Y ahí estaban los dos, comprando dos latas de café en el súper mercado junto con los ingredientes que le hacían falta a Jin.
Jin: Perdón por arrastrarte aquí. De seguro es la invitación a un café más extraña que has tenido.
Monster: Es la primera invitación que me han hecho.- El hijo de Apolo, sostenía el canasto en donde Jin ponía cada cosa que necesitaba.- Es interesante.
-Jin le sonrió dulcemente a su acompañante.- Entonces haré algo mucho mejor que el café.- Monster arrugo su frente confundido.- Te prepararé la mejor comida que hayas probado en tu vida… Pero necesitaré que me acompañes a otro lugar, claro si no estás ocupado, porque si estas ocupado puedo…
Monster: Jin.- El chico paro de hablar.- No estoy ocupado, y me encantaría probar tu comida.
-¿Cómo lo hacía? el joven aún no lo sabía, pero Namjoon parecía tener la clave para callarlo dela forma correcta.- ¿Debería aferrarme a ti?
Monter: ¿Disculpa?
-Jin sacudió su cabeza, caminando rápido sin contestarle a Namjoon.- Concéntrate, concéntrate.
El camino siguió en autobús donde ambos estaban sentados con bolsas en sus lados mientras comían un cono de helado.
Jin: ¿Te gustó el chocolate? -Monster siguió comiendo el postre frío asintiendo a lo que le decía el chico.- Sabes, a mí no me gusta el chocolate solo, pero si lo mezclo con algo más puedo comerlo muy bien. Como la leche chocolatada -Namjoon parecía no entender de lo que hablaba- ¿Alguna vez has probado la leche chocolatada? -El peli verde ahora negó- Eres extraño, nunca había conocido a alguien que no la haya probado, pero déjame decirte que es una delicia, la próxima vez te compraré una en vez de café- Jin casi se le cae su cono cuando se dio cuenta que ya estaba planeando otro encuentro- ¡No es como si estuviera tratando de invitarte a salir de nuevo! ¡Pero tampoco es que no quisiera!
Monster: Jin- El joven puso su helado en la boca del nombrado- Me encantaría salir contigo de nuevo. –La sonrisa de Monster hizo sonrojar a Jin, quien le dio una leve lamida al helado- Ahora, ¿qué me decías del chocolate?
-Jin sonrió- Que es delicioso… Pero no todos los productos hechos con chocolate saben bien. Por ejemplo, no me gusta el chocolate con menta.
Monster: Debes de haber una razón.
Jin: La hay… sabe a pasta de dientes.
Monster: ¿Sabe tan mal?
-El joven, rio con malicia comiendo su postre- En definitiva, te haré probarlo.
(…)
Monster no podía dejar de ver a Jin. Según lo que el chico le había contado todo el camino hacia la escuela en donde estaban, él, estaba preparándose para ser chef.
Las manos del castaño eran agiles con el cuchillo y sartén. Si mal no lo recordaba, parecía hechicero de los libros que leía casi todo el tiempo en el Olimpo.
Jin movió su mano en forma de seña para que entrara. Lo dudo un poco, pero termino accediendo cuando Ken y él fueron por él.
Jin: Ven a probar lo que hicimos.
Monster se sentía emocionado. Con solo ver a Jin cocinar se estaba entreteniendo. Ahora, era el momento de probar la pócima mágica que el gran mago estaba haciendo. Eso era lo que pasaba por su cabeza mientras acercaba un tenedor a las tortitas que estaban olorosamente bien hechas en frente de él.
Los ojos de Monster se abrieron de par en par, metiendo otro pequeño trozo a su boca.
Jin: También prueba esto- De un tazón que se encontraba cubierto, al ser destapado, empezó a humear otro delicioso aroma que tentó a Monster a zambullir una cuchara. Ahora en vez de abrirse más, sus ojos se cerraron disfrutando la suavidad y textura del platillo- ¿A que esta bueno?
-Monster asintió- Esto esta delicioso- El hombre, siguió comiendo todo lo que Jin le ponía en frente.
Ken: ¿Quieres probar lo que hice yo? -Los ojos afilados del castaño dieron con los de su amigo. Eso significaba una cosa: ¡No toques el estómago de mi hombre! -O tal vez no- El chico, algo cohibido, dirigió sus platillos a otra mesa para que sus compañeros lo probaran.
Monster: Estuvo realmente bueno.
