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Tan sencillo por dark kirito

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Notas del fanfic:

Escrito en el móvil, errores son sin querer. Gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo :3.

Notas del capitulo:

Escrito en el móvil, errores son sin querer. Gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo :3.

Ja, fue tan sencillo entrar en su vida que da gracia. Puse un anuncio bastante económico en el periódico para ofrecer mis servicios. Era algo así: "Niñero responsable, chico universitario que busca pagar su carrera, disponible todos los fines de semana." Si como no, ¿yo un estudiante? Abandoné la preparatoria porque me dió flojera, lo hubiese hecho antes pero no se dió la oportunidad, afortunadamente el repentino divorcio de mis padres fué la excusa perfecta. Siempre quise ganar un buen dinero sin tener que esforzarme o al menos desempeñar una actividad que no fuera tediosa. ¿Qué mejor que ser niñero? El paraíso terrenal. Podría ver películas con el o la mocosa, estrenar sus videojuegos, comer lo que se me diera la gana o cualquier extravagancia, total sería el amo y señor de la casa sin adultos cerca. La misma semana que puse el anuncio llamó mi primer cliente. Me vestí con el traje sastre de mi hermano mayor y la camisa blanca de mi padre, incluso me puse una corbata que me dió bastante trabajo, tuve que buscar un tutorial en internet para saber como atarla. Al final cogí un portafolio al que metí algunas hojas con fórmulas que baje de una página de fanáticos químicos. Tomé el autobús y busqué la dirección indicada por quince minutos. Quedé asombrado, el sitio no era una mansión pero tampoco estaba del todo mal. Toqué el timbre y me abrió una anciana con cara de pepinillo.


- Muy buenas tardes hermosa dama - dije con gran educación al tiempo que intentaba no reirme del enorme vello entre sus cejas, ella se ruborizó y sonrió sutil.


- Lo estábamos esperando.


Con esa frase nos adentramos. Me pidió esperar en la sala y se largó. Al poco llegó una hermosa mujer de exuberante delantera, me quedé embobado en sus pechos preguntándome si cabrían en mis manos, lo cual ciertamente dudaba.


- Agradezco su presencia, desde que falleció mi esposo tengo problemas para invertir el tiempo entre el trabajo y mi adorado hijo. No me gusta dejarle solo pero temo que las juntas de negocios se han extendido a últimas fechas. Quiero que mi pequeño tenga un amigo pero con la edad suficiente para sortear cualquier percance. Me entiende, ¿verdad?


- Por supuesto. Usted me dará dinero a cambio de ser su compañero.


Ella desvió la mirada un segundo, incomoda. Ah, me hubiese encantado besarla en ese instante, en verdad.


- Vaya, es usted algo severo... si lo expresa de esa manera pareciera que...


- No me lo tome a mal. Es más, admiro la preocupación que tiene por el niño, me recuerda a mi madre, la amo. Gracias a esa mujer doy lo mejor de mi. Estoy seguro de que él la entiende.


- Es un niño muy bueno, jamás se queja. Sonríe todo el tiempo pero... ¿es feliz o me evita las angustias? Quisiera dejar el trabajo pero...


- Los sacrificios de hoy son el pan de mañana, es algo que solía decir mi papá. Vaya con cuidado, estaré al pendiente todo el tiempo, incluso puede llamar las veces que desee.


- ¿Y si lo hago unas veinte?


- Diré que lo adora - sonreí como todo buen vendedor.


Ni diez minutos me costó ganarme la confianza de ese bombón. Me dejó sólo en su hogar pues la servidumbre se retiró poco después. Me dispuse a turistear y hurgar cuanta habitación me encontré, siempre teniendo la precaución de colocar todo en su sitio al terminar. Buscaba la ropa de la mujer que me contrató, con un poco de suerte me llevaba un sostén o sensual lencería para inspirarme en las noches aburridas. Fué al entrar a un cuarto con muchos juguetes que un agradable aroma me llamó la atención, giré y vi a un mocoso que secaba su cabello.


- Ah h-hola, acabo de tomar una ducha.


¿Enserio? Si no me dices ni cuenta me doy.


- Eso parece. Mucho gusto, soy tu niñero pero tu madre prefiere llamarme amigo tuyo.


- A-amigo...


No tengo idea del porqué carajo se sonrojó, pero he de admitir que el mocoso lucía realmente adorable.


- Ven, deja te ayudo.


-G-gracias.


