A partir de ese día, Kouyou iba todos los días a la reja después de la escuela y los fines de semana desde temprano, Akira siempre ya está ahí cuando llegaba y eso no podía hacerlo más feliz. Con Akira se sentía cómodo, siempre se divertía con él, a veces solo se quedaban entados platicando u otras veces caminaban juntos por el césped siguiendo la reja como guía.
En otras ocasiones simplemente solo se acompañaban, guardaban silencio y compartían audífono, estando acostados en el césped o sentados apoyados en la reja, en ocasiones Kouyou apoyaba su cabeza en el hombro de Akira y cerraba los ojos, pocos segundo después sentía el peso de la cabeza del rubio sobre la suya y eso lo hacía feliz.
Era su mejor amigo.
El único que tenía ahora que se ponía a pensar.
Pero bueno, eso no le importaba, era feliz y eso era lo único que debía de importarle.
Claro que su madre había notado un cambio en el, se veía más feliz que otras veces pero lo notaba raro…a veces se le olvidaban las cosas muy fácilmente, cuando llegaba a acompañarla de compras para la comida se desorientaba a pesar de que ese camino lo recorrían todos los días, a veces decía que pasaban cosas que realmente ella no lograba ver aunque Kouyou le dijera que estaba pasando.
En ocasiones lo encontraba en su habitación, llorando del miedo que sentía por estar solo en medio de la obscuridad, decía que veía sombras que se veían realmente amenazantes y eso lo aterraba.
Otras veces lo encontraba completamente deprimido, las veces que no lo dejaba salir se quedaba mirando a su ventana mientras lloraba y decía que Akira estaba parado fuera de la casa, esperándolo, pero cuando su madre se asomaba no veía a nadie.
Esto comenzó a preocupar no solo a la madre sino a toda la familia en sí, sus hermanas habían escuchado de los chicos del vecindario que llegaban a pretenderlas que veían a su hermano apoyado en la reja, hablando solo, como si estuviera con alguien y una persona le contestara.
A veces caminando por la calle como si estuviera conversando con alguien pero a su lado no había nadie, o en ocasiones “compartiendo audífono” con alguien mientras estaba sentado en el sueño apoyado en la reja cuando en realidad el audífono estaba colgando del que el traía puesto.
Al principio no querían creer esto, seguro solo eran chismes de la gente pero un día lo confirmaron, una de sus hermanas secretamente lo siguió y lo encontró solo hablando con “Akira”, o ese fue el nombre que alcanzo a escuchar.
Inmediatamente fue con su madre que la esperaba en la puerta, Yumiko l confirmo que en efecto, era verdad lo que decían, su hermano estaba platicando solo y tomo un corto video para demostrárselo así como varias fotos.
— ¿Qué deberíamos hacer? —pregunto la madre, apoyada en la mesa del comedor, se sentía realmente mal, su hijo…su pequeño se estaba comportando como un loco.
—Lo mejor sería llevarlo con un psicólogo a ver que nos dice…
—Un psiquiatra será la mejor opción…
—Solo iremos a que lo revisen… ya se verá después si necesita un psicólogo o un psiquiatra…
…
..
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~
—Creo que mañana no podré venir…—dijo Kouyou comiendo una barrita de KitKat, había comenzado a comerlos ya que a Akira le gustaban y siempre le ofrecía uno.
— ¿Y eso porque? —dijo comiendo el dulce tranquilo.
—Mis padres quieren llevarnos a mis hermanas y a mí una cita reglamentaria de médico, para revisar si todo está en orden, lo normal ya sabes…
— ¿Te has sentido mal?
—Para nada, pero mis padres son muy estrictos con esto de la salud…—suspiro y se apoyó en su hombro.
Akira sonrió y recargo su cabeza en la del castaño—Si supongo…
—Pero una vez regrese vendré contigo ¿bien?
—Bien, por ahora ¿puedes poner la canción del otro día?
—Claro…—sonrió y saco su celular junto con sus audífonos, los conecto y le paso uno, Akira se lo coloco y ambos cerraron los ojos después de que Kouyou le diera play.
Kouyou sintió por un momento que los observaban, algo en su cuerpo se lo decía, así que abrió los ojos y miro para todos lados, moviendo un poco a Akira ya que el rubio tenía su cabeza apoyada en la del castaño.
— ¿Pasa algo?
—No…es solo que—Kouyou se quedó callado un momento mientras seguía observando, de verdad que había sentido la presencia de alguien más además de ellos, y decir que estaban bastante lejos de las casa, estaban pegados a la reja que daba al bosque. —Sentí que alguien nos observaba eso es todo…
—Estamos algo lejos de las casas, por lo general nadie viene mucho por aquí—dijo el rubio quitándose el audífono y levantándose un poco para mirar.
—Lo sé, por eso me sentí algo nervioso de que alguien nos estuviera observando.
— ¿No sería alguien de tu familia?
— ¿Y cómo porque tendría que ser alguien de mi familia? ¿Por qué no de la tuya?
—Ya es bastante tarde y tú sigues afuera, además mi madre está en el trabajo todavía…tardara un poco más en volver.
— ¿Solo son tu madre y tú? —lo miro asombrado.
—Y mi abuela—sonrió.
— ¿Y tu padre?
—Nunca lo conocí—se encogió de hombros.
—Oh…lo siento. —bajo la cabeza apenado, no debió hablar de más.
—Descuida, no lo sabias—le sonrió—anda, vuelve ya a casa o te regañaran, además, tienes que levantarte temprano mañana.
—Cierto…—Kouyou se levantó del piso y guardo su celular, sacudió un poco de polvo de sus ropas.
—Entonces te veré mañana en la tarde ¿no?
—Si claro—sonrió.
—Recuerda que tendrás que encontrar me
—Lo sé, siempre lo hago.
Se despidieron y caminaron de nueva cuenta en direcciones contrarias con la misma promesa de siempre.
Encontrarse al día siguiente.
Fin del capítulo 2.