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La guía de las ilusiones por nunu

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Notas del fanfic:

¡Hola! Bienvenid@ y muchas gracias por pasarte por aquí a leer, espero que te quedes hasta el final y disfrutes la historia.

¿Advertencias? Ninguna, más que un aviso en rojo de: alerta cursi, alerta cursi, alerta cursi.

De repente tuve ganas de hacer algo cronológicamente ubicado en sus épocas de Genin en el Equipo 7 así que aquí está, algo sencillo, semi-canónico porque adoro el mundo ninja y estoy aprovechando mis oleadas de inspiración para escribirle al NS todo lo que le debo. 

Un tic hizo temblar la ceja izquierda del heredero del clan Uchiha ante el regaño de su maestro. Por su parte, Naruto se sentó en el suelo, cruzado de brazos y con los ojos entrecerrados en claro berrinche inmaduro por estar en desacuerdo con el planteamiento de Kakashi. La incredulidad se reflejó en el rostro de Sakura, quien estuvo a punto de hacer una pataleta similar a la de Naruto de no ser porque no quería lucir tan infantil estando Sasuke cerca.

—¡Pero Kakashi-sensei! —Refutó el rubio, elevando su voz en un tono tan agudo e irritante que Kakashi se preguntó si no debía convertir eso en un jutsu porque seguramente derrotaría a cualquier enemigo con sus alaridos.

—¿Ves lo que ocasionas, usuratonkachi? —Sasuke refunfuñó, chasqueando los dientes con desagrado.

—Kakashi-sensei, Sasuke-kun no tiene que pagar por los errores de Naruto. —La ojiverde intentó defender a su compañero, levantando el puño en dirección hacia el Uzumaki con la amenaza silenciosa de me la voy a cobrar después.

—Basta. —El maestro, en efecto, ya tenía suficiente de las actitudes de los tres— Primero que todo, Sasuke —el mencionado de una vez levantó la vista—, tu pésima habilidad para trabajar en equipo hizo que descuidaras a tus compañeros. Por eso mismo, es que Naruto —en esta ocasión, fue el rubio quien se alertó ante el llamado de su nombre— cayó en un genjutsu y casi se arruina la misión. Ahora bien, Naruto, eres un desastre con las técnicas ilusorias y, finalmente, Sakura —Haruno se cruzó de brazos esta vez, con el calor acumulado en las mejillas sabiendo lo que se vendría—, deja de desmayarte en cada misión.

Ninguno de los tres dijo nada, pero no fueron capaces de mirarse entre ellos ni mucho menos confrontar a su maestro.

—Por tal motivo es que, Sasuke, tu castigo será enseñarle a Naruto sobre técnicas ilusorias y como contrarrestarlas. Como portador del sharingan, eres el mejor entre los tres para ayudar a tu compañero. Y como sé lo mucho que Naruto detesta estudiar, este también será un castigo para él. Por último, espero que esto los una y aprendan a trabajar en equipo, ustedes dos son los más problemáticos.

Sakura no sabía si festejar por ser la menos problemática, quejarse porque no estaba incluida entre los planes y ella deseaba pasar más tiempo con Sasuke, o preocuparse porque, tal vez, su maestro tendría preparado un castigo absurdo para ella.

—Sakura, tú vienes conmigo.

Y, por supuesto, aquello era por lejos algo bueno. Kakashi era muy bueno con los castigos que implican torturas mentales y sabía que a ella le correspondería uno y tendría que pasarlo a solas.

Naruto y Sasuke quisieron quejarse y oponerse rotundamente a la resolución de su maestro, pero no hubo tiempo alguno para ello, pues Kakashi se fue a la velocidad de un raikiri tan lejos como pudo para evitar tener que lidiar aunque sea por un par de horas con las actitudes de sus alumnos, después de todo, ya todo estaba dicho. Necesitaba algo de paz o le saldrían canas antes de tiempo.

 

Y allí se encontraban ambos rivales, mirándose fijamente con las pupilas afiladas cual cuchillas dispuestas a clavarse dolorosamente en la yugular del otro. El punto de encuentro lo había escogido Sasuke, argumentando que si Kakashi lo eligió a él para enseñar, entonces Naruto tendría que hacer lo que él dijera. Un lugar relativamente apartado del centro de la aldea, con grandes paisajes naturales y un espacio lo suficientemente abierto le pareció la mejor opción al Uchiha, así Naruto podría enfocarse más en trabajar sus sentidos sin que el molesto ruido de las calles perturbaran su concentración.

