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A QUÉ COSTO por TKarin

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Notas del capitulo:

Mitobe despertó dos días después mientras su madre le acariciaba el rostro desde una mecedora al lado de la cama.

 

-¡Rinn! Mi amor-  se alegró al verlo reaccionar al fin  -¿cómo te sientes?-  preguntó cuando la miró pero él estaba desorientado y aturdido… aún la escuchaba y eso solo significaba una cosa, por eso se puso triste lo cual su madre de inmediato pudo notar  -¿qué sucede?-

 

-…-  quiso hablarle pero su voz no salió, no la tenía.

 

-¿Rinn?-  ahora ella se confundió al verlo cambiar de expresión a una de alivio y sonriendo tan repentinamente, pero Mitobe se había recostado en la almohada y suspiró sonoramente sabiendo que Atsushi no había muerto. Miró de vuelta a su madre y señaló su oído indicándole que su felicidad se debía a que ya escuchaba de nuevo, aunque si el trato seguiría, eso duraría poco  -¿de verdad? Mi cielo que alegría-  lo abrazó dando un beso en su cabellera.

 

--estoy bien ¿y el otro?--  preguntó pero sintiendo dolor al mover las manos para hacer señas, apenas veía que tenía los brazos vendados casi hasta el hombro y sus dedos cubiertos con pequeñas hojas y flores húmedas sobre su piel.

 

-eso te está curando, tenías quemaduras muy feas-  le aclaró al verlo inspeccionar sus heridas  -respecto a ese chico… no sé cómo si estaba tan mal herido, pero ya está bien-  Mitobe sonrió, aunque era de esperarse que un ser como él pudiera sobrevivir a algo así y sanar rápidamente  -…pero-  agregó de repente  -bueno, físicamente está bien pero dice no recordar nada de lo que sucedió y solo pregunta por ti… ¿quién es? ¿cuándo lo conociste?-

 

--¿perdió la memoria?—

 

-me temo que si, por suerte varios en el hospital lo conocen y le han ayudado-

 

--¿puedo ir a verlo? ¿dónde está?—

 

-en la habitación de enfrente, pero hijo ¿qué fue lo que pasó? ¿por qué estaban en ese incendio?-  era normal que su madre y todos tuvieran muchas preguntas respecto a lo sucedido y si Atsushi no recordaba nada tendría que ser Mitobe quien debería explicar lo que pasó, tenía que pensar cómo iba a contarle a todos que un demonio los había atacado y él se arriesgó a entrar a un incendio para salvar a Atsushi porque si moría el pacto mágico que tenía con él iba a romperse y afectaría a toda su familia… tendría que ser astuto.

 

--estoy cansado, mejor dormiré otro rato--  necesitaba tiempo para pensarlo mejor y por ahora evadiría las preguntas.

 

-de acuerdo, descansa, tu padre está en casa arreglando unos asuntos pero vendrá en la tarde-  ella creía que no era buen momento para decirle que el incendio se había extendido y consumido gran parte de sus plantíos y que por eso perderían mucho dinero, además su padre sí perdió el empleo y tal vez enfrentarían problemas legales por el cadáver calc0inado que encontraron en su propiedad cerca del lugar donde encontraron a su hijo y a ese desconocido, las dificultades parecían estar a la vuelta de la esquina nuevamente para la familia, pero primero tenían que centrarse en lo más importante que era que su hijo ya estaba sano y salvo.

 

-hijo que alegría que ya estés bien-  lo abrazó su padre cuando fue a visitarlo más tarde ese mismo día  -mañana traeré a tus hermanos a verte ¿te parece bien?-  Mitobe asintió emocionado con la idea.

 

-ya puede escuchar de nuevo-  agregó su madre.

 

-¿qué? Eso es maravilloso-  el hombre estaba muy feliz. Durante toda su visita no se habló nada de lo que sucedía en casa, solo que sus hermanos se quedaban bajo el cuidado de los empleados tal como sucedió la noche del incendio cuando tuvieron que salir de emergencia al hospital, ya lidiarían con lo demás después  -bueno será mejor que regrese a casa, hay mucho que hacer mañana-  dijo antes de despedirse  -¿te quedarás con él de nuevo?- preguntó después a su esposa.

 

-por supuesto, a diario hasta que lo den de alta-

 

--mamá está bien, descansa en casa—

 

-ni hablar, me quedaré contigo cielo-

 

-vaya mírate, después de que no querías ni vivir aquí ahora no has salido del hospital donde trabajabas-  comentó el padre pensando que en verdad era irónico pero su mujer se enfadó.

