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Recordatorio para un mañana juntos por MallowSJ

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Notas del capitulo:

pequeñito

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En una fría noche de julio los cobertores nunca parecen ser suficientes, la estufa nunca parece calentar demasiado y el té que se acababa de servir en su tazón favorito estaba amargo. El tazón  le traía recuerdos de  una navidad de antaño... Se lo había regalado JongIn, su novio, con una sonrisa de oreja a oreja, con esa expresión en la cara que era de él y solo de él, la que  Kyungsoo odiaba, y que hace algún tiempo se había encargado él mismo, de desdibujar del rostro de JongIn.

Aunque no quisiera, siempre terminaba pensando en él y en lo extraño que se comportaba en el ultimo tiempo. Le parecía cómico el hecho de ni siquiera haber notado que todo entre ellos se retorcía hasta llegar a un punto de no retorno. Suspiró hondamente y se levantó de un salto con la vista fija al lado derecho de la cama,  pero estaba vacío. Su cuerpo temblaba buscando una mirada seguida de un abrazo imposible.

Porque simplemente JongIn no estaba.

 Era pasada media noche cuando Kyungsoo se dio cuenta que estaba mal, mal, mal, mal, de la cabeza y de los sentimientos. Emociones rotas pasadas le empapaban los pensamientos mientras escribía en un papel arrugado sobre su mesita de noche, unos garabatos con la letra más horrible y desesperada que pudo:

 

 "necesito estar bien, necesito estar sin ti"

 

El papel quedó dos fracciones de segundo sobre la mesita, después lo metió en el bolsillo de la chaqueta y salió, dejando atrás su hogar, viéndose de un momento a otro perdido en la  fría noche invernal, como una silueta solitaria caminando sobre la humedad del asfalto. Su plan consistía en no volver a la mañana siguiente, ni a la siguiente... sentía deseos en ese momento de no volver nunca a ese nido de  emociones contrariadas que significaba su casa, en realidad, la casa que había comprado junto a JongIn. Su mente parecía ir en otra dirección a su cuerpo y  el papel que había escrito antes de salir seguía en su bolsillo como lo único que le aferraba a sus sentimientos.

Unas horas mas tarde, la escena transcurre sobre un puente, el vaho sale de su boca y sus extremidades tiemblan intentando soportar el frió intenso de la madrugada. Bajo el puente, la autopista se llena de luces y velocidad de autos de paradero desconocido, mira largo rato la escena y acto seguido,  fija su vista sobre el papel que mantiene  enredado entre sus dedos, oscilando entre la indecisión y el dolor de dejar ir las ultimas palabras que serían dirigidas a JongIn, Lo amaba, pero honestamente, no estaba encantado de sentirlo, se dio cuenta en el instante justo antes de lanzar el papel por la carretera, que estaba perdido, que estaba solo, que no tenía a quien recurrir y que JongIn le estaba dando la espalda al hacer su vida de una manera tan distinta a la suya y a lo que se debía tenían que formar juntos, por primera vez, Kyungsoo se puso a pensar que ese acuerdo de formar una nueva vida luego de su unión fue tan unilateral como el hecho de su fidelidad en la relación. Sabía que JongIn no lo hacía por maldad, es solo que el era algo diferente, un alma exclusiva y malditamente libre, sin ser promiscuo ni malvado, él solo se pertenecía a si mismo y la vez no era dueño de nadie, pero todos querían ser de él. En la cabeza de su novio.  no se concebía la idea de pertenecer a otra persona por el hecho de decirse palabras de amor, los celos no eran mas que representación del egoísmo intrínseco sel ser humano, de la bajeza, cobardía y debilidad de carácter.

 

Kyungsoo simplemente no podía competir, le molestaba enormemente sentirse inferior, también el  hecho de no poder controlar su carácter, al permanecer en un estado constante de querer ser y pensar como él, razón por la cual, paradojicamente se acabó de una vez por todas su idolatría hacia JongIn. Sin embargo, sabía muy bien que era casi imposible que se acabara su maldito amor por él, así que deseando con todas sus fuerzas que así fuera, que sus sentimientos desaparecieran de raíz, soltó el papelillo que descansaba entre sus dedos, lo dejó volar y descender  a quien sabe cuántos centímetros por segundo, al verlo flotar ligero sobre un manto inmenso de libertad, cerró los ojos y le hirió su orgullo sentir lágrimas caer sobre sus mejillas, con la manga de su chaquetón las quitó rabiosamente y caminó a paso firme atravesando el puente sin mirar atrás.