—Naruto, mi cara está aquí —señaló Sasuke con su índice a la altura de su propio rostro, mientras Naruto parecía demasiado entretenido con algunos animalillos escurridizos que se perdían entre los arbustos— ¿puedes concentrarte?

Y Sasuke no era precisamente dotado con la paciencia, mucho menos cuando se trataba del rubio hiperactivo. ¿Cómo es que se graduó de la academia siquiera? Varios tics se apoderaron de su perfectamente esculpido rostro y tomó aire profundamente, tratando de mantener la calma.

—¡No quiero hacer esto contigo-ttebayo! —Refunfuñó el de ojos azules, nuevamente alzando el tono de su voz a tal grado que el Uchiha hubiese preferido estar sordo.

—De qué te estás quejando, todo esto es tu culpa. Si no fueras un inútil ahora no tendría que perder el tiempo.

Fue en ese preciso instante que la fibra de su orgullo fue tocada. Naruto detestaba tener que reconocer que la misión casi resultó fallida debido a que en el momento más crítico, él terminó atrapado en un genjutsu, y de no ser por la agilidad de Kakashi quién sabe en dónde estaría ahora. Pero más importante aún: detestaba que aquellas palabras salieran de la boca de Sasuke, su rival, la persona que más odiaba en el mundo y frente a quien nunca querría perder.

—¡SASUKEEE!

Se abalanzó contra el Uchiha en un impulso inconsciente con la intención de lanzarle un puñetazo con su diestra, pero Sasuke fue más veloz, atrapando el brazo de Naruto en el aire y lo torció con la fuerza suficiente para hacerle frenar aunque no para lastimarle necesariamente, antes de soltarle y saltar un par de pasos atrás.

—Si quieres que nos vaya peor, sigue actuando como un idiota —reprendió Sasuke, gruñendo por lo bajo. Aunque lo propio en él sería saltar de igual forma a responder a las agresiones de Naruto, lo cierto es que no deseaba someterse a un castigo peor de lo que ya era esto si el mayor se daba cuenta de que en lugar de entrenar, se la habían pasado peleando.

Aunque debía decirlo: estuvo impresionado de que efectivamente, Naruto le escuchara y decidiera quedarse tranquilo en lugar de seguir provocándole. Un nuevo suspiro se escapó de los labios de Sasuke.

—Muy bien, vamos a comenzar —ordenó, tomando asiento sobre el pasto y cruzando sus piernas, para luego invitar al rubio a sentarse frente a él, quien hizo como le fue pedido aunque con las piernas extendidas a lo largo—, ¿qué sabes sobre genjutsu?

—¿Genjutsu?

Naruto se tomó su tiempo para contestar, ladeando el rostro cual si fuera un cachorro intentando comprender un lenguaje desconocido. Terminó soltando una risilla torpe y rascando su nuca. Sasuke resopló con frustración en respuesta, permitiéndose activar el sharingan para hacer más dinámica la clase.

—Lo primero que tienes que comprender son los principios del genjutsu. Primero que todo, mientras el ninjutsu pretende ocasionar daño físico al oponente, el genjutsu inflige una afectación mental. Sometiendo el flujo de chakra en el cerebro de tu contrincante, consigues control sobre todos sus sentidos y en consecuencia, puedes recrear imágenes a tu favor que te permitan obtener ventaja en una batalla. Ahora bien, para realizar una técnica ilusoria necesitas habilidades precisas en el manejo de chakra, en síntesis: ser muy inteligente y perceptivo. Pero tú… —Sasuke hizo una pausa, enarcando una ceja y negó suavemente— quizás puedas aprender a contrarrestar un genjutsu. Para romper una ilusión, necesitas aprender a detener el flujo de chakra de tu cuerpo. ¿Has entendido hasta aquí?

Una vez más, las neuronas del Uzumaki dejaron de hacer sinapsis y se desconectaron completamente ante tanto palabrerío que no lograba comprender. La mirada confundida en aquellos ojos azules fue la respuesta que Sasuke necesitaba.

