Una habitación gris con una enorme ventana y cortinas blancas caídas esculpían la silueta de Hope quien estaba recargada en ella.
V: ¿Desde hace cuánto estas aquí?- Los ojos de Hope se encontraban perdidos, a pesar de que V se había hincado y lo veía de frente, acariciando su mejilla.- ¿Has comido?
-Hope cerro sus ojos, tomando con delicadeza la mano de V.- Recupere todos mis poderes, no necesito comer.
V: ¿En dónde te encuentras? Necesito hablar contigo.
-Hope quito gentilmente la mano de su primo, alejándola de él.- No es necesario que lo sepas.- La ventana en donde estaba Hope empezó a oscurecer, cambiando el color de la habitación a uno negro con rojo.- Ninguno de ustedes necesita saber más de mí.
V: Estoy preocupado por ti.- El ahora azabache, estaba a punto de desaparecer. Sin embargo, V lo abrazo.- ¡Vuelve a tus sentidos Hope, te necesitamos! -Aquel abrazo hizo que su corazón se sintiera un poco más cálido, aceptando y correspondiéndolo.- Jungkook te necesita.- La imagen de aquel niño hizo que un poco de inseguridad volviera, soltando al dios del amor.-
Hope: Aun... aún tengo a mi hermano.- Las mejillas de Hope se humedecieron ante sus lágrimas al recordar la inocente sonrisa de Jungkook.- Aún debo cuidarlo a él.
-V asintió.- Y necesitamos de tu ayuda, así que vuelve en sí.- V hizo aparecer su neblina rojiza en aquella habitación, haciendo que la mente de Hope se calmara y volviera al color neutro que siempre tuvo-.
-Las hebras del cabello del hijo de Atenea fueron aclarándose hasta volverse rojizas, haciendo sonreír a V.- ¿En dónde están? Yo iré a ustedes.
Hope abrió sus ojos, tomando su celular para ver la dirección que le mandaba V. Este salió de la cama donde anteriormente dormía Joy.
Antes de que Taemin y Minho desaparecieran, le mandaron un mensaje al chico para decirle que, si necesitaba en donde quedarse, podía ir al departamento.
Hope: No puedo dejar que me quitan a otro ser importante, Joy. Tengo que cuidar a mi hermano pequeño.
El hijo de Atenea abrió la ventana, transformándose esta vez en una lechuza blanca.
V abrió los ojos. Se encontraba sentando en una de las bancas del parque esperando a Hope.
Los cielos empezaron a oscurecer. El hijo de Afrodita alzo su brazo dejando que la lechuza se posara. La acerco a él, dejando que la frente del animal chocara con la suya.
V: No me preocupes, niño tonto.
Una burbuja se creó en ambos, congelando la gente que caminaba.
De una neblina azul, la lechuza se convirtió en el pelirrojo que aún permanecía con su frente junta a la de V, sonriendo.
Hope: No soy tan débil.
-V le sonrió de vuelta, alejándose del hijo de Atenea. - Volvamos con los demás.- Hope tomó la mano de V, deteniéndolo-.
Hope: No iré contigo.
V: Pero... tú
Hope: Ayudaré a atrapar a la valkiria, pero no pienso dejar que esa cosa se acerque a Jungkook. -V arrugo su frente sin comprender.- Te ayudaré a ti mientras Suga y Jimin trabajan juntos... no quiero que Jungkook este en esto.
-Los ojos de Hope mostraban que no iba a cambiar de opinión.- Esta... bien. ¿Qué tienes en mente?
-Hope se cruzó de brazos.- El plan más sencillo que te puedas imaginar.
V: ¿Y ese es?
-Una expresión fría fue lo único que veía V en el hijo de Atenea.- Dejar que ella sola salga en busca de lo que quiere.
V: ¿Estás diciendo que la dejemos actuar?
-Los ojos de Hope dieron a los arboles.- por lo pronto... eso es lo que haremos.- Aquellos árboles que se mecían, dejaron de hacerlo cuando el dios empezó a emanar su poder.
(...)
Suga: V dice que ya tenemos un lugar en donde quedarnos.
-Jungkook fue el primero en voltear a ver al azabache.- ¿No va a regresar?
Suga: Dice que vendrá por ti en la tarde para el chequeo médico.-Jimin se quedó serio en el sofá.- No me iré. Me quedare con ustedes.
Jimin: ¿Acaso me escuchaste decir que te quedaras?- Dijo el mayor, alegando al dios que rodaba los ojos-
Suga: ¿Quieres que me vaya?
Jimin: No te estoy corriendo si eso es lo que te preocupa.- El castaño se levantó para ir a la cocina.- Iré a ver qué es lo que dejo de comida Jin apa.
-Suga resoplo, encogiendo sus dedos ante el coraje.- A veces quisiera...
