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Eterna Soledad por alliaries

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Notas del capitulo:

esta es la ultima parte, espero que les guste

Un temple serio adornada el rostro de Capricornio pero lo que se producía en su interior era algo diferente... la angustia y el miedo  por la perdida eran sentimientos que se fortalecian cada vez mas¿ Sería posible que ya no lo amara? Aún recordaba la primera vez que estuvieron juntos, cuando logró ver una faceta desconocida del santo de Cáncer.

Los ojos entornados , el rostro sumido en una expresión de plcer y un hilo de saliva escurriendo por la comisura de los labios morenos, fue una imagen que lo acompañó en sus noches solitarias. Los suspiros y la voz agitada que le aseguraba ser el único era algo que extrañaba con locura.

La brisa jugó con su cabello, estaba parado frente a la nueva morada de Cáncer.

¿Aún me amas? ¿Sigo siendo importante para ti?

Sus pasos eran pesados y sus recuerdos se remontaban cada vez mas a tiempos lejanos. Una mano pequeña que tomaba la suya con temor, una sonrisa inocente que logró tocar su corazón.

Empuño su mano temblorosa que se acercaba a la puerta, era cuestión de dar uno o dos golpes para ver de nuevo esos ojos nocturnos.

—No lo merezco—Apoyó la cabeza en la puerta— Ah...mi vida, si supieras que este corazón que aparenta frialdad te pertenece completamente...que estos labios que viste rozar a otros no anhelan mas que saborear los tuyos y que esta espada que me confirio Atena se afila cada vez mas para protegerte a ti...

Si existiera valor en su corazón le diría todo eso a Deathmask, lo haría de rodillas de ser necesario.

De pronto sintió como abrían la puerta, al otro lado de esta lo observaba un anonadado santo de Cáncer con el cabello revuelto y las mejillas decoradas con un tenue rubor, producto de una siesta tal vez, pero él esperaba que fuera por sus palabras.

—Shura— ¡Ambrosia! Hace tiempo anhelaba que su nombre saliera de aquellos labios.

—Mi Death— Esperaba que el otro negara, que le dijera que no era suyo, la esperanza regreso a su ser cuando eso no paso.

—¿Que haces? ¿Que fueron todas esas tonterías?

Ingresó al recinto cerrando la puerta tras de si— Eso fue todo lo que siento por ti, todo lo que he querido decirte. Deathmask... tengo que saberlo, quiero que me digas si tengo una oportunidad para recuperarte—La expresión de sorpresa en el rostro moreno le causó confusión—¿No me la daras? ¿Le perteneces a Afrodita ahora?—Tomó con fuerza las manos ajenas, estaban frias.

—No hables de mi como si fuera un objeto...amenos que sea para referirte a ti— Ahí estaba, esa sonrisa burlona que le gustaba tanto.

—Death... lo siento, en verdad lamento haberte dejado de lado.

—Mas bien me desechaste— Se apartó de él, como si lo dicho con anterioridad no tuviera importancia.

—¿Que sucede? ¿Por que huyes de mi?— Siguió los pasos del italiano, quien prefirió darle la espalda.

—¿Que esperabas al venir aquí?— Miro por encima del hombro al otro—¿ Fuiste tan idiota como para pensar que me lanzaría a tus brazos por tu retorica cursi? Sera mejor que despiertes de ese mundo absurdo en el que estas...pobre diablo.

—No esperaba que fuera facil— Interrumpió al otro— La verdad el que me hables es algo que temí no lograr, esas cosas cursis son mis sentimientos— Aprovechó que el otro no lo veía para acercarse, lo suficiente para oler su cabello pero evitando tocarlo por respeto— Dicho de la manera mas sincera, sin sarcasmo o doble sentido...Creo que nunca te había hablado de ese modo.

—Shura...

—Dejame terminar— Su voz estaba quebradisa, fragil— Mirame... escucha lo que tengo que decir, luego me ire.

El menor se giró para verlo, sus miradas se enfrentaban en un choque de nostalgia y esperanza.

—Lo lamento, lamento haber permitido que mi necesidad de redención nos separara... no comprendí que tu estabas llevando tu pena a tu manera, creí que no estabas comprometido como yo... tenía una gran necesidad de enmendarme.

—Eso no me importa, eres libre de hacer lo que te plazca— Suspiró, apretando su puño con ira— Desde que no me involucres a mi.

—Death.

—Silencio, ahora es mi turno— Llevó sus manos a la cintura mientras que su rostro reflejaba una expresión cansada—¿Por qué lo hiciste Shura? ¿Por qué hablaste de lo nuestro, de lo que hacíamos?

—Era necesario— Tartamudeo— Sabes que Atena es una diosa virgen, confesar lo que habíamos hecho en su ausencia era necesario.

—¿Decirle que estabas arrepentido de ello también era necesario? ¡¿Y que me dices de decirlo enfrente de los demás?! ¡Idiota!

—Yo...— No tenía palabras para responder a ello, en su momento cuando la deshonra de su traición nublo su juicio cometió acciones que afectoran al italiano—Lo lamento.

—¿Que? ¿Hacerme quedar como una...? Mira Shura, tu elegiste a Atena, mejor regresa con ella... dejame solo, quiero olvidarme de ti.

