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Corazón Viviente por alex solano

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Pansy no era de vueltas, así que le pregunto directamente porque demonios tenía los ojos irritados, y la razón de porque parece haberse comido un hipogrifo por lo robusto que estaba.

Tuvo que contentarla con el mismo papel que le dio Blaise, prometiéndole contarle todo al final de día, sí que salía vivo de esta.

Oh bendito sea Merlín de traerle manzanas bañadas en chocolate, como manjar consolador de toda esta marea de sentimientos experimentando en cuestión de horas.

Por cierto, sentía las miradas ardientes de 3 personas.

Primero miro al de ojos verdes, devolviéndole con una mueca burlona y arrogante, palpitándole el corazón al ver cuánto le gustaba esa expresión molesta y sonrojada de él. Luego recordó sus problemas 2 y 3, moviendo ambas las pestañas con falsa coquetería, o bueno, solo Padma, Parvati sí que deseaba un hombre.

Trato de ignorar todas esas señas exageradas de ellas, formando corazón con sus manos y lanzando besos al aire.

Pansy le dio envidia, porque tenían unas pestañas más largas que ella, y el labial de edición limitada que tanto busco.

Se pregunta una vez mas el porque no esta agarrando una escoba e irse de aquí, y se acordó que el viejo puso barreras por protección contra fuerzas oscuras, y que nadie saliera sin permiso, y el no pedirá permiso a sus padres, y resultara sospechoso irse, así como así. Si no puede salir, por obvias razones no puede evadir el corazón viviente. Esto también es culpa de los Gryffindors, semejante escandalo hicieron ayer en la noche, algo que involucra golpes, unos Ravenclaws y cuantos enfermos con Pomfrey, prohibieron las salidas hoy, que inoportuno. Una porción del bosque, la cancha de quidditch, el lago negro y demás están al alcance del conjuro del demonio, si fingiera estar enfermo, en la enfermería o cualquier parte de Hogwarts se le saldrá el corazón de todas maneras.

Blaise le interrogo que pasaba con esas locas.

-me desvestiré a cambio que se queden calladas- gruño.

-¿te harán una mamada por Potter?- murmuro jocosa.

-¿Por qué no lo dices más alto tonta?- le gruño mirando a todas direcciones.

-¿ósea cómo? ¿si te hará una mamada? Puta que oferton- silbo.

-ugh, mi espada no es digna de empuñarse con Gryffindors-

-jajaja claro, y Blaise no anda tras el culo de uno-

-como sea, es solo probar ropa, tomarme unas fotos sin rostro y quitarle la mojigatería de una de ellas. Por cierto, necesito un testigo del juramento-

-¡yo!-alzo la mano Pansy.

-tu solo quieres ver porno censurado-acuso el moreno.

-tu solo quieres lamer el culo de Weasley-

-¡basta!, vengan los dos, a mi da igual, y nada de cámaras Pansy- le advirtió.

-chamfle-

-ignorare que dijiste esa blasfemia muggle- mordió su manzana achocolatada.

Después de unos minutos, tuvo que ponerse al otro lado de la mesa con Pansy para que no le viera las demás casas, inexplicablemente su pecho comenzó a lanzar diminutas chispas, como aquellos cables pelados eléctricos muggle, no ayudando a su terrible situación.

Theo miro con ceja alzada las chipas que le estaban brotando al bajar su libro, sentado después de un espacio vacío de Blaise. Le juro con la mirada guarda discreción, y para sus ojos y boca abierta, se jalo levemente el cuello de la camisa, con una pequeña estela de luz brillando ahí adentro, iluminando su cuello hacia arriba.

-joder, te comiste los fuegos artificiales de los Weasley- exclamo Pansy, alejando su cuaderno de la mesa, temiendo que le prenda fuego.

-las gemelas del mal te están llamando- aviso el moreno.

-no puedo voltear, así como así- murmuro frustrado.

-bueno, no se leer muy bien labios, pero…creo que quieren que las veas en el aula de defensa en 10 minutos-

-¿no nos toca con los gatitos ahora?-interrogo.