-Jin sonrió de oreja a oreja- Te serviré el postre- El joven castaño, regreso a la mesa en donde estaba Monster, poniendo enfrente de él un par de panqueques- Se llaman Hotteok. Son un postre tradicional coreano- El peli verde, estaba a punto de comer uno cuando Jin se lo negó- Aún falta algo más- el castaño, tomó uno de los panqueques poniéndole una bola de lo que era un helado verde con puntos cafesosos. Eso fue lo que vio el dios, haciendo muecas extrañas por el color- Listo, puedes comer.
-Monster dudo un poco en encajar su cuchara en lo que fuera que tuviera enfrente, pero lo hizo, y no solo eso, lo metió en su boca saboreando el exceso de mentol frio y un toque de chocolate. Un par de muecas hicieron reír a Jin al saber que Namjoon tampoco iba a ser fanático del helado de menta con chocolate - El hotteok sabe bien… pero esa cosa- El dios señalo el helado- No creo que me guste.
-Jin no paraba de reír, dándole como ofrenda de paz el otro panqueque.- Puedes comer este.
-El hijo de Apolo lo acepto sin rechistar mientras Jin lo seguía viendo- Nunca me había hecho cercano a alguien tan rápido- La posición del joven había cambiado, recargando en la mesa sus manos que sostenían su cara mientras veía con cierto encanto a Monster- Debe ser porque eres mi salvador.
-Monster negó- Es por otra cosa.
Jin: ¿Qué otra cosa?
Monster: ¿Crees en el destino?
Jin: Tal vez sí… tal vez no- Jin tomó los platos que ahora se encontraban vacíos para irlos a lavar- ¿Por qué lo mencionas? ¿Piensas que lo que nos paso es obra del destino?
-Monster suspiro en cierta forma rendido ¿Le crearía si le contaba todo? -No lo que nos pasó, sino nosotros, lo que podría haber entre nosotros… sería el destino- El dios peli verde, trago en seco al no recibir respuesta de Jin que se encontraba de espaldas.
Jin: Tú…- La voz del chico lo hizo tensarse- ¿Estas invitándome a salir? -Monster abrió la boca para decir algo, pero de inmediato se calló cuando Jin lo paró.- Porque si es así déjame decirte que aceptare… ¡pero luego no te arrepientas de salir con un hombre!… sé que seremos mal vistos… ¡pero puedo llenar tu estómago con buena comida!… ¡Santos dioses, no pienses que te estoy proponiendo matrimonio o noviazgo! ¡Puede que en el futuro suceda! ¡No es que este viendo nuestro futuro!
-La sonrisa de Monster volvió- Jin- Cuando el chico escucho su nombre, paro de hablar en seco- ¿Te gustaría salir conmigo?
-El dedo de Jin volvió a ir al hoyuelo de Monster, haciendo sentir burbujeante al dios ante el tacto- Eso mismo te iba a proponer.
Jin: ¡Cómo que no tienes en donde quedarte! ¿Qué hay de dinero? -Monster negó-
Monster: No tengo nada de eso en la Tierra.
Jin: Y con eso es más que suficiente para considerarte pobre- El chico respiro algo frustrado, dejando pasar a Namjoon a su pequeño departamento- Puedes quedarte conmigo, pero a cambio necesito que seas ordenado y cooperes con los gastos del lugar. Así que necesitarás conseguir un trabajo.
Monster: ¿Vives solo?
Jin: Sí. Me vine a vivir a Seúl hace cuatro años. Soy de Busan.
-Monster camino hacia la mesa que estaba cerca de la cama, viendo una foto de Jin con su familia- ¿Tienes un hermano menor?
-Jin hizo un puchero- Es el mayor. Yo soy el menor.
Monster: ¿Cuántos años tienes?
-Jin le sonríe al peli verde- 19 años, ¿Y tú?
Monster: 23 - El alto, puso la foto en donde estaba, dejando su mirada en Jin que parecía esperar algo de él- mmm… tengo muchos hermanos… y es complicado hablarte de ellos.
Jin: ¿No se llevan bien?
-Monster suspiro como respuesta ¿Cómo hablarle de la familia de Apolo? -Más que llevarnos bien… Digamos que la cantidad de hermanos es desconocida para mí.
Algo que marco la infancia de Monster fue el hecho de pasar más tiempo con su abuelo Zeus que en su propia casa, donde vivía Apolo y sus esposas, las Musas, junto con sus hermanos. Catástrofe total. Incluso su propia madre había huido de esa casa donde todos buscaban el poder tratando de eliminar a otros… hasta que ese día llego, en donde el mismo Zeus castigo a la familia de Apolo, dejándolo a él como el último descendiente de esa familia.
Sus hermanos y hermanas, ninguno de ellos pudo tener hijos, y él no era la excepción.
