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En el ojo de la tormenta por ClaudiaBMT

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Notas del capitulo:

-Los pensamientos -

-Conversación-

Todo lo demás xD

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

 

"Así que guarda tu cara y salva tu orgullo

 

Guarda esas lágrimas intentarás llorar

 

Y tal vez lo pienses dos veces antes de intentarlo

 

Para incluso meterse con un demonio como yo "

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

 

 

 

Cuando su conciencia regresa, Izuku no puede recordar la última vez que se sintió tan descansado. Toma una respiración profunda, atesorando la sensación de estar metido en una cama real. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que ha estado en casa? ¿Semanas? ¿Meses? El sol es cálido y agradable contra sus párpados. Suspira. Sus ojos se abren para saludar el día, pero lo que ve no es el sol.

 

Un rubio arenoso con rasgos angulosos está dormitando junto a él con la cabeza metida en sus musculosos brazos. Izuku se sacude e intenta empujar la cama, pero solo logra un movimiento frenético. Sus brazos y piernas están completamente atados. Él se congela. Él no está en casa en absoluto.

 

Las mantas que lo cubren son bobinas del grosor de sus muslos, y ha estado descansando sobre una cama entera de ellas. El patrón es de color naranja oscuro y negro con un brillo iridiscente que rebota en las escamas. En cualquier otra situación, Izuku se habría maravillado de su belleza, pero los colores son los de una serpiente venenosa y el terror lo golpea como un camión.

 

Él se tuerce por su cuchillo y llega a otra conclusión. El capullo de escamas descansa directamente contra su propia piel. Está casi desnudo debajo. Izuku tiene otro movimiento, menos urgente, probando su agarre. -Es como si un puño lo sostuviera en su lugar-, piensa.

 

El extraño se mueve y una nueva ola de pánico lo inunda.

 

La rubia bosteza, exhibiendo abiertamente sus colmillos. Cuando se levanta, las cadenas de collares hechos de diversas garras y cuentas que descansan contra su pecho gentilmente se juntan. Él estira su torso y las espirales se flexionan. Izuku se da cuenta con horror de que las bobinas son parte de su captor. -Un naga-. Había leído sobre ellos y otros monstruos de la mitología cuando era niño, pero nunca pensó que fuera posible encontrar uno. Cuando los dos miran fijamente, la cara del rubio se desliza en una sonrisa depredadora.

 

-Buen día, sol. ¿Cómodo?-

 

Izuku trata de no dejar que el pánico se aproveche de él, pero las preguntas se resuelven antes de que pueda pensar. -¿Quién eres tú? ¿C-cómo llegué aquí? ¿Me desnudaste mientras estaba fuera? ¿Dónde está mi ropa? ¿M-Me vas a comer? ¿S-Soy el desayuno?

 

Su captor frunce el ceño y mueve la cabeza hacia la parte posterior de la cueva. -Están secándose. Con tu bolso y el resto de tus cosas-. Bosteza y se estira una vez más. -Dame cinco minutos más, ¿de acuerdo?-

 

-U-UM-.

 

El rubio lo ignora y se acomoda en sus brazos. Un fantasma de sonrisa está en sus labios e Izuku está seguro de que su captor puede sentir cada respiración y pánico en su corazón. -¿Está jugando conmigo?- Por primera vez en su vida, Izuku no tiene idea de qué hacer.

 

-Piensa. PIENSA-.

 

Él quiere que su mente trabaje y los eventos de la noche anterior flotan lentamente a la superficie.- Tuvimos un acuerdo-, recuerda. -Él quiere asegurarse de que no estoy solo. Pero una vez que se confirma, ¿qué sigue? - Ninguna de las respuestas a esa pregunta es particularmente agradable e Izuku mordisquea su labio, reuniendo su coraje.

 

-Si voy a morir de todos modos, también podría obtener algo de información.

 

-¿Por qué estás haciendo esto? No he hecho nada-.

 

El naga resopla. -No importa. Eres un intruso, y tengo un clan para proteger. Eso es todo-.

