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Corazón Viviente por alex solano

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Apenas abrió sus ojos, reconociendo el techo de su habitación que compartía con Blaise y Goyle supo una cosa...

Sería un día largo.

En el tempus conjurado le mostro las 5 con cuarto de la mañana, pensando entre dos minutos exactos cuando le tomaría encontrar un giratiempo.

Se baño, esta vez solo, por cierto, agradeció que Blaise le haya dado su espacio, sintiendo el agua fría mojándolo, dándole escalofríos agradables en su cuerpo, por alguna razón las mazmorras fueron más cálidas el día de ayer.

Tomo en sus manos el acondicionador, frotándolo en sus cabellos, enjabonando su cuerpo con ese gel especial para piel delicada como la suya, tratando de consentirse por lo menos esta vez y pretender que no está pasando nada, porque ayuda mucho a no entrar en pánico tan pronto vea el calendario.

Mientras Blaise se bañaba tomaba el cepillo para peinar sus cabellos rubios, casi llegando al blanco metálico, debía comer cosas más nutritivas porque se veía que estaba perdiendo color.

Estaba pensando que le quedaría mejor el día de hoy, si llevar la túnica del colegio encima sin importarle que ya no es invierno o ponerse encima más suéteres de lo usual.

Lo que sea para tapar luces mágicas estúpidas de su pecho.

Se decidió con dos camisetas negras debajo de su camisa blanca, encima poniéndose el suéter café con leche claro del colegio, con corbata bien anudada.

Le daba calor, pero lo podría solucionar con algunos hechizos refrigerantes, o una pequeña dosis de poción de escalofríos, para no cocinarse con toda esa ropa puesta.

-¿listo?- le pregunto su amigo italiano ya listo a sus espaldas.

El tempus le dio la hora de las 6 y media de la mañana.

Tomando un par de respiros se dio el suficiente valor de levantarse y caminar con su compañero a la puerta, con sus ojos traicioneros dándole una mirada al calendario colgado al lado de puerta, con el numero 14 resaltado en rojo muy dramática mente.

Blaise le ha dicho que ese calendario es muy Malfoy, señalando todos los días que odia en rojo, los que tiene buen humor con azul y molestasr a otros con verde, si Draco fuera organizado en otras cosas...

En todo el camino no dijo una sola palabra, manteniendo la mirada alta y orgullo Malfoy palpable en su rostro, sin importar que por dentro estaba como los pavos reales de su padre enfrente del gato de su madre, pelusa.

Misifus lo odiaba, y el sentimiento era mutuo, muchas veces le ha arruinado su ropa y tratar de comerse a su halcón. No entendía que gracia le veía su madre comparándolo con él, sinceramente el no parecía un gato imbécil...¿no?

Trato de no pensar en nada, de mantener la mente en blanco, un ejercicio pequeño de relajación de su padrino ante una situación de estrés.

Esto era como cenicienta, con el nervio de ir al baile y ser descubierta por su madrastra cruel, con sus hermanastras a su lado. Solo que esto no era un cuento, el príncipe podría pisotear su corazón, las hermanastras lanzarles embrujos, su hada madrina podría morir en su casa, sus ratoncitos podrían estar en riesgo de morir por el exterminador, y faltaba poco para la hora, en que su caso, comenzara el hechizo, y temía que pueda dejar más zapatillas de cristal de lo que habría hoy.

Pero él en lo personal prefería mocasines, no botellas de vidrio en sus pies.

Dumbo, por el amor a Merlín ¿Dónde estás?

Quería escapar volando en su elefante volador, huir de todo este embrollo, sentimientos, miedos, un armario, y por supuesto de los castigos que le falta con McGonagall.

Alfombra de Aladdin, ¿Cuándo llegaras?, irse lejos de Voldemort le urgía como el aire de cada mañana.

Pero estando ya en las puertas del comedor, la verdad le fue revelada.

Dumbo llegara tarde.

No hay una alfombra mágica.

No haba sentido alguno de pretender que hoy no es el día del corazón viviente, mejor dar la cara que esconderse, o bueno, era un decir, le temblaba las rodillas.