-si, pero recuerda que para eso falta tres horas, y el aula está vacía por el momento-

Las dos gemelas se levantaron del comedor, caminando tranquilamente hacia afuera. Después de unos 5 minutos Pansy le dio su bolso para que se tape, con excusa que está siendo un caballero y le carga sus cosas, aun también eso sería más falso que la vida sexual de Dumbledore.

En el camino se toparon con McGonagall, que, con sus dedos, les señalo sus ojos a los suyos, advirtiéndoles que les estaba vigilando.

Antes de entrar al salón se aseguraron que nadie lo siguiera, con Pansy cerrando las puertas con un encantamiento de privacidad, girando hacia las gemelas que veían todo con gracia.

-acordamos un testigo Malfoy, no dos-

-Blaise lo es, ella está solo para masturbarse- señalo.

-¿tú tampoco bailaras para mi panquecito?- murmuro seductora Padma al italiano.

-ganas no me faltan, pero soy gay- encogió de hombros.

-T.T, los más guapos siempre son maricas- chasqueo la lengua.

 -Zacharias aun no sale del armario- aclaro su amiga.

-a ese ya me lo comí- carcajeo.

-¿Dónde estuviste todo este tiempo? Lástima que seas del rojo- se quejó.

-a lo que vinimos- tocio falsamente.

-asi…bueno, empelótate y déjate amar- giro la muñeca perezosa.

No había sentido alguno de batallar ahora, solo queda cumplir el trato lo más que pueda.

Apenas estaba tocándose la camisa blanca, pudo sentir las miradas rayos láser de todos, viendo las pequeñas chispas que salían de su pecho más el brillo rojo.

-¡Pansy! ¡dije que no trajeras una maldita cámara! – le gruño al ver el flash.

Nunca se pensó que dejaría ver en esas circunstancias, mostrando en vivo la prueba que ama devotamente a Harry Potter, un alivio que las gemelas no sepan esto último.

¿Qué tan ridícula es esta situación? Podría ser del tamaño de una ballena azul, y si, conoce las ballenas.

Le gusta las ballenas, son como los ángeles del mar, nunca puede entender como los Muggles pueden pensar siquiera en cazarlas por un maldito lápiz labial o aceite para freír.

Pero…en alguna parte de su mente, alejado de toda oscuridad de la guerra, asesinatos o marcas oscuras, se sentía como cualquier adolescente que perdió una apuesta, normal, o bueno, dentro de los estándares normales que un Malfoy con cohetes en el pecho pueda estar.

La vida seria mas llevadera si se preocupara solo porque no apareciera su rostro en las fotos, o que Parvati lo viole aquí mismo, preocupándose solo por platónicos, los deberes y cada cuanto debe vigilar las compras de Pansy.

Envidiaba esa vida de aquellas personas, incluso la tuvo hace poco, sin preocuparse de complacer a un lunático, salvar a su madre, y evadir ojos verdes.

Faltando la última camiseta negra los miro, casi estaban que se le lanzaban encima por la lentitud que le está tomando hacerlo, y no sabía si la más emocionada era Parvati o Pansy, babeando como viles perros.

Aclarar que antes siquiera venir aquí, se cubrió con un hechizo su marca tenebrosa, el tiempo suficiente en lo que dura esto.

Se quito la última prenda superior, mostrando su piel blanca desnuda, su torso, su espalda, sus brazos, pectorales y el infierno personal llameante en donde estaba su corazón.

Los demás vieron la luz brillante en esa parte, lazando diminutos fuegos artificiales al aire, sintiendo desde sus lugares una sensación muy cálida. Hipnotizados por espectáculo de luces, como ojos de gato mirando a un pajarito, incrédulos todavía.

-oh Malfoy, es precioso- rompió el silencio Parvati de manera dulce -¿puedo?- pregunto ella con sus dedos en ademan de tocar.

Le daba aun cosa dejarse tocar, pero un trato era un trato.

-¿entonces para qué demonios estas aquí?- pregunto bufando.

-ya, no tienes que ser así- se quejó la gemela tocando con la punta aquel brillo.

-¿Quema? ¿Qué sientes Pav?- pregunto impaciente su hermana.

-es que…Merlín- pego su palma al farol, casi drogada e ida.