 

-Bueno, claramente no represento una gran amenaza para ti. Tampoco te estaba buscando activamente a ti o a tu clase. Mi trabajo se centra solo en las plantas de la isla. Apuesto a que loas conoces mejor que yo. ¡Tal vez si trabajáramos juntos podría irme de a-aaaghhhhh!-

 

Las bobinas se tensan de repente en acero y el aire es sacado de los pulmones de Izuku. Al instante se relajan quedando donde estuvieron momentos antes, pero el mensaje es conciso y claro.

 

El naga gime, -Nunca vas a callarte, ¿verdad, humano?- El rubio inclina su cabeza y rompe su cuello. -Bien. Terminemos con esto-.

 

Izuku respira profundo. -Mi nombre es Izuku Midorya-.

 

El naga pone los ojos en blanco y continúa estirando los brazos. -No me importa-.

 

Se rasca un lado de la cabeza observando distraídamente su captura. Él entrecierra los ojos repentinamente y señala un punto justo debajo de los ojos de Izuku. -¿Qué son esas cosas en tu cara? ¿Te caíste en el lodo?-

 

-¿Huh?-

 

El rubio se estira y frota su dedo en la mejilla de Izuku. Sus cejas se unieron en frustración y se frotaban con más vigor. -No está saliendo...-

 

-¡H-hey! ¡Déjalo!- Izuku grita mientras se retuerce lejos de su pulgar. - ¡Esas son mis pecas! ¡Son parte de mi piel! -

 

-¿En serio?- La cara del rubio es incrédula. -¿Como en forma permanente? ¿El resto de los tuyos también los tienen?-

 

La cola alrededor de Izuku cambia y se desenreda exponiendo su cuello y hombros desnudos. Izuku se ruboriza y chilla, y se esconde más profundamente en el capullo para ocultarse. El naga estalla en una estridente carcajada que hace eco en la cueva. Restablece las bobinas donde estaban, mientras Izuku aprieta los dientes y siente el rubor llegar a sus orejas.

 

-Sabes, la mayoría de las presas harán lo que puedan para salir de ms bobinas, pero puedes usarlas más tiempo si quieres-.

 

-S-Solo déjame vestirme e iré a donde quieras-, murmura, sin querer mirarlo a los ojos.

 

El rubio se ríe y asiente. -Bien-. La enroscadura alrededor de Izuku se afloja, y se deslizan de su cuerpo al piso. El naga toma la mochila y la coloca sobre su hombro. -Sin embargo, estoy aferrándome a esto-.

 

-Bien-. Izuku tropieza con los restos del capullo, pensando en cada paso. Se siente aliviado al ver que todavía usa sus boxers. -¿Me puedes dar algo de privacidad?-

 

-No pasará. De hecho, asegúrate de que pueda ver todo lo que haces con tus manos-.

 

Izuku siente una punzada de desesperación mientras se dirige a la roca de la que cuelga su ropa. El cuchillo, el revólver y la linterna ya no están sujetos al cinturón. -Bueno, eso es de esperar-, piensa. A regañadientes, sostiene cada pieza de ropa en el aire como un vendedor de televisión antes de poner cada uno sobre su cuerpo. Es más que embarazoso, pero el espectáculo exagerado parece satisfacer al naga. Cuando termina, el rubio le da su próximo pedido.

 

-Ahora camina hacia la entrada dándome la espalda-.

 

Izuku obedece y el naga ata sus muñecas con una cuerda de la mochila.

 

-Dirige el camino-.

 

Izuku camina penosamente por la cueva hacia la jungla húmeda. A juzgar por la temperatura y la posición del sol, adivina que es casi mediodía. Aparentemente su captor no es una persona madrugadora.

 

La lluvia puede haber borrado sus huellas, pero Izuku puede aproximarse a la cantidad de pasos que dio, y volver a donde estaba. Sabe que se dirigen en la dirección correcta cuando pasan la formación rocosa en la que estuvo la noche anterior.