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Por alguna razón, Kyungsoo  vuelve a casa una semana después.

En realidad la razón es obviamente JongIn, lo extraña y  éste no le ha contactado. ¡Claro que no! ¡Si el nunca lo hace! Se sintió ridículamente fatal al abrir la puerta de su departamento y ver todas las cosas tal y como él las había dejado. No había rastro de él.

La desesperación le subió de súbito a la cabeza y alguna parte de ésta se quedó atorada en su pecho y en su garganta

"¡¿Y si no regresa jamás?!"

 JongIn no está. claro que no está, el no podría preocuparse de su escaparate de desaparecer una semana, simplemente porque JongIn no le corresponde. Kyungsoo suspira pesadamente y cierra los ojos con su resignación emanando molestas ganas de llorar.

"No hay  mas, no habrá más"

Maquinalmente se dirigió a la cocina impulsado por algo más terrible que el hambre, la esperanza de verlo ahí, porque a JongIn le encantaba cocinar  cosas deliciosas para él. Siempre que quería verlo feliz él le preparaba postre, porque rayos, los amaba incluso más que a JongIn (o eso le hacía creer Kyungsoo). Eran incontables ya las veces que, luego de echarle la bronca por algo que , generalmente eran celos o berrinches por falta de atención, JongIn no hacía mas que encerrarse la tarde completa en la cocina a preparar una cena capaz de cambiar el humor de Kyungsoo, y efectivamente funcionaba, especialmente en el momento en que terminaban  de comer y Kyungsoo preguntaba por el postre, en ese momento JongIn rodaba los ojos diciendo que era obvio que él era el postre, Y corría a la habitación riendo y dando saltos con una lata de crema batida en la mano.

Los recuerdos eran demasiado sublimes para pretender borrarlos, e ingenuamente ignorar que toda la casa tenía a JongIn tan impregnado como él. Kyungsoo  abrió la puerta con el pulso a doscientos latidos por minuto, le esperaba, si, y si el estuviera ahí, juró por su vida que le perdonaría por lo que fuera que hubiera hecho de mal, que olvidaría todo y se desviviría por hacerlo feliz para siempre.

Pero la cocina estaba vacía, Kyungsoo se negó a creer que fuera cierto, estaba al borde de la locura y de ir en ese mismo momento a buscar a JongIn por toda la puta ciudad.

Entonces parecía mentira que de pronto, una silueta apresurada se levantara desde abajo del mueble de la despensa, en donde dejaban las ollas, era JongIn con harina en las manos, tenía un delantal de cocina puesto,  tan fresco y sereno como siempre. Él estaba ahí, frente a sus ojos, y en el horno, había un delicioso budín de banana. 

-Acabo de llegar, ¿saliste anoche?- Sus ojos miraban preocupados la triste figura de Kyungsoo, quien parecía en modo "exámenes de final de año" por su cara de no haber dormido en días.

Como respuesta, Kyungsoo afirmó con un leve movimiento de cabeza, no quería discutir, así como tampoco quería perderle. Se veía adorable... adorable como en un sueño. Por su parte, Jongin notó que su  querido Kyungsoo o su "dodo" estaba triste y abatido por algún motivo aparentemente desconocido para él. Así que sin hacer preguntas se acercó a pasos muy lentos con la vista fija en los ojos de Kyungsoo, sintiendo enormes deseos por tranquilizarlo, decirle que todo iba a estar bien, de quitarle de una vez por todas sus alucinaciones que estaban acabando con su relación. Porque si, JongIn lo notaba.

 

-JongIn- Kyungsoo habló con un hilo de voz, casi un suspiro de cansancio. Al oírlo, una risa burlona se dibujó involuntariamente en su rostro moreno, le gustaba cuando de la bonita boca de su "dodo" salía su nombre, con esa voz de cantante.

 

-Shh, no digas nada- JongIn se apresuró a abrazar al mas bajo, lo envolvió en sus brazos y respiró hondo sobre los cabellos de Kyungsoo, olían a shampoo desconocido. JongIn notó de inmediato como su novio temblaba ligeramente, sin corresponderle el abrazo

.

-Sabes que te amo y si estás pensando en dejarme... por favor no lo hagas.