Todos ellos fueron a hablar con Zeus, pero el hombre no dio su brazo a torcer incluso cuando los mal agradecidos de sus hermanos lo metieron a él en la discusión y lo único que lograron fue enviarlo a la Tierra presente, en busca de su destino. Algo que por primera vez les agradeció porque así conoció a Jin, que le enseño a sonreír en lo que se quedó con él.
Todos los días que paso con el castaño fueron dulces, difíciles, tranquilos, ajetreados y sorpresivos. La última palabra llego cuando intentaron robar en el departamento de su amante, porque hasta ese punto, en eso se habían convertido en los quince días que ya llevaba en la Tierra presente.
¡Aléjate de mí, hijo de puta! -Aquel tipo había forzado la puerta, entrando cuando ellos dos no estaban- ¡Quieres morir! -Jin se tensó cuando vio el arma que saco el hombre, apretando el hombro de Monster que estaba enfrente de la situación, tratando de agarrar al ladrón sin miedo alguno- ¡Tú te lo buscaste! -Jin intento jalar al alto, pero fue demasiado tarde-
-Por inercia el castaño había cerrado los ojos, empezando a llorar- ¿Qué sucede Jin, te lastimaste? -La mano fría de Namjoon en sus mejillas lo hizo mirar, encontrándolo con una cara de preocupación. Miro al alto en busca de alguna herida, pero no había nada. Y no mentía cuando decía que no había nada-
Jin: ¿D-donde esta él?
-Namjoon suspiro haciendo aparecer entre sus manos una neblina dorada, sorprendiendo al castaño- No pude hacer nada para evitarlo. Yo…
-Jin tapo la boca de Namjoon con sus manos temblorosas, moviendo la cabeza en forma de negación- N-no hablemos de él… ¿Estas bien? -Las lágrimas del chico volvieron a salir, mirando al peliverde con preocupación.
Namjoon: Jin, acabo de matar a una persona con poderes que desconoces, ¿Y es lo que me vas a preguntar? -Jin asintió, haciendo que el dios terminara por abrazarlo- ¿Cómo es posible que seas tan puro, mi Jin? ¿Qué voy a hacer contigo? -Los ojos del alto dieron con los de su pareja. Con solo verlo sintió que realmente tenía que protegerlo a toda costa… pero a la vez, no pudo evitar besarlo, pero no como lo había hecho antes, esta vez lo beso con otras intenciones que el castaño ya conocía y no replico cuando su amante lo tomó en aquella cama donde ahora estaban acostumbrados a dormir juntos- Te amo, Jin- Los jadeos del castaño se detuvieron, viendo con sus ojos brillosos al dios-
Jin: Y yo te amo a ti, Namjoon- El castaño, arqueo su espalda cuando su adorado amor termino por venirse dentro de él-
Ahora Jin conocía casi todo de Monster, como le empezó a llamar una vez que supo su verdadero nombre. Lo aceptó, viviendo felices en aquel pequeño departamento que costeaban ambos: Jin como cocinero de un colegio en donde Monster impartía clases de lira-
Jin: ¿Cuándo acabe, puedes tocar la lira para mí? -El castaño había pintado su cabello a uno rosa, ahora que había terminado la escuela de gastronomía podía hacerlo… pero no solo la pintura cayó en él. Convenció al peliverde de pintar su cabello con lo último que había quedado del producto-
-Monster, que se encontraba sentado de frente a su amante, lo abrazo, asintiendo- Tocaré todos los días para ti, incluso en el Olimpo.
Hace 29 día que el dios había llegado a la Tierra presente, y lo último que le dijo a Jin fue que tenía que regresar al Olimpo, pero tenían que hacerlo juntos. Monster se asustó, tuvo miedo de que el ahora peli rosa se negara, pero no fue así: “está bien” fue la respuesta del chico que no estaba dejando nada fijo en la Tierra, listo para irse con él cuando este se lo dijera. Incluso se habían despedido de Ken, contándole todo. Puede que les creyera… o puede que no, pero los felicito y les deseo un feliz viaje.
-Monster, dejo de abrazar a Jin, viéndolo a los ojos- ¿Por qué aceptaste tan rápido?
-Jin dejo el recipiente donde antes estaba la pintura, viendo ahora a su novio- Porque es la naturaleza de un humano seguir su camino, y tú ahora eres mi camino.
Monster: No volverás a ver a tú familia y amigos. Ellos envejecerán y morirán mientras tu seguirás igual de joven.
-Jin suspiro, pasando aquel miedo. Por supuesto que había pensado en aquello, pero, aun así, quería estar con Monster. Desde la primera vez que se encontraron quería estar con él- No creo en la eternidad, Monster, pero sí creo en el amor que te tengo, y si eso es la eternidad, entonces está bien para mí.