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Un contrato de Asesinato por Tamao

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Notas del capitulo:

Holaaa! Perdón por demorar tanto en actualizar. Había agregado un cap en wattpad pero olvidé hacerlo aquí también.

Aquí va la continuación. Perdón por la espera (:

Espero lo disfruten (:

Aunque tenía muchas cosas que decirle al albino, Gon se quedó callado y siguió caminando a su lado sin volver a mirar atrás. No había podido percibir la presencia de más miembros de la araña y supuso que Killua tampoco. Además, había recibido un mensaje de Kurapika diciéndole que los vería en el hotel acordado.

 

Supuso que mientras menos se expusieran a ser descubiertos, era mucho mejor. Además, con la información de la hermana de su amigo, podían partir de inmediato a buscar al tal Basur.

 

Volvieron a tomar un bus que los llevó al hotel.

 

-       ¿Estás bien? - le preguntó de pronto el ex asesino. Gon sólo asintió. - Lamento las cosas que dije frente a Kalluto, pero debía verme vulnerable para que me creyera la historia. -

-       Killua… -

-       No es necesario volver a hablar de ese tema. - le dijo con una sonrisa mientras lo miraba con cariño. - Ya está resuelto para mi, solo quise sacarle provecho al blando corazón de Kalluto. -

-       Lo entiendo pero… - el moreno parecía dudar en sus pensamientos, pero su amigo se mantuvo paciente. - No creo que esté bien la idea que tienes de sacrificar a otros por mí. - le confesó.

-       Oh, eso. - murmuró y miró hacia otro lado. Pensó que, si Gon entendiera sus sentimientos, quizá no lo hubiese tomado como algo malo y esa idea le hizo sentir un nudo en la garganta.

-       Killua, yo también haría cualquier cosa por ti. Pero buscaría la manera de salvarte o ayudarte sin tener que lastimar a otros. - le confesó el azabache y el chico de ojos zafiro sonrió con nostalgia al recordar pequeños momentos en Greed Island o cuando comenzaron todo el asunto de las hormigas quimera.

-       Casi te perdí una vez, Gon… no voy permitir que pase de nuevo, aunque me odies. - sentenció el albino sin poder mirarlo.

-       Nunca podría odiarte, eres mi mejor amigo. - le soltó el Freecss con tanta sinceridad y emoción, que Killua no sabía si odiarlo o simplemente sonreírle.

 

 

Cuando llegaron al hotel y siguieron las indicaciones del rubio, la recepcionista los guió hasta una de las habitaciones donde Leorio y el del clan Kurta los esperaban. Parecían aliviados al verlos entrar y pronto cerraron bien la habitación para ponerse a conversar.

 

-       Fue muy astuto dejarnos escuchar la conversación, Gon. - le dijo Kurapika mientras le regalaba una sonrisa.

-       Jeje.- dijo levemente avergonzado el moreno mientras se rascaba la nuca.

-       También manejaste muy bien la situación para que tu hermana no los vinculara con Kurapika. - comentó el de lentes asombrado mirando a Killua.

-       No podemos descartar la posibilidad de que no me haya creído y nos dio una pista falsa. Pero tengo la impresión de que decía la verdad, la conozco bien como para leer sus gestos, sin embargo, no sé cómo haya cambiado desde que se unió al Ryodan. - el albino parecía concentrado en otra cosa que no fuera el presente.

-       Tienes razón. - dijo el rubio. - Pero tengo la impresión de que Yorkshin tiene importancia en la historia de las arañas, así que no será tanto tiempo perdido ir hasta allá. Además, nos ayudará a evadir a Illumi en caso de que ya nos haya seguido la pista. - el análisis de Kurapika pareció convencer al albino, quien suspiró y se recostó en el asiento.

-       ¿Cuando partimos? - preguntó el Zoldyck desganado.

-       Opino que viajemos en la mañana. Descansemos del vuelo anterior y pensemos bien nuestros pasos. -

 

Los cuatro jóvenes se quedaron el resto del día en la habitación, pidieron comida y se pusieron a conversar un poco sobre sus vidas durante esos dos años y soltaron alguna que otra información sobre hechos o personas que conocían entre todos.

 

Cuando había caído la noche y Leorio con Gon se habían pegado con un programa de concursos en la televisión, Kurapika notó que el albino estaba cabizbajo y un poco ido. Se había quedado en el balcón un largo rato y no había dicho mucho durante el día.

