El silencio imperturbable de la tarde es quebrantado por una voz.
—Señor Wu ¿Puedo hablar con usted?. —La directora asoma la cabeza en el salón de la clase de LuHan.
La directora no sabe que muy pronto dejará de llamarse así, no le ha contado porque es vergonzoso , solo un poco, saber que su matrimonio a fracasado, que ha sido una farsa, que el es un pusilánime que está solo y con las manos vacias, pues al voltear a ver su vida no encuentra acontecimiento importante, siente que no ha avanzado, pareciera que se ha estancado en un pozo profundo, donde no pudiese aunque intente ver la luz, solo pequeños destellos difusos que parpadean de vez en vez.
Se siente un hombre fracasado. Tal vez no sea así, pero el así lo siente.
—Claro, pase.
Ha terminado la jornada escolar, pero como tantas veces se ha quedado a preparar materiales para el día siguiente. Hacia unos poco meses la alegría de correr a la salida como un niño tenia una razón, tenia un nombre, ahora pareciera que no la hay, pues el motivo se encuentra inmerso en deberes y obligaciones , del que no se ha podido liberar y tal vez nunca pueda.
—Un hombre lo busca en la entrada… —Silencio que denota que dirá algo mas —Por favor no quiero escándalos.
No deja que termine cuando se precipita a la entrada. No quieren escándalos, lo ha entendido.
El corazón le salta en el pecho, teme sea YiFan. Solo han tenido contacto mediante al abogado que ha contratado SeHun para los tramites del divorcio, suele evitarle lo mas que puede, cuando lo ha llegado a buscar al departamento (Aun no está seguro quien le ha dado la dirección, sospecha, pero no confirma) para evadirlo, sale del estacionamiento con prisa, ha pedido al guardia del edificio donde ahora vive que no le permita la entrada, los víveres los pide por teléfono y se los entregan a domicilio. No quiere confrontar, no tiene la energía.
Recuerda como un día, en un audaz intento por contactarlo, llegó con una ramo de lilas tristes, tan tristes como el, como su vida, como todo. Lo rechazó, no había vuelta atrás.
Las tristes lilas yacen secas en un jarrón como recordatorio al desazón y la ruptura.
Ve la espalda de alguien recargado en la reja de la entrada, lleva traje y cabello oscuro, no es YiFan, ni de poco se le parece.
Llega a la puerta y se sorprende.
—Hola LuHan.
—Hola JongIn —Lo ve extrañado, pese al contacto que han tenido desde la visita al hospital, siendo su confidente y cómplice, su contacto es esporádico lo que existe entre ellos.
—SeHun ha estado preocupado, te llama y no contestas, creo has apagado tu teléfono… me ha pedido te acompañe a la clínica, el…bueno lo sabes.
Vaya que lo sabia.
Una irrupción más,
Una altercado más,
Un reproche más,
Un grito más.
Todo era mas, pero ellos no, ellos cada vez eran menos…
Menos tiempo,
Menos caricias,,
Menos palabras,
Menos esperanzas.
—Si, lo se…y de verdad lo entiendo. —Han quedado de ir juntos a la clínica, pero le ha llamado diciendo que BaekHyun insiste en que JiHoon se siente mal, sabe que no es asi, pero no puede ignorarlo, han discutido en la oficina luego se han ido a casa.
Lo entendía, pero no dejaba de lacerar su alma frágil, quebrantada.
—Bueno…¿te espero?...faltan dos horas, pero pensé que…no se quisieras comer antes.
—Me parece, voy por mis abrigo y nos vamos.
JongIn asiente. Nuevamente se recarga en la entrada.
La directora lo ve desde la ventana de la oficina, siente sus ojos recorrerlo, pero calla. Guarda con premura sus cosas en el bolso.
—Señor Wu…usted es un hombre casado, espero no pise terreno peligros, después no hay vuelta atrás…es muy atractivo, pero usted juró fidelidad al desposarse.
Quiso explicarle, pero no quiso finalmente, que mas daba lo que pensaran, estaba hundido aun así. No hay fidelidad, ni más votos que respetar. Solo asiente.
Comen en un restaurante familiar, JongIn está preocupado por SeHun, es genuino, quiere que sean felices, desea lo mejor para su amigo.