 

-¿Qué estabas haciendo cerca de la playa?-, Pregunta. -Encontré el cráter-.

 

"Estaba cazando"

 

"Cazando, ¿qué? ¿Rocas?-

 

La rubia lo empuja bruscamente hacia adelante. -Pescado, sabelotodo-, dice bruscamente. -Tuve que aturdirlos una vez que fueron atrapados-.

 

-Parece un poco exagerado-, murmura Izuku.

 

-Nadie te preguntó-.

 

Una vez que regresan a la jungla, Izuku nota lo diferente que se ve durante el día. Uno de los intrigantes misterios de la isla son las piedras irregulares que sobresalen del suelo del bosque en bloques antinaturales. Izuku cree que eran una especie de estructura antigua, lentamente erosionada por el tiempo. ¿Un templo tal vez? La tierra también parece tener algunas cicatrices en el paisaje; como si enormes garras rasgaran la tierra. El científico decide que esto debe haber sido un incidente más reciente, ya que las plantas están recuperando lentamente las heridas en la tierra. Se muere por conocer la historia, pero duda de que su captor le diga algo. Además, una vez que llegan al campamento, tiene la sensación de que su tiempo en este mundo se verá truncado.

 

El campamento es una instalación simple con una tienda de campaña, un invernadero y una hoguera con un árbol caído que ha estado usando como banco. La tienda habitable tiene el propósito combinado de actuar como laboratorio, estación de trabajo y espacio para dormir. El improvisado invernadero aún se mantiene alejado de la tormenta, y a pesar de su grave situación, Izuku siente una sensación de alivio.

 

-Llama al resto de tu clan-, ordena el naga.

 

-Sólo soy yo-.

 

El naga tira a Izuku de vuelta a su pecho y baila con sus garras a lo largo de su garganta.-Hazlo-.

 

Sin otra opción, Izuku inhala y grita tan convincentemente como puede: -¡Hola a todos! ¡Volví! ¡Lo siento, me perdí un poco anoche!-

 

Ellos esperan pero nadie se muestra. Izuku suspira. -¿Contento?-

 

-Muévete-.

 

Empuja a Izuku hacia la tienda y lo empuja hacia adentro. El naga examina el interior. Las paredes están cubiertas con tablas, diagramas, libros, microscopios y estanterías.

 

-¿Qué demonios es toda esta mierda?-

 

-Mi trabajo. Y eso -, dice un poco desafiante, señalando el catre con esta cabeza,- es donde duermo. Donde un solo humano duerme-

 

A Izuku no le importa en este punto. Acaba de empezar a trabajar con las cuerdas alrededor de sus muñecas, pero están bien apretados y no se moverán. El joven científico duda que su captor lo deje con la espalda escondida por mucho tiempo. Él es un hombre muerto caminando.

 

-Solo dile todo y termina de una vez-, piensa.

 

La cabeza del naga gira hacia el invernadero. -Estás cultivando plantas. ¿Cierto?-

 

-Sí. Hay una propagación epidémica, conocida como el virus Zaba. Encontramos una semilla no identificada en el océano que parecía ser una cura prometedora, pero murió una vez que se plantó en nuestro suelo. Rastreé su origen hasta esta ubicación-.

 

-Así que encontraste esta tierra con una de tus herramientas-.

 

-No-, responde Izuku. -Tenía una buena idea. No muchas personas estaban convencidas de que esta isla existiera-

 

-Pero lo sabías-.

 

Izuku niega con la cabeza. -No lo hice. Esto fue una apuesta. La gente está muriendo, y la enfermedad simplemente se transformó en propagación a los recién nacidos. Este hábitat es aislado y diferente de cualquier otro lugar en el planeta. Si hubiera una cura, o incluso una posibilidad de que la planta pudiera crecer, tenía que estar aquí-.

 

El naga lo considera con los ojos rojos entrecerrados. Él no dice nada, pero Izuku puede decir que él le cree.

