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A QUÉ COSTO por TKarin

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Notas del capitulo:

Mitobe y Murasakibara regresaban a sus habitaciones aún tomados del brazo, iban por los pasillos donde ya los esperaba la madre de Mitobe afuera de su habitación.

 

-…?-  se apartó del brazo de Atsushi en cuanto la vio.

 

-yo sé que un trato con ustedes es irreversible…-  comenzó a hablar la mujer caminando hacia ellos y refiriéndose a Murasakibara, ambos jóvenes, especialmente Mitobe sintieron un nudo en el estómago, ella ya lo sabía todo  -si de verdad sientes algo por mi hijo por favor no lo lastimes-

 

-yo lo quiero de verdad, nunca haría algo que lo dañara-  respondió Murasakibara sintiendo el desprecio de la mujer.

 

-…hay que prepararse para irnos a casa-  se acercó a ellos para tomar a su hijo del brazo y despacio pero firmemente apartarlo de Murasakibara quien obviamente no se lo impidió  -así cuando tu padre llegue estaremos listos y podemos irnos todos juntos-  Mitobe aceptó y la siguió pero no sin antes mirar a Murasakibara y despedirse de él con la mano. Momoi había salido de la habitación y presenció la discusión percatándose de que había hablado de más, lo mejor en ese momento fue alejarse también.

 

-nos vemos-  respondió Murasakibara quedándose en el lugar donde los separaron y después yendo a su propia habitación él solo y sintiéndose amenazado.

 

-¿es él?- comenzó ella a interrogar a su hijo apenas cerraron la puerta  -¿es él verdad?-  Mitobe de inmediato sintió pánico  -¡Rinn responde!-  lo sujetaba de los hombros, no estaba enfadada pero si muy alterada.

 

-…-  asintió despacio mirándola a los ojos y sintiéndose al borde de un ataque de pánico.

 

-creí que solo le seguías el juego porque era lo más conveniente, pero ¿ese es el tipo de contrato que hiciste?-  lo soltó y retrocedió unos cuantos pasos, sonaba triste, pero ahora Mitobe fue quien se angustió y hasta avergonzó de que su madre creyera que se habría degradado y le había vendido su cuerpo a ese demonio y por eso tenían una relación.

 

--no es así--  le aseguró con seriedad  --lo prometo—

 

-pero él si está enamorado de ti-

 

--te lo dije, perdió la memoria pero no era así, cuando se recupere no tendremos ese tipo de relación—

 

-estas arriesgándote mucho-  le advirtió.

 

--lo sé, pero confía en mí, ya tengo un plan--  su madre lo miraba preocupada pero al final solo lo llamó más cerca para poder abrazarlo.

 

-espero que sepas lo que haces-

 

--él no es tan malo >>… no es tan malo<<  dijo pensando que aún antes de perder la memoria, algunas veces Atsushi había sido genuinamente bueno con él, no solo por el contrato que tenían, aunque también eso le devolvía la culpa de estarle mintiendo a él.

 

En su habitación, Murasakibara seguía pensando en lo ocurrido, ahora sabía que los padres de Mitobe no estaban enterados de nada hasta ahora y que su madre no era una humana normal, eso le generaría dificultades para verlo pero no le impedirían seguir a su lado, lo quería demasiado como para alejarse de él.

 

-¿todo está bien?-  entró Midorima  -Momoi me contó lo que pasó, te advertí que involucrarse de más con los humanos era mala idea- 

 

-no es humano del todo, esa mujer es… algo-

 

-una ninfa, lo sé, pude notarlo apenas la conocí-

 

-¿por qué no me lo dijiste?-

 

-creí que te darías cuenta también-

 

-como sea, no pienso dejar a Mitobe-

 

-Murasakibara, entiendo lo de hacer tratos con humanos, te dan poder, pero ¿de verdad quieres a ese humano? Ni siquiera tienes recuerdos claros de él-

 

-con lo que recuerdo basta, sé que no es como los demás y también me quiere de verdad-

 

-yo no estoy de acuerdo-  le respondió haciendo al demonio mirarlo fijamente casi ofendido por ese comentario  -escucha, ese humano huele a mentiras desde la otra habitación, sé que tienen una conexión por el acuerdo que hicieron pero no te dejes llevar por eso, no creo que sea sincero contigo-

 

