Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Corazón Viviente por alex solano

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Los jugadores volaban en un torbellino que parecía una guerra de verdad, los golpeadores desviaban las Bludger lo más que podían a darle al contrincante, los cazadores trataban de meter puntos en los aros, desde el inicio, antes de siquiera iniciar se vio como de un parpadeo pasaban de subir la escoba a los zarpazos de los leones y mordidas de las serpientes.

En el aire el rubio sonrió, cuidando y vigilando la posición de cada uno, Harper tenia buen ojo, pero dos cabezas piensas mejor que una, no por nada él tampoco fue capitán de ese equipo. Se notaba lo que le costaba al pelirrojo seguirles el juego con sus escuderos detrás. Aunque tenga que admitirlo el Weasley se desempeñaba bien, a pesar que mostraron tácticas falsas delante de sus ojos, aun así, se nota que le sorprende los cambios tan bruscos y repentinos de jugadas de sus compañeros.

La mirada gris pasaba por todos lados, desde los 4 cardinales de su posición, y de arriba abajo. Nunca hay que olvidar al jugador estrella de Gryffindor y la razón del porque esta montando una escoba cuando debería seguir tratando de reparar el armario.

Pero no era tan malo…

Sentía esa sensación de volar como un ave, con la libertad acariciando su piel en forme del aire mismo, con el oxigeno puro y frescura que le ofrecía esta tarde. Miro su muñeca vendada, si, esa cosa poco a poco comenzaba a quemar sus alas, y este seria el ultimo vuelo antes de caer de la escoba. No Sabía muy bien a donde fue Snape, había insistido mucho en saber cuales son sus planes, agradeció que su tía Bella le haya enseñado unos cuantos trucos, no ha recibido llamada del señor tenebroso, así que no es probable que en Malfoy Manor, sabe de buena mano que nunca le gusto esa casa, quería que viera su último partido de quidditch antes que tenga que irse.

El brillo de la Snitch le llamo la atención al campo, había captado un breve destello de la traviesa bola con alas. Si no agudizaba mas el de ojos verdes la vería primero.

Por eso debe estar preparado.

¡Ahí esta!

Ubico la Snitch volando como colibrí cerca de las gradas de Hufflepuff, miro al moreno que estaba al otro lado del campo, que daba algunas vueltas en busca de ella.

Voló en picada abajo, tan rápido como podía. La Snitch se percató de su presencia, arrancando a volar hacia arriba. La siguió, volando casi encima de las cabezas de Ravenclaw y Gryffindor, siguiéndole el paso a la esfera alada. En cuestión de segundos era seguido a la par por el moreno.

La Snitch zigzagueaba, volaba de arriba a bajo y los enviaba de un extremo a otro.

-¡a Weasley vamos a coronar! …- el coro tan conocido comenzó a ser cantado por su equipo.

Goyle golpeo la Bludger, Harry predijo que lo golpearía directo así que desvió hacia arriba, pero contra todo pronóstico, la gran bola le roso a Ron, desequilibrándolo. Félix como segundo golpeador imito la táctica, rozando la cabeza de Ginny pero sin llegar a golpearla, siguiendo con el coro.

Roseta comenzó a dar vuelta alrededor de los cazadores en su parte del campo, como ganadero arreando los leones.

Ron miraba todo sin saber qué hacer, aun protegiendo los aros, confundido, igual que Ginny, que ni le golpeaba las Bludger.

Draco percibió que Harry había perdido la pista de la Snitch, siguió siguiéndola unos segundos mas hasta que dio un giro brusco en dirección contraria, hacia arriba. El ojiverde miro al rubio que volaba a toda velocidad, con la mano extendida hacia delante. El brillo del sol le cegaba, pero asumió que si no alcanzaba al rubio su equipo perdería.

Eliza como posición de cazadora, hizo gala de sus preciosos diamantes en los broches de su pelo rubio, brillantes en arcoíris bajo el sol directo. Con la Quaffle llego desde una altura, eclipsada por el sol intenso. Goyle de una vez bateo al Bludger en dirección Peakes, que no la vio por estar concentrado en Eliza, derribado de su escoba enseguida. Ron miro como caía de su escoba, cuando alzo la mirada de nuevo miro la silueta de la cazadora distorsionada por el sol y los brillos cegadores de los diamantes, en un parpadeo la Quaffle había pasado por el aro, otorgando 10 puntos más.