Tomé asiento a la orilla de la cama y le sitúe entre mis piernas, de pie y sin mala intención, al menos de momento. Revolví sus mechones con algo de brusquedad y coloqué la toalla sobre sus hombros, tan delicados y frágiles. Los apreté y creo que le hice daño porque se le escapó un quejido. Más no me reclamó, pensaría que fué accidental imagino.


- ¿Y c-cómo te llamas? - me cuestionó con timidez.


Darle mi nombre no me suponía un problema pero se me hizo más divertido jugar, algo en ese escuincle me atraía y no de manera romántica. Tomé su muñeca y besé su mano, tembló y se fué de sentón, completamente colorado.


- Dime como gustes mi príncipe.


- C-como yo...


- Haré todo lo que me pidas porque desde hoy soy tu esclavo.


- ¿E-esclavo? ¡No! ¡Sería terrible!


Sus ojos se llenaron de lágrimas, en ese instante descubrí que hacerle sentir mal era algo a lo que me haría adicto. Me volvía loco verlo sufrir.


- Si te portas bien te lo diré.


El asintió, acerque los labios a su oído, me embriagué con su olor y suspiré sobre su cuello. Se removió asustado.


- Enséñame tu mejor videojuego - susurré.


Asintió tímidamente y se alejó cual robot para entregarme segundos más tarde una caja que contenía lo que pedí. Nos pasamos el resto del día entrados en la consola. La mejor parte fué cuando pusimos el de carreras, cada que lo chocaba y sacaba del camino arrugaba su boca con sensualidad inhata. Dejé de anhelar a su obviamente experimentada madre y comencé a fantasear con ese ingenuo y puro mocoso. Para cuando la mujer volvió a casa, el niño estaba dormido en su cama y yo... había probado sus labios sin que lo supiera, es una fortuna que las luces estuviesen apagadas o habrían notado su boca inflamada, no lo pude evitar, era delicioso.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


...


Vaya que la progenitora de mi nueva droga era una persona ocupada. Me contrataba todos los fines de semana. No podía quejarme, pagaba bastante bien, era entretenido y podía menguar mis bajas pasiones con el cuerpo infantil. Aún recuerdo la primera vez que le metí mano. Le había recostado en el lecho luego de entregarse a Morfeo al escuchar un cuento. Me adentré a la cama y puse una película porno en el reproductor de vídeo. Debo admitir que las hormonas me traicionaron así que abracé al mocoso y deslicé los dedos por su pecho, hasta llegar al punto más sensible. Las puntas eran tan suaves que tiré de ellas y las pellizqué con lujuria. Gimió entre sueños y cerró inconcientemente las piernas. Me detuve porque su intimidad comenzaba a erguirse y no quería responsabilizarme por ello. No tuve más opción que autocomplacerme y vaya que me corrí rápido al pensar que me cogía al mocoso.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Ayer el escuincle peleaba por alcanzar un tarro de galletas en la alacena y yo como buen "hermano mayor" le ayudé cargándole. Le coloqué sobre mis hombros y pude tocar sus bellas piernas sin que entendiera lo que sucedía. Al depositarlo en el piso estrujé su trasero. ¿Qué hizo? Me sonrió ignorante de la situación. ¿Encontraré la manera de tenerlo completamente desnudo y a mi merced? Mmm supongo, para todo hay solución pero entonces perdería sentido.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


...


Vaya que el mocoso es torpe como el solo. Se le enredaron las patas y cayó haciéndose un raspón en la rodilla, el que curé con mi saliva mientras le degustaba con la lengua. Le dije que tomara una ducha y se pusiera la ropa interior que le había traído como regalo. Saltó de gusto al considerar que el encaje era bonito. Le dije que por nada del mundo podía mostrarla a su madre pero me la modeló con orgullo. La tanga le quedaba de maravilla, más aún con la faldita del conjunto, la que le alcé una y otra vez para ver su redondo trasero, el que acaricié sin problemas. Y llegó la inspiración. Tragué duro, ¿en verdad iba a hacerlo? ¿Y por qué no?


- Oye escuincle...


- ¿Si?


- ¿Quieres jugar?


- ¿Uh? Si, ¿a qué?


- A que vamos en el metro a hora pico.


- ¿Es divertido?


- Como no tienes idea - sonreí cínicamente.


- ¿Qué tengo que hacer?


- Guardar silencio. El punto es que aún si no te gusta no lo digas. ¿Quedó claro? - asintió - Bien.