-¡ya basta!- le gritó y solo por un segundo su cabello brilló del mismo color lila que sus ojos  -te equivocas, yo tengo una conexión con él y puedo sentir que dice la verdad-  su amigo suspiró resignándose, intentó advertirle pero si Murasakibara no iba a escuchar solo le quedaba esperar a que las cosas se aclararan por si solas, lo cual dependía de que recuperara la memoria, solo esperaba que no resultara tan desastroso como él ya lo presentía. A pesar de todo Midorima dio el permiso para que ambos abandonaran el hospital ese día y cuando el padre de Mitobe llegó ya todo estaba listo para regresar a casa, la madre de Mitobe no le había permitido salir de la habitación desde la mañana cuando discutió con Murasakibara, y cuando su esposo llegó no perdieron ni un minuto para salir de nuevo sin alejarse de su hijo e ir directamente al carruaje que los esperaba afuera.

 

-irás a verlo ¿verdad?-

 

-por supuesto que si…-  discutían Atsushi y Midorima observándolos marcharse desde la ventana.

 

//////////

En casa de la familia el resto de los hermanos estaban felices de ver de nuevo al mayor ya recuperado, también Mitobe se alegró de ver que todos estuvieran bien, aunque se preocupó cuando en el trayecto notó las hectáreas quemadas de las cosechas y también parte del jardín.

 

-…pero pronto nos recuperaremos, con las ganancias de lo que se salvó volveremos a sembrar todo de nuevo, solo que no tendremos tanto dinero para gastar hasta entonces, aunque eso no es problema ¿o sí?-  contaba el padre de familia a la hora de cenar, en realidad no era un problema, tenían tanta fortuna que el que les fuera a faltar una porción hasta la siguiente temporada no era la gran cosa, ni siquiera cuando el padre también había perdido su empleo, cosa por la cual no había dejado de dar clases a sus empleados y ahora también a los hijos de algunos de ellos. La madre y el hijo mayor acordaron No comentarle a los demás todas las revelaciones que sucedieron en el hospital, al menos no por ahora; Cuando calló la noche y todos dormían Mitobe quiso salir al jardín seguro de que Atsushi llegaría pronto a visitarlo, caminó despacio hasta la puerta principal pero apenas puso un pie afuera fue sorprendido por un empleado que se paseaba por el jardín con una lámpara de aceite.

 

-joven Rinnosuke-  dijo el hombre casi tan sorprendido de verlo como lo estaba el muchacho  -¿se le ofrece algo?-  ahora también sabían que podía escucharlos de nuevo así que le contó  -perdone si lo asusté, su madre nos pidió desde ahora hacer guardias durante la noche para evitar que aparezca otro intruso como el que ocasionó el incendio-  explicó, pero Mitobe no lo creyó, supo que esa orden era una excusa pues su madre también había pensado que Murasakibara iría a buscarlo y esperaba que habiendo vigilancia en la casa él no se acercaría. El muchacho solo negó con la cabeza y se despidió del hombre que siguió haciendo guardia.

 

-…- regresó a su alcoba sin poder creer los extremos a los que su madre llegaría, pero no podía culparla, de hecho le causó gracia que fuera tan astuta como para poner vigilancia, se dirigió al balcón donde a través de las cortinas vio no solo a una sino dos luces más a la distancia, había más personal vigilando por toda la propiedad.

 

-realmente me detesta-  dijeron a sus espaldas y se giró de inmediato para descubrir a Murasakibara sentado en su cama oculto en las sombras  -entré por la ventana, es una ventaja de poder volar, espero no te moleste-  cuando lo tuvo enfrente lo rodeó con sus brazos para acercarlo más y poder besarlo, Mitobe se lo permitió pero no participó demasiado, cosa que no le importó mucho a Murasakibara, con estar a su lado era suficiente para él, pero esta noche tenía planes  -bueno ¿nos vamos?-  se dirigió de vuelta al balcón y le extendió la mano para que él la tomara una vez que los ventanales estaban abiertos.

 

--¿salir?—

 

-claro, aquí no estamos seguros-  Mitobe dudó en escapar de casa  -vamos, será solo un momento, no lo notarán-

 

-…-  aceptaría, asintió una vez con la cabeza y tomó la mano de Murasakibara quien al instante lo apretó para sostenerlo con firmeza y salir volando a toda velocidad para no ser vistos  -!!-  de nuevo estaba en el aire y en brazos de Murasakibara, aún se aferraba a él con más fuerza de la necesaria aunque ahora estaba completamente seguro de que estaba a salvo con él.

