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#UnHashtagUnaHistoria por OneMinuteBack

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Hashtag: #VineBuscandoCobreYEncontréOro
Pareja: Drarry.


Malfoy estaba ocultando algo.

Parecía que nadie se percataba de ello, pero Harry no era tonto, sabía que estaba tramando algo, y seguramente no era bueno. No había querido decirles nada a Hermione ni a Ron, porque ya había insinuado que Malfoy actuaba de manera extraña y le habían mirado como si estuviera loco, así que se había propuesto recabar pruebas, demostrar que el rubio realmente estaba maquinando algo peligroso y entonces le descubriría, y si sus amigos o Dumbledore no le creían, ya se encargaría él mismo de pararle los pies.

Miró hacia los lados, aunque la oscuridad no le favorecía en nada, y agudizó el oído para asegurarse de que sus compañeros de cuarto estaban dormidos. Extendió su mano, alcanzando su varita y el mapa del merodeador, cerrando de paso las cortinas de su cama.

— Lumos —susurró quedamente—. Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

El mapa se dibujó frente a él, enseñándole los ya muy conocidos pasillos de Hogwarts. Su entrenada mirada buscó entre los pliegues del pergamino, hasta que dio con la mota que llevaba el nombre de Draco Malfoy, el cual se encontraba en el baño de Prefectos.

Harry frunció el ceño, extrañado. ¿Quién iba a darse un baño a esas horas de la noche?

Sacó la cabeza de entre las cortinas de la cama, asegurándose de que todos estaban en los brazos de Morfeo, para después salir con cuidado, alcanzando su capa de invisibilidad y dirigirse hacia el baño donde estaba Malfoy.

Dijesen lo que dijesen, él sabía que el rubio tramaba algo, y esa misma noche iba a averiguarlo.

Caminó por los pasillos con agilidad, mirando de vez en cuando el mapa del merodeador para asegurarse de que Filch o su gata no le pillasen, y que Malfoy no se movía del lugar.

— Jabón de menta —susurró cuando estuvo frente al baño. Era un suerte que fuese el capitán de Quidditch y supiera la contraseña del lugar.

Lo primero que notó nada más entrar fue que hacía un calor asfixiante y que había un denso vapor que apenas le dejaba ver a dos metros de distancia.

Avanzó con pasos inciertos, alegrándose de haber salido sin zapatos, porque estaba seguro de que en ese momento resonarían con demasiada fuerza en el lugar. Buscó al rubio con la mirada, pero no parecía haber rastro de él. Su vista bajó hacia el mapa para comprobarlo, y según este, Malfoy debería seguir dentro del baño.

Sus ojos se fijaron entonces la gran bañera que había a ras de suelo, pero tampoco había rastro del otro allí. Estaba a punto de quitarse la capa de invisibilidad de encima, porque hacía un calor de los mil demonios allí dentro, pero entonces un ruido llamó su atención.

Había sido un sonido quedo. Tan bajo que si no fuera por el silencio que reinaba en el lugar, no lo habría escuchado. Su mirada escaneó el lugar, y entonces, entre toda esa bruma sofocante, percibió una silueta en la pared que estaba a su derecha.

Reconoció a Malfoy, tumbado sobre un banco. Hubiera sido una estampa normal, sino fuera porque el chico estaba completamente desnudo, con su piel perlada en sudor y su mano derecha subiendo y bajando ritmicamente sobre su erección.

Harry tuvo ganas de huir, de girarse y salir corriendo hasta llegar a su habitación y encerrarse en la seguridad que le daban las gruesas cortinas de su cama.

En cambio, se quedó allí parado, en medio del baño, mirando de una forma absorta e hipnotizante a Draco Malfoy mientras se masturbaba. No podía apartar la mirada, y eso lo hacía sentirse agitado y enfermo al mismo tiempo.

El sonido volvió a repetirse, y esta vez pudo identificarlo perfectamente. Malfoy estaba gimiendo, echando la cabeza hacia atrás para acompañar el sonido.

Debía irse de allí. Él no debería estar presenciando ese momento, pero había algo, en toda esa imagen, que lo tenía clavado en el suelo. Tal vez era la piel pálida Malfoy, que parecía relucir en medio de todo ese vapor, o cómo su cabello rubio caía desordenado sobre el banco de madera, o su pecho que parecía trastabillar con cada respiración, su vientre plano y sus piernas torneadas.

Harry se sentía mareado. El calor del lugar le estaba sofocando, notaba como las gotas de sudor viajaban por sus sienes y por su espalda. Abrió la boca, sintiendo que casi le costaba retener aire en sus pulmones.

— Joder.

La mano de Malfoy aceleró sus movimientos, y Harry percibió como su pulso también se precipitaba con la acción. Había algo fascinante y mórbido en mirar al rubio en un momento tan intimo. Verlo allí, como cualquier otro adolescente, sin su habitual pose orgullosa, sin sus comentarios ácidos, ni su mirada calculadora. Solo era un chico normal en ese instante, llevándose a sí mismo al límite del placer.

Escuchó cómo volvía a gemir, esta vez mucho más fuerte, y por unos segundos creyó que el otro iba a correrse, pero Malfoy desaceleró el ritmo, con la respiración agitada y el cuerpo temblando, retrasando su dulce agonía.

Se removió en su sitio, siendo consciente de la dureza en sus propios pantalones. Su pene pulsaba contra la tela de su pijama con fuerza, palpitando con ansiedad. Se mordió el labio inferior, observando cómo el rubio volvía a su ritmo lento y decadente.

Estaba bajo la capa de invisibilidad, nadie podía verle, nadie sabía que estaba allí, y nadie tenía porqué enterarse de eso. Con ese pensamiento, sostuvo con su mano izquierda su varita, y el mapa del merodeador, que en ese momento estaba arrugado, y llevó su mano libre hacia su propia entrepierna.

Sabía que iba a arrepentirse de eso en cuanto saliese de allí. Estaba mal, pero Malfoy seguía ahí, acariciando su erección, jadeando y arqueando la espalda, y lo único que podía pensar Harry era en como se sentiría la piel del otro bajo su lengua o sus propias manos, cómo sería acariciarle o que Malfoy lo acariciase a él.

Era enloquecedor y absorbente, y Harry se encontró a sí mismo no queriendo que el momento terminase tan pronto.

— Sí —gimió el rubio.

Lo vio tensarse, desde la punta de sus pies hasta los tendones en su cuello. Su mano subía y bajaba con un ritmo letal, mientras Harry intentaba acallar sus propios jadeos. Malfoy emitió un lloriqueo miserable y abrumador, y ese sonido fue lo que llevó a Harry directo al precipicio. Se obligó a sí mismo a no cerrar los ojos mientras el orgasmo le atacaba, observando con una fascinante excitación cómo Malfoy también estaba corriéndose con fuerza.

Su respiración salía temblorosa de entre sus labios. Contempló al rubio durante un momento más, quién ahora se encontraba tirado sobre el banco en una pose relajada y satisfecha. Sacó su mano de sus pantalones, y la realización de lo que acababa de hacer le golpeo con firmeza.

Había tenido un orgasmo mirando a Malfoy masturbarse.

Algo se revolvió en su estómago.

Se dio la vuelta, sin preocuparse si quiera de que sus pasos resonasen en el baño, y salió de allí con rapidez. En ese momento, no le importaba que alguien pudiese pillarlo a deshora por los pasillos, lo único que quería hacer era encerrarse en su habitación, y olvidar todo lo que había visto. Todo lo que había sentido. Llegó a la Torre de Gryffindor en un tiempo récord, murmuró la contraseña atropelladamente y subió hacia su cuarto corriendo. Se metió en la cama, cerrando las cortinas y sumergiéndose en las sabanas, como si eso fuese a hacerle desaparecer del planeta.

Aún podía notar que sus pantalones estaban húmedos y sucios, pero Harry no quería mirarlo y que lo que había hecho se hiciese más real dentro de su mente. Solo quería dormir, y dejar eso como un sueño pasajero.

Cuando consiguió su objetivo, y logró quedarse dormido, lo hizo pensando en gemidos, piel pálida y ojos grises.

 

Notas finales:

Bueeeeno

 

Creo que he empezado un poco fuerte ¿no? JAJA. 

 

Afortunada o desafortunadamente, esto es lo único que se me ocurrió al leer el Hashtag  y creo que lo engloba bastante bien, porque Harry fue buscando una cosa, y se encontró otra completamente diferente, aunque para él no fuera oro, se que para vosotros sí lo es, así que aquí lo tenéis xD

 

Intentaré subir al menos un Hashtag por día, algunos me costaran más que otros, pero la intención estará allí.

 

¡Espero que os haya gustado!


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