 

-esto es diferente, es porque mi hijo está aquí y mi deber de madre es estar con ellos cuando me necesitan-

 

-de acuerdo, perdona-  se disculpó con ella y dio una mirada perpleja pero graciosa a su hijo a causa de la actitud de su madre  -entonces nos vemos mañana-

 

--hasta mañana papá— el hombre salió de la habitación casi al mismo tiempo que llegaba la enfermera de noche para tomar los signos vitales de Mitobe antes de dormir.

 

-disculpen-  se excusó su madre saliendo del cuarto para no tener que estar en la misma habitación que la enfermera, su hijo no lo sabía pero en los días que había estado con él evitó por completo interactuar de cualquier modo con el personal del hospital, ya fuera dejando la habitación como ahora o fingiéndose dormida en la mecedora para no tener que hablarles, incluso mientras Mitobe estuvo inconsciente dejó a las enfermeras asearlo y encargarse de sus cuidados para así evitar que le dieran instrucciones o empezar una conversación con ellas, no pretendía ser grosera, solo distante con quienes la conocieron años atrás.

 

-buen día-  la saludó por el pasillo el doctor de ojos verdes que se dirigía a ver a su hijo  -enfermera-  llamó desde la puerta y la joven que revisaba a Mitobe fue con él para comentar algo en privado desde la puerta, no se escuchaba lo que conversaban y ahora tampoco podía descifrar lo que decían leyendo sus labios, ese don también se había esfumado, por lo que Mitobe podía deducir solo el primer deseo que le había pedido a Atsushi seguía en pie, aquél por el que a cambio había dado su voz y que era lo único que no había recuperado, y ese era el bienestar de sus hermanos, el más importante de hecho y lo que consideraba lo único por lo que en verdad valió la pena ese contrato.

 

-¿qué sucede?-  preguntó la madre que había regresado al ver al doctor entrar al cuarto de su hijo.

 

-queríamos hablar con él y con Murasakibara, para aclarar algunas cosas que han sucedido-

 

-ah si el otro muchacho ¿qué dices Rinn? ¿te sientes bien para hablar con estas personas?-  el joven asintió con la cabeza, además también quería ver a Atsushi  -ayudaré a mi hijo a vestirse y saldremos en un momento-

 

-bien, por favor no tarden-  el médico cerró la puerta para darles privacidad mientras se preparaban y se fue junto con la enfermera.

 

-aún no me has respondido ni a mi ¿cómo conociste a ese chico?- volvió a preguntar y esta vez Mitobe suspiró antes de confesar.

 

--en la fiesta de mi cumpleaños, se embriagó y se perdió en el jardín, luego tuvo una pelea con otro sujeto que fue quien regresó al día siguiente y comenzó el incendio, a él no lo conocíamos, Murasakibara estaba de visita pero no se los dije porque era muy tarde, lo siento--  explicó sentado desde la cama y se preocupó cuando su madre dejó pasar varios segundos sin decir nada luego de su historia.

 

-de acuerdo, pero no me agrada lo de la pelea ni que nos guardes secretos, mira como terminó-  parecía haberlo aceptado como la verdad y siguió en su tarea de prepararlo para ir a la otra habitación, se acercó a él para ponerle un abrigo sobre la bata pero cuando la pasó sobre su brazo derecho notó ciertas marcas en su hombro que la hicieron gritar y dejar caer la prenda al suelo. Mitobe de inmediato interpretó lo que había visto y se giró en su dirección negando con la cabeza y tratando de tranquilizarla pero la mujer retrocedía hasta toparse con la pared de la habitación cubriéndose la boca con ambas manos y mirándolo muy asustada  -Rinnosuke ¿qué fue lo que hiciste?-  las manos le temblaban y su llanto era cada vez más evidente  -no ¿por qué?-  Mitobe también comenzó a asustarse creyendo que su madre lo juzgaría o incluso llegaría a despreciarlo por llevar la marca de un demonio en su cuerpo.

 

--cálmate, puedo explicarlo— trató de acercarse pero su madre no lo permitió, alejándose de él y saliendo de la habitación  -!!-  >>¡mamá!<<  no podía creer lo que acababa de pasar, su madre se había enterado de la verdad y su reacción fue tal como él esperaba, entre todo lo que pasaba se había olvidado de esa cicatriz porque de recordarla jamás le hubiera permitido acercarse lo suficiente para verla.