 

Las  palabras de Jongin fueron tan claras como siempre, Kyungsoo  sintió su cabeza estallar con esa declaración tan impropia de personas como él. Sintió la confusión carcomiendole los sesos, enviando alarmas para que se detuviera a pensar lo que iba a responder. pero no salió de su boca más que un inhalar a medio terminar y la cerró, arrepintiéndose de decir lo que iba a decir. Pasaron cerca de veinte segundos que JongIn contó con impaciencia, sosteniendo la mirada sobre los ojos irascibles de Kyungsoo, quien poco a poco se tornaba sombrío.

 

-¿Donde estuviste esta semana?-  Espetó finalmente Kyungsoo, dejando en evidencia un notable enojo.

-Yo debería preguntarte eso, mas no lo he hecho porque te conozco y confío en ti.

-¿Y que has hecho este tiempo? ¡ni siquiera me has llamado!

-Pensé que querías estar solo...

-Estaba debatiéndome a muerte con mi yo interno y el culpable eres tu, pero parece que no te importa-

.¿YO? ¿por que yo? ¿que tengo que ver?.

-¿No te enteras de nada verdad? Estoy harto de tu forma de ver las cosas, no puedo  soportar que seas tan libre, detesto que solo yo te quiera para mi y tu tengas una colección de tipos con quienes puedes acosta...

Jongin lo miró anonadad, su cara se tornó pensativa y muy seria, e inmediatamente Kyungsoo se arrepintió de toda la mierda que había soltado y deseó retroceder el tiempo con todas sus fuerzas.

-Con que es eso, vaya, nunca me lo habías dicho, a pesar de vivir juntos hace  más de tres años.

-Pensé que tarde o temprano cambiarías, pero ya veo que no me conoces una mierda y que por lo tanto, te importo una mierda.

Silencio

-Si te molesta que salga lo dejo, si te molesta que tenga otros chicos ocasionales lo dejo, pero no saques conclusiones apresuradas, es absurdo.

-¿Entonces que?

JongIn sonrió como no lo hacía hace tiempo, era extraño porque la situación definitivamente no lo meritaba. Inmediatamente sus carcajadas inundaron la habitación completamente.

-Es que nunca  ha habido chicos, que no existen otras personas en mi vida más que tú... y sigues con esa idea.

Algo en la mente de Kyungsoo hizo corto circuito en cuanto JongIn comenzó a llorar entre carcajadas, como un completo desquiciado.

 

-Que te pasa... pareces un loco.

 

Las palabras calaron hondo, era irónico y malditamente difícil para JongIn tener que lidiar con esa situación cada semana. Desapariciones extrañas, pensamientos psicóticos y confusiones mentales de Kyungsoo lo estaba volviendo loco, realmente siempre pensó que podría llevarlo, pero sus nervios estaban fallando desde hace un tiempo y no podía soportar llorar cada vez que Kyungsoo lo increpaba y literalmente le echaba la culpa de toda su vida de mierda por cuestiones que ciertamente eran falsas. Su mente ya no funcionaba bien y mezclaba situaciones pasadas con el presente, e incluso inventaba problemas donde no los había. El psiquiatra había hecho bien en recomendarle alejarse de él, "dejarle el problema a su familia" e irse al carajo a comenzar una vida nueva, pero no podría vivir con aquello, porque después de todo, Kyungsoo era su pareja y tenía que ayudarlo, como fuera tenía que salir de esto.

-Kyungsoo, el budín está listo, ¿comamos y luego hablamos?

El rostro de Kyungsoo mostraba afectación, Jongin conocía de sobra esa expresión, era cuando comenzaba a darse cuenta que algo no andaba bien, que otra vez su mente lo había engañado de la forma más cruel. En esas situaciones, Kyungsoo se quedaba como en blanco, mirando a un punto fijo que casi siempre era el postre, su mejor medicina, pensaba JongIn, ya que cada vez que probaba un bocado sus ojos comenzaban a bañar el plato de lágrimas que aclaraban su mente. El delicioso budín terminaba con un sabor amargo-salado horroroso, sin embargo, lo devoraba lentamente hasta el fin, con lentos movimientos de brazo las cucharaditas entraban y salían de su boca, así por un cuarto de hora.  Los ojos de JongIn permanecían clavados en él todo momento, de una manera tan intensa que Kyungsoo  era incapaz de levantar la vista.