Tomando aire empujo las puertas, adentrándose en el comedor que apenas comienza a llenarse, caminando directo a su asiento sin mirar a nadie junto con Blaise y al frente ya se encontraba Theodore.

El pastel de moras podría ser un gran consolador, seguido de señor huevos fritos con señor tostada y sir mantequilla, manjar de un día de mierda, se dijo.

Trato de degustar lo más que podía sus alimentos del día, pero aún estaba aquella soga en su cuello estrangulándolo de manera invisible, además que Blaise le decía que no le hiciera el amor a su tostada y se la comiera de una maldita vez.

Apenas llego Daphne a la mesa le pregunto su estado, preocupado que por su culpa la hayan lastimado. La rubia había negado, dejar de darle importancia a algo que ya sucedió y no paso a mayores.

Durante su masticación lenta no tuvo el valor de alzar la mirada hacia la mesa de los leones, no quería ver como esos ojos verdes le pinchaban directo al alma, tratando de desentrañar sus más profundos pecados y suéteres que cubrían su muñeca.

Algo si noto, a Remus Lupin sentado en la mesa de los profesores como invitado.

Aún recuerda como beso en los labios al profesor, y nunca lo diría en voz alta, pero ese fue su segundo beso en la vida, y no fue para nada desagradable, le gustaban los hombres, y el licántropo estaba de buen ver, aunque era una pena que no fuera su león.

Debió haberse quedado mirándolo mucho tiempo, porque sintió el licántropo su mirada, preguntándole en mudo si tenía planeado besarlo otra vez, porque estaba listo para detenerlo o enterrarle la lengua en la garganta, aunque lo último tal vez fue una jugada de su mente, pero no tan desagradable como lo sintió.

Le guiño un ojo juguetón, riéndose con la sonrisa de lado que le decido el ojiambar, antes de volver a comer sus huevos revueltos.

Entonces ahí comenzó.

Tenía varios nombres...

Desgracia.

Odisea.

Trajín.

Maldición.

Su perdición.

O mejor conocido como San Valentín.

el director haciendo gala de su edad, se paró de su asiento con lentitud, alzando la voz con un sonorus, anunciando el término del desayuno para que entren a sus clases.

-¡hoy es el día de san Valentín mis queridos estudiantes, el corazón viviente alcanzando su máxima plenitud, que disfruten de su jornada, feliz día del amor y la amistad jovencitos!-

La pequeña conexión con su mirada azul vieja le dio a entender todo lo que pensaba el director.

Que el juego comience.

Ha de estar divirtiéndose en su interior, sabiendo que había fracasado en su tarea, y una vez mas se preguntó si fue él que robo sus preciadas firmas. No, Dumbledore no es de esos, no necesita pararse de su maldita silla para que le salga el plan bien, ni tampoco necesidad de hacer trampa (directamente por supuesto).

Lo que si tenia claro, es que ese viejo tiene dos cosas, una que puede ser tan Slytherin como quiera ser, y la otra, que sabe muy bien de quien bebe los vientos. Y por supuesto llega ahora una tercera, que le será muy entretenido como un Malfoy esta desesperada por ocultar su amor a su supuesto enemigo jurado.

El viejo sabe jugar cartas, y aunque sepa muchas cosas, sabe que este secreto no saldrá de su boca.

¿entonces quien fue?

Los culpables pueden ser muchos por obvias razones, no es el favorito de casi nadie.

Pensando en todos sus seguidores y allegados en Slytherin, la mayoría no lo traicionaría, se cuidan entre ellos, y si lo hicieran, por supuesto que no de esa forma, hay muchas peores para una mente tan retorcida como las serpientes.

Crabbe podría ser, aunque le falta ingenio, y por ahora baten a un mismo equipo que es arreglar el armario, no lo expondría de esa manera, aun así, con el ahora no se sabe.

El resto de sospechosos principales son Gryffindor también por obvias razones.

