Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El último viaje de Jack por Izuspp

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Mientras viajaba junto a Johnny en su motocicleta, Jack se entretuvo observando un poco más de aquella ciudad. Por medio de distintos letreros, pudo comprobar que se llamaba Ciudad Aron y por lo que se veía, era de verdad un lugar bastante pacífico. Lo cual a su vez, le brindaba paz a su interior; ya que mientras más veía, más se aseguraba de que no había nada de lo cual temer en ese mundo. Ese nuevo futuro poblado de personas amables como Carl, el maestro Hama y Johnny.

Jack inmediatamente conectó con el extravagante rubio. Debido a que resultó ser un tipo bastante divertido y relajado; al samurái solo le causaba risa y alegría estar en su compañía. El ver cómo ese joven estaba totalmente enfocado hablar sobre su apariencia, conquistar mujeres y llegar a casa para comer la cena preparada por su madre; le brindaba a Jack gran satisfacción. El que una persona pudiese darse el lujo de darle importancia a banalidades como aquellas, significaba que no había nada por lo cual sentirse amenazado en ese futuro.

Finalmente llegaron al hogar de Johnny: una acogedora y pintoresca casa, con un bonito jardín.

—Esta es la residencia Bravo. ¡Bienvenido al palacio de este príncipe! — Seguido a su presentación, Johnny hizo alarde de sus músculos, besando sus abultados bíceps.

— ¿Eres un príncipe? — Interrogó el samurái sorprendido. — ¡Qué coincidencia mi amigo! Yo también lo soy.

—Oh, sí, lo que tú digas. — Replicó el rubio más que confundido con las extrañas palabras de su maestro. — En fin, pasa y siéntete como en tu propia casa Jack.

— Con tu permiso. — Jack educadamente entró en la residencia, no sin antes dejar sus sandalias en la entrada, acción ante la cual Johnny únicamente enarcó una ceja en señal de más confusión. Pero rápidamente asumió que había de ser una costumbre de los asiáticos, así que únicamente se encogió de hombros y procedió a entrar en su hogar en busca de su mama.

Jack se quedó en la sala de estar, observando curioso todos los objetos del lugar y sintiéndose realmente a gusto, ya que estaba feliz de haber sido acogido por Johnny en tan agradable vivienda. Un par de minutos después, Johnny reapareció seguido por su madre.

—Jack, quiero presentarte a mi mami. — La señaló. — Mami, él es Jack, mi nuevo maestro de karate.

—¡Oh estoy encantada de conocerte Jack! ¡Gracias por enseñarle a mi pequeño! — Le saludó la señora Bravo, mientras le ofrecía su mano al hombre.

—Es un honor para mí conocerla, señora Bravo. De antemano le agradezco profundamente el que me acepte en su agradable morada, procuraré no causarle molestias. — Jack contestó el saludo, ofreciéndole una profunda reverencia, mientras tomaba la mano de la mujer entre las suyas.

—¡Por favor Jack, dime Bunny! — La mujer rio coquetamente. — No es necesario que me trates con formalidad. Estoy complacida de recibir a los amigos de mi bebé.

—Mamá, ¿ya está lista la cena? Todo ese entrenamiento me abrió el apetito.

—Oh claro, estará lista en unos minutos. Mientras tanto, ¿por qué no le muestras a Jack tu habitación? — Le sugirió. —Espero que no te moleste compartir la habitación con Johnny, Jack. Hace poco convertí el cuarto de huéspedes en mi gimnasio personal, así que no tenemos otro lugar en donde puedas quedarte.

— No se preocupe Bunny, cualquier lugar estará bien para mí. Si es necesario puedo quedarme a dormir aquí. — El samurái señaló el sofá.

—No te preocupes Jack, tengo una bolsa de dormir en mi habitación, no tienes que dormir en el sofá. — Acto seguido, Johnny se acercó a Jack, pasando uno de sus brazos sobre los hombros de este, para comenzar a guiarlo hacia su habitación.

—Tengo que agradecerte nuevamente por tu hospitalidad Johnny. — Pronunció Jack sumamente agradecido por el buen trato, ya que en todos sus viajes, habían sido pocas las ocasiones en las que no había tenido que dormir a la intemperie.

—Ni lo menciones. Ahora, ¿qué tal si tomas un baño antes de la cena? A mi mami no le gusta que cenemos sin habernos bañado antes. — Le sugirió el rubio mientras abría la puerta del baño de su habitación.

—Claro, con tu permiso entonces… — El samurái entró al lugar y se deshizo de su atuendo, para luego entrar a la ducha. Pero a pesar de haber vivido mucho tiempo en el futuro, Jack jamás había visto una ducha como la que estaba instalada en el baño de Johnny.

