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El último viaje de Jack por Izuspp

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Desde el día en el que observó cómo Johnny se quedaba embobado con Jack, Suzy comenzó a temer que algo extraño estuviese pasando allí. Con lo mujeriego que era Johnny, dudaba que fuese lo que ella pensaba, pero se había dedicado a observarlos con más detenimiento, e incluso a tratar de sacarles información y cada vez, sus sospechas aumentaban.

Primero que todo, se ocupó de interrogar a Jack:

—¿Qué piensas sobre Johnny? — Le soltó así sin más, mientras estaban a solas ella y Jack.

—Me parece que Johnny es un buen hombre. — Contestó con sinceridad.

—¿Sólo eso puedes decirme sobre él?

—Oh, bueno… — Jack se detuvo a pensar por un momento, le pareció algo extraño que Suzy fuese tan insistente en el tema, así que llegó a la conclusión de que la joven tenía sentimientos por su amigo. Si era así, Jack se ocuparía de dejar muy en alto al rubio. — A decir verdad, pienso que Johnny es un hombre fenomenal. En todos mis viajes no había conocido a alguien tan apasionado como él, cuando algo le interesa es realmente dedicado. Además, se esfuerza mucho con todo, por ejemplo, como a pesar de no ser muy diestro en el karate, da lo mejor de sí mismo para aprender y mejorar día a día. O como a pesar de que no le va bien con las señoritas, es siempre perseverante y no se rinde.

«Johnny es un hombre que tiene muchas cualidades, aunque en un principio se vea despreocupado y egocéntrico, cuando llegas a conocerlo te das cuenta de que posee un gran corazón. Johnny además es bastante inocente, como si se tratara de un niño, y puedo asegurar que hay muy pocas personas en el mundo, que se conserven así de puras. También, puede llegar a ser bastante torpe, pero si me lo preguntas, pienso que eso más bien es otro de sus atractivos, ya que llega a ser muy gracioso. Puedo pasar horas junto a él sin llegar a aburrirme, ya que sus ocurrencias y su manera relajada de ser, son realmente vigorizantes. Eso sin mencionar, que es un joven sumamente atractivo y de un físico excepcional»

Suzy quedó boquiabierta ante el discurso de Jack. Hablaba como si estuviese locamente enamorado de Johnny, ¿sino por qué iba a enumerar tan detalladamente todas las cualidades del rubio? Pero decidió que era mejor no precipitarse a sacar conclusiones erróneas. Después de todo, Jack era un hombre sumamente educado y todo un caballero, probablemente todos aquellos halagos los decía por cortesía.

—Ya veo… Yo también pienso lo mismo. — Aceptó simplemente y dio por zanjada la conversación.

Otro día, fue el turno de Johnny de pasar por el confesionario de la pelirroja. Esperó a que Jack se marchara a su trabajo, para atacar al rubio quien se encontraba viendo la televisión, después de haber tomado el delicioso desayuno que le preparó el samurái.

—Oye Johnny, ¿tú que piensas sobre Jack?

—¡¿Qué?! ¿Por qué tendría que pensar algo sobre él? ¿Qué te traes entre manos niña? — Johnny se puso sumamente nervioso ante esa pregunta. Ya bastante malas eran para él, las situaciones incómodas que había estado experimentando con Jack; como para que esa chiquilla llegara a seguírselas restregando a la cara.

— No lo sé, aún me parece extraño que hayas decidido tener a un hombre en tu casa.

— ¿Qué estupideces dices? Jack no es un hombre cualquiera. Es mi maestro de karate y es muy bueno en ello. Además… — Johnny se detuvo antes de decir más, no tenía por qué darle explicaciones a la entrometida de Suzy en primer lugar.

—¿Además? — Insistió ella.

—Además, ¡eso no te importa! ¿no tienes que ir a jugar a la casita o algo así?

Suzy comprendió que no valía la pena seguir insistiendo, ya que Johnny no le diría nada más. Y de todas formas, la manera en la que actuaba, poniéndose nervioso e intentando evadir la pregunta; eran todas las pruebas que ella necesitaba. Ahora al menos estaba segura de que para Johnny, aquel asiático era algo especial. ¿Pero qué tan especial?

—¡Que mal genio! — Se quejó la joven y se marchó dejándolo solo.

—¿Qué pienso de Jack? — Se repitió Johnny para sí mismo, sintiendo cómo su rostro se calentaba nuevamente. —Pues, Jack es genial, mucho más habilidoso que mi ídolo y el maestro Hama. También es amable conmigo, me cuenta historias para ir a dormir y me cocina deliciosos desayunos. Apuesto a que él puede conseguir a cualquier mujer que quiera. Tal vez, debería pedirle algunos consejos para conquistar nenas también…


—Oye Jack, ¿qué tal si vamos mañana al centro comercial? Necesitas ropa nueva, no puedes andar por la vida con tan pocos cambios de ropa. — Le dijo Suzy al samurái otro día. Era cierto que desde que había llegado, Jack había adquirido la mínima cantidad de ropa y le hacía bastante falta unos cuantos conjuntos más, pero la verdadera intención de la muchacha era averiguar de una vez por todas, si sus sospechas eran ciertas.

—Puede que tengas razón. ¡De acuerdo! Aprovecharemos que es día de descanso para poder ir. Le diré a Johnny. — Para Suzy, ese fue un primer indicio. Ella en ningún momento mencionó al rubio, sin embargo, Jack ya daba por un hecho que también tenía que acompañarlos.

Al día siguiente, los tres se dirigieron al centro comercial, con el objetivo de buscar ropa para Jack. Entraron a un par de tiendas primero, en las que Jack quien no tenía sentido de la moda en absoluto, intentó comprar unos cuantos atuendos, sin embargo siempre era detenido por Johnny:

— Con ese tipo de ropa no atraerás a ninguna nena, Jack. Es la ropa que usaría un viejo.

— ¿Quieres decir que es un conjunto muy anticuado para esta época?

—¿Eh? Mira, tu gran amigo Johnny te llevará a una tienda en donde encontrarás algo que te quede mejor, no esta aburrida ropa de anciano.

El rubio le arrastró hacia otra de las tiendas en donde había ropa mucho más moderna y bonita. Suzy tenía que admitir que, aunque Johnny era bastante tonto para ciertas cosas, tenía estilo y cuidaba muy bien de su apariencia, así que dejó que fuese él quien guiara a Jack. De todas maneras, a ella le interesaba mucho más, confirmar de una vez por todas, que Johnny estaba desarrollando un cariño más allá de la amistad, por aquel apuesto asiático; y que el sentimiento era correspondido a como ella lo suponía.

— ¿Qué te parece esto Jack? — Le preguntó el rubio mientras le pasaba algunas piezas de ropa de su gusto. Por algún extraño motivo, que él mismo no se explicaba, Johnny se había emocionado con la idea de ver a su amigo bien vestido. Después de todo, para él esa extraña “bata” que usaba todo el tiempo, era bastante fea y ocultaba su buena anatomía.

— En realidad amigo mío, confío en tu buen juicio para vestir. No soy capaz de discernir qué tipo de atuendo es el adecuado para esta época, así que te voy a solicitar que por favor escojas por mí.

— En ese caso, lleva esto, esto, esto también, estos jeans harán resaltar tu trasero, ¡te verás muy bien con esta camisa! — Johnny, mucho más emocionado al haber recaído la responsabilidad de vestir a Jack sobre él, comenzó a apilar piezas de ropa en los brazos de Jack; quien únicamente cargaba todo, sonriendo divertido ante la animada actitud de su amigo.

Cuando ya hubieron elegido una buena cantidad, Suzy decidió que era hora de poner en práctica su plan. De manera que los llevó rápidamente hacia los vestidores, alegando que Jack tenía que probarse la ropa antes de comprar ciegamente; razón que le pareció bastante lógica a los dos.