De la rama principal de gatos que no les importa morir, esta Weasley, ese pelirrojo le odia tanto que no le importa ensuciarse las manos con serpientes. Granger también no le era de su agrado, pero ella no se rebajaría a lastimar físicamente a Pansy y Daphne. La comadreja mejor no esta descartada, no ha tratado con ella directamente, pero sabiendo lo que le hizo su padre, podría haber tomador venganza, y, es una lame botas del siguiente sospechoso. Harry-nosequeesuncepillo-Potter, entre ellos ha habido mucho fuego, y no del que le gustaría, con sus desesperantes ansias de saber si era mortifago o no, pudo haberlo empujado a eso, pero también tiene ese espíritu de héroe que tanto le gustaba que no le permitiría en circunstancias ni siquiera matar una hormiga, aunque sigue sin saberse de lo que es capaz.

Además, si fuera Harry Potter, el muy estúpido no sabe disimular sus intenciones, si fuera el caso estaría quemándole con la mirada, o enviándole comentarios insinuantes, este aun lo mira igual cuando bajaron de ese tren, pero no evidenciando que haya cometido conspiración contra su persona.

En todo caso, ¿Qué importa? No importaba quien lo haya hecho, ya era tarde, y alguno en este comedor debe ser culpable, regocijándose de haber ganado.

Y lo supo, como el sol se ponía en su posición en el cielo, marcando las 7 de la mañana exactas, sintiendo de pronto una suave brisa que entro en el comedor e invadió los pasillos de Hogwarts, acariciando su rostro sutilmente, con susurros no tenebrosos, si no cálidos en sus oídos, y un corrientazo que subió de sus pies a la punta de sus cabellos.

El corazón viviente.

Muchos a su alrededor se habían emocionado, mirando de reojo a los demás en busca de tal brillo legendario.

Esperaba ahora que tuviera un corazón negro como todos decían, porque de otra forma no sabía cómo evitar que brille como un maldito faro.

Entrando a su clase de encantamientos con la gata pudo darse cuenta de algo, un pequeño calorcito en su pecho, algo tan imperceptible, pero estaba ahí.

Y temió

Porque eso demostraba que su amor era puro, tan puro que era suficiente para Hogwarts en hacer cobrar vida a su corazón, riéndose de su cometido y esperar a que se prenda la bomba.

Vio a su alrededor, observando los pupitres que comenzaban a llenarse con los Ravenclaw y Slytherins, mirándose uno a otros para ver el supuesto brillo de sus corazones.

El corazón viviente tenía muchos niveles de afectación, desde una pequeña vela hasta tener todo un infierno brillando (citando por supuesto aquel desesperado del libro de encantamiento que leyó) dependiendo que tan devoto y profundo era su amor, y pensó lo maravilloso que sería el amor en forma de monedas para comprar cerveza y embriagarse.

Pero como la vida es injusta, toca joderse.

Si alguien se enteraba que Draco Malfoy amaba alguien puramente y el hechizo lo supo, encarnando a una cosa viviente para ir tras su dueño, debía predecir que llamara mucho la atención, incluso si logra evitar que llegue a manos de Harry Potter.

¿si de casualidad su tía le preguntara quien es ese tal dueño, que le diría? Bellatriz no era alguien estúpida, es más inteligente de lo que aparenta, y podía obligarlo a escupir la verdad, no hace falta decir que métodos utilizara, incluyendo los Muggles, irónicamente siendo partidarios de su contra.

Oh Salazar, si tienes otro basilisco que aparezca ya. Que el gusano mata-gente-con-la-mirada le ahorre todo esto, y de paso que vaya tras la gata de Flich, otra vez.

Los caminos de la vida no son como se pensaban, eso es afirmativo, y nunca son como uno quieren.

Merlín maldiga a quien invento tal estupidez como el corazón viviente, ha de ser un Hufflepuff, reitera, ve esa casa innecesaria.

¿y si sobornada a su corazón? Es suyo, así que debe también gustarle el dinero, o tal vez sacarse el porno que siempre imagina penetrando a Harry y ahogarlo en ese maldito estanque, de seguro que muere por paro cardiaco.