Jungkook: Te advertí que no sería fácil.
Suga: No quiero admitirlo, pero me estoy acostumbrando a este juego del balancín- Jungkook arrugo su frente, haciendo que Suga la golpeara ligeramente para que la relajara.- Estas emanando malas vibras desde que mencione que V fue con Hope, y estas aumentaron cuando mencione que no volvería hoy.
Jungkook: Me siento extraño.- Suga señalo su tobillo.-
Suga: Odio esa cosa. También provoca sentimientos estúpidos. Lo he visto.- El hijo de Ares, salió de la sala en busca de su amante, dejando a Jungkook con la vista en su tobillo-.
Jungkook: ¿Qué tipo de sentimientos?
No le mintió a Jungkook. Había visto a la mayoría de los humanos destinados a dioses morir por la tobillera que los unía. Un ser poderoso y como ellos los mencionaban, "perfectos", provocaba celos; los hacía sentir cohibidos, diferentes; sintiéndose inferiores al punto de querer deshacer el lazo y morir.
Jimin: Estas muy callado.- La oscuridad que mostraban los ojos de Suga hicieron que Jimin caminara a él y acariciara su mejilla.- ¿Pasa algo?- ¿Él también se volvería igual? ¿Sufriría igual que su madre? Negó besando la mano de Jimin, quien la quito por vergüenza, haciendo reír al dios-
Suga: Si pasa algo, estoy pensando en volverte loco por mí y hacer que nunca en tu vida se te ocurra dejarme, mi lindo y puro destino.
-Jimin trago en seco, alejándose de esa oscuridad que sentía lo devoraba... y en cierta forma le ocasionaban cosquillas en su pansa.- Voy por Jungkook.
Suga: Si yo no voy a poder vivir sin ti, haré que esto sea mutuo, mi Jimin- Fue lo que dijo el dios cuando su pareja no estaba a su lado-
Jimin: Tú también estas poniendo una expresión rara.- El castaño, puso sus manos en su cadera, viendo como su hermano parecía deprimido.- ¿Y a ti que te sucede?
Jungkook: V no contesta mis mensajes.- El menor había tomado su celular con intenciones de platicar con su amante, pero después de varios intentos y no ser atendido, se rindió-
-Suga intento llamarlo, pero también lo mandaba al buzón.- Ese dios estúpido.
Jungkook: ¿Debería preocuparme?- Suga no sabía porque preguntaba si con solo ver su cara ya le decía que lo estaba.-
Suga: No tienes que. Tu solo come y descansa, él dijo que vendría mañana.
-Jungkook asintió levantándose del sofá con un gran suspiro. -No tengo hambre, coman sin mí.- Los pies de Jungkook lo llevaron al segundo piso con intenciones de ir a su cama-.
Jimin: ¿Por qué no contesta?
Suga: No lo sé. Lo último que me mando fue lo que les dije.
Jimin: ¿Entonces porque Jungkook esta así? ¿Hay algo que no me has dicho?- Los ojos de Jimin fulminaban al dios que por alguna extraña razón, una muy extraña, estaba retrocediendo por primera vez.-
Suga: Hope... él...
Jimin: ¡Que es lo que pasa, Suga!
Suga: No grites, llamaras la atención de Jungkook.- Las manos del dios dieron con la boca de Jimin, el cual las quito señalando al azabache para que hablara.- Hope esta... estaba... no sé qué hay ahora en verdad.
Jimin: Ter-mi-na de ha-blar
Suga: Hope y V tuvieron algo anteriormente. De hecho, Hope vino a la Tierra presente con la intención de llevarse a V.
Jimin: ¿Jungkook sabe todo esto?
Suga: Solo que Hope está enamorado de V. Desconozco si sabe que tuvieron algo.
-Un tic se instaló en el ojo de Jimin tras guardar bastante frustración por dentro. Lo cual hizo tragar al dios en seco.- ¿No crees que debiste habérmelo dicho antes de ponerlos a trabajar juntos?
Suga: En estos momentos Hope no sería capaz de hacer algo, Jimin. Él, acaba de perder a su destino. Y recuerda que Jungkook también es su hermano. Lo que menos querría ahora es lastimarlo. Lo más probable es que ahora está en control debido a él.- El dios señalo la habitación en donde Jungkook se encontraba escuchando la plática a escondidas debido al grito que dio Jimin-.
Jimin: Se que es correcto lo que mencionas, pero aun así siento que esto está mal.- El mayor se alejó de Suga, dirigiéndose a las escaleras.- Iré con él.
Suga: ¿No comerás?
Jimin: Se me quito el apetito. Hazlo tú.
-La puerta de la habitación se cerró con fuerza, asustando a Suga.- Esto ya lo sentía llegar desde que los vi a los tres juntos.
(...)