 

El rubio se acercó hasta él y cerró un poco el ventanal, lo suficiente para que Leorio y Gon no escucharan la conversación que pretendía tener con el menor.

 

-       Pareces distraído. - le dijo para llamar su atención. Killua apenas desvió su mirada para verlo.

-       No es nada. - respondió desganado. Kurapika suspiró y se apoyó en el barandal, buscando en el horizonte las ideas que parecía estar proyectando su amigo.

-       Sobre lo que le dijiste a tu hermana. - mencionó el rubio, notando un leve sobresalto en su compañero. - ¿Lo has hablado con Gon? -

-       ¿Sobre lo que pasó con las hormigas quimera? Sí, ya está conversado. - contestó Killua con sinceridad. Sin embargo, el mayor intuía que algo más molestaba al albino.

-       Y… ¿sobre tus sentimientos por él? - se atrevió a preguntar. La reacción del menor fue inesperada, aquellos ojos abiertos de par en par y con las mejillas sonrojadas era algo que nunca olvidaría. No pudo evitar lanzar una carcajada.

-       ¡No le veo el chiste! - exclamó avergonzado.

-       Hai… Sólo me sorprendió tu reacción. - le dijo mientras volvía a mirarlo.

-       Baka… - dijo el albino mientras volvía a mirar hacia el frente, completamente malhumorado.

-       ¿Entonces? Por tu reacción asumo que pasa algo pero… Por tu conducta creo adivinar que Gon no tiene ni idea…- divagó el Kurta. Después de un rato, Killua respondió.

-       No sé cómo hacerle ver… - comenzó a decir. - cómo hacerle entender que lo que siento no se siente por cualquier amigo. -

-       ¿Has intento ser directo? - le preguntó calmadamente Kurapika. Killua se sonrojó un poco.

-       No decirle pero… Volver a verlo ha despertado tantas cosas en mí que a veces pierdo el control y mis malditas hormonas. - el menor se detuvo al darse cuenta de que había comenzado a subir la voz. Carraspeó y calmó su respiración para continuar. - Gon sigue siendo demasiado inocente. -

 

Kurapika no pudo evitar pensar en Leorio. Ellos eran más grandes cuando se dieron cuenta de los sentimientos del otro y de alguna forma eso facilitó el entender que había algo más… Aún cuando en el avión Kurapika le había dicho que no pasaba nada, Leorio tenía razón al decir que aún se ponía nervioso cuando tenía cerca al de lentes.

 

-       Creo que será difícil hacerle ver esa diferencia. - comentó el rubio. - Pero, a mi parecer, lo que siente Gon es igual a lo que tu sientes. Quizá podrías comenzar a ser más directo si lo que quieres es que el vea tus sentimientos. -

-       Más directo… - murmuró pensativo. - No sé cómo hacerlo. Siento que si me atrevo a ser directo, Gon puede asumir que los amigos son… Directos. - el tono carmín se volvía cada vez más intenso en las mejillas del de ojos zafiro. - No busco que sienta lo mismo que yo, sino que vea que el cariño que le tengo es distinto y siempre lo será. Demonios, ni con dos años separados y casi incomunicados pude olvidarlo. - Kurapika volvió a sonreír. De alguna forma, le enternecía saber que ese cariño era tan grande y sincero que no buscaba desesperadamente ser correspondido, sino que buscaba que el otro aprendiera algo nuevo, una experiencia y conocimiento que podría cambiar su vida.

-       Sé que parece complicado… Y en realidad lo es. - comenzó a decir el Kurta. - Pero, al parecer, ya sabes lo que debes hacer. Ahora tienes que empezar a hacerlo. - Killua volteó a mirarlo y suspiró. Kurapika tenía razón, estaba siendo cobarde evitando a Gon desde que estaban en el bus.

-       Gomen.- dijo de pronto el ex asesino, sacando de lugar a su amigo. - No debería ocupar mi mente en esto siendo que estás en una situación tan delicada. -

-       No te preocupes. Les había dicho que quería hacer esto solo, y puede que sí tuviera las facultades de hacerlo. Sin embargo, les debo mucho y ustedes han sacrificado bastante para ayudarme. De alguna forma, quería volver a pasar tiempo juntos como antes. - respondió el rubio haciendo que el otro le sonriera. - Además, sé que no dudarías en matarme si eso ayudara a Gon. - le soltó a modo de broma y Killua se puso tenso.

-       No era en serio… Sólo lo dije para que ella me creyera. - el Kurta siguió riendo mientras su amigo refunfuñaba.

 

 

Al otro lado del ventanal, Leorio había visto la escena y no pudo evitar que sus labios se curvaran en una sonrisa al notar la calma que mostraba Kurapika mientras reía con Killua.

 

 

La habitación del hotel tenía dos cuartos en ella, dispuestos para dos personas cada uno. El albino y el moreno fueron hasta la suya para dejar sus cosas y prepararse para dormir. Estaban agotados de tantos viajes y sus cuerpos parecían un poco resentidos. Pese a eso, se pusieron a entrenar mientras conversaban animadamente.

 

-       Nee~Killua. - lo llamó cuando terminó de hacer tres mil flexiones. - ¿Por qué tu hermana estaba aquí? -

-       No tengo idea. - respondió el chico mientras se secaba el sudor con una toalla.

-       ¿Crees que le cuente a Illumi que te vio? -

-       Es posible. Por eso debemos irnos rápido y encontrar un lugar donde evitarlo en Yorkshin. No debemos hacer cosas que llamen la atención. - Killua se sacó su camiseta toda sudada mientras registraba en su maleta por alguna limpia que ponerse después de bañarse.

 

Gon no pudo quitarle los ojos de encima, el cuerpo de Killua estaba mucho más marcado, con el sudor parecía brillar y se veia demasiado sensual con ese gesto serio que buscaba ropa limpia. Sin darse cuenta, Gon se había puesto muy nervioso y sonrojado.

 

El albino se volteó con una sonrisa al encontrar lo que buscaba y se puso de pie para ir a bañarse cuando vio a Gon todo incómodo cerca de sus cosas.

 

-       ¿Qué pasa? - le preguntó confundido.

-       N-nada. No te preocupes. - comenzó a decir mientras negaba con la cabeza.

 

Killua se acercó con calma y se puso en cuclillas para mirar fijamente a Gon. Aunque el moreno estaba todo sudado, aún tenía un olor agradable, ese olor que siempre lo caracterizó pero ahora tenía una esencia más varonil.

 

-       Gon… ¿acaso estabas… mirándome? - le preguntó. Sus ojos brillaban intensos ante la respuesta del azabache quien cada vez se mostraba más ruborizado.

-       No es lo que piensas. Es que estaba pensando en lo mucho que habías cambiado en dos años y bueno, yo… -

-       Tú también deberías haber cambiado. - le susurró muy cerca.

-       N-no tanto… - el moreno ya estaba hiperventilando cuando la sonrisa de Killua se ensancha bajo esa mirada felina que parecía a punto de devorar a su presa.

-       Déjame ver entonces… - le dijo mientras su mano llegaba hasta la cadera del otro chico y tomaba su camiseta empapada para subirla lentamente.

 

Gon se quedó quieto cuando las manos del albino tocaron su abdomen marcado, desnudo ante la mirada de su amigo. El moreno estaba prácticamente acostado de no ser porque soportaba su peso con los antebrazos, mientras que el ex asesino se encontraba casi sobre el, estudiando su cuerpo con una curiosidad y admiración que el Freecss llegó a sentir que algo le incomodaba entre las piernas.

 

-       Veo que has trabajado arduamente. - le dijo Killua mientras le sonreía de forma ladina y se acercaba a su rostro con paciencia. Fue cuando Gon notó que estaba teniendo una erección y rápidamente apartó al Zoldyck para ponerse de pie y entrar al baño.

 

Killua fingió no haberlo notado, pero no pudo evitar darse cuenta de ese pequeño bulto entre las piernas de Gon.

 

Un deseo desenfrenado lo atacó y pareció encender un nuevo interruptor en su mente y su cuerpo. Un interruptor de lujuria, deseo y perversión sobre el moreno.

 

“Necesito quitarle la inocencia… En todos los sentidos

Notas finales:

Aish! Pronto muy pronto publicó la continuación.No me odien :(

Sigan leyendo y no olviden dejar sus comentarios (:

Saluditos !


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