Cerro su cuaderno fuertemente, llamando la atención uno que otro a su alrededor. Por nada del mundo permitirá que maldita palomas de papel vayan al chico de oro, menos su corazón.

el encantamiento de refrigeración le ha estado funcionando, no se siente ahogado en la cantidad de suéteres que se puso, infantil pero efectivo hasta ahora.

Esperaba, y solo esperaba, que las cosas no pasen a mayores ridículamente.

 

 

Adivinación, para su horror.

Y estando peor, con los gatos.

Ha, si podía empeorar, sentado entre las gemelas lame botas 1 y lame botas 2 de Trelawney.

Pero pudo ser mas mierda, casi le tocaba con Potter, que estaba no muy lejos de el con el pelirrojo, tenían que emparejarse con otro compañero de la casa rival, y las opciones era las gemelas, Potter o quedar con la loca de las gafas.

Eligio lo menos peor.

Las cosas como son.

Miraba receloso la esfera de cristal a su frente, temiendo si cobrara vida y le saltara encima, aun le tiene sensación por la profecía de ayer. Contrario a él, las gemelas estaban que lamian el cristal, y no entendía cómo les encantaba esta materia.

La clase era prácticas de clarividencia, algunos magos podían tener visiones sin necesidad de instrumentos, era algo que influía mucho cuando se nace, otros les cuesta sencillamente o no son para ello.

Les encargo la esfera a ellas, el simplemente bebería del café para ver si obtenía algo destinerioso, viendo lo entrenado que era esto, ya yendo por su cuarta taza de café y negar con fingida lástima que aún le falta una taza más.

Tampoco se ha olvidado que día es hoy, por mucho que le de gracia las dos gemelas pegando la frente al vidrio. Ha comenzado a sentir ese calor en su pecho aumentar, y en mas de una vez se ha descubierto mirando a Potter cuando no se da cuenta, pero ya lo ha pillado tres veces, y en pánico le saca la lengua y voltea.

Su pecho aún no estaba iluminando, o era un decir, solo bastaba con jalar del cuello todos los suéteres que se puso para mirar su pecho desnudo y observar como prácticamente tenía una lampara dentro que brillaba, como los colores de las llamas comenzando arder para ser precisos. Aun estaba aliviado porque no se notaba con su ropa, pero el amor era una maldita perra que hace lo que se le dé la gana, y graciosamente no confía para nada en su mismo corazón.

Hum, el café esta bueno.

-¡Draco!-

-¿Qué mierda..?- murmuro sobresaltado.

No se había dado cuenta sé que había perdido en sus pensamientos, dándose cuenta que Trelawney lo había llamado, con todos los demás mirándolo.

-¿ya viste las señales?-

-¿Qué señales?- arrugo la nariz.

-la verdad en los granos del café-

-oh si, la veo- observo girando el café restante en su taza.

-¿Qué puede ver?- no supo si la marihuana ya había llegado al colegio por su expresión.

-el por qué no tiene novio-

Entre cerro los ojos algo ofendida, pero la sonrisita de lado, algo tan imperceptible por unos cuantos segundos, pero no para él.

Esta señora tenía algo serpiente.

-¿no tiene mucho calor señor Malfoy? ¿Por qué no se quita esos suéteres? -

Excelente jugada.

-no gracias- le sonrió amable.

-no, insisto- cara más falsa de hospitalidad no hay mejor que esa.

-tengo frio-

-oh, ¿entonces debería calentar más el salón? - sugirió y las protestas de los demás no demoraron en salir.

-no es necesario- negó.

-usted es mi estudiante, es por su bien- sonrió risueña, pero podía ver la maldad, elevando la temperatura del salón un con encantamiento.

-¡maldita sea Malfoy! ¡no me moriré de calor porque no quieres quitarte una estúpida camisa! - arrugo la nariz en desagrado ante la protesta del irlandés.

-¡que se la quite!-

-¡de seguro no tiene nada!-

-¡rápido que me muero de calor!-

Esas y mil otras quejas a su alrededor.

Tuche.

Reconoció que esta pieza se la ha ganado la vieja loca, pero la guerra no termina, no hoy.