-aun lado, tengo derecho de antigüedad-empujo Pansy, estrellando con fuerza su palma abierta hacia la piel, sacándole el aire.

-maldita…-apenas susurro, abrazándose el estómago.

-perdóname niñita, ahora calla- cual medimago comenzó a sobar alrededor, quedando ella también idea poco después, mirando al brillo como si fuera la más grande mina de oro que encontró.

-¡¿pues que tiene eso?! Dejo estúpida a Parvati- señalo a su hermana que no se había levantado del suelo.

-¿Pansy?- llamo el italiano, mirando al rubio que se encogió de hombros.

-Pans, ¿Por qué demonios sigues tocándome? - le gruño el rubio ya considerando pegarle.

-espera…- jalo la femenina lejos del rubio el moreno, todavía ida, no arrepintiéndose, le pego una bofetada en la mejilla, sacándola del letargo.

-¡estúpida, mi cachete idiota!-chillo ella sobándose el área.

-estabas más tonta que cuando te parieron, era la única forma- encogió de hombros.

-¡me duele!-

-se hombre- se giro.

Blaise miro receloso el pecho brillante del rubio, pensando qué demonios hacía, porque dejo tontas a las dos al tocarlo.

Camino hacia el con palma extendía ante la negativa del rubio, tocando la superficie cálida, recorriéndole una sensación relajante y hogareña por todo su cuerpo, sintiendo el cosquilleo de las chispas que comenzaron a aumentar, una sensación como cuando su madre lo cargaba de niño a su cama, susurros y canciones arrullantes, promesas de amor tan auténticas, sintiéndose tan libre, tan bien, tan amado.

Solo que este caso pudo separarse por su cuenta, retrocediendo lentamente.

-¿Qué mierda…?- fue todo lo que pudo decir.

-¡¿pues que rayos tienen todos?! ¡¿Qué paso Blaise?!- pregunto ya desesperado el rubio.

El moreno se sentó en un asiento vacío, aun parpadeando confuso.

-¡Blaise!-

-es que…no sé cómo decirlo, es como…son como las drogas-

-¡¿me estás diciendo que tengo yerba ahí dentro?!-

-¡no!, oh bueno, algo parecido, pero no fumado y perjudicial para la salud, creo…-

-pero en Herbologia no te hizo nada-

-supongo que es porque era menos intenso, y ya me gusta alguien- se señaló a su propio pecho.

-¿entonces Draco es yerba andante gratis?- interrogo Pansy de ademan de tocar, ganándose un manotazo del rubio.

-creo que podría ser Amortentia con yerba al tocar, las dos tenían una cara de retrasadas mentales- señalo Padma.

-bueno, creo que es lo más cercano- coincidió el moreno.

-aun así Parvati te tocara el culo y te tomara las medidas-aclaro ella señalando a la gemela.

-¿Qué estas ciega? ¿no ves lo que pasa? - se cubrió con los brazos.

-¿y? con eso tachamos de la lista hacer que se drogue Parvati, nos ahorras comprar contrabando-

-¿y si se muere? O pensándolo bien creo que le haría un favor al mundo- se descubrió.

-hmp, como sea, vinimos a quitarle lo inocente, y admito que tienes un cuerpazo, adelante hermana-

Blaise le dejo con su asunto hacia Padma para hacer el juramento, temblando ante los ojos dilatados de la gemela que se le acercaba como un zombi.

Él podía presumir de un cuerpo de infarto, aunque últimamente no se cuidado, pero conserva la definición de sus abdominales, pectorales en forma, con bíceps decentes, con su piel pálida cuidada y lampiña. A pesar que tuvo un gran periodo autolesivo, las cicatrices como prometió Pomfrey ya no estaban, y se aseguró cuidarse más a si mismo estos días.

Reprimió un gemido asustado ante el toque en su nalga, sería una largo minutos.

 

 

Los trajes en si no estaban tan mal…para una novata.

Y entre toqueteos, y palmadas por parte de Padma, más sus quejas al sentir la aguja pullándolo, resignándose con los brazos encima de su cabeza, pensó en el delicioso pastel de moras que le esperaba en la cena.

Pansy trataba de no reírse por tal situación tan ridícula que se ha metido, viendo re reojo las prendas y dar su opinión, pasándole otro par antes de ir al vestidor improvisado.

