Suga: Se supone que soy yo el que debe acompañarte a tu casa, no al revés.
Jimin: ¿Después de lo que trataste de hacer? Es mejor de esta manera.-Jimin suspiro pesado, viendo el edificio que ya era bastante conocido para él.- ¿Aquí es en donde se están quedado?
Suga: Fuimos despedidos de la cafetería y por ende nos desalojaron del almacén. Además de que el plazo venció el mismo domingo que nos fuimos.
Jimin: Me hubiera gustado que Taemin y Minho se quedaran.
Suga: En la situación en la que se encontraban era imposible. Y nos conviene que estén en Asgard, si la valkiria regresa ellos nos avisaran y todo terminará. – El hijo de Ares estaba en contra reloj y aún no le había dicho la situación de un retorno a Jimin y Jungkook.- La lluvia parece querer volver.- Pero eso sería luego-
-Jimin, por instinto, tomó la mano de Suga.- Quiero pedirte algo.- El dios, asintió.- No quiero que mates humanos mientras estas aquí.- Suga quitó la mano de Jimin, mostrándose algo enojado ante el pedido-
Suga: No.- El azabache, entro al edificio siendo seguido por Jimin.- Tu viste lo que sucedió ahora. No pienso arriesgarme a que te pase algo aun siendo mortal.
Jimin: ¿Aun siéndolo? - Suga no le contesto, subió por las escaleras al no querer seguir hablando del tema con Jimin en la espera del elevador.- Necesito que me prometas que no mataras a ningún humano.
Suga: No voy a hacer tal promesa
Jimin: ¡Suga!- Jimin por fin había alcanzado al azabache, volviendo a tomar su mano.- Te lo suplico.
-El dios, jaló a Jimin acorralándolo en la pared, haciéndolo sentir intimidado con sus ojos oscuros... pero a la vez atraído, lo cual pasaba lo mismo con el hijo de Ares al ver las orbes avellanas de Jimin, acercando sus labios a los de su pareja, robándole un beso que fue aceptado.- El día que me mandaron aquí tenía la intención de eliminarte, y era una tarea fácil debido a que no soy alguien que procura el amor, siendo parte de mi descendencia, diferente a V o Hope... pero ahora... si te pasa algo, te juro que entraré al inframundo y sacaré tu maldita alma de ahí. No me importa cuánto me repliques.
Jimin asintió algo aturdido y a la vez divertido.
Cuando Suga se separó de él, estaba listo para bajar por las escaleras, pero el azabache termino por jalarlo dentro del departamento al sentir una corriente en su cuerpo.
Jimin: ...Suga.
-El dios sonrió con sarna.- Este trato debe ser cerrado, mi lindo destino.- Jimin fue retrocediendo conforme Suga se acercaba.- Y esta vez lo quiero todo, Jimin.- El espacio se terminó entre ambos.- Duerme conmigo.
Jimin: Yo...- El cuerpo del castaño comenzó a temblar, pero no porque tenía miedo, era porque, por alguna extraña razón, una muy extraña, quería ser de Suga, que no lo dejaba de ver atrayente y posesivamente. - Esta... bien.
(...)
Era raro estar en la cama de Taemin, pero esta vez de una forma diferente, por eso Jimin rodó un poco, ganando la atención del pelinegro- ¿Qué tanto me miras?- Le dijo al hijo de Ares con algo de vergüenza.- Que quede claro que solo voy a dormir aquí... Nada más.
Suga, no desaprovecha la situación y va hacia Jimin, solo que este sube arriba de él mientras lo besaba delicadamente.- No me refería a ese dormir, Jimin.- Los labios del mayor temblaron ante tal escena. Eso volvió loco al dios.- Todo tú podría destruirme.
-Jimin se sentía hipnotizado. Acarició las mejillas de Suga mientras sus labios buscaban el sabor de los ajenos- y tú podrías volverme un monstruo. –Las manos de Suga bajaron a la cintura de Jimin haciendo que este despegara su boca de la del joven- S-Suga... no puedo, tengo miedo- El castaño se sentía como si estuviera teniendo una pelea interna.-
-En cambio Suga, posó sus ojos en los de Jimin que transmitían esa desconfianza.- Relájate –las manos blanquecinas del dios abrían lentamente la camisa de mayor mientras este desviaba la mirada aún lado, en lo que las suyas apretaban las sabanas.- Prometo cuidarte.
Por cada botón que era abierto, era dejado un beso húmedo, saboreado.
Suga no podía evitar ver las expresiones de Jimin, el cual había cerrado los ojos y apretaba su boca evitando gemir ante las sensaciones que le provocaban aquellos actos.
Al llegar al botón de abajo, el dios abrió los pantalones del mayor, jalándolos poco a poco. Voltea a verlo, pero este se encuentra temblando y con la frente ceñida. No se veía con las intenciones de huir y pararlo como siempre lo hacía ¿Acaso había cedido solo por una simple promesa? Pero, también no podía evitar divertirse con las reacciones puras de su destino, muy diferente a lo que le pasaba a su cuerpo que estaba despertando.
Desvió sus ojos a la entrepierna de Jimin que era apretujada por dos gruesos muslos, firmes y suaves. Tan eróticos haciéndosele agua a la boca.
Suga bajo la ropa interior de Jimin y beso su miembro erecto, quien arqueo la espalda abriendo sus ojos, dejándose llevar por la oleada de calor que empezaba a pasar por su cuerpo.
Jimin: ah mhn... es... esto... es...
Suga río perversamente mientras seguía lamiendo la erección de Jimin.