No molestar viejas solteronas que sean su maestra, agregado en su lista.

Por otra parte, tenía problemas.

No sabia que tanto le estaba brillando ahí, pero sabiendo que no tiene otra opción, y además que debe no levantar sospechas, con todo el dolor y gotita de lagrima falsa, se quitó la primera capa de ropa, su suéter estudiantil.

Miro de reojo a Trelawney, que detrás de sus lentes podía adivinar hazme otra de esas y quitare toda esa mierda de encima, como pelar una maldita cebolla.

Para el suspiro aliviado de todos la de lentes enfrió la sala, continuando con la clase.

Miro su pecho, desde muy cerca podía notarse una luz, pero pasaba desapercibida apenas.

Consejo, no enfrentar a la vieja si no tenia las armas necesarias, le quedo en claro que ella podría si quiera quitarse todas las prendas, y esto es solo una muestra.

Maldita.

Pero debía reconocer que fue una buena jugada, pero quien ríe de ultimo ríe mejor.

-yo se lo digo Padma, sé que me está brillando-

Su curiosidad de gato le fue inevitable, mirando de reojo a la que podría ser Parvati mirándose dentro de la camisa.

-¡oh por Merlín!, ¡déjame ver!- puede ser una buena escena porno como de comedia al ver la cabeza de ella prácticamente pegarse en lo que llamas tetas decentes de la otra.

Le daba algo de envidia, porque ellas si podían emocionarse, gritarlo, presumirlo (incluyendo las tetas) a los demás, mientras él debe ocultarlo, y nunca, nunca, dejarlo salir.

-muy rico y todo, ¿Por qué no se besan? Así me ahorran dinero de comprar porno de contrabando-

-ugh, me das asco- carcajeo Parvati.

-me interesa, prefiero castaños, pero los rubios no me desagradan- la otra se le acerco tanto en plan de coquetería que tuvo que echarse para atrás.

-¿Una belleza como yo a una Gryffindor? Sueñas alto muñeca- sonrió burlón.

-yo creo es hermoso todo esto- probablemente esta era el ángel y esta otra el diablo.

-¿esta maldita cursilería? Para nada, ha de ser mierda Hufflepuff para inventar semejante tontería- bufo.

Padma ladeo la cabeza, entrecerrando los ojos con una sonrisita juguetona.

-incluso los más malos desean amor, acéptalo Malfoy, tienes envidia-

-en toda esa pinta de chico malo debe haber algo...-

-para nada, de pan no solo vive el hombre querida, esto es para sangre sucias, si fuera por amor que viviéramos estaríamos muertos, ¿envidia yo? Envidio a las bananas, si sabes a lo que me refiero- gazno con gesto de la mano distraído.

Solo fue un segundo en que Padma con su dedo largo jalo del cuello de su camisa para luego darle un manotazo, con el corazón latiéndole a mil.

-vaya vaya, no es envidia, es miedo- se arre costo contra su hermana divertida.

-Malfoy está enamorado, Malfoy está enamorado- murmuraba divertida Parvati entre risas.

-¡cállense estúpidas!- le tapó la boca con su palma, aunque la retiro enseguida al sentir la lengua lamerla.

-oh Parvati, tenemos un chisme del príncipe, ¿Qué haremos? - se dijo así misma maliciosa.

Lo que más le faltaba, un par de locas sabían que está enamorado. Pero aceptaba que había bajado la guardia, y que olvido que de vez en cuando los gatos sacan las garras.

-¿podríamos gritarlo?-

-¿podríamos hacerlo ahora mismo?-

-¿Qué tal si le quitamos toda esa ropa?-

-mejor mojémoslo, me han dicho que tiene cuerpo sexy- alzo las cejas juguetona hacia el rubio, mirándolo de arriba abajo.

Le paso un escalofrió por toda su columna al pensar en eso.

-nada de eso malditas locas, abran la boca y las crucio por el culo- susurro furioso.

-tienes todas las de perder Malfoy, podría gritar ahora mismo- sugirió Padma recogiendo aire en su boca.

Ahora no solo fue la vieja loca de los lentes, si no también tiene encima a dos gemelas morbosas.

