Prólogo: El no desear algo también tiene consecuencias
Afuera de una mansión. 01:03 a.m. Después de una fiesta
Una de las cosas más conocidas por el mundo era el no meterte con las hadas, cualquiera con un poco de materia gris lo sabría, así que el hecho de ver un hada en una jaula fue una grande sorpresa para Bastian el ver a una en una jaula de hierro. Sabía que el ignorarlo sería una estupidez con probables consecuencias fatales, pero mas que nada el la sacó de allí porque lo habían criado para ayudar a los que están en problemas.
Cuando ella le dio que lo recompensaría por su ayuda, le preguntó si tenía algún deseo en particular, ella se lo daría sin problemas. Él le creyó, pero tras pensarlo no se ocurría nada, y así se lo dijo.
- La verdad estoy conforme con lo que ya tengo.- en ese momento tuvo la sensación de que tenía que pedir algo, pero la ignoró- Tengo un buen empleo, una familia con la que me llevó bien y a decir verdad, nunca fui muy ambicioso.
Al hada se le iluminó el rostro, era una expresión muy parecida a la de un niño con juguete nuevo. En ese momento supo que no debió de haber ignorado esa sensación, le había dado carta libre de decidir que le daría. Cuando el hada empezó a moverse mientras pensaba, él se comenzó a sentirse más nervioso de lo que nunca se había sentido en su vida, trato de distraerse con cualquier cosa en el paisaje.
- !Ya sé cual será tu recompensa¡- El hada repentinamente dijo, él no pudo evitar dar un salto de la sorpresa “Debiera de prestarle más atención” pero no podía evitar el desviar la mirada un poco, era demasiado brillante y le estaba lastimando los ojos.- Es algo genial y lo desearías en un futuro cercano, tengo que recompensarte con algo grandioso después de todo fuiste el único que tuvo la decencia de sacarme de esa jaula. - Al decir eso su ceño se frunció y sonrió ligeramente, su expresión denotaba el mayor desprecio a todos los que tuvieron el descaro de ignorarlo. De repente se dio cuenta de porque no se le había cruzado en la cabeza el irse de ese patio en la mansión de uno de sus clientes.
-!Una esposa! - Su expresión se iluminó de la emoción, como si su expresión de odio no hubiera estado ahí en primer lugar. No que el se hubiera dado cuenta, estaba mucho más concentrado en lo que había dicho.- No cualquier esposa, eso claro esta. !Te encontraré la mejor esposa del mundo para ti¡
- ¡Cómo que una esposa!- No pudo evitar decirlo, él no se quería casar por favor, “Tomo varios inhibidores de hormonas para evitar la responsabilidad que es mantener una relación”-
-Tienes un problema con mi generoso regalo- Su expresión totalmente despreocupada, pero tenía un deje frió. Así que él trato de hacer un poco de control de daños.
- Es que no me gustan las mujeres...- “En serio es lo primero que se me ocurre decir” Pero al parecer el hada se divirtió con su respuesta, así que decidió no decir nada más.
-Vamos, creíste que no lo sabía.- “En serio, los humanos y su hábito de subestimar nuestros poderes, pero fue ingenuamente divertido, así que lo dejaré pasar”- Por supuesto, que tomaré en cuenta tus preferencias, señor alfa.
Antes de que pudiera replicar en contra de eso, la figura del hada se iluminó y tomó la forma de una columna, era tan fuerte la onda de choque que no pudo evitar el caer en sus glúteos, sus ojos se habían abierto a su máximo y su boca estaba ligeramente abierta. Aparte de eso, se mantuvo inmóvil de la impresión.
Mientras se desintegraba el hada, oyó una voz en su cabeza que no era suya. Parecía retumbar en sus oídos.
“Después de todo nosotros siempre cumplimos nuestra palabra” Se oyó un trueno y se sintió temblar la tierra cuando la columna de luz se terminó de desintegrar.
Bastian se quedó sentado por un largo rato, antes de recordar que tenía que salir de ahí lo más pronto posible, su anfitrión no estaría muy feliz de ver que el hada que tan cuidadosamente había capturado hubiera sido liberada.
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Maison de Wing. Dos años después. 23:34 p.m. Después de un largo día de trabajo.
Bastian había prácticamente olvidado su encuentro con el hada, y parte de él pensó que el hada también se había olvidado de él. “Sino me la encuentro en esta vida otra vez me daré por bien servido”
Estaba perfectamente cómodo en su sillón favorito al lado de una chimenea, había tenido que tranquilizar a muchas personas de que no iba a vender la compañía familiar, al tiempo evitar que los accionistas que si la querían vender, no se enojarán demasiado. Aparte de evitar las insinuaciones de algunos omegas, o peor de los los padres de ellos; en serio están desesperados.
“Eso si sería una recompensa genial” Se acurrucó más en su sillón, estaba cubierto con una cobija, estaba algo sonrosado, pero tenía que ir a su cama para descansar para el siguiente día “No me quiero mover estoy muy cómodo” Mientras contemplaba si valía la pena el levantarse para ir a su habitación a dormir en una cama de verdad…
¡BOOM!
“Que carajos, estoy bastante seguro que el pronóstico del tiempo no dijo que hubiera probabilidades de tormenta” pensó alarmado, pero se calmó rápidamente. “De todos modos estoy adentro y no creo que nieve así que no tengo de que preocuparme” Volvió a debatir los puntos finos de porque debía de levantarse, apagar el fuego e ir a una cama normal a dormir; finalmente se había convencido de levantarse e ir a la cama a riesgo de amanecer con un cuello extremadamente adolorido.