Al terminar el plato, DKS por fin lo miraba con un puchero de dos metros dibujado en sus labios.

-JongIn, otra vez... ya no sé que me pasa, no se... Todo es muy confuso- Las manos blancas de Kyungsoo tiraban de los pelos de su cabeza, desordenábase todo el cabello como si con ello pudiera alejar de él todas las invenciones y mentiras.

-Shh- JongIn se levantó sereno de su asiento y recogió el plato del mas bajo, quien seguía profundamente abatido.

-JongIn, no podemos seguir así, esto es enfermizo, está mal.- El plato que JongIn llevaba en las manos resbaló e impactó estruendosamente contra el piso. Los trozos afilados se esparcieron por el rededor del moreno quien estaba la espalda a Kyungsoo, petrificado. -Te estoy hundiendo, JongIn.

 

Kyungsoo ya había ordenado sus pensamientos del todo y en parte fue un alivio para JongIn, ya podrían conversar, pero tan pronto como volteó para mirarlo a la cara, tomó el peso de sus palabras.

-Estás... estás terminando conmigo

-Si, JongIn, esto no es una relación normal, yo tengo problemas.

-No me importa, yo puedo vivir con esto, tu lo sabes, yo no tengo a nadie mas. Kyungsoo, no hagas esto.

-Soy un maldito loco JongIn, algunas veces, quisiera permanecer con mis pensamiento atrofiados para siempre, porque una vez que recuerdo todo y puedo pensar en orden... solo veo tu rostro apagado y lleno de dolor gracias a mis palabras y acciones. Y es... demasiado fuerte. Deberías haberme dejado hace tiempo.

-No lo haré, si quieres irte está bien, pero yo voy a seguir aquí...- La única palabra que encontró su mente a continuación no era mas que una verdad ineludible :"soportandote"

"Yo sequire aqui soportandote".

 

Era tan crudo y tan cierto como que su amor se caía a trozos. Si Jongin hubiera terminado la frase, Kyungsoo no lo habría abrazado tan fuerte, no le habría dado tantos besos entre palabras entrecortadas que aprecien decir "gracias" y "te amo". Él simplemente habría aceptado que ya todo estaba perdido.

Pero para el mismo Jongin era diferente, y se esmeraba en descubrir entre sus pensamientos la respuesta a la pregunta "¿qué es, entonces, lo que nos mantiene juntos?" Definitivamente no era por pasión, amor o incluso cariño. Era paciencia, cansancio extremo e incluso la terquedad pura. No podía dejarse vencer por el mal que sufría Kyungsoo, no podía aceptar la brutal realidad de haber tenido un sueño común que ahora se  desmoronaba por el azar.

Tenía que existir una solución... y tenia que haber también otra respuesta a esa pregunta, una mas alentadora, una como la que habría respondido el Kyungsoo de antaño, el que  aparecía: cada vez menos. Ese Kyungsoo habría dicho algo como: " Lo que nos mantiene juntos es la ilusión de pasar una vida completa juntos, e incluso la proxima"

Así solía ser, un chico romántico y fantástico. Pero asombroso y poeticamente inquietante. En el pasado se habría mofado de una frase así, incluso pudo que lo haya hecho un par de veces (o muchas veces) pero ahora no podía dejar de sentir una tristeza enorme al recordar todo lo que había sido su amor y ya no es.

 

-Lo que nos mantiene juntos es la ilusión de pasar una vida completa juntos...- repitió el moreno maquinalmente, tal como si se tratara de una oración. ¿Podía ser eso posible? ¿Ellos dos juntos hasta ancianitos y más allá? JongIn se hizo una imagen mental de aquello y la cruda verdad es que el solo pensar en mantener la situación actual por diez, veinte o treinta años más no le hizo mucha gracia. 

De pronto, Kyungsoo, que estaba al frente suyo sonrió, como diciendo que esas eran sus lineas, pero era una sonrisa cansada también, una que sabía el esfuerzo de JongIn por mantener algo insostenible.

 

Las palabras que fueran dichas en ese momento tenían nula validez para una mente nublada por las inseguridades y para otra perturbada por una enfermedad mental.  Sin embargo, en sus ojos había un destello, una luz de esperanza inexplicable que los dos notaban, pero que ninguno se atrevió a comentar. Su unión no era la ilusión pro el futuro, si no que se trataba de la construcción  de una conexión efímera de hermosos recuerdos imborrables.

 


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