Lo llevé a su alcoba y nos metimos al armario. Le acorralé contra la pared metiendo la mano por su playera, no perdí el tiempo y rocé sus pezones a una palma mientras con la otra le levantaba la ropa. Mis dígitos se pasearon por el hilo de la prenda interior y luego la suave línea que hay entre ambas voluptuosidades. Dió un brinco y mordió sus labios. Me fascina que sea tan obediente. Le manoseé tanto que su miembro se puso rígido y comencé a frotarle sobre la falda. Él intentó detenerme pero le faltaba fuerza. Esto se salía de control, lo haría mío así tuviera que violarlo, aunque el mundo lo supiera. Lo cogí de la cintura y salimos del closet. Lo arrojé con tanta fuerza sobre la cama que se golpeó la cabeza y se desmayó. Mejor para mi, sin testigos no hay crimen. Prácticamente le arranqué la ropa y tome su hombría más dispuesto que nunca a tragarlo por completo pero me paralice... no estaba en mis planes que su madre abriera la puerta en ese momento, menos que me hubiese visto chupando el miembro de su hijo. A la mujer se le fué el color, seguro que a mi más. Se dió la media vuelta y salió. Obviamente  llamaría a la policía pero al menos ya habría marcado al niño. Besé la punta de su goteante intimidad y sentí un filo sobre mi garganta.


- Aléjate desgraciado.


- ¿Piensa asesinarme? Créame, a este paso me hará un favor.


- Lo sé y solo por eso sigues aquí. ¿Sabes lo que hacen a los violadores en prisión?


- Aún no he tenido el gusto señora.


Bien, quizá me pasé con ese comentario porque el tacón de aguja de esa mujer se incrustó en mi espalda cuando me dió una patada. Le miré consternado. Ni mis padres me habían puesto una mano encima, no supe como reaccionar.


- ¿Quién te crees?


Me interrogó con total desprecio, balbuceé puras incoherencias aterrado.


- Deposité mi fe en ti, por necesidad pero abusaste de mi tesoro - recriminó.


- No todo es mi culpa. Debió investigar.


- Es verdad. No puedes abrir las puertas de tu hogar a un desconocido. No, ni el que sea alguien cercano es sinónimo de garantía. ¿En que clase de podrido mundo vivimos para que ocurran atrocidades como esta?


- ¿Y me lo dice?


No entablamos más diálogo. Me amenazó con el arma mientras llamaba a la policía. Debía tener influencias porque llegaron en menos de un minuto. ¿Qué fué de mi? No vale la pena mencionarlo porque no espero la lástima de nadie mucho menos que piensen que recibí lo que merezco pero algo es seguro, si tuviera la oportunidad de cambiar el pasado lo haría pero no por ese mocoso, sino por mi. Y esa mujer decía que el mundo estaba podrido, le faltó conocer el infierno que en viva piel experimenté hasta el final de mis días... sin hallar el perdón ni la tranquilidad espiritual.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Jamás, nunca me arrepentí tanto de una de mis decisiones excepto haber contratado a ese monstruo. Mi hijo no ha dejado de llorar y lo peor es que se culpa por todo. No tengo idea de qué hacer o cómo ayudarle a superar tanto dolor pero no le dejaré solo otra vez. Soy su madre, la única capaz de protegerle.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


No recuerdo cuanto tiempo llevo inconciente o qué me pasó. Solo ansío jugar con ese mocoso una vez más, no. Seré sincero y le diré cuanto lo amo. Me levanto de la cama con mucho trabajo y me miro en el espejo. Mis ojos se llenan de lágrimas. ¿Fué tanta mi necesidad de sentir que mi niñero me correspondía que por un momento creí ser él? La fuerza en mis piernas se evapora por completo y caigo de rodillas. Me abrazo e intento soportar el enorme dolor en mi corazón pero es imposible. No sé que hice mal, mi final se acerca porque no puedo seguir así. Si alguna vez signifiqué algo para ti...


- Vuelve... por favor, sé... mi amigo.

Notas finales:

Quería escribir un pequeño drama pero joder que se me ha pasado la mano ;~;. Soy consciente de que una historia no hace diferencia pero quería dejar claro que un niño es capaz de muchas cosas por amor, por tener alguien en quien confiar, a un amigo, ojalá no existieran los que se aprovechan de ello. A proteger su pureza e inocencia! Nos vemos la próxima compañeros de vicio!


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