Tunicas, capas, trajes, Jeans, Sueteres, Boxers y flash le tenían ya cansado.

Blaise mirada otra parte, haciendo mariposas de papel que aleteaban en el aire por donde quier.

No podía ver porque le daría asco, ni tampoco podría imaginar que fuera cierta persona, porque tendría una erección y preciso se puso los boxers de licra.

Al menos de todos los trajes y hasta ahora ropa interior, debía admitir que solo el 10 por ciento no estaba tan mal, pero nunca le dirá en voz alta.

Aunque si se quejó del traje de cola de pingüino que se probó, juraba que tenía polvo pica pica.

-quédate quieto- se quejó Parvati, midiendo con el metro alrededor del muslo del modelo, incomodándolo.

-¿tú qué opinas Parkinson?- pregunto la otra.

-quedaría muy bien si hicieran del mismo material, pero aumentarle atrás para personas que si tengan culo-

-no tiene nada de malo el mío-le gruño.

-no digo que no esté mal, tienes carne ahí, pero no hay nada más delicioso que unas buenas nalgas de macho- se rio.

-pero si esta deliciosa esta tableta- pullo con el dedo el abdomen ante la molestia del Malfoy que se contuvo de darle un zape.

-tu, la virgen, te reto a lamerle- aposto Pansy.

-¡Pansy!-

-el trato es que te dejaras manosear, así que no me obligues a maldecirte, ¿así que porque no aprovechar? Apuesto 2 galeones a que no te atreves gata- aplasto contra una mesa dicha cantidad.

-bu-bueno, yo no…-se sonrojo Parvati.

-¡vamos Pav! ¡es dinero gratis! – apoyo su hermana.

-pero yo…-

-si, es Malfoy, al menos agradece que te conseguí a alguien cuerpazo y bonita cara, una lamida y ya-

-y por el sobaco- murmuro Blaise.

-¡traidor!-acuso el rubio.

-no es mala idea- pensó maliciosa la Slytherin.

-¿para qué mierdas están aquí?-pregunto molesto.

-una pequeña venganza por no contarnos tú ya sabes…-señalo su pecho chispeante.

-no sé qué hablan, pero no me importa, hazlo ya- chillo Padma.

-no quiero ver…-se cubrió los ojos al sentir el aliento.

Ha de ser Pansy que se equivocó de nuevo con el hechizo de aseguramiento, la iba a matar.

-¡QUIETOS!- la puerta se había abierto de una patada de repente, chocando la puerta contra la pared, causándole un brinco pequeño a todos más un infarto en progreso.

Snape vio con ojos abiertos como Parvati, congelada en su sitio, tenía la lengua pegada en el abdomen de su ahijado, casi desnudo, con fuegos artificiales saliéndole chistosamente, y los demás alrededor mirándolos asustados, con Pansy teniendo una cámara en sus manos, Padma detrás del vestidor tiesa, y Blaise con boxers en sus manos y galeones en la mesa, pensando lo peor.

McGonagall que había pateado la puerta miro incrédula todo. Abrió la boca dispuesta a gritar, tomando aire profundamente, llevándose a una mariposa de papel que revoleteaba cerca a su garganta, llevándose las manos al cuello, ahogándose.

Se nota que quiere gritar su apellido.

Todos estaban paralizados en su sitio, sin saber qué hacer, con McGonagall ahogándose, con las manos en su garganta.

Mierda…

-¡haga algo, se muere!- grito Padma al ver su jefa de casa muriéndose.

Snape salió de su letargo, mirando a McGonagall morada, también pensando las posibilidades de dejarla viva.

Así podría comer los panecillos sin recibir un manotazo en el desayuno.

La rodeo con sus brazos, presionando su abdomen, pulsando para obligarla a escupir.

-¡traigan agua!-

-¡profesora debe tragarla!-

-¡si estoy haciendo que la escupa tonta!- gruño Snape.

-¡Pansy no tomes fotos!-grito el italiano.

Él, viendo como todo se salió de las manos, con el pecho chispeando, en bóxer, con la dignidad más baja que Longbottom, y una profesora que se está ahogando, solo supo hacer una cosa...