 

-¿qué sucedió?-  entró después el médico que los esperaba pero había visto a la madre de Mitobe salir corriendo de la habitación  -¿estás bien?-  preguntó después al ver a Mitobe ahora sentado en la cama con la mirada en el suelo  -lo siento pero es importante que hablemos-  entró para él mismo levantar el abrigo que se quedó en el suelo y ayudar a Mitobe a ponérselo ya que él aún estaba herido  -Murasakibara está esperándote-

 

-…- Mitobe se resignó y asintió siguiéndolo cruzando el pasillo y hasta la habitación de Atsushi donde también estaba el enfermero que los recibió cuando llegaron dos días atrás.

 

-¡Mitobe!-  saludó el demonio aunque aún con apariencia humana y con una sonrisa en extremo dulce y amorosa que desconcertó al muchacho pero que también sonrió de vuelta feliz de ver que se encontraba bien.

 

-bueno ¿tú si vas a decirnos lo que pasó?-  insistió el médico, Mitobe se acercó a una silla puesta para él junto a la cama de Atsushi pero antes de que pudiera sentarse este lo atrajo sujetándolo de la ropa para hacerlo caer sobre él, abrazarlo con emoción y luego besarlo sin pena en frente de los presentes.

 

-!!- 

 

-Murasakibara por favor, esto es importante- 

 

-tranquilo Midorima, hace dos días que no lo veía, déjame saludar a mi novio como es debido-

 

>>¡¿novio?!<<

 

-ahora que despertó tendrás tiempo de sobra para eso-  Midorima se llevó una mano a la frente comenzando a cansarse de esperar.

 

-por cierto Murasakibara ten cuidado, sus brazos aún están heridos-  agregó el enfermero.

 

-¿eh? No hay problema-  Atsushi tomó a Mitobe desde la parte alta de los brazos donde comenzaban los vendajes y acariciándolo bajando hasta llegar a sus manos y entrelazar sus dedos, al instante las heridas de Mitobe sanaron haciéndolo relajar los hombros al sentir el alivio y cesando el dolor.

 

-bien pensado, debiste hacer eso desde el principio-  volvió a recriminarle Midorima.

 

-no sabía que se encontraba así, no me dejaron verlo… pero calma, está conmigo así que puedo usar mis poderes con él ¿verdad?-  respondió y después de nuevo miró a Mitobe que seguía extrañado de ver esa actitud en Atsushi, era espontáneo y casi tierno, totalmente diferente del demonio distante y centrado que conoció al principio, sin embargo otra cosa le pareció aún más extraña, Atsushi lo había curado frente a los ojos del doctor y el enfermero pero esto pareció no impresionarlos en lo absoluto ¿también sabían lo que era?

 

-bueno vamos a comenzar-  dijo Midorima ya sin importarle la actitud de su paciente y amigo, mientras que el enfermero se preparó para tomar notas  -Mitobe ¿verdad?-  preguntó primero al joven que ahora seguía sentado en la cama donde estaba Atsushi  -respecto a ti solo sabemos lo que Murasakibara nos ha dicho ¿ustedes dos tienen una relación?-  Mitobe miró a Atsushi quien también lo observó ahora más serio, si la tenían, el contrato, pero ahora Atsushi había creado un escenario completamente distinto, ascenderlo de su condenado a su pareja. Divagó en su mente pero consiente de que solo tenía unos segundos para responder antes de generar sospechas ¿qué pasaría si negaba las afirmaciones del demonio? ¿Atsushi se enfadaría? ¿se pondría triste? Y más importante aún ¿eso tendría repercusiones en su contrato? Si lo negaba y Atsushi se alejaba de él se arriesgaba a que el único favor que mantenía el trato en pie, la salud de sus hermanos, se perdiera, la magia desaparecería y ellos morirían, pero si seguía adelante con esa historia tendría que explicar a su familia de su nuevo ‘’novio’’ del que nadie sabía nada.

 

-¿y bien?-  estaba demorando demasiado en responder, miraba a los médicos y después a Atsushi quién aún sujetaba sus manos.

 

--¿me entiende?— preguntó primero a Midorima en lenguaje de señas y así soltando a Murasakibara, el otro asintió indicándole que si  --es verdad--  respondió pasando saliva con dificultad estresado por el lío en que se estaba metiendo, pero Atsushi lo tenía bajo su poder, si esto era lo que debía hacer ahora no podía negarse.

 

-te lo dije-  habló después el demonio rodeando a Mitobe con los brazos.

 

-¡Hola! Perdón por no haber venido antes-  interrumpió una joven entrando a la habitación con toda confianza y colocando un jarrón de flores en la mesita de la habitación.