Mientras apagaba el fuego, de repente una luz muy intensa iluminó todo, como si fuera una de esas lámparas que se usan en los estadios para iluminar la cancha de noche. Lo adormilado que estuviera se le quitó de repente, la luz lastimaba sus ojos y no pudo evitar cerrarlos.
“Maldita sea” su ceño estaba fruncido y su cara demostraba lo molesto que estaba “Voy a ir a reclamar a quien sea que haya instalado esa lámpara, maldita sea es entre semana. Algunos si necesitamos dormir. Pero cuando vio quien estaba justo en su jardín delantero se quedó estupefacto.
-Creíste que no iba a encontrarte para darte tu recompensa.- El hada hacia una mueca de superioridad, parecía bastante divertido con la situación.- Perdón por iluminarme, pero en serio creí que no ibas a salir de tu casa y eso fue lo único que se me ocurrió para llamar tu atención.
Pero Bastian ya no le prestaba atención en lo absoluto, percibió un olor muy particular, algo dulce y que inconscientemente lo hacia salivar, sin darse cuenta sus ojos se dirigieron a la fuente de ese olor y se encontró viendo a un hombre joven, tal vez de 24 años, que estaba con una expresión muy tranquila para la situación, la brisa revoloteaba en su cabello negro, y esos eran reflejos azules lo que veía.
Su recorrido inconsciente sobre su perfil, continúo hacia una frente pequeña, una nariz respigada, un cuello perfectamente proporcionado; el olor lo estaba mareando, a pesar de lo que parecía ser un grueso abrigo se notaba que sus hombros no eran tan anchos, pero sus caderas sí.
“No, deja de pensar en cosas que no vienen al caso” desvió su mirada de repente para dirigirla al hada otra vez, tenía un mal presentimiento de lo que esto se trataba. La expresión divertida en su cara se había hecho más evidente, cosa que no había creído posible.
-Veo que notaste su presencia.- Su sonrisa se ensanchó más al notar el rubor de su rostro. Bastian no pudo evitar ver que el joven no parecía hacer caso de la situación mientras observaba el sauce que estaba en su jardín trasero, se había metido en bastantes problemas con la asociación de vecinos por eso, al verlo sentía como algo atorado en su garganta. - Déjame presentarte a tu esposa, ¡David!
El joven escuchó su nombre y dirigió su mirada hacia ellos, sacudía la cabeza un poco como liberándose de un estupor, ahora que lo notaba todo su cuerpo denotaba tristeza y melancolía.
Pero tenía problemas más importantes de los que encargarse…
-Esto es secuestro. Es un crimen, el raptar a alguien para que sea la esposa de alguien es ilegal.- le reclamó al hada, pero no notaba que el joven sonreía un poco después de escuchar eso.
-Sino fuera porque son válidas tus preocupaciones estarías en problemas. - Sebastian no inmuto ante eso, una cosa era ser amable con las hadas y otra ser condescendiente. Un chispazo de sorpresa se mostró en los ojos del hada, pero no perdió la compostura. - No te preocupes, porque crees que tardé tanto, tenía que encontrar a alguien lo bastante bueno y lograr que ese alguien aceptará el ser tu esposa. He de decir que me he superado a mi mismo y David no le molesta. ¿Verdad David?
-En lo absoluto. - Oyó decir a una voz hasta ese entonces desconocida, era suave pero aún así definitivamente masculina, una parte de su mente estaba sorprendida de que fuera fluido en alemán. - Parece una persona decente.
-Entonces todo está arreglado, así que me retiro. - Antes de que pudiera poner otra objeción el hada se desintegró rápidamente en una columna de luz.
-Si te preguntas porque hablo tan bien el alemán, - el joven comenzó a hablar, mientra aún se hallaba atónito ante lo que acababa de pasar. - El hada pensó que era buena idea el darnos la forma de entendernos mutuamente, y si te hace sentir mejor, no quise llevarle la contraria a alguien que literalmente puede leer mi mente.
Bastian fue girado gentilmente hacia su interlocutor, sus brazos siendo suavemente sujetados, el girar parecía más una sugerencia pero no pudo rechazarla. Ahora estaba viendo al joven de frente, su rostro tenía una sonrisa suave y a la vez bastante nerviosa, extrañamente eso lo tranquilizo.
-Mi nombre es David a secas, mucho gusto. ¿Cómo te llamas tú?. -
-Bastian Marchant, mucho gusto. - No le gustaba la situación para nada, pero es muy descortes el dejar a una persona afuera y la verdad es muy tarde. Mejor lo dejo para después del amanecer. - Te gustaría pasar, no creo que sea buena idea el estar aquí afuera.- Mientras decía esto se dirigía hacia la entrada, David siguiéndole. - Puedes por el momento quedarte en el cuarto de huéspedes, ¿tienes cambio de ropa?. - A lo cual David le mostró un maletín que no había visto.
“Al parecer no habla mucho, supongo que eso está bien.” Procedió a entrar y mostrarle en donde se quedaría, lo más rápido posible porque tenía bastante sueño y quería irse a dormir. A David no le molestó en lo absoluto, después de decir buenas noches y finalmente llegar a su cama Bastian y estar a punto de dormirse tuvo un pensamiento un tanto perturbador.
“¿Qué lleva a alguien a aceptar esa clase de proposición de un hada, e irse a casar con alguien que ni conoce?”