Lo pensó por un momento antes de girar la llave, inmediatamente, agua demasiado caliente comenzó a caer sobre él. Por lo que se apresuró a cerrarla nuevamente. El samurái no tenía problema alguno con bañarse con agua helada si era necesario, pero el agua tan caliente sí que le hacía daño. Lo intentó una vez más, pero sin éxito. Por un momento pensó que tal vez en ese futuro, las personas eran más resistentes al calor. Pero dándose por vencido al no poder bañarse con esa agua, decidió pedir ayuda.

—¡Johnny! ¿puedes venir un momento por favor?

El rubio que se encontraba reposando sobre su cama mientras esperaba su turno para bañarse, escuchó el llamado de su maestro y se apresuró a entrar para ver qué quería.

—¿Qué ocurre Jack? ¿Se acabó el champú?

— Sé que tal vez parecerá un poco ingenua la pregunta, pero ¿podrías mostrarme cómo utilizar este artefacto? Me temo que cada vez que intento, únicamente obtengo agua demasiado caliente para mí. — Solicitó el samurái avergonzado por su ignorancia, mientras salía totalmente desnudo al encuentro con su anfitrión. Si bien Jack era muy pudoroso con la desnudez entre un hombre y una mujer, no tenía problema alguno en mostrarse desnudo frente a otro hombre, ya que incluso en su cultura era natural tomar baños juntos entre miembros del mismo sexo.

Johnny por su parte, se le quedó viendo de arriba abajo con curiosidad. A pesar de su fornido cuerpo, Jack hasta cierto punto poseía una extraña belleza algo femenina. Con su estrecha cintura, sus largas piernas y su pálido color de piel. Debido al agua caliente, sus mejillas estaban sonrosadas, lo cual a su vez, hacía resaltar el color blanco de su cuerpo y el oscuro negro de sus ojos. Además, al estar su cabello totalmente suelto, caía elegantemente sobre sus hombros y perfilaba su rostro. El rubio enarcó una ceja mientras se ocupaba de inspeccionar el cuerpo contrario minuciosamente; sintiéndose extrañamente atraído hacia esa visión.

—¿Johnny? ¿Ocurre algo amigo? — Interrogó Jack al ver cómo el otro hombre se quedaba petrificado frente a él sin decir palabra alguna. Por suerte para Johnny, tras sus gafas oscuras no se veían sus ojos, de modo que Jack no notó cómo le miraba.

—¡Oh! ¡Cielos! — Exclamó al ser traído a la realidad. — Creo que me distraje pensando en una… linda nena…

—Ya veo. — El samurái rio divertido. — En todo caso, ¿podrías ayudarme?

Sin decir nada debido a la vergüenza de sus pensamientos, Johnny procedió a mostrarle a Jack cómo utilizar la ducha.  Ni siquiera le dio tiempo de pensar en lo extraño que era que una persona no supiera cómo usarla, ya que estaba ensimismado en la pena de comprender que por un segundo, otro hombre le pareció “hermoso”.

Luego de que ambos se hubiesen bañado, pasaron al comedor en donde Bunny les sirvió una deliciosa cena. Durante la comida, la mujer se encargó de interrogar a Jack:

—Dime, querido. ¿De dónde eres? ¿Hace cuánto llegaste a la ciudad? No me parece haberte visto antes por acá.

—Llegué hoy por la mañana. Fui traído desde cientos de años en el pasado, por la máquina del tiempo de Carl. Lamentablemente, la máquina explotó y ahora estoy atrapado en su presente, que vendría a ser mi futuro; hasta que logremos construir una nueva. Para ello, estaré trabajando en la academia del maestro Hama, así podremos reunir el dinero para la nueva máquina.

Tanto madre como hijo se voltearon a ver sin decir nada, mostrando muecas de incredulidad y se encogieron de hombros.

—Bueno, si involucra a Carl, se puede esperar cualquier cosa. — Tras su comentario, la mujer comenzó a reír a carcajadas, siendo imitada por su hijo. Jack no comprendía qué era tan gracioso, pero por cortesía se unió a la risa. Los tres terminaron de cenar tranquilamente, y luego Johnny le indicó a su maestro que era hora de su programa favorito.

—Mira Jack, él es Ringo Squint, he visto todas sus películas y me sé todas sus técnicas. — Tras haber dicho eso, Johnny aprovechó para exhibir sus torpes movimientos una vez más frente a Jack, quien no pudo evitar sino reír por las tonterías del rubio. Johnny se le hacía un individuo excepcionalmente divertido. En el poco tiempo que lo conocía, Jack comprendió que Johnny era como un niño, igual de inocente. Pero una vez más, eso solo era prueba de la paz en la que las personas de ese mundo vivían.