 

-Y cuando no vuelvas, volverán a pensar que este lugar es una trampa mortal-.

 

-CUANDO. No vuelvas- Las palabras resuenan en su cabeza mientras responde. –Correcto-.

 

El naga toma la mochila de Izuku y sin ceremonias la pone boca abajo para vaciarla. Las cosas de Izuku se derraman por el suelo, y el naga pasa por cada una de las herramientas, con gran interés, separando los metales de los plásticos.

 

-¿Hay algo aquí que envíe un llamado de ayuda?-

 

-Nada funcional. La tormenta atasca cualquier señal. Nada pasa-.

 

La sensación de hundimiento regresa a las entrañas de Izuku. Mentalmente, repasa las preguntas que su captor le ha hecho y la información que ahora tiene. Solo, checa. No hay forma de comunicarse en casa, comprueba. Nadie para ir a buscarlo, repasa.

 

Él me matará pronto.

 

Después de un momento de deliberación, el naga toma un objeto cilíndrico de la colección.

 

-¿Qué es esto?-, Pregunta.

 

-Una linterna. Si mantienes presionado el botón en la parte inferior, producirá una luz. O lo haría, si no lo hubiera dejado caer-.

 

-¿Por qué? ¿Tienes problemas con la oscuridad?-

 

-Sí, en realidad-, insiste Izuku. -No podemos ver en ella-.

 

Esto gana una burla. –Débil-. El naga sostiene los prismáticos, sigue. -¿Y esto?-

 

-Prismáticos. Para ver cosas a la distancia-.

 

El naga se desconcierta sobre este, volteándolo varias veces antes de sostenerlo contra su cara, con el extremo angosto hacia afuera.

 

-No, de otra manera-, explica Izuku. -Están al revés. También puedes mejorar la vista con la perilla en la parte superior -.

 

-Oh...- murmura el rubio mientras examina su entorno. -Este es realmente útil. Ustedes los humanos tienen tantas herramientas para sus ojos de mierda -.

 

Izuku suspira. -¿Es así como termina? ¿Simplemente describo cada herramienta hasta que terminemos con ellas, y luego me destroza?-

 

Considerado todo, este probablemente sea uno de los mejores momentos finales que podría tener. Podría decirse que incluso es una experiencia educativa. La pregunta es, ¿cómo lo enviarán los naga a la otra vida? -¿Garras, dientes, espirales o explosiones?- Ser explotado parece el más humano. Solo espera que muera rápidamente.

 

Izuku sale de su ensoñación cuando ve a la naga sosteniendo el extremo del revólver en su cara.

 

-¡NO!-

 

El estallido los sobresalta a los dos, y la naga retrocede, los pelos de punta se elevan. -¿Qué?-

 

-¡Bájalo!-

 

-¿Por qué? ¿Es importante? -El arma baja ligeramente, apuntando a la clavícula del naga. Uno de sus dedos está enrollado peligrosamente cerca del gatillo.

 

-¡Solo hazlo!-, Suplica Izuku. -¡Por favor!-

 

-No lo creo. Tú no eres el que está a cargo aquí-.

 

-¡Es un arma! Lo estás sosteniendo hacia atrás!-

 

-¿Qué te ha puestoasí?- El dedo del naga se engancha en el gatillo y el arma explota.

 

Izuku se tira boca abajo en la tierra. Él espera, contando los segundos, esperando el sonido de un cuerpo inerte para golpear la tierra. Cuando no llega, levanta la cabeza para ver a los naga, ojos salvajes y blancos, en estado de shock. La pistola apunta directamente al aire, a centímetros de su cara. Cuando sus ojos se encuentran, la realización llega.

 

Izuku se estremece, dejando caer su cabeza hacia atrás en la tierra. Se reprende en silencio mientras escucha su última oportunidad de eco de supervivencia a través del valle.

 

-Estúpido. Estúpido. ESTÚPIDO.-

 

Elrubio arroja el arma y gruñe. Una oleada de explosiones estalló en el aire. Si sus manos estuvieran libres, Izuku estaría cubriendo sus orejas. En su lugar, se presiona más fuerte en la tierra, deseando poder atravesarla. Le suenan los oídos cuando el naga lo levanta.

 

-¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué dijiste algo? ¿POR QUÉ?- Sus dientes están crujiendo, y algún tipo de fluido viscoso gotea de sus colmillos. Izuku se estremece, pero no puede obligarse a responder. Él no sabe. Cuando el naga no muestra signos de retroceder, Izuku se encuentra con lágrimas en los ojos.

 

-Yo... yo no podría... ¿Sabes?- Traga saliva. -Tenía que hacerlo. No mereces tener ese tipo de muerte. Nadie lo merece-.

 

Ambos luchan por recuperar el aliento. El rubio parece absorber esta información con horror. Su mandíbula está cerrada con tanta fuerza que los músculos se le clavan en el cuello. Izuku piensa que podría vomitar.

 

-Vamos-, el rubio escupe. -Llévame al bote-.

 

Las piernas de Izuku son como gelatina, pero se las arregla para tropezar fuera de la tienda.

 

El bote ha sido cubierto por plantas como un disfraz. El naga golpea las ramas para revelar su brillante capa metálica. A decir verdad, no se parece en nada a un bote. Es más un cruce entre una bala y una nave espacial. Izuku vagamente se pregunta si los naga volarán el barco antes o después de que lo maten. Realmente no importa, pero al menos Mei no tiene que verlo morir.

 

La infame sonrisa de la ingeniera alegre parpadea en su memoria. Ella había estado tan feliz cuando el barco estuvo terminado. Ella casi había sacado su brazo de su órbita mientras lo arrastraba a mitad del campus para mostrarlo. Ella había quitado la sábana y la había presentado de manera dramática, al mismo tiempo interpretando los papeles de un locutor de televisión, el inventor efusivo y la audiencia asombrada. Él recuerda cómo ella luego colapsó contra su hombro en risitas privadas de sueño. Se pregunta si ella estaba lo más cerca que había estado de encontrar el amor.

 

Cuando el naga se vuelve para mirarlo una vez más, las garras en su mano derecha están completamente extendidas.

 

-Parece que van a ser garras-, piensa lúgubremente Izuku. Él contiene la respiración y aprieta los ojos. .-Al final, no es como pensé que iría, pero de todos modos fue interesante-.

 

El naga va detrás de la espalda de Izuku y corta. Las cuerdas alrededor de sus muñecas se aflojan y desaparecen. Izuku tiene un breve momento de confusión antes de que el naga prácticamente lo empuje hacia el bote.

 

-Vete de aquí--

 

Izuku tropieza y mira al naga, completamente atónito. Flexiona los brazos y masajea la sangre de sus muñecas con los dedos. Están adoloridos y medio dormidos, pero por lo demás están en buena forma. Deberían volver a la normalidad en un par de horas.

 

-Ve, antes de que cambie de opinión-.

 

Libre. Es libre. Vivirá otro día. El pecho de Izuku se aprieta desafiante y no puede creer que vaya a decirlo. La palabra ya se está formandose en su boca.

 

-NO-.

 

-¿Perdón?-

 

¿Qué estoy haciendo? Se pregunta. Pero esa es la única parte de él que se hunde en sus talones. El resto de él ya se ha comprometido con su respuesta. Izuku se endereza y aprieta los puños. Habla de nuevo como si nunca hubiera estado tan seguro de nada en su vida.

 

-¡No me voy a ir!-

 

El rubio frunció su ceño con incredulidad. -Simplemente perdoné tu vida-.

 

-No puedo irme sin la cura-, afirma Izuku mientras combate el temblor en su voz. -Mi trabajo aún no ha terminado-.

 

-No me importa un comino si está hecho-, gruñe el naga. -Esta es mi jodida tierra, y quiero que te vayas-.