Las piernas del mayor temblaban empezándose a contraer más internamente, pero Suga tomó ambas abriéndolas mientras las acariciaba en el proceso, haciendo que Jimin se perdiera en un mundo conocido como "placer"
Jimin: Suga... mmm... me vendré.
-El nombrado, había metido y sacado el miembro en su boca, haciendo un ruido obsceno. Miró a Jimin con hambre, subiendo sus manos por todo el cuerpo avellana hasta llegar a sus mejillas prominentes- Aún no, Jimin. – Metió sus dedos en la boca del mayor haciendo que los lamiera cual si fueran caramelo. Al sacarlos, los paso por su abdomen, provocando que Jimin arqueara su espalda nuevamente- Te haré sentir mejor- Termino su recorrido en la entrepierna de Jimin, poniendo uno de sus dedos en su digito, metiéndolo lentamente. -
Aquella sensación era extraña para el mayor, haciendo que su rostro mostrará la incomodidad y a la vez el placer que empezaba a sentir cuando Suga movió su dedo y empezó a meter otro, abriéndolos como tijera en su interior.
Jimin: Su...ga- Jimin pasó sus manos por la espalda del menor buscando rastros de su piel, sin embargo, solo encontró ropa. Abrió sus ojos mirando al joven sudado y ansioso, quitándose la prenda que le estorbaba. Con dificultad se acercó al cuello blanquecino de su pareja empezando a dejar besos húmedos y necesitados en él. Fue entonces que respiro con dificultad en su oído- Hazme tuyo- El tímido y miedoso Jimin... ¿Dónde estaba?
-Una electricidad corrió por la espalda del pelinegro haciendo que no terminará las preparaciones, abriendo su pantalón y quitándoselo junto con su ropa interior. Tomó su firme miembro y sin previo aviso se adentró en las paredes apretadas de Jimin, provocando que arañara su espalda mientras gemía en su oreja, regalando placer en ambas partes- Ji...Jimin –El nombrado se había perdido completamente en aquel mundo que lo había llevado Suga y ahora más que nunca no quería salir. El joven sonrío con malicia al ver la destrucción de su pareja- Esto... es el deseo, amor mío. La entrega; pasión –Suga buscó los labios ajenos chupándolos, provocando orgasmos en Jimin- El lívido que esperaba sentir tu cuerpo... Cuerpo que ahora es solo mío. Mi Jimin- Jimin tomó entre sus manos las mejillas de Suga empezando a buscar su boca para besarlo con necesidad mientras el joven brindaba estocadas certeras en su punto erógeno-
Jimin: Su...Suga- Ambos respiraban irregular en sus frenéticos movimientos que no los dejaban respirar de forma natural, y mucho menos los dejaban pensar-
Los ojos de ambos estaban fijos queriendo guardar la expresión del otro.
El mayor, arqueó su espalda viniéndose en su abdomen mientras que Suga seguía brindando estocadas en aquella cavidad que a Jimin le proporcionaba cosquillas placenteras.
-Una oleada de calor golpeo al dios, eyaculando dentro de su pareja, haciendo que tal acto volviera uno sus cuerpos y almas- Te amo.
-Jimin sonrío con sus ojos cerrados, respirando con dificultad- Yo...
Suga acarició aquella cara aniñada de su amante, besando ligeramente sus labios para después tomarlo entre sus brazos, proporcionándole comodidad para que descansara al quedarse dormido mientras los truenos y la lluvia ahora eran dueños del sonido de la habitación.
Esa mañana, cuando Jimin despertó, sentía pesado y adolorido el cuerpo. No pudo evitar quejarse cuando se sentó... Y fue entonces que termino por reaccionar al encontrarse desnudo, junto con el dios que seguía dormido y carente de ropas de igual forma para su mala suerte.
El pegajoso líquido que sintió correr por su trasero lo hizo temblar y palidecer, haciendo que Suga se despertara de golpe al sentir lo que le transmitía Jimin.
Suga: ¡Que sucede!- El castaño, se levantó de la cama siendo un manojo de nervios-
Jimin: Tú... ¿Qué me hiciste?
-La frente de Suga se arrugo al ver lo histérico que se estaba poniendo Jimin, limpiando sus lágrimas mientras se ponía su ropa.- ¿De qué estás hablando?
-Jimin le avienta la ropa a Suga para que se vistiera.- ¡No puedo creer que me hayas hecho esto!
-Suga se empezó vestir, poniéndose enfrente del mayor que no dejaba de pasar sus manos por su cabello.- ¡Por todos los dioses! ¡No sé de qué estás hablando!- Sin embargo, los ojos del dios se abrieron de golpe, tomando a Jimin de los hombros.- Quiero que me contestes con la verdad, ¿qué es lo que recuerdas de anoche?
-Jimin quitó las manos de Suga, queriendo salir de la habitación.- ¡Esta fue mi primera vez! ¡Y tú...
-El hijo de Ares, volvió acorralar al castaño, dejándolo recargado en la puerta para que lo viera.- Jimin, estoy perdiendo mi paciencia, así que dime que es lo último que recuerdas.
-Jimin sorbe su nariz, viendo con tristeza a Suga.- Si te pasa algo, te juro que entraré al inframundo y sacaré tu maldita alma de ahí. No importa cuánto me repliques... Eso fue lo que me dijiste.- El mayor, aprovecho que el dios estaba ido en sus pensamientos para quitárselo de encima e irse-.
-Esta vez Suga no lo siguió. Jimin iba a necesitar tiempo para comprender lo que él había descubierto- Ahora, lo único que necesito es saber su nombre.- Y frente a la sorpresa, una sonrisa de triunfo salió del hijo de Ares.
(...)