El samurái se dedicó a ver el programa de ese tal Ringo, junto a Johnny. La televisión no era un concepto del todo ajeno para Jack, quien estando en el futuro de Aku logró conocer las pantallas y los programas, aunque en ese mundo, no eran tan inocentes como en esta nueva realidad. Por lo general, en el otro futuro los programas trataban siempre sobre Aku y las maldades que hacía en el mundo. Con este nuevo tipo de programación, Jack hasta pudo reír bastante ya que los ridículos movimientos del hombre en el show, eran exactamente los mismos que su nuevo amigo utilizaba y con ello había comprendido de dónde los había sacado.

Al terminar el show, era hora de ir a dormir. Así que Johnny le guio nuevamente a su habitación, en donde instaló la bolsa de dormir que se convertiría en la nueva cama de Jack.

—Te agradezco mucho esto amigo Johnny. Estoy en deuda contigo. — Le agradeció una vez más antes de quitarse su gi y quedar en ropa interior.

—¡Wow! ¿Vas a dormir así? ¿Qué no tienes un pijama? —  Johnny se había avergonzado nuevamente, al recordar la extraña situación anterior, así que alarmado quiso evitar tener a la vista nuevamente, el cuerpo desnudo de su maestro.

—¿Qué es un pijama?

—Oh, cielos. Creo que tendré que darte uno entonces. — Johnny procedió a entregarle a Jack su pijama azul, ya que él usaría el de rayas de tigre. Pero debido a la diferencia de complexiones, a Jack le quedó exageradamente holgado. — Creo que esto no funcionará.

— No tienes que preocuparte por mí. La temperatura es agradable, así que no contraeré ningún resfrío si duermo así. Estoy acostumbrado a dormir a la intemperie de todas formas.

—¡De ninguna manera! — Johnny comenzó a rebuscar en su guardarropa, lanzando prendas al aire mientras llegaba a lo más profundo de sus cajones. — ¡Bingo! — Exclamó. —¿Qué tal te queda esta?

El rubio le dio una de sus prendas viejas, de sus años de secundaria cuando solía ser un joven delgado y debilucho. Ni él sabía por qué aún conservaba aquella ropa. Jack entonces se colocó esas prendas, pero por el contrario, le quedaban bastante ajustadas, marcando todo su cuerpo.

— Esto, tampoco funciona… — Su frustración duró tan solo unos segundos, ya que al ver el gi de Jack colgado en la pared, Johnny tuvo una “estupenda” idea. — Espera aquí.

Segundos después, el rubio reapareció trayendo consigo una prenda color rosa con encajes. Se trataba de una de las batas de su madre. Johnny pensó que de por sí Jack ya vestía una bata, así que no debería tener problema de usar aquella de su mamá.

—¿Qué tal te queda esta?

Jack se colocó la bata, totalmente ajeno a lo ridículo que se veía con ella y más bien apreciando lo cómoda que era y lo suave que era la tela al tacto sobre su piel. Además, era bastante cálida y sabía que le sería un excelente abrigo para pasar la noche. Al ver que su plan había funcionado, Johnny levantó un pulgar y le sonrió satisfecho; gesto al que Jack respondió con una amable sonrisa.

El samurái y el rubio se acostaron en sus respectivos espacios cada uno con sus propias impresiones y pensamientos rondando su cabeza: Johnny aún avergonzado por la situación extraña con su nuevo maestro, pero satisfecho de su “inteligencia” al saber cómo evitar una nueva situación embarazosa. Y Jack, totalmente complacido con la amabilidad de su estudiante. Pensando que era tan considerado que, hasta se había tomado la molestia de buscar el atuendo perfecto para que pudiese pasar la noche con comodidad.

Al cabo de un rato, ambos hombres cayeron plácidamente dormidos, sin saber lo que ese inocente encuentro les depararía en un futuro no tan lejano…

Continuará…

Notas finales:

Con respecto a lo de la ducha, en todo Samurai Jack no recuerdo ni una sola vez en la que Jack se hubiese bañado en otro lugar que no fuesen ríos o lagos, así que me imaginé que no la iba a saber usar. Pero el televisor sí porque en el futuro habían teles por todo lado con la carota de Aku :v

Lamento la demora para este capítulo tan corto, pero igual espero que les haya gustado jaja. Espero se animen a dejar algún comentario.

 

Saludos

Izu~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).