 

Izuku levanta sus manos. -¡Entonces hazlo! ¡Deshazte de mí! Si quieres que me vaya, ¡esa es tu única opción! ¡Mátame ahora mismo si quieres!-

 

-No lo hagas. No me tientes.-

 

-¿Cuál es el problema, temes enfrentar a un humano?-

 

El naga abre sus manos con un gruñido, con las garras extendidas sobre los diez dedos. Él da vueltas alrededor de Izuku, y las palmas comienzan a humear. -Eres increíblemente afortunado de que haya comido anoche. De lo contrario, hubieras muerto en esa cueva en el momento en que me abalancé-.

 

El corazón de Izuku se acelera, pero se mantiene erguido, extendiendo sus piernas en una postura de lucha. Él cree que puede sentir que le tiemblan las rodillas, pero quiere que se detengan. -Pero aquí estoy. Y no voy a caer sin luchar, así que será mejor que te pongas serio-.

 

La ira real brilla en los ojos del rubio, y se lanza hacia adelante sin previo aviso. Izuku tropieza fuera del camino, pero es demasiado lento. El naga lo tiene inmovilizado en su espalda en segundos. Las garras amenazan con clavarse en sus venas mientras el monstruo descubre sus colmillos.

 

-¡Patético! Ni siquiera eres lo suficientemente bueno para desafiar mi nombre, y mucho menos a mi clase. ¡Apártate de mí vista!-

 

Esto debería haber sido suficiente. La advertencia final. La diferencia entre su destreza física es dolorosamente clara. Debería haber reconocido su derrota allí mismo, pero algo dentro de Izuku se rompe y su miedo se convierte en furia.

 

-¡No me voy a ir, idiota! ¿Cuántas veces necesito decírtelo? ¡Los niños morirán si no termino mi trabajo!-

 

El sonido que hace el naga hace recordar a Izuku un tigre. Una de sus garras se desliza sobre la carne suave, y un chorrito de sangre corre por el brazo de Izuku. El naga lo mira con fascinación y se lame los labios con una lengua bífida. Cuando se encuentra con los ojos de Izuku, están rasgados y reptiles.

 

-Bien-, dice con aire de suficiencia. -Vamos a hacer un trato. Vamos a pelear durante dos minutos al día durante dos semanas. Si puedes darme tres golpes durante cualquiera de esos partidos, eres libre de quedarte y nunca te molestaré de nuevo-.

 

-De acuerdo-, gruñe Izuku. -¿Qué pasa si no lo hago?-

 

Cava en las muñecas de Izuku con más fuerza y ​​abre la boca para mostrar una sonrisa amplia y lasciva. Su aliento caliente huele a carne recién cortada. -Si no puedes darme tres golpes, me mirarás a los ojos como un buen conejito, y te tragaré entero-.

 

Sus ojos destellan ese resplandor rojo irresistible por un segundo, y el pelo en la parte posterior del cuello de Izuku pica. Es ahora cuando siente el sudor frío que empapa su camisa.

 

-Piénsalo como un rehacer de la noche anterior pero con un final más final-. La naga se ríe y se inclina. -Nunca antes había comido un ser humano vivo. Apuesto a que el miedo realmente aumenta el sabor. Y ahora mismo, apestas-.

 

El cerebro de Izuku está gritando, pero no puede obligarse a actuar. -Corre. Lucha. Haz ALGO-. En cambio, él queda paralizado hasta que el naga finalmente se aleja.

 

-Oh. Además, es posible que desees vencerme más temprano que tarde. Estaré ocupado digiriendo durante esas semanas, y solo lucho mejor cuando tengo hambre-.

 

Izuku ve manchas en su visión, y solo cuando el naga se aleja y solo entonces se da cuenta de que ha dejado de respirar. Se relaja y se derrumba en la arena, aspirando el aire del océano con respiraciones irregulares.

 

-Maldita sea...-

Notas finales:

Hoy no fuí a la escuela porque me sentí mal asi que decidí terminar de traducir este capítulo :D

Comenten, le haré llegar a la autora sus comentarios :D

 


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