 

-¿ya habíamos hecho esto antes?-  preguntó de pronto Murasakibara  -me parece familiar-  volar con Mitobe en sus brazos despertó una sensación conocida y con eso una mayor certeza de que tenían una historia juntos.

 

-…-  Mitobe levantó el dedo índice  >>una vez<<

 

-¿de verdad? Por lo que sé, volar es algo que los humanos anhelan mucho, creí que te habría dado ese gusto muchas más veces-

 

--me asusta—

 

-tranquilo, no te dejaré caer-  Mitobe recordó que esas fueron sus exactas palabras la primera vez que lo llevó a volar consigo, justo antes del incidente por el que perdió la memoria y de nuevo se sintió culpable  -…no todos pueden disfrutar de esta vista-

 

-…-  ya sabía que con él estaba seguro. Esta vez no tuvo tanto miedo, aún se sujetaba a él con firmeza y miraba más a su alrededor pero sobre todo, a él, feliz de llevarlo en brazos.

 

-¡ahí están!-  dijo de pronto mientras volaban sobre el bosque y Mitobe detectó una luz entre los árboles, lugar donde después ellos aterrizaron.

 

-¡Murasakibara!-

 

-que bien que ambos estén aquí, bienvenidos-  Mitobe se sorprendió al ver que en el lugar estaban Momoi y Kise en sus formas naturales y sin ocultarse al igual que Murasakibara, estaban junto a una enorme fogata de llamas color verde brillante y tonos amarillentos, que aunque emanaba calor y devoraba ramas y copas de los árboles cercanos estos no eran afectados de ninguna manera, otro tipo de magia que tenía la suerte de presenciar.

 

-vamos, únete a nosotros-  dijo Momoi al recién llegado y repartiendo una corona de flores de colores a cada uno de los presentes,  después Kise comenzó a tocar una melodía con su flauta, la misma que usaba en el hospital para alegrar a las personas con su música, las notas eran suaves y divertidas y viajaban por el aire pareciendo que de hecho había más de una melodía tocando a la vez en el viento y que sonidos de los alrededores completaban una canción en conjunto, Mitobe presenciaba con alegría ese escenario en que fauno y ninfa bailaban y jugaban alrededor de la fogata que también parecía mecerse al ritmo de la música, todo bajo el manto de estrellas brillantes y en medio del bosque espeso pero mágico y nada tenebroso.

 

-ven Mitobe-  dijo entonces Murasakibara ofreciendo su mano nuevamente pero esta vez como una invitación a bailar.

 

--no se hacerlo--  respondió con algo de vergüenza.

 

-no es difícil, solo sígueme-  lo tomó por ambas manos haciendo que se levantara y después comenzando a girar y danzar junto a los demás guiando a Mitobe a seguir sus pasos, el único humano del grupo tenía problemas para coordinarse y sentía que estaba haciendo el ridículo frente a los amigos del demonio, pero ellos estaban en lo suyo demasiado absueltos en la diversión del baile como para notarlo, y en cuestión de tiempo Mitobe pudo aprender el patrón de pasos que Murasakibara le guiaba y seguirlo se volvió más sencillo y divertido  -eso es-  alagó haciéndolo girar y el otro completó el movimiento a la perfección ya comenzando a disfrutar también del momento que estaba compartiendo con aquellas tres criaturas fantásticas.  La celebración de la fogata se extendió un par de horas entre bailes, conversaciones, risas, música y más baile, para entonces Mitobe ya sentía de lo más normal estar en presencia de seres que solo hasta hace poco consideraba un mito, ahora incluso ellos lo consideraban a él parte de su grupo y nuevo amigo.

 

La noche era amena y entretenida, pero uno de los presentes ya empezaba a tener problemas para mantenerse despierto aunque no quería demostrarlo y arruinar el ambiente, sin embargo no fue Mitobe quien interrumpió la plática que ahora se daba, todos guardaron silencio al escuchar unos aullidos lejanos pero que pronto se oían más y más cerca junto con fuertes pisadas que corrían en su dirección.

 

-ya están aquí-  dijo Kise y los demás supieron fácilmente de quienes se trataban  -llegan tarde-

 

Eran ambos lobos y Kuroko quien venía sentado en el lomo del de pelaje rojizo, incluso tenía una silla de montar adaptada especialmente para la gigantesca criatura.