—¿Por qué tienes que hacerlo todo tan complicado, dattebayo? —Naruto frunció el ceño con indignación— ¡Podrías decirlo más sencillo! No tienes que parecer un libro cuando estás hablando, Sasuke-teme, ¡eres el peor maestro del mundo! —mientras hablaba, extendió sus brazos en el aire para magnificar con más ímpetu su insatisfacción.

—¡Serás un…! ¡Usuratonkachi! —Sin poder contenerlo más, la vena se inflamó en la sien del Uchiha con notable desespero.

Ambos se pusieron de pie con la intención de agarrarse a golpes. Naruto fue el primero en hacer un movimiento, sujetando la prenda superior del Uchiha con sus puños mientras que Sasuke, por su parte, elevaba su mano para atrapar los cabellos rubios en la frente de Naruto, a lo que el último se sorprendió notablemente por aquel ataque poco típico de un ninja. Poco típico en Sasuke.

—¿Vas a poner tu jodido trasero en el suelo y escucharás o quieres que le diga a Kakashi que estás siendo una molestia y te mande a limpiar los baños de la academia con la lengua?

Fue en ese instante que Sasuke decidió que no soportaría una jornada completa con Naruto y que si no hacía algo al respecto para cabrearle y conseguir sacarle de su camino, tendría que tolerarle por el resto de la semana. Hacer que Naruto fuese el primero en desistir del castigo lucía como una opción brillante.

Por su parte, Naruto frunció el ceño con tanta molestia que cualquiera hubiese pensado en ese momento que sus cejas estaban enfrentadas en una pelea mortal. No obstante, antes de refutar algo al respecto, sintió una agitación repentina en el centro de su pecho ante  la proximidad en la que se encontraban y, más importante, cómo las facciones finas del Uchiha se relajaban notablemente. El rubio se sintió confundido, y casi hubiese preferido que Sasuke correspondiera sus intenciones de matarse a golpes en lugar de tenerle allí, con el cabello empuñado en su mano, la propia sujetando la ropa ajena, que desprendía parte de su aroma tan fresco y con esos ojos negros taladrándole hasta el alma. Quiso preguntarle en qué momento había desactivado el sharingan, pero ese detalle de repente se sintió irrelevante, más aún cuando sus respiraciones se volvieron uniforme, resonando a la par.

El viento tibio de la tarde meció sus cabellos, y Naruto se encontró anonadado por cómo las hebras hechas de hilos de medianoche acariciaban las mejillas de su adversario. El calor se extendió por su pecho y subió hasta su rostro, las piernas le temblaban. Un impulso irracional arrasó con toda su fuerza de voluntad y cualquier atisbo de conciencia, por lo que terminó por acortar la distancia entre ambos para presionar sus labios contra las comisuras de los impropios. Sus latidos brincaron frenéticos contra su caja torácica y la forma en la forma en la que el cuerpo de Sasuke se tensó bajo el contacto en lugar de alejarse le incitó a buscar un poco más.

—¿Na… —El Uchiha no pudo decir nada, no cuando Naruto le cubrió la boca con sus labios. Una presión firme, dulce, que cosquilleó desde sus cerezos intensamente hasta amenazar con hacerle perder el equilibrio.

Un contacto simple, casto, que duró por breves instantes pero sería imborrable para ambos. Como si estuvieran sincronizados, los dos se apartaron lentamente para guardar distancia prudente, con las mejillas ardiendo y tintadas de rojo intenso. Naruto sentía que podría desmayarse en cualquier momento y que no volvería a ver a Sasuke a la cara luego de lo que había hecho.

 

Un sonido seco rompió el ambiente intempestivamente. Naruto permanecía sentado en el suelo con la cara quemándole por los nervios y completamente paralizado, llevando la diestra hasta sus labios como si así pudiera sentir los labios de Sasuke sobre los suyos.

—Tú… —La voz de Sasuke tembló sutilmente al hablar, y una vez más, todos los tics le deformaron la cara por unos momentos, principalmente su ceja que lucía como si quisiera caérsele del rostro. Finalmente, se dio una palmada en la frente y renegó. —Tú realmente no tienes ningún sentido para el genjutsu. Usuratonkachi.


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—Ya sé que no eres el más entusiasta cuando se trata de enseñar, ¡pero será solo esta vez! No hay ninja en toda esta aldea que tenga mejor conocimiento sobre genjutsu que tú.