-bueno ahora si, a correr- tomo lo primero que encontró, escapando por un lado de Snape y McGonagall hacia afuera.

Por los jadeos de la profesora pudo deducir…

¡Están en problemas!

Debía darle la razón a los amantes cuando corren mientras se visten, es demasiado difícil.

Como la prioridad es cubrir su verdad, se puso primero las camisas confeccionadas de Parvati, sin importarle que tan feas sean, pasando los 5 por un pasillo en el que iba Colin, con ojos abiertos incrédulos.

Padma corría todo lo que podía, Parvati tenía un monto de ropa en sus brazos, Blaise corría desesperado a su lado, Pansy todo lo que podía, con la cámara y una banana en la mano.

-¡¿Por qué tienes un maldito plátano?!-chillo Draco.

-¡es banana!-

-¡suelta el plátano!-le grito mientras trataba de colocarse los pantalones.

-¡es banana! ¡me la iba a comer después de la cena!- se quejó, doblando todos por un pasillo, para subir al séptimo piso por las escaleras movedizas.

Por desgracia estaba Filch arriba, que ya los había visto, junto con el prefecto de Ravenclaw.

-separémonos, no pueden atrapar a todos- sugirió el rubio.

Las gemelas se fueron por un pasillo del mismo piso, mientras los tres Syltherins votaron por ir al primer nivel corriendo.

No sabia si era obra del destino, pero que el conserje decidiera seguirlos a ellos era signo de una mala suerte, con la gata incluida, ha de estar poniéndose en forma, está más veloz que de costumbre.

Una que otra persona chillaba molesta cuando los empujaban para que salieran de su camino, con Blaise mirando ocasionalmente hacia atrás, y Pansy con el condenado plátano enganchado en medio de sus pechos.

Ridículo.

Sinceramente no sabia como pudieron reducirse a esto, parecen una versión aterradora del trio dorado, pero con mas clase y la elegancia por supuesto, aunque no en este día.

No lamento cuando tiraron a la menor de los Weasley por el camino, reiteraba, la odiaba porque si, no existía razón relacionada con un león de ojos verdes, para nada.

Que sus antepasados Malfoy le perdonaran, pero andar con una mescolanza de ropa era considerado crimen suficiente para ir a la horca, aunque sea en estas circunstancias.

Perdóname Salazar porque he pecado, he quebrantado la regla de lucir espectacular incluso estando literalmente en la mierda, sucio, pero con estilo.

Las cuatro camisetas, verde, amarillo, azul y negro le hacían parecer vomito de unicornio, lo único bueno son los jeans, Pansy recalco que le hace bien al culo. El pelo despeinado, sudado como cerdo, ropa fea, fuegos artificiales que le hacía parecer a un maldito dragón de carnaval chino, con un italiano que ahora se esta ahogando en su saliva, una loca cara de pug, y Filch que ha estado yendo al gimnasio detrás, esto era el ejemplo de lo que no se debe ser.

Esto era para Potter, pero definitivamente ellos lucirían mejor de lo que ellos están ahora mismo.

Sin pensarlo detenidamente por el poco tiempo, decidieron despistarlo conjurando en un aula vacía a las sillas para que se muevan, mordiendo el anzuelo el conserje, corriendo ellos hacia afuera, en la parte trasera de Hogwarts.

La luz del sol le quemo un poco, cegándole momentáneamente, con la yerba sintiéndose en sus pies descalzos, y los fuertes aires haciendo bailar su cabello rubio.

-¡esperen maldición!- jadeaba el moreno cansado.

-¡se nota la impotencia sexual que cargas, no duras nada!- burlo Pansy, siguiendo trotando.

-¡yo no tengo que estar corriendo por mi vida cada rato!- jadeo, apoyándose en sus rodillas, deteniéndose.

-reitero Blaise, debes volver al Quidditch, matas dos pájaros de un tiro y puedes ver a la comadreja- carcajeo ella.

el moreno observo a su alrededor, a pesar que estaban a campo abierto, el conserje no sale por estos lares, además que la roca de considerable tamaño en que están apoyados los oculta, si saliera McGonagall no les tomara de sorpresa. Miro a su amigo, que se sentaba en la yerba, murmurando un hechizo de limpieza en sus pies para ponerse los calcetines y mocasines.