—Gracias JongIn, solo te pido lo apoyes, aun cuando no estemos juntos…
—¡No LuHan! —Pucherea JongIn —No puedes decir eso, mi amigo te necesita , no lo vuelvas a dejar, debes luchar por el —Toma la mano de LuHan y la aprieta en una clara camaradería—Lo he visto sufrir varios años, no lo dejes por favor.
LuHan le sonríe, trata de prometerle que todo estará bien, se resolverá. Pero sabe que es poco probable. La luz de la esperanza se extingue lentamente.
Tiene el apoyo de JongIn y lo agradece, este insiste en pagar y LuHan no puede demeritar el trato.
Se dirigen a la clínica. Se siente un poco menos temeroso, ni tan solo después de todo.
Llegan adelantados. Esperan en la recepción del consultorio que le han asignado, su medico tratante es el mismo que lo atendió cuando ingreso al hospital. A LuHan le desespera un poco el movimiento constante de la pierna de JongIn, se ve nervioso, es mas bien un tanto gracioso.
—Pueden pasar— Dice una enfermera.
JongIn pasa una mano por el hombro de LuHan, mientras que la otra se dirige a sus propios dientes para mordisquear las uñas. LuHan lo ve divertido.
—¿Y es grave doctor?
—Ya le he dicho que cuando me traigan los exámenes lo sabré, soy medico, no vidente.
LuHan sonríe a JongIn, acaban de escuchar hace un minuto como el doctor pide los resultados de los exámenes a la enferma y esta ha ido a buscarlos, JongIn ha escuchado, pese a ello insiste en la pregunta.
La enfermera regresa con un expediente que entrega al doctor.
—¿Será grave? —JongIn es un niño.
—Si tuviera vista de rayos x, podría decirle que dicen, pero como no la tengo, hasta que pueda abrirlo no sabré. —Lo mira mal desde debajo de los lentes. Esa pregunta se la ha hecho varias veces en menos de 10 minutos, haciéndole perder la paciencia.
LuHan está nervioso ahora mientras ve al medico leer, es evidente, sabrá si tiene algún daño, pero mas teme por creer que puede ser irreversible, los constantes ataques de sueño cada vez son mas recurrentes y el agotamiento lo aqueja, no es grave pero siente su cuerpo muy cansado.
El doctor lee con el ceño fruncido.
—¿Hay algo malo?
Pregunta LuHan y su corazón martillea —bam, bam, bam—Puede escucharlo, constante y rítmico. Un segundo es un suspiro en la alegría, en el agobio, es un loza.
—Es negativa para tóxicos en su organismo.
Aun así no se siente seguro. —Pe-pero me he sentido un poco enfermo, con mucho sueño, débil—Su semblante lo delata.
—Es normal en su condición señor Xiao.
—Pero dice usted que no hay tóxicos en mi sangre…
—En su condición de embarazo, señor Xiao, felicidades, hay alguien gestándose en su interior—Una sonrisa amable que acompaña unas palabras que hacen colisionar la mente de LuHan.
Una marejada de emociones azota su ser.
Miedo,
duda,
alegría,
sorpresa,
todas y una a la vez.
—¡Woooow!—JongIn sonríe arrugando un poco la nariz, se abalanza al vientre de LuHan.
—¡Hola bebé, soy tu tio JongIn! —Piensa un poco —Pero puedes llamarme tío Nini —Hace musarañas y caras a quien no puede verlo.
—¿Esta bien señor Xiao?
—Si…solo que…no lo puedo creer….yo no podía …que era estéril y ahora…
Una corriente de calidez repta su ser.
¿Y si no es verdad? y…¿ si es solo un sueño?
—La naturaleza es caprichosa, todo en el momento y el lugar preciso…sin duda alguna. —El Doctor se recuesta en el sillón y lo observa.
LuHan se pone una mano en el vientre aun plano y lo acaricia. La sonrisa en inherente a su naturaleza, a su deseo, al hecho.
Por alguna razón… el universo se alinea, es su destino y lo toma gustoso, ahora que ha procesado la realidad, solo le toma unos cuantos minutos.
—Ahora debe llevar su control para que todo vaya bien, voy a revisarlo, tomare medidas, le daré unas vitaminas y…
El murmullo de la voz se oye al fondo.
Salen del consultorio, LuHan esta absorto en sus pensamientos, un evento que sin duda alguna transformará su vida.