 

-Satsuki no debes entrar así a las habitaciones de los pacientes-  la regañó el enfermero.

 

-pero somos amigos ¿Qué no puedo visitarlos?... hey eres tú-  después la muchacha se fijó en Mitobe y él también pudo reconocerla, era la misma chica que le ofreció flore el día que visitó el pueblo con su padre  -así que tú eres quien sale con Atsushi, todos moríamos por conocerte-

 

>>¿todos?<<

 

-¿escuché bien? ¿él ya despertó?-  después entró otro chico de cabello rubio que emanaba tanta confianza y energía como Satsuki  -mi nombre es Kise, mucho gusto-

 

-ahora tú también vienes a molestar, estamos muy ocupados aquí-  Midorima se enfadaba cada vez más de que interfirieran con su investigación  -ignora a estos entrometidos y responde-  de nuevo se dirigió solo a Mitobe  -¿tienes ese tipo de relación con Murasakibara si o no?-

 

-¡si la tiene!-  pero Atsushi se adelantó a responder por él, incluso bajó la bata que usaba para buscar en su cuerpo alguna maca que pensó que seguramente ya le había puesto y cuando la encontró en su hombro la mostró a los demás  -miren esto, es mi sello ¿no? Significa que está conmigo-  luego lo abrazó desafiando las dudas que sus amigos pudieran tener-

 

-es verdad, es la marca característica de Murasakibara-  comentó Kuroko y después Kise y Satsuki.

 

-y si él la tiene significa que está con Murasakibara por su voluntad ¿cierto?- 

 

-solo eres un humano pero te arriesgaste a luchar contra un demonio para salvarlo ¡que romántico!-

 

-…-  Mitobe solo sonreía a los comentarios sin saber qué hacer, al parecer mientras él estuvo dormido Atsushi ya le había contado muchas cosas a sus amigos, no solo partes de la lucha que recordaba sino sobre su relación y ellos lo habían aceptado como su pareja, ahora tenía más personas a las que les rompería el corazón si decía que su relación con él no era verdad  --…si, es verdad, yo estoy con él—  aun así lo afirmó una vez más.

 

-entendido-  finalmente el médico tuvo su respuesta la cual Kuroko registró.

 

-ah lenguaje de señas, que interesante-  volvió a comentar la chica, al parecer los demás también lo entendían.

 

-¿está sordo? ¿también por lo que les pasó?-  preguntó después Kise.

 

--puedo escuchar, pero no hablar—

 

-yo puedo arreglar eso-  dijo entonces Murasakibara levantando una mano y acercándola a Mitobe pero este lo detuvo sujetándolo por la muñeca, había sido un movimiento repentino y casi violento que no pasó desapercibido por los demás y sobre todo por Murasakibara que no entendió por qué no quería que lo curara.

 

-…-  Mitobe notó las miradas de todos y sujetó la mano de Murasakibara con más delicadeza y dando palmaditas sobre esta con su otra mano  --no—

 

-¿por qué? Es fácil-

 

-…- volvió a negar con la cabeza esta vez enfatizando más su respuesta aunque sin dejar de forzar una sonrisa.

 

-de acuerdo-  aceptó, no quería presionarlo y en las memorias que conservaba Mitobe tampoco hablaba, así que supuso que así se había enamorado de él y así lo dejaría si era lo que él quería.

 

-¿y qué sucedió aquella noche? Necesitamos que confirmes lo que Murasakibara nos ha dicho-  siguieron las preguntas.

 

--llegó alguien que iba tras mi padre por petición de otro persona, Atsushi no se lo permitió y comenzaron a luchar, el incendio fue resultado de la pelea—  en eso no había necesidad de mentir, era solo la verdad.

 

-¿anotaste todo, Kuroko?- 

 

-si-

 

-muy bien… el nombre de quien los atacó era Silver, aún entre los demonios era un sujeto bastante problemático-

 

-?!-  Mitobe escuchaba con atención pero no pudo evitar sentirse perplejo al escuchar al médico hablar con tanta naturalidad de demonios.

 

--¿sabe que Atsushi… no es humano?--  preguntó y los demás en la habitación se miraron de manera divertida entre ellos y con risitas sutiles.

 

-Murasakibara ¿nunca le contaste de nosotros?-  Kise se dirigió a su amigo.