¿Cuándo se convirtió en un inútil?

Si llegara esto a oídos del señor oscuro, no dudará en escarbar en su mente, no repetirá el incidente con aquel mortifago que tenía un amor muggle secreto.

-oh por Salazar, si quieren Galeones entonces...-

-no queremos dinero-aclaro Parvati.

-aunque no está demás-contesto la otra.

-¿pues qué demonios quieren?-

-¿algún problema señor Malfoy?- callaron los tres ante el llamado de atención.

-nada profesora- estaba seguro que le saldrían coronas en la cabeza con la sonrisa inocente de ellas, si no fuera porque lo están chantajeando ahora.

Ya morí.

-pues si Malfoy, no queremos dinero-

-solo que le hagas la vuelta a Parvati, aun es virgen-

-¡yo no hare eso!-chillo en voz baja.

-¿Cuál es el problema? Yo la veo decente para una desvirgada- exclamo mirando de arriba abajo su hermana ante su vergüenza.

-¿acaso no deberían esperar esas mierdas de la personas indicada?-murmuro.

-pff, esto no es una novela, nadie quiere con ella, y sinceramente si fuera hombre yo tampoco-

-¡oye!-

-bueno, si no sirves como prostituto entonces como modelo será, ella está diseñando ropa-

-¿y a mi qué?-

-es ropa para hombre, y ningún macho quiere prestarse, mas específicamente la mayoría es ropa interior. Así esta la cosa, acepto una estúpida apuesta con Lois, una Ravenclaw, de confeccionar ropa masculina y presentar una revista, si no, la dejaran calva el resto de su vida para la próxima semana-

-¡¿y específicamente tengo que ser yo?!-

-tu eres un idiota que está a nuestra merced, esta tan desesperada que aceptamos incluso serpientes, eres guapo y...- con manos traviesas le subió los suéteres hacia medio abdomen de repente, ante la vergüenza de él, pegándole un manotazo y cubrirse con los brazos.

-maldita pervertida-

-¿Qué opinas Parvati? Tiene chocolatinas para lamer-

Tembló ante el baile de pestañas de la otra, sonrojándose y sonriéndole tímida.

-¡nada de eso!, ¡no seré violado por ustedes! ¡pidan otra cosa maldita sea! - se cubrió con sus brazos.

-hum aburrido, entonces basta con que te desnudes enfrente de nosotras y nos bailes un poco, Parvati nunca ha visto un pene, no habrá cámaras-

Esto era ridículo, negociando su cuerpo virgen para aquellas leonas, su madre pegaría el grito al cielo si supiera.

Por Merlín, tenia que elegir la mejor de las peores opciones.

-modelo, pero sin fotos-

-pendejo, ¿Cómo haremos una revista sin fotos? -

-arg, pero sin cara, y en privado-

-aceptamos, pero si te dejas manosear, más una fotografía con rostro secreta-

-ugh, me dan asco, acepto si puedo llevar a un testigo, más una inquebrantable, sin fotos de cara como dije-

-si es el morenito mejor, pero...-

-¿pero qué?- respondió mordaz.

- después del almuerzo- movió las cejas.

-o si no decimos que te bebes vientos con un Gryffindor- segundo con valentina Parvati

-¡yo nunca les dije eso!- se sonrojo molesto.

-no, eso lo inventariamos, pero tú mismo se echaste al agua solo-

-¿Qué ganan con todo esto?- se cruzó de brazos.

-¿Parvati? Que deje de ser mojigata y la gane a esa perra, ¿yo? Simplemente tener la sensación que Malfoy está comiendo de la palma de mi mano, agradece que no te pedimos cosas peores- encogió de hombros.

-debiste ser Slytherin- reconoció soltando una risa, incrédulo de estar en esta situación.

-tal vez, pero mi lugar siempre esta con mi hermana- termino la conversión para seguir mirando la bola de cristal.

-por Merlín, esto será un desastre- y lo podía ver en su café.

Pero aun así estaba bueno.

 

Notas finales:

pos ya saben, animos o nada.


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