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Por un ronroneo - YoonMin por DanisseL16

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La noche anterior, un poco de lluvia había mojado gran parte de los troncos caídos donde le agradaba sentarse, pero por la mañana, el sol había estado asomándose con timidez, calentando suavemente. Algunos de los árboles comenzaban a exhibir sus frutos verdes, más él no estaba aprovechando la bonita vista, tenía la mente enredada en recuerdos. Suspiró una vez más.


Luego de regresar del inesperado encuentro con Yoongi, habló con Jungkook, cuestionándolo acerca de lo que había pasado entre ambos alfas.


Su primo le contó que prefirió dejarlo pasar, que estaba preocupado por cómo se lo tomaría él. Le comentó también que el gato montés se había mostrado en todo su esplendor, tratando de imponerse para acercarse. Jimin se había enojado al ver su cicatriz, decidido a gritarle un par de cosas a ése gato egoísta y su primo lo había abrazado al ver la tristeza en sus ojos.


"—¿Sabes qué es admirable?— le preguntó en un susurro y continuó cuando él hizo el abrazo más apretado, negando —Resistió su instinto delante de ti, por un día completo... Y luego de enfrentarnos, pudo irse sin hacer mayor daño— un suave sollozo se escapó entre sus labios porque su omega quería seguir creyendo en que podían estar juntos— Si lo ves desde ése punto de vista, notas que tu Yoongi hyung intentaba protegerte y lo logró... Yo no pude hacer lo mismo con Tae...— se lamentó en voz aún más baja.


—Pero tú no lo rechazaste, él sí lo hizo conmigo...


—En éso tienes razón pero yo sigo reprochándome por no haberle dejado alternativa, que nos hayamos saltado la parte del cortejo...— Soltó un suspiro melancólico —Pero ya está hecho. Volviendo a ti, debe tener algún motivo -y espero que sea bueno- para haber dicho éso.


—No quiero verlo...— declaró con terquedad.


—No seas mentiroso— rió despacio —mueres por verlo, estoy seguro.


—No, él...


—Permite que se explique, Jiminnie"


Olfateó el aire cuando le pareció oler la bergamota una vez más. Se sentó, mirando alrededor, buscando al inconfundible dueño del aroma. Pudo ver la punta de sus orejas y ahogó una risita al comprender que quería pasar desapercibido.


Imposible, Yoongi hyung, su aroma lo reconocería en cualquier lado


Se mordió el labio internamente. No es que hubiera cambiado de opinión tan rápido, aún continuaba molesto con ése malvado gato pero le daría la oportunidad de esclarecer las cosas.


—Si pretende esconderse, lo está haciendo muy mal— habló con voz alta para ser escuchado.


Las orejas se ocultaron unos segundos antes de que se oyera un chasquido y el mayor apareciera con gesto apenado.


—Discúlpame, solo quería ver que estuvieras bien.


El menor rodó los ojos —Me imagino... y supongo que no quería obligarme a que lo escuchara.


—No hagas esas insinuaciones, Jimin, nunca he pretendido obligarte a algo.


Suspiró —Pero casi lo hizo ayer...


—Me sentía muy preocupado por ti. Sigo preocupado— corrigió —Debía explicarte, pero estabas enojado y lo entiendo.


—Todavía estoy enojado— aseguró orgulloso —Pero lo dejaré explicarse.


Las orejas felinas de Yoongi se movieron animadas, al tiempo que mordía sus labios para no mostrar una sonrisa complacida, respiró hondo y comenzó —Te había contado el problema que tienen los gatos salvajes con los domésticos— hizo una pausa para mirar a Jimin, quien lo escuchaba con los brazos cruzados —Sé que eres la pareja que el destino eligió para mí— el omega casi chilla de emoción por esas palabras, hasta que escuchó lo demás —pero el problema de los míos es sólo uno de los puntos en contra, también está el que seas menor de edad. Eres un niño para mí, hace apenas unos días fue tu primer celo, no puedo si quiera pensar en marcarte, por éso rechacé nuestro vínculo, por esos motivos debo rechazarte como mi pareja.


No llores, no llores ¡No llores!
Se repetía mordiendo su labio inferior, sintiendo lo salado de la sangre, tragó saliva con dificultad —¿Era todo lo que iba a decir?— se odió por el quiebre en su voz, no quería verse patético llorando frente a ése alfa egoísta.


