“Sin duda la vida es más sabrosa en el mar, ¿verdad Monki?”
Decía un pequeño mientras despertaba de su dulce sueño. Sintió la brisa del mar, tan agradable que le llenaba los pulmones mostrando la más bella sonrisa a su inseparable amigo que había dejado sobre una colchoneta inflable con forma de cocodrilo….Pero no oyó una respuesta, de pronto noto un silencio casi sepulcral a lo cual debía de ser todo lo contrario, cuando alzó su cabeza se horrorizó con lo que vio: Él no estaba.
Se sentó sobre su propia colchoneta de forma de ave, no podía ver la orilla, el mar lo había llevado lejos. Cuando sus ojos se abren con terror al presenciar manchas de sangre cerca de él que escurre por la superficie del agua, en las burbujas que brotan de en medio formando un pequeño remolino emergen pedazos de la colchoneta de su amigo Monki. Se tapa la boca ahogando un grito.
Reuniendo toda la valentía en su interior, estira sus manos para tomarlo sintiendo sus ojos cristalizarse. Pero de pronto la cabeza de un tiburón emerge desde abajo, con un solo ataque rápido y letal. De no haber sido por sus rápidos reflejos ahora estaría sin manos. Este se vuelve a sumergir y siente un pequeño temblor sobre su colchoneta. Son las pequeñas olas que se formó por la zambullida que hizo que su inflador se tambaleara a punto de voltearse.
Su cuerpo se tensa de terror, cuando ve la aleta dorsal de su despiadado acosador emerger dando vueltas alrededor de él. Sabe que no podrá resistir mucho y que pronto podría correr con la misma suerte desdichada de su perro Monki. Para su desgracia ve muchas más aletas acercarse, sin duda es por la sangre que yace en el mar de su fiel amigo. Bien sabido es que tienen la habilidad de sentir la sangre en el mar así estén a millas de distancia. Comenzó a persignarse, como resignándose a su cruel destino…..
En la playa una desesperada madre buscaba a su pequeño Loki. La última vez que lo vio se divertía a orillas del mar y junto con su fiel amigo formaban pequeños castillos de arena. Decidió que unos riquísimos helados le sentarían bien a su pequeño para aplacar en algo el insaciable calor.
Era su más bello tesoro, por él había huido de ese psicópata que trataba que ella aborte. No quería hacerse responsable e incluso llegó a contratar sicarios para que atentaran contra su vida sin importarle que dentro de ella se gestara la vida de su propio hijo…………
Al cabo de varias semanas de búsqueda intensa, habían perdido las esperanzas de encontrarlo con vida…Hasta que un humilde pescador se dirigió rápidamente a los rescatistas comunicándoles que habían encontrado un espeluznante hallazgo en el estómago de un tiburón blanco: La pierna de un niño. El examen y las piernas de ADN concluyo que se trataba del pequeño Loki….
Esto devastó a su madre, se negaba a creer que era su hijo. No paraba de gritar y tuvieron que anestesiarla para tranquilizarla. Sintieron lástima por la pobre señora.
Su amiga no cabía de tanto dolor, ella recordaba el día que fue nombrada Madrina. Sentía como si tuviera un hijo en él… Tal vez el sentimiento que siempre albergo por la madre de Loki hizo que tomara verdadero cariño al pequeño…. Sólo quedaba ser el soporte de Frigga, una vez que salga del hospital se encargaría de confesarle el amor que siempre albergó por ella, pero esperaría a un tiempo prudente y de luto.
Fuera de la ciudad.. Un multimillonario astuto en los negocios besaba tiernamente a su esposa. Era ambicioso y sólo estaba con ella para enriquecer sus ganancias..
“Tengo que ausentarme por negocios querida”
Se volvieron a besar, y vio como Sif se alejaba sin decir nada. Ambos sabían que sólo el interés los unía a ambos y que desde que se casaron sólo tenían sexo más nunca hicieron el amor…Cuando estuvo sólo llamo a Fandral, su gente de confianza:
“El trabajo está hecho jefe. Ese bastardo no volverá a molestarlo” hablo sin sentir culpa
Esto alegro a Odín, con el pequeño muerto, no habría nadie que reclamara su fortuna en el futuro. Sobre todo su matrimonio estaría a salvo. Sabía de los sentimientos de Sif hacia él, pero ella le aseguró que seguiría con esto siempre que no se atreviera a engañarla… Y perder una gran mina de oro no le convenía a Odín.
“Bien, hecho… Asegúrate que la policía no intervenga en esto”
Colgó su celular y alisto todo para su viaje. Los negocios eran su fuerte pero el tener que perseguir a su antigua amante casi por todo el mundo había hecho que perdiera jugosos negocios… Si tan solo ella hubiera aceptado abortar nada de esto hubiera pasado. Sin duda la única culpable era ella y nadie más….