—Death...—Las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos, fue iluso al creer que recuperaria al moreno— Quiero amarte de nuevo... aunque sea una última vez.

—No puedo— Se aproximó al otro, había visto llorar a Capricornio, pero nunca por él— Shura... si dejo que te quedes me lastimaras de nuevo, porque tú calmaras tu conciencia y yo me quedare soñando con estar contigo.

—No me ire, si me lo permites me quedare para siempre—Esperaba que Cáncer le creyera, que en verdad confiara en él.

—¿Por que? ¿Por que de repente te importa?

—No sabes cuanto me importas en realidad... cuanto he pensado en ti y cuando vi tu templo vacío sentí que me arrancaban el corazón, fui con Afrodita... él me contó lo que pasó entre ustedes.

—¿De verdad?— una expresión de sorpresa adorno su rostro— Pero él y yo no tenemos nada...¿Que fue lo que te dijo?

—¿Es enserio?— Ignoró las otras preguntas, lo que pudiera derivar de ellas le importaba poco—¿No te entregaste a él?

—No, me sorprende que pienses lo contrario... Afrodita te míntio.

Con decisión se aproximó al otro, en el exterior se había desatado una tormenta, las luces titilaron de repente pero eso no detuvo al mayor, que quedó frente al otro aún cuando la oscuridad llenó la sala.

—Dejame amarte una vez mas— Su voz queda se deslizó con suavidad.

—Aún no he escuchado una disculpa por cada una de las cosas que pasaron— Por un momento creyó ver que las pupilas del otro brillaban en medio de aquella penumbra, como si su interlocutor se hubiera transformado en un animal.

De pronto se escuchó el crujir del suelo, el italiano  sintió como unas calidas gotas caían sobre sus pies descalzos— Shura... ¿Que haces?— Ahora que el otro estaba postrado frente a él (o eso suponía) un gran temor le cruzó la espalda, Harakiri, esa palabra apareció en su mente. Shura solo se inclinaba frente a su diosa, sólo a ella le dedicaba su llanto... el español se lo había dicho al resucitar:

Cualquier sentimiento que tenga pertenece solo a mi señora,  de lo contrario sentire que la he deshonrado.

—Death... yo atesoro cada momento junto a ti, el saber que fui el único en recorrer tu piel, en sostener tu mano es algo maravilloso... te pido perdón, perdoname, perdoname por favor— Ahora las lagrimas eran acompañadas por un fuerte llanto, desgarres agonicos abandonaban la garganta de Capricornio.

El guardián de la cuarta casa sintió como sus piernas temblaban, recordó aquella vez que encontró a su amado al borde de la muerte  al cortarse con su Excalibur. En un instante se encontraba en el piso, abrazando al único hombre que tenía su amor.

—Shura... no te atrevas a hacerlo de nuevo— Lo abrazó, tratando de cobijarlo con una calidez que creía perdida.

—Eso es mas que seguro— A pesar de su alegría las lagrimas no dejaban de brotar.

—No me refiero a contar nuestras intimidades... digo que no quiero que vuelvas  a tratar de suicidarte— Ahora eran sus ojos los que naufragaban en lagrimas— Esa estupidez del bushidõ no te hara un guerrero mas honorable.

—Aún mantengo en mi conducta las actitudes propias de un samurai, pero dejar solo al amor de mi vida sería algo que no volvería a hacer.

Shura besó la mejilla del moreno, hace tiempo que no disfrutaba de aquella cercania, de esos momentos íntimos y especiales. Después de un tiempo cuando comprobó que no sería rechazado se animó a llevar sus besos por todo el rostro, prestando especial atención a los labios carnosos de su amado.

Las gotas de lluvia seguían tocando el techo, algunas entraban por las goteras y otras simplemente se deslizaban por el cristal de la ventana.

Virtuosa era la noche que guardaba a los dos amantes, que yacían sobre el suelo, Shura acariciaba las piernas del italiano, que poco a poco eran despojadas del señido pantalón rojo. El italiano permanecía apacible, aquel momento era de los dos, pero era Shura quien lo necesitaba mas. Capricornio subió entre besos y lamidas, ahora era el abdomen del moreno el que recibía toda la atención.

Un ruido tenue que provenía de la cocina captó la atención de Shura, quien a pesar de su intención por descubrir el origen de aquel sonido no pudo dejar su tarea de besar con devoción el cuello del hombre bajo él pues este se lo impidió, colocando la  mano sobre su cabeza.

—Sigue...— Aquel pedido fue imposible de rechazar en especial cuando la voz que lo pedía estaba cargada de erotismo.

Las piernas del moreno comenzaron a cerrarse a su alrededor, rozando sutilmente su costado, otro sonido captó su atención el de un fósforo al ser encendido, en un instante la habitación estaba adornada con una cantidad considerable de velas.

—Olvidé que podias hacer eso— Le susurró sobre los labios— Aunque... no creo que sea muy seguro.

—¿Por que no?— Preguntó, sus manos tiraban de los cordeles de la camida del mayor.

—Bueno... podrías perder la concentración y dejarlas caer sobre nosotros.

—Siempre te preocupas demasiado— Con un chasquido de dedos las luces se extinguieron, ahora la luz de la Luna era la unica guía para aquel amor que estaba por resurgir.


FIN

 


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