Yoongi notó lo triste pero amarga que había sonado su voz, su alfa gritándole que era un idiota, que no podía hacerle éso a su omega —Te quiero, Jimin— confesó con palabras sin ser totalmente consciente.


El menor soltó una risa amarga —No diga éso. Cualquiera puede ver que no es cierto.


—Jimin


—Si intenta consolar a mi omega con mentiras, no lo haga, no sirve de nada.


—No quiero hacerte daño, sólo entiende— se acercó levantando la mano para acariciar la mejilla del menor, queriendo hacer contacto con su piel como antes —el destino debe haberse equivocado...


—¿Equivocado?— Repitió dolido, rehuyendo de su toque, la primera lágrima se derramó por una de sus mejillas y la limpió con brusquedad.


—¿Qué esperas que te diga?— se impacientó al tener a su alfa reprendiéndolo por hacer llorar a su omega y a su conciencia gritando que se iba a arrepentir de esto —¿Quisieras que te marcara como mío cuando apenas eres un niño?— se acercó a él —¿Quieres vivir huyendo de los otros gatos montés?


El menor lo empujó con fuerza, apartándolo —A pesar de ser un niño, yo sé lo que quiero y que lucharía por ello.


—¡¿Quieres que te maten acaso?!— soltó desesperado.


—No— Agachó la mirada.


—Entonces no digas tonterías...


La voz cargada de hastío del mayor, lo desarmó —No quiero verlo más— le dijo en un murmullo.


—No puedes hacer éso— negó tratando de acercarse otra vez, casi arrepentido.


—¿Qué?— retrocedió dos pasos.


—Podemos seguir viéndonos, somos amigos.


Jadeó entre sorpresa y amargura —¿Se está escuchando?


—No estaría tan mal visto.


—¿Le importa más lo que dirán los demás a su propia...?


—Lo hago para protegerte, porque te quiero— el menor no dijo más, rehuyéndole la mirada, unos segundos de silencio después preguntó con insistencia —Jimin, vendrás mañana, ¿verdad?


—No.


—Jimin, por favor, entiéndeme, no quiero que te lastimen.


—No, ya lo hace usted Yoongi hyung.


—¿Por qué no puedes entender...?


—Al contrario, entiendo muy bien.


—Jimin...


Trató de tomar su mano pero Jimin la apartó y le lanzó un bufido, con la cola y las orejas fuera. Su forma de gato siempre se había mostrado de modo tierno y juguetón delante suyo pero ahora tenía la cola totalmente erizada y su mirar reflejaba una tristeza que nunca hubiera deseado ver en sus ojos. Lo dejó irse.

🐈

 

El aroma de Jimin lo había acompañado con delicadeza desde que se conocieran por primera vez y desde entonces, recibía pullas por parte de los otros gatos salvajes, sin embargo, el siempre guardaba las formas, no respondía comentario alguno o provocación; hasta que su alfa perdió los estribos luego de discutir con Jimin. Había pasado una semana desde aquello y cada día tenía una pelea con alguno de los gatos montés luego de que hicieran algún comentario sobre su lindo gatito doméstico.


Día a día su alfa se volvía más agresivo. Era difícil controlar sus transformaciones, cambiando entre gato y humano, algunas veces se pasaba más de veinticuatro horas con las orejas y cola fuera, atrapado entre ambas formas.


Con su lado salvaje a flote, no podía soportar la ausencia de Jimin y se acercaba sin falta al territorio urbano, con la esperanza de reencontrarse con el omega pero no había rastro de él y no lo habría, no podría verlo de nuevo a menos que se apareciera directamente en su casa, algo que Yoongi había estado evitando deliberadamente.


Hasta que su alfa interno se cansó de esperar. Jimin no era una pelota de ping-pong a la que podía mandar de un lado al otro entre sus indecisiones.

🐈

 

Unos días atrás dejó de ver su reflejo en cualquier espejo, al ser consciente de su aspecto enfermizo. Su gato no se había mostrado desde la última vez que habló con su alfa, haciéndolo sentir incompleto y débil, pero ahora, como por arte de magia, su cuerpo hormigueaba como si fuese a cambiar a su forma felina sin aviso.