—¿No estas feliz LuHan? —Le mira JongIn con un velo de tristeza en su rostro.
—Si, lo estoy y mucho, es solo que…nuca te has sentido feliz y tiste al mismo tiempo?, lo deseo y aunque sea cursi, realmente siento…que lo amo, pero no puedo evitar sentir algo de nostalgia, no se…¿tu nunca has tenido dos sentimientos opuestos? No se si me entiendas…
—Si claro, cuando la selección coreana calificó al mundial…pero me sentí triste porque de la emoción al brincar rompí mi taza de la suerte... esa que me dieron en la cafetería por se cliente frecuente, me la dio el chico de los ojos bonitos...obligado por su jefe, pero al menos me había sonreído y yo la rompí …—Farfullea y su labio inferior sobresale al decir esto último.
—No JongIn me refiero…olvídalo. —Da una palmada en la espalda al chico triste.
JongIn de pronto reacciona—Debemos hablar con SeHUn… ¡ diablos! me matará por no avisarle enseguida…—Saca su celular para marcar, pero LuHan detiene su mano que intenta marcar el numero telefónico.
—No, no es el momento.
—Pero el debe saber, es su hijo, si fuera mio querria saberlo inmediatamente… ¡Diablos! Se enojará porque lo supe antes que el…LuHan el debe saber… —Observa a LuHan suplicándole con la mirada.
Debe saber. En presente, no en futuro.
Debería. En Pospretérito, debería pero tal vez no deba.
Nuevamente la duda, no podía pedirle elegir entre el nuevo ser que se gestaba en su interior y el pequeño Dae o JiHoon.
Para que cargarlo con más responsabilidades.
—Lu, por favor… —JongIn puchereo.
—Solo dame tiempo, por favor, necesito saber como decírselo… mejor acompáñame al supermercado, necesito hacer unas compras, necesito fruta fresca y víveres para cocinar algo saludable —No puede evitar sonreír , pues se da cuenta que empieza a pensar en ese pequeño, como su vida va a empezar a cambiar eso le hace sentir…feliz. Se acaricia el vientre plano.
—Esta bien, pero quiero estar presente cuando le des la noticia, si lo prometes, a cambio compraré dulces para ti.
—Claro, JongIn, claro.
LuHan va andando por los pasillos del supermercado con un JongIn empujando un carrito, no le ha dejado cargar ni un limón, cuidando de el, internamente le agradece su apoyo, hacia poco ni siquiera lo conocía, ahora, básicamente por SeHun sabe que es un buen amigo y puede confiar en el, siente su apoyo y el afecto que le tiene a SeHun.
Llegan a su edificio, LuHan prepara la cena en agradecimiento, JongIn solo come comida prefabricada, vive solo así que prefiere eso o salir a comer por ahí.
—¡Woooow! Cuando vivas con SeHun le tendré envidia porque siempre le harás una cena deliciosa, tu comida sabe muy bien.
Cuando vivan juntos… ¿Habría alguna posibilidad? LuHan no sabe si debería tener esperanzas, tal vez no deba.
Cuando JongIn se va, LuHan no puede evitar sentir ansiedad, cree que debería caminar, deberá hacer algún tipo de ejercicio si quiere estar saludable para el momento del parto, sabe que será complejo.
Se coloca un gran abrigo negro, saluda al guardia de la entrada, camina sin pensar, sin rumbo, dilucidando, no pensó en peligro o en la posibilidad de encontrarse a YiFan, solo debía pensar.
Ahora entiende que YiFan no le ha hecho daño, que el interés por prepararle el almuerzo o la cena o cualquier bocadillo era genuino, se siente un poco culpable, no puede evitarlo, el no es así, no agradeció y dudó, no estuvo bien, pero no puede borrar sus acciones, no la desconfianza que dibujo alrededor de YiFan, no puede aunque quiere.
Tal vez le llame, tal vez no.
Pero ahora el pensamiento que inunda su ser, es SeHun, no ha querido encender el celular para evitar hablar con el , JongIn le ha llamado antes de ir al supermercado para decirle que no hay peligro de algún tipo de envenenamiento, pero no puede evitar sentirse mal por ocultarle el resultado medico, es tan buen amigo.
Una ligera Nevada cae sobre el, pero el frío no cala, hay más de qué preocuparse que de la simple nieve.
LuHan se debate en si mismo …
¿Debería decirle?
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