—Bien Jack, lo único que tienes que hacer es entrar allí y probarte toda esta ropa, así podrás escoger la que te guste más y te quede más cómoda. — Le indicó la muchacha, guiándolo hacia uno de los cubículos.

— Gracias Suzy, intentaré hacerlo lo más rápido posible para que no tengan que esperar por mucho tiempo. — Dicho esto, Jack entró en el lugar más no tuvo tiempo de cerrar la puerta, ya que Suzy aprovechó para darle tal empujón a Johnny que le hizo entrar junto con Jack.

—¡¿Qué demonios te pasa, enana?!

— Johnny, sabes que Jack no tiene experiencia en esto, debes ayudarle a probarse la ropa. — Le dijo la muchacha, ante la sorprendida mirada del rubio.

— ¡¿Qué?!

— Los dos son hombres así que no debería haber ningún problema, lo haría yo misma, pero sería extraño. Además Johnny, tú eres quien tiene mejor sentido de la moda, no puedes dejar que Jack ande mal vestido, así que debes ayudarle a elegir.

— La niña tiene un punto. — Admitió Johnny quien no pudo evitar que su ego subiera hasta las nubes al escuchar eso de que, “él era quien tenía mejor sentido de la moda”. Después de todo, Suzy entendía muy bien la simple manera de pensar del hombre y sabía cómo manipularlo.

— Te agradezco la ayuda, Johnny. — Agradeció Jack profundamente, ignorante de la trampa en la que los dos habían caído.

Así que Johnny se acomodó junto con Jack en aquel estrecho espacio. Al principio, Johnny comenzó a darle indicaciones sobre cuáles prendas combinar, para comprobar qué tal le quedaban. Jack se desnudó hasta quedar únicamente en ropa interior, lo cual causó en Johnny un extraño cosquilleo y una sensación en su estómago, que no podía explicar.

Jack por su parte, atendía a todas las indicaciones del rubio, colocándose las prendas y sintiéndose realmente bien, cuando Johnny le halagaba y le decía que le quedaban perfecto. Pero también, se sentía inexplicablemente relajado y cómodo junto a Johnny. Jack no tenía consciencia de que era raro que se desnudara frente a otro hombre, así como lo era entre un hombre y una mujer; y en esa cercanía, comenzó a darse cuenta de cosas que no había notado antes.

Por ejemplo, cuando Johnny dejaba de lado su egocentrismo, era una persona bastante dulce y amable; o al menos lo era con él. Jack había visto a Johnny tratar con frialdad a otras personas, mucho más a Carl y Suzy, quienes irónicamente se suponía eran sus únicos amigos. Pero el samurái, había podido ser testigo de facetas del rubio que al parecer no le mostraba a nadie más. Jack pensó que si se hubiese tratado del pobre Carl, Johnny jamás hubiese aceptado entrar a ese estrecho lugar para ayudarle con su ropa.

Y no solo eso, estando tan cerca, Jack tuvo que admitir, que todas esas rutinas de belleza que Johnny llevaba a cabo, le funcionaban muy bien. Sólo había que ver lo tersa que estaba su piel y limpia de impurezas. Sumado a eso, Jack notó por primera vez, que Johnny olía de manera muy agradable, no solo la colonia que utilizaba, o el spray para el aliento con aroma a menta fresca; sino también el olor natural que aún con todo, era posible percibir al estar tan cerca. Se dio cuenta de que, todo lo que le había dicho a Suzy sobre Johnny, no era solo para hacerlo quedar bien, realmente, era lo que pensaba sobre él.

Mas luego, Jack tuvo un fugaz recuerdo acerca de Ashi. Por un momento se quedó petrificado, mirando a un punto fijo en el suelo, mientras sostenía la siguiente prenda que debía probarse.

—¿Jack? ¿Qué ocurre, hombre? — Johnny movía su mano frente a los ojos de Jack, tratando de hacer que saliera de aquel extraño trance en el que se encontraba.