Ginny trataba de volar hacia los aros de Slytherin, frustrada por no encontrar una apertura, cuando vio la oportunidad se lanzo directo a los aros, esquivando con maestría la Bludger lanzado de Felix, directo con ojos ardiendo hacia Harper que la esperaba tranquilo. Por una fracción de segundos vio como los labios de Harper murmuraban una frase, y solo fue un destello que perdió la concentración por conocer tal secreto. El dedo de Slytherin apuntando hacia la derecha le hizo mirar hacia esa dirección, lo ultimo que vio fue una pesada Bludger derribarla.

Aunque Gryffindor caía, Slytherin comenzaba a cansarse, con las jugadas de usar el sol en su contra agotándose, los leones aprendían rápido. Habían derribado a Eliza con la Bludger cuando iba en camino anotar. Harper se le había escapado dos Quaffle, y Goyle se había golpeado el brazo al no batear a tiempo.

Resistan

Draco seguía persiguiendo la nada, zigzagueando, con el de lentes atrás que comenzaba a darse cuenta de la ausencia de La Snitch, estando más concentrado en el rubio que la esfera alada.

Mierda, se esta dando cuenta, aun no.

el albino fue a mitad del campo, y paro enseguida, dando media vuelta.

Harry paro al darse cuenta de la jugada del Malfoy, mirando acusador al rubio que en su muñeca tenia un brazalete de ámbar, imitando el brillo de la pelota dorada si lo reflejabas al sol. Draco se detuvo, riéndose de haber caído por más de 5 minutos.

-eres un…- callo al ver la Snitch detrás del rubio, voló directo hacia la esfera dorada, pero contra todo pronostico el rubio bajo de altura abruptamente, revelando la Bludger que iba directo hacia él, esquivándola por poco, colgado de mano de su saeta de fuego.

El partido siguió su curso como lo predijeron los demás, con una ferocidad ardiendo por ambos equipos, pasando las horas, pero sin llegar a sentirlas por estas concentrados viendo la batalla en el cielo.

El Slytherin jadeaba cansado, tenía su cuerpo golpeado por las veces que lo había derribado la gran bola golpeadora, con sus manos dedos casi sangrándose por aferrarse a la escoba, y maldiciendo por su visión algo borrosa por no haber almorzado. Sin perder tiempo comenzó la persecución de la Snitch, esquivando a los demás jugadores que se interponían en camino.

La emoción del público volvio al ver los dos buscadores volver a estar a la par con la Snitch a su frente, solo los dos combatiendo por la victoria. Harry comenzó a sobrepasar al Malfoy siendo su escoba más rápida, comenzó a rozar la pelota alada en sus dedos.

Ya estaba cansado, este partido había durado mucho igual que los demás anteriores, solo que esta vez era ganar todo o perderlo todo. Si era un buscador innato con los demás partidos de las demás casas, el rubio lo dejaba como alguien con mucha suerte por lo difícil que le dejaba las cosas.

Iba a ganar…

Volteo una vez, por un segundo a la expresión del rubio que debía estar enojada porque volvería a ganar, sorpresa que le miraba los ojos intensamente por una fracción de tiempo, sin reflejar nada de ese sentimiento.

Su mano agarro la Snitch, terminándose el partido.

Alzo la mano en victoria con el colibrí dorado en sus manos, sonriendo.

Miro burlón al rubio.

-tengo tres ensayos de posiciones que estarán esperando- sonrió de lado.

-al contrario, Potter, hay un suelo que espera tus rodillas- la sonrisa tan blanca como maliciosa le desconcertó.

-atrape la Snitch, se terminó-

-sí, atrapaste la Snitch, pero eso no significa una victoria asegurada, ¿Por qué no miras el marcador? -

Pensó que el rubio hablada idioteses o solo alucinaba, pero quedo con boca medio abierta al ver el marcador.

Gryffindor: 320

Slytherin: 330

Miro incrