Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por un ronroneo - YoonMin por DanisseL16

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Se veían todos los días, excepto el viernes pasado que había sido el día de cacería para los compañeros de Yoongi y le había pedido -exigido, en realidad- que no fuera, por su seguridad. Esta era la cuarta semana que se veían y había descubierto que a Yoongi le gustaban los muffin de moras que él preparaba y a él lo ponía contento poder complacerlo. Hoy también llevaría algunos para compartir con él.


Era agradable estar bajo los suaves rayos del sol de primavera, charlando con el pelinegro, cuando demostraba más de lo que contaba. Como en la segunda semana cuando él le hablaba sobre su familia y el mayor estuvo acariciando la piel bajo su nuca, reconfortándolo. O aquella vez en esta misma semana cuando cambiaron a su forma felina y Yoongi le había limpiado el rostro con su rasposa lengua, luego de haber jugado por casi una hora y su gato había ronroneado contento, pero él, por dentro, estaba muy avergonzado.


Le gustaba sentirse querido por su hyung. Sentía unas cosquillas en el estómago que iban incrementando día a día y sus mejillas se encendían cuando Yoongi se acurrucaba a su lado para tomar una siesta, porque por muy 'salvaje' que fuera su gato, como todo felino, amaba las siestas largas.


—Te gusta ése hyung, ¿no?


El muffin que hace un segundo estaba envolviendo resbaló de sus manos cayendo al suelo, estropeándose. Su corazón aceleró los latidos y trató de recoger el desastre —No sé de qué hablas— aseguró con prisa.


Su primo se acercó, soltando el aire —Hablo de "Yoongi hyung". Vas todos los días al bosque y siempre llegas bastante contento y contando: "Yoongi hyung esto, Yoongi hyung lo otro..."— Jimin se levantó botando el desperdicio y lavando sus manos en el lavadero— y su aroma está en ti todo el tiempo. Parecen una pareja— Una de las vajillas terminó quebrada en el piso, luego de que dijo lo último —¡Aish! Deja éso, te vas a cortar.


Jimin tenía la mirada vidriosa cuando se miraron —No somos éso.


—¿Y por qué pones ésa cara?— envolvió los pedazos rotos en periódico con rapidez, lavó sus manos y se volvió a acercar a su pequeño primo —No te lo decía para ponerte triste.


—Nos llevamos bien pero no creo gustarle a hyung...— sollozó.


—Pero a ti te gusta, ¿cierto?


—Claro que sí, es muy genial y todo éso.


—Me refiero a gustar como algo más. De si tu corazón se vuelve loco cuando estás con él, si tu gato quiere ronronear e impregnar su olor en él— buscó su mirada y cuando conectó con ella, el mayor derramó las primeras lágrimas —Ya, ya, no llores— sobó su espalda intentando tranquilizarlo —Yo estoy seguro que a él también le gustas.


Con ésa declaración, el gato dentro de Jimin quiso ronronear y correr al bosque para demostrarle al gato montés que también sentía lo mismo, que estaba enamorado —¿Tú crees?— preguntó limpiando sus mejillas, su tono de voz demostrando su ilusión.


—Sip, éso creo— se separó la distancia suficiente para coger los mofletes del mayor entre sus manos y decir —: además, ¿quién puede resistirse a mi adorable primito y a todo ese azúcar que desprende?


—No hagas éso...— se quejó pero aun así tenía una sonrisa. Volvió a la mesa para guardar lo que había usado.


—¿Terminaste de envolver las cosas?


—Sí.


—¿Hiciste muffin de moras?— El mayor asintió —¿El mío dónde está?— buscó sobre la mesa con la mirada.


—Gracias a ti, se estropeó el último y no hay más.


—Pero Jiminnie...


El rubio lo ignoró pasando por su lado, con la bolsa que siempre llevaba al bosque.


—Jimin hyung...


El aludido lo miró mal —Me estas llamando “hyung” solo porque te coviene— y sacó uno de los dulces para dárselo.


—Eres el mejor, hyung.


Jimin rodó los ojos y salió rumbo al bosque.


Estaban en primavera pero desde la noche anterior le parecía estar en temporada de verano pues sentía un calor muy fuerte. Iba en la mitad del camino y, a pesar que llevaba puesta ropa ligera, ya tenía el cuerpo sudado. Sacó una botella de agua para refrescarse y luego continuó su camino.


Al llegar al lugar de siempre, se sentó a esperar a Yoongi. Éste no tardó en llegar, acercándose a él con una sonrisa pero a un paso de distancia, se paralizó. Jimin lo miró extrañado.


—¿Yoongi hyung?


El mayor arrugó el entrecejo —¿Por qué viniste, Jimin?


Parpadeó confuso. ¿Por qué le hablaba de ésa manera fría, como cuando se conocieron? ¿Y dónde quedó el "Minnie" como acostumbraba llamarle?


Se levantó del tronco, tratando de acortar la distancia pero el pelinegro retrocedió, hiriéndolo, sin saber, por su rechazo.


—¿Qué estás haciendo, Jimin?


—No entiendo a qué se refiere, hyung— Un dolor en el vientre lo hizo cerrar los ojos con fuerza ¿Qué era éso?


—Vuelve a casa, Jimin— Volteó para irse pero el menor lo tomó de la muñeca.


—Hyung, ¿qué sucede? ¿Por qué me está echando?— Un segundo después quitó la mano, luego de sentir una corriente eléctrica en todo el cuerpo que empezó en su propia palma al tocar a Yoongi —¿Qué es...?


—Vete ahora.


—Yoongi hyung— lo miró asustado— ¿qué me está pasando?


Vete.


Sus rodillas se doblaron y casi cayó al suelo pero Yoongi lo sostuvo a tiempo.


—Por favor, Jimin, debes irte a casa.


Sentirse envuelto en sus brazos, lo hizo sentir seguro y tibio, el calor dentro suyo había bajado considerablemente y ya no sentía dolor, se abrazó a él con fuerza —Hyung...


—Basta, Jimin— Yoongi trató de apartarse e ignorar sus instintos. El aroma de Jimin lo estaba tentando demasiado y si no se iba, lo haría suyo ahí mismo, sin embargo el omega parecía no saber del peligro en el que se encontraba, se veía obligado a volver a usar la voz alfa.


Jimin tenía los sentidos adormecidos y su gato estaba cada vez más en la superficie, llamando: "alfa, alfa..." —Mi alfa— su propia voz le sonó ajena y olfateó el cuello de su alfa. ¿Su alfa?


Yoongi gruñó cerca de su oído —No soy tu alfa— Un dolor se instaló en su pecho— Suéltame, Jimin.


Como por arte de magia, soltó al mayor y esta vez sí cayó, el dolor incrementando por todo su cuerpo. Las lágrimas se agolparon en sus ojos.


Coge tus cosas...— su voz salió entrecortada por el deseo contenido.


Jimin no lo notó, estaba paralizado. En sólo segundos las palabras de su madre volvieron a él. Cuando le habló sobre parejas formadas por el destino, cuando intentó explicarle porqué se divorció de su papá y rehízo su vida con el padre de su hermano menor; cuando no entendió ésas razones y ella sólo dijo: "entenderás cuando te pase" —¿No es mi alfa?— su pregunta salió impersonal, ni siquiera miraba al mayor, sin embargo sus lágrimas bajaban por sus mejillas sin control.


—No lo soy— Aseguró con una calma que no sentía.


—Mentira— Soltó —Mentiroso— lo acusó. Su madre dijo que ambas almas lo sentían, que la atracción era inevitable. Mentira —Sólo está rechazándome como pareja.


—Por favor, Jimin...


Inhaló profundo, tragándose el dolor y los sollozos para comenzar a correr lejos de ahí y no se detuvo hasta que se desplomó frente a la puerta de su casa —Jung-jungkook... ¡Jungkook!


Las pisadas de su primo se escucharon apresuradas, abrió la puerta y sintió como fue levantado del piso. Por fin podía oler el aroma de Jungkook, quiso reír y decirle que no era nada atractivo como presumía pero el dolor era tanto que sólo logró soltar un chillido.


—Tu olor es asqueroso— comentó su primo.


—El tuyo también.


Jungkook rió sin gracia cubriendo su nariz y boca con un paño. Llevó al mayor a su habitación y corrió a la suya para buscar en su botiquín personal si tenía algún supresor para Jimin. Encontró uno de los que había comprado para Taehyung, agradeciendo al cielo no haberle dado todos. Bajó a la cocina con rapidez, sirvió un vaso con agua y subió con prisa nuevamente.


Toda la habitación de Jimin tenía ése olor a moras y vainilla muy fuerte. Desde pequeño había odiado la vainilla y ahora la tenía que soportar por su primo. Aunque había algo amargo mezclándose, como la bergamota y almendras. Yoongi hyung.


El omega se notaba muy mal y parecía haber llorado. Bien, no era difícil sumar dos más dos. Más le valía a ése Yoongi, no haber lastimado a su pequeño primo.


Le puso la pastilla entre los labios y le acercó el vaso para que se la tomara —Voy a buscar a Tae, él sabrá mejor qué hacer, no me tardo.


Su primo apenas logró contestar con un gemido y él salió apurado a la casa de su novio.


Jimin tenía la mirada borrosa, difícilmente pudo ver al menor salir de su habitación. Volvió a retorcerse de dolor y dejó que sus lágrimas corrieran sin vergüenza por sus mejillas. Su omega maullaba desconsolado, sintiéndose poca cosa al haber sido rechazado, anhelando salir al encuentro de su alfa y pedirle perdón por no ser suficiente.


Entre el calor, las lágrimas y el dolor, se quedó dormido lamentándose porque éso ganaba, por ser un niño tonto que aspiraba ser correspondido.

Notas finales:

Pobre Jiminnie, su primer celo y Yoongi lo trata como si el pobre hubiera querido aprovecharse de éso... Yo te amaba Yoongi T^T


Nos leemos en el siguiente, gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).