—¡Oh! Te ruego me perdones Johnny. — Sumamente avergonzado se disculpó. — Creo que, es suficiente con las prendas que ya me probé. ¿Podemos proceder a pagarlas y regresar?

—Claro… — Johnny se encogió de hombros y decidió no preguntar más, pero hasta él pudo notar que algo no andaba bien con Jack. ¿Podría ser que el samurái también estuviese sintiendo aquellas mariposas en su estómago, como lo estaba sintiendo él? ¿O tal vez por el contrario se sentía asqueado de estar allí y tener que cambiarse de ropa frente a él? Se preguntaba el rubio.

Ambos hombres salieron del vestidor portando semblantes sombríos, que Suzy no pasó desapercibidos. La muchacha tenía la esperanza de encontrar un par de hombres sumamente sonrojados y acalorados, o que simplemente salieran como si nada hubiese pasado, lo cual le ayudaría a comprobar si sus sospechas eran ciertas. Pero esas expresiones, definitivamente no se las esperaba.

Los tres se dirigieron a la caja donde pagaron la ropa que Jack compraría y decidieron que era tiempo de ir por algo para almorzar, así que se dirigieron a la plaza de comidas.

Todo el rato en el que estuvieron almorzando, fue demasiado incómodo para los tres. Jack se encontraba tan ensimismado en sus pensamientos, que debía pedir que le repitieran las preguntas que iban dirigidas hacia él. Por otro lado, Johnny parecía que había perdido el habla. Se dedicó a comer sus nada saludables hamburguesas, observando cómo Jack continuaba distraído y preguntándose, si tenía algo que ver con él.

—¿Pueden disculparme por un momento? Iré al baño. — Se excusó Jack una vez hubieron terminado de comer.

Pero lo que molestaba a Jack, no era Johnny; sino él mismo y sus extraños pensamientos. ¿Por qué tenía que recordar a Ashi en un momento como ese? El samurái decidió lavar su cara con agua fresca, y así lo hizo. El frío del agua le hizo aclarar su mente y entonces, comprendió algo muy importante: junto a Johnny, volvía a sentirse igual de feliz, como lo hacía al estar con Ashi. ¿Pero qué significado tenía eso?

Mientras tanto, Suzy decidió que debía aprovechar para interrogar a Johnny y recolectar información importante para su teoría, así que no perdió tiempo:

—¿Qué ocurrió en ese vestidor Johnny?

—¡¿Qué?! ¿A qué te refieres? — Johnny se alarmó, preocupado de que de alguna inexplicable manera, Suzy estuviese leyendo sus pensamientos.

— Cuando salieron de allí traían unas caras largas de espanto. ¿Ocurrió algo con Jack?

— Yo… No lo sé, de repente solo se quedó como congelado. Como si estuviese recordando algo muy triste. — Admitió pensando en que Suzy era más inteligente que él y tal vez ella pudiese explicarle lo que había ocurrido.

— Ya veo…

—¿Sólo eso vas a decir, niña? ¿Y dónde quedó tu super análisis psicológico de la situación?

— ¡No soy adivina Johnny! Tendrás que preguntarle tú mismo. De todas formas, ¿por qué te interesa tanto?

—¿Qué? ¡No! ¡No me importa para nada! ¿Qué te hace creer que me importa? — Totalmente sonrojado y nervioso, Johnny se volteó para infructuosamente tratar de ocultar sus sentimientos; que de todas formas ni él tenía en claro.

— Oh bien, supongo que ya averiguaremos después, qué es lo que molesta a Jack. ¿Te parece si nos ocupamos de que la pase bien el resto de la tarde? Tal vez eso le suba el ánimo.

Johnny abrió sus ojos sorprendido de la actitud de la joven. Definitivamente ella era mucho más madura, aunque no se lo admitiría ni loco; y más bien pensó en que había tenido una excelente idea.

Pero, ¿por qué le importaba tanto?

 

Continuará…

Notas finales:

Lamento la demora en la actualización, por favor si están leyendo esta historia les ruego que me dejen saber qué les está pareciendo.

¡Saludos!


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