—No. —Sasuke se negó rotundamente, posando la mano a la altura de su cadera como reafirmando su decisión.

—¡Pero Sasukeeeee!

El rubio se puso de pie, rodeando el escritorio para poder alcanzar al pelinegro que se encontraba al otro lado del mueble. Sus brazos de inmediato buscaron envolver el cuerpo del Uchiha, quien ladeó el rostro para evitar mirar los ojos suplicantes del Séptimo Hokage y no ser víctima de su te-amo-ayúdame-por-favor no jutsu.

—¿Por favor? —Insistente, Naruto balanceó suavemente el cuerpo de su compañero, intentando convencerle inútilmente. Él había prometido días atrás una clase especial con el mejor ninja en técnicas ilusorias de Konoha como recompensa a los estudiantes de la academia por sus buenas calificaciones. Pero resultaba que el mejor ninja en técnicas ilusorias de Konoha no tenía deseo alguno de convertirse en maestro por un día.

—Tsk. —Rendido, Sasuke accedió, y aunque no lo dijo en voz alta, Naruto le conocía lo suficientemente bien como para haber captado el mensaje sin mediar palabra alguna.

Un beso en su mejilla resonó intensamente e hizo eco en las cuatro paredes de la oficina y el Uchiha suspiró, aunque satisfecho al ver aquella chispa de felicidad en el rostro ajeno. Por su parte, Naruto volvió a tomar asiento en su puesto correctamente para dedicarse a remover algún papeleo en el que pretendía seguir con su ardua tarea de organizar y firmar cosas.

—¡Bien! Estoy seguro de que aprenderán mucho contigo-ttebayo. Pero por favor, nada de iniciar romances en la academia con tus genjutsus —pidió el rubio a modo de juego, permitiéndose reír ante el recuerdo—.

—Eres un idiota —reprochó Sasuke a modo defensivo, aunque jamás diría abiertamente que le sorprendía que después de todo lo que atravesaron juntos a través de los años, Naruto aún pudiera recordar ese suceso—, por eso dudo que en la nueva generación hayan ninjas tan torpes como tú.

Naruto soltó una carcajada, apoyando la mejilla en su mano luego de recargar el codo sobre el escritorio. Sus ojos azules reflejaban aquel destello cargado de amor infinito hacia Sasuke, con algunas pizcas de nostalgia infantil.

—Ahora que lo pienso, no solo fui tu primer beso. También fui el segundo. Y espero que el último.

El de cabellos oscuros apartó la mirada. Cuando Naruto tenía esos momentos románticos de repente, no sabía dónde esconderse para ocultar el sonido del bombeo frenético de su corazón. Absurdo cómo ni los años le acostumbraban a las acciones tan abiertas del rubio.

—Aunque nunca voy a entender qué pasaba por tu cabeza ese día-ttebayo. Es decir, tú… usaste un genjutsu para besarme. Vaya manera de entrar a mi corazón, Sasuke.

—¡Naruto! —Sasuke tomó lo primero que encontró sobre el escritorio, que casualmente resultó siendo el porta plumas y lo lanzó contra la cabeza del rubio quien, en medio de un alarido adolorido, se frotó la frente con una sonrisa en los labios. —Iré a preparar la clase, nos vemos.

Y con la frente el alto, delantando el orgullo del clan Uchiha, Sasuke salió de la oficina de su Hokage, con una sonrisa sutil adornando su rostro.

Supuso que jamás le diría a Naruto que el objetivo del genjutsu nunca fue besarle, si no revelar los más profundos deseos del rubio y así dejarle expuesto. Con lo que nunca contó, es que al final, serían los corazones de ambos los que terminarían por revelarse en medio de esa ilusión.

Y vaya ilusión.

 

Notas finales:

Nuevamente, muchas gracias por llegar aquí, ¿qué te ha parecido la experiencia? ¡Ojalá te haya gustado! Y estaría genial si me lo dejaras saber /nervios, nervios.

(introducción al espacio publicitario bc why not)

Si te ha gustado este one-shot, podrías echarle un vistazo a mi long-fic, todavía en desarrollo, pero no te arrepentirás de leer i promise: 

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=199321

¡No siendo más! Precioso día a todos y que la vida les llene de mucho amor NS. 


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