 

-en este hospital, de hecho, en todo el pueblo hay seres como nosotros-  comentó luego la muchacha después mirando a los demás y estos a su vez asintieron unos a otros para luego revelar su verdadera forma ante Mitobe, todos, incluyendo al doctor resultaron ser seres míticos, de forma humana aunque con variaciones únicas y siendo el mayor distintivo el color de su cabello, él ya había visto el tono lila de Murasakibara, pero ahora también podía admirar el color real de los demás, la muchacha de pelo castaño ahora tenía una cabellera de color rosa muy llamativa, Kuroko, el enfermero que tomaba notas tenía el cabello de un color azul similar al de sus ojos y Midorima también el cabello en combinación con sus ojos verdes, solo que él además reveló dos pares de alas parecidas a las de un murciélago, las primeras más grandes y en lo alto de su espalda y el segundo par mucho más pequeño debajo de las primera.

 

>>un vampiro<<  concluyó Mitobe. El chico rubio permaneció con el mismo tono pero ahora lucía unos cuernos pequeños y curvos hacia atrás que le recordaron a los de la cabra que tenía su familia, además de que sus piernas ahora terminaban en pesuñas también parecidas a las de aquél animal  >>un fauno<< -!!-  obviamente estaba sorprendido pero también admirado de poder estar en presencia de más seres como todos ellos.

 

-te ves sorprendido, y espera a que conozcas a los demás-

 

-no trabajamos aquí pero nos gusta venir a ayudar- 

 

Todos eran muy amables con Mitobe y le hablaban como si ya fuera uno de ellos gracias a que Murasakibara les había contado de él, se sentía culpable de mentirles pero no podía dejar que el trato se deshiciera.

 

-es tarde y la hora de visitas terminó hace mucho, deben irse-  indicó Midorima a Kise y Satsuki  -tú también, regresa a tu habitación y descansa-  le dijo después a Mitobe.

 

-pero si acaba de despertar-  reclamó Murasakibara volviendo a abrazarlo  -¿no puede quedarse conmigo esta noche?-  Mitobe se sonrojó.

 

-por supuesto que no, déjalo ir y si para mañana ya está bien ambos podrán dejar el hospital.

 

-está bien-  al final el demonio aceptó pero haciendo muecas a Midorima  -descansa, Mitobe-  quiso besarlo de nuevo para despedirlo pero Mitobe ladeó el rostro para que su beso fuera en la mejilla y no en los labios, y antes de que Murasakibara le reclamara algo él también se despidió besándole la frente y alejándose de la cama y de él  -hasta mañana- 

 

-nosotros vendremos mañana para el primer turno y las terapias-

 

-hasta entonces-  Kise y Satsuki se despidieron y marcharon volviendo a tomar su forma discreta antes de salir a las calles.

 

-…-  Mitobe se despidió con la mano antes de salir junto con Midorima y Kuroko que cerró la puerta detrás de ellos.

 

-con tu testimonio podemos confirmas a las autoridades que Silver fue el causante del incendio y de su propia muerte, tranquilo, tu familia no tendrá problemas- 

 

-…- Mitobe suspiró aliviado por las palabras del enfermero, lo último que necesitaban era que ahora los culparan por asesinar a alguien.

 

-ahora que Murasakibara curó por completo tus heridas podrás irte a casa más rápido, esperemos hasta mañana a ver si el efecto de los sedantes y medicina que te dimos para dormir cuando llegaste ya no te afecten- 

 

-tenemos personal que pudo curarte más rápido pero como ya le pertenecías a Murasakibara la magia de otros no funciona en ti-  explicó el enfermero y Mitobe asintió y después dirigió la mirada a sus manos que aunque ya curadas quedaron con grandes manchas de un color más claro que su piel en donde estuvieron las quemaduras.

 

-llevaré este informe y después me iré a casa también-

 

-está bien Kuroko, cuídate-  el enfermero se fue no sin antes despedirse de Mitobe también y dejándolo solo con el médico que lo acompañó hasta su habitación pero antes de que pusieran un pie adentro este cortó el paso de su paciente colocando un brazo frente a él apoyándose en la pared y prisionandolo contra ella  -aún si te vas a casa necesito que sigan viniendo, ambos, hasta que Murasakibara recupere la memoria ¿estás de acuerdo?-  Mitobe sintió algo de hostilidad pero no se atrevió a reclamar nada, solo asintió escondiendo su preocupación  -entonces hasta mañana, si necesitas algo durante la noche llama a las enfermeras de turno-  dijo antes de dar la media vuelta y alejarse también regresando a la forma humana que ocultaba sus alas y color de cabello.

 

Mitobe tendría mucho en qué pensar esa noche, de todos modos no creyó poder dormir.

Notas finales:

Más personajes <3 Gracias por leer.


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