 

-¡Tetsuya!-  saludó la única chica del grupo corriendo a darle un abrazo cuando este descendió e ignorando a los otros dos que dirigieron su atención hacia el humano, dando vueltas a su alrededor y olfateándolo con sus enormes narices a lo que el muchacho solo se quedó quieto en su lugar, inmóvil tratando de no provocarlos  -¿y Midorima? Dijo que vendría con ustedes-

 

-aún tiene trabajo en el hospital, llegará más tarde-  Solo entonces Mitobe reaccionó caminando despacio lejos de los lobos y acercándose a Murasakibara para llamar su atención sujetando su ropa.

 

--deberíamos irnos--  le dijo, no quería estar allí si el vampiro también vendría, era obvio que a él no le agradaba igual que a los demás y quiso evitar un encuentro incómodo.

 

-¿por qué?-  Murasakibara por el contrario estaba disfrutando tener a Mitobe y a sus amigos juntos así que la petición no le agradó mucho.

 

-es algo tarde Murasakibara, él debe estar cansado-  comentó Kuroko  -recuerda que ellos deben dormir-  refiriéndose a los humanos.

 

-de acuerdo, ojalá podamos venir en otra ocasión-  Mitobe asintió y después se disculpó por tener que marcharse, los demás lo comprendieron y se despidieron con amabilidad incluyendo a los lobos que esta vez el muchacho se atrevió a dar palmaditas en la cabeza y poco a poco perdiendo el temor hacia ellos y que reaccionaban como cachorros disfrutando de esas caricias.

 

-…la fogata se ve algo pequeña- dijo Kuroko ya que Murasakibara y Mitobe se iban y con un movimiento de la mano en dirección al fuego color verde este volvió a elevarse hasta las copas de los árboles.

 

--¿él qué es?--  preguntó Mitobe pues hasta ahora no había visto al enfermero hacer algo sobrenatural.

 

-Kuroko es un brujo pero rara vez usa sus poderes, prefiere la vida tranquila entre los humanos del pueblo al igual que Satsuki-

 

--ya veo--  mientras se alejaban Mitobe siguió viendo la fogata entre los árboles, fue interesante esa revelación porque por lo general y como siempre lo había oído, siempre se relacionaba la brujería solo con mujeres y era inusual ver a un hombre ser un hechicero.

 

Ya cerca de casa, Murasakibara primero voló alto para no ser visto o escuchado por los vigilantes y buscar el momento indicado para dejar a Mitobe en su habitación, aprovechando un momento en que los alrededores estuvieron despejados para entrar con él en brazos hasta su alcoba, todo parecía bien y tranquilo por lo que asumieron que no se habían dado cuenta de que el hijo mayor se había ido.

 

-¿qué te pareció?-  preguntó después ansioso de saber lo que Mitobe pensaba de las reuniones que tenía con sus amigos.

 

--divertido, gracias, soy afortunado--  él sabía que seguramente era uno entre miles de personas que podían convivir de tal manera con tantas criaturas diferentes en un mismo lugar.

 

-uno de estos días duerme mientras aún hay sol para que puedas resistir toda la noche con nosotros-  sugirió emocionado de poder llevarlo de nuevo pues él ya lo consideraba parte de su vida.

 

--lo haré, buenas noches--  respondió dando la conversación por terminada y despidiéndose pero sin esperarlo después ser atraído por Murasakibara que intentó besarlo de nuevo, a lo que él fingió estornudar un par de veces para alejarse y caminar hasta el armario para guardar su abrigo e indicar que ya se iría a dormir  --gracias por lo de hoy--  dijo volviendo a despedirse con la mano y el demonio no insistió más.

 

-descansa, vendré mañana-  regresó al balcón pero antes de salir se detuvo, tenía otra pregunta  -¿puedes salir durante el día ¿verdad?-  Mitobe asintió  -entonces búscame en el límite del bosque a medio día, hay más lugares que quiero mostrarte y de día los apreciarás mejor-  sonrió y después salió volando de regreso al bosque; Ya en su cama y aunque estaba muy cansado pues era de madrugada, Mitobe no pudo dejar de pensar en la vida que tendría ahora que conocía a Murasakibara y los demás, sin duda ya veía el mundo de manera diferente, esas criaturas eran temidas en las leyendas pero ya no por él, eran gentiles y amigables, si había monstruos en el mundo esos eran otros humanos.

Notas finales:

Gracias por leer <3 


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