-¿Cómo lo llevas?-

El miro su pecho, que seguía chispeando, aunque no tanto por las capas de ropa encima, podía pasar desapercibido apenas.

No entendió como las cosas saltaron a estas circunstancias, despertando tranquilamente en su habitación, el inicio del corazón viviente, descubierto por las gemelas, confesando sus temores a Blaise, enterándose ellos de su amor secreto, las chispas de su pecho, pillado de infraganti por su padrino en una situación demasiado comprometedora, una McGonagall furia que se ahogaba, corriendo como payaso de circo por los pasillo escapando del conserje, con un impotente, una loca que tiene un maldito plátano en los pechos, y las dignidades por debajo de Neville.

Oh, y solo comenzaba.

Viendo el panorama que no pintaba para nada bien, y por supuesto que se llevara el castigo de su vida, sin mencionar claro que estas cosas llamaban tanto la atención, que su padre o tía le castigaran personalmente…

Solo hizo una cosa.

Rio.

Rio tanto que se doblo en la yerba, ante la mirada asustada de ellos.

Esta rebeldía era como un éxtasis a su sistema sanguíneo, una espada que corta por tan solo unos minutos sus cadenas, sintiendo un poco de libertad, un poco de poder de hacer lo que se le diera la gana, sin preocuparse de un cabeza serpiente, o la marca oscura en su muñeca. Esto era vida. O bueno, sentía una parte de ella, dejándose acariciar por la brisa en su rostro, cerrando los ojos por un momento, y respirar un poco, solo un poco.

-no puedo imaginar lo que pudo pasar por la cabeza de mi padrino y McGonagall, parecía que filmábamos porno-se carcajeo.

-¿porno? No somo el personal para ello, tengo de amigos a dos Gays, uno virgen hasta después del matrimonio, y un impotente. Solo podríamos vender sexo lesbiano, y cariño, yo no soy arepera-

-¡no soy impotente carajo!-

-pero así te amamos, incluso si no dures ni una canción-le abrazo.

-ugh, ojalá no se me pegue el olor a gata- le empujo.

Draco solo pudo negar divertido, mirando a sus mejores amigos discutir estúpidamente.

Extraño tanto esto, le hacía sentir vivo, el aire fresco acariciando su piel, la emoción de hacer una travesura, sus amigos discutiendo por cosas banales, sin pensar nada más que sus propios problemas que de los demás.

Esto era lo que se estaba perdiendo, y posiblemente perderá para siempre, y quería al menos disfrutar cada momento que quede, antes que el ultimo grano de arena caiga en el reloj.

Era triste…

Pero también era feliz ahora, y aunque el caiga en las llamas de la guerra, su consuelo de lágrimas será decir: esto yo lo hice.

-¡Arg!- se llevó las manos a su pecho.

-¡¿Draco?!- pregunto alarmada Pansy.

Se removió en la yerba adolorido, sintiéndolo como un infarto de esos que le dan cada vez que ve a Voldemort, una sensación punzante en el lugar, como enterrándose un cuchillo y luego le abrieran con las manos, retorciéndose con gruñidos en el suelo.

Pansy estaba aterrada, acariciando el rostro y cabello de Draco en consuelo, mientras Blaise aplicaba los encantamientos de emergencia que le enseño su padrastro que sufría del corazón.

-¡¿Qué pasa Blaise?!-

-¡no lo sé!-

-¡¿Por qué no hacen efecto?! ¡¿Qué demonios tiene?!-chillo, sosteniéndolo de los hombros al verle removerse más fuerte y gritar.

-¡maldita sea! ¡Draco resiste! - aplico de nuevo los mismos hechizos, reanimación, carga al corazón, adormir lamiendo de músculos, todo.

De un momento a otro puso los ojos en blanco, arqueando la espalda antes de caer flácido en los brazos de Pansy, respirando pesadamente, con el sudor empapándole la frente, y un terrible malestar en toda la zona.

Las chispas de su pecho cesaron como fuente que fue desconectada, mirando ambos desconcertados ese cambio.


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