—Jimin...— Insistió su primo.


—No es asunto mío— Renegó con las manos temblándole, mientras cubría sus orejas, que habían salido de pronto, con un gorro de lana.


Yoongi estaba en la casa. Lo pudo sentir desde antes que Jungkook se apareciera en su habitación avisándole que el alfa rogaba verlo. Su aroma parecía llamar a la superficie a su omega interno, invadiendo su cuerpo con calidez, llevándose el frio que lo había abrazado por días, haciéndolo sentir más sano. Pero no quería saber nada de él. ¿Para qué venía, para decirle que volvieran a frecuentarse? ¿Qué ser destinados era un error?


—Voy a dejarlos a solas.


—¿Por qué?— Se volvió a verlo, asustado —Entonces sácalo de aquí, no puedes dejarme con él.


—Debes verlo— Fue su última frase antes de salir de la habitación.


—¡Aish!— Gritó frustrado.


¿Ese egoísta quería verlo? Bien. Saldría, lo saludaría y luego lo botaría.


Reunió el valor necesario, se estrujó las manos para controlar los temblores y bajó a la sala.


Sin embargo, quien estaba ahí, no se parecía al Min Yoongi que había conocido. Su cabello, antes de un brillante negro azabache, ahora se veía opaco y con tonalidades grises, tenía ojeras muy visibles, su pálida piel se había pronunciado más y su figura se veía más delgada.


¿Qué sucedió, Yoongi hyung?


Lo miró, tan cerca pero sin poder tocarlo. Jimin no lo había pasado mejor que él, eso era notable y la realización de ello le hizo soltar un gemido lastimero —: Jimin...— sin poder controlarlo, las lágrimas humedecieron sus mejillas, sabiendo que él era el único culpable de todo eso. Su bello Jimin había estado sufriendo.


El menor se mordió el labio inferior y apartó la mirada, no quería ponerse a llorar también.


—P-per-perdóname... por fa-favor— se esforzó por limpiar sus ojos nublados, tragando con fuerza para no sollozar más.


—Lo perdono— Hizo una pausa para no mostrar su propia tristeza —ya puede irse.


—S-si... si me lo permites, me gustaría... ¿Me permites cortejarte, Park Jimin?


Jimin abrió los ojos muy sorprendido y su vista comenzó a empañarse sin poder retener su propio llanto —¡E-es un i-idiota!— Yoongi asintió —¡Estúpido a-alfa e-ego-egoísta!— le gritó entre gimoteos y se cubrió el rostro sollozando.


El mayor acortó la distancia y lo abrazó pegando la rubia cabeza de Jimin a su hombro, permitiéndole desahogarse, empapando su camiseta de lágrimas y recibiendo uno que otro golpe en el torso.


—Sí, soy un idiota y fui un egoísta— Hablaba en susurros confidentes con los ojos todavía húmedos —Pero te ruego que me perdones, por favor— acarició la espalda contraria —No solo te quiero, Jimin, te amo— Besó su sien con suavidad —Mi gato alfa sabe que eres su omega, pero soy yo, Min Yoongi, quien está enamorado perdidamente del precioso Park Jimin.


Al escucharlo, sus sollozos se intensificaron e hizo el abrazo más apretado —Si vuelve a re-rechazarme...


Se separó para tomarlo de las mejillas con cuidado, limpiándolas con sus pulgares y mirándolo directamente a los ojos —No lo haré otra vez— juntó su nariz a la contraria en una tierna caricia y luego besó su frente —Te lo juro.


Ocultó su rostro en el pecho del mayor, permitiéndose inhalar con fuerza el aroma natural de su alfa, sintiendo su alma revitalizada —Entonces... le doy permiso de cortejarme.


Yoongi rió alegre y soltó un suspiro —¿Puedo besarte?


Jimin salió de su escondite, mirándolo entre sorprendido y abochornado, asintiendo un instante después. El alfa disfrutó del enorme sonrojo en los tiernos mofletes, antes de levantar el mentón del menor con delicadeza acercando su rostro con paciencia, tomando los abultados labios de Jimin por primera vez, deleitándose con su sabor, deseando que el tierno omega le permitiera volver a probarlos muchas veces más.


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