los labios, y Law intento leer lo que decía:

 

Por-Que-Soy-Un-Negado…

 

Law casi cae de su lugar.

 

— ¡Tú no eres un negado! Yo quiero que seas mi Soul Mater, yo… ¡Yo te necito!

 

Sanji sonrió, negó con la cabeza y cerró los ojos, mientras que en la vista de Law, su rostro parecía quebrarse.

 

Ya-No-Hay-Otra-Vida-Para-Mi.

 

Lo-Siento.

 

— ¡Espera…!

 

Antes de que Law pudiera decir algo, el chico se desmaterializo en un puñado de arena que se mesclo con la arena de la playa y que rápidamente fue arrastrado por una ola de mar.

 

—S-Sanji... Sanji…

 

El mundo nocturno a su alrededor fue quebrándose como un delicado cristal, y este en trozos de diferentes tamaños caían a su alrededor.

 

De inmediato y con todo el dolor del mundo, Law supo que ese era un mundo el cual no volverá a visitar jamás.

 

Law despertó de un sobresalto, y sin pensar siquiera, miro a la almohadilla sobre su escritorio.

 

No estaba.

 

¡Sanji no estaba donde se supone debería estar!

 

— ¡Sanji-ya!

 

Busco por toda la casa, y no estaba. Su corazón dolía tanto que apenas podía respirar.

 

Después de buscar esquina por esquina su casa y las calles aledañas, tuvo la idea de buscar en la preparatoria, Sanji conocía el camino a ella.

 

Aun en pijama, corrió por las calles lo más rápido que pudo hasta que llego a la plaza, se detuvo para tomar un poco de aire, pero, como la magia de la primera vez que lo diviso hace casi un mes, sus ojos solos decidieron mirar a la misma dirección.

 

Cuando sus ojos captaron la bola amarilla, corrió con todas sus fuerzas y casi a tropezones hasta llegar al borde de la fuente.

 

La fuente no estaba llena como lo estaba todos los días, solo unos cuantos centímetros, pero lo suficientes para cubrir el cuerpo y parte de la cabeza de un pequeño e indefenso pato.

 

Unos cuantos copos de nieve comenzaron a caer del cielo. Estaba tan fríos como se encontraba el mismo cuerpo de Law.

 

Se había ido.

 

Sanji se había ido.

 

Su cuerpo inerte era lo único que quedaba.

 

Tembloroso, Law saco el pequeño cuerpo del animalito entre sus manos mientras de sus mejillas se deslizaba lágrimas silenciosas que expresan un gran e infinito dolor.

 

Todo termino en esa fuente en donde también todo empezó.

 

Law miro al cielo, apretó el pequeño cuerpo de Sanji contra el suyo,  y cayendo de rodillas al suelo, lloro en voz alta por su dolorosa perdida.

 

Algunos copos cayeron sobre la estatua sin rostro, y al derretirse, parecía que esta lloraba ante el desvanecimiento a la nada de otro Soul Mater Marginado. 

 

“El Destino jugo con nosotros, y a diferencia de como pensaba antes, ahora creo en él y su magia, pero lo odio por arrebatarme a Sanji-ya.

 

A veces pienso que tal vez fue una prueba que nos impusieron y que no pudimos superar, a la que yo no pude superar.

 

Desde que lo perdí  aunque el sol brille en lo alto todo mi mundo se ve gris.

 

Luffy-ya me dijo en el invierno pasado que yo actuaba muy raro y diferente, pero aun así me amaba y que seguiría a mi lado sin importar nada.

 

Yo también lo amo, pero conocí un amor tan puro que no se puede olvidar.

 

Al año siguiente, durante el sueño de reencuentro de Luffy-ya, él encontró a su verdadero Soul Mater, nunca creyó que fuera Nami a la que se encontraría ahí. Deje que Luffy-ya  decidiera si deseaba permanecer junto con ella o conmigo.

 

Él  no me abandono, realizo el trato mutuo y entre los dos rompieron el Lazo. Nami estuvo de acuerdo en todo. Y ahora ella continúa trabajando, con un nuevo novio a su lado, esperando en otra vida a que su Soul Mater pueda corresponderla.

 

No era una negada, solo… que esta vida no sería para ellos.

 

Admiro a Luffy-ya, y nunca podría pagar el que me haya elegido, después de todo si pudiera retroceder el tiempo, yo aceptaría a Sanji aunque nuestro amor no pueda plasmarse en vida.

 

Averigüe por años que es lo que sucedía con los Soul Mater negados. Quería saber más de lo que decían las leyendas, y cuando encontré información que me aseguraba que Sanji probablemente murió poco antes de que su alma desapareciera como las de los negados, me sentí muy triste, pero también muy feliz.

 

Sanji sabía que no podría ser amado en esta vida, y antes de que yo rompiera el Lazo y su alma desapareciera, él decidió acabar con su cuerpo terrenal y darnos otra oportunidad en otra vida.

 

 Por años varias emociones inundaron mi corazón.

 

El  dolor de su ausencia y la nostalgia sin su presencia. La impotencia de haberlo visto alejarse sin poder hacer nada. Pero también, la calma me  llenaba porque sabía que algún día nos reencontraríamos.

 

Sanji era mi Soul Mater, y yo el suyo.

 

 Nuestros destinos estaban unidos por siempre, solo que no en esta vida.

 

 

 

 

Notas finales:

Hola atodos, decidi subir este fic a este hermoso lugar (estaba publicado solo en Wattpad) porque en la otra plataforma se borraron varios de mis fics ;3; y para tener un respaldo por si acaso, los traere aqui XDXDXDXD

 

Nos veremos pronto. 

 

Si notan algo de Occ en algunos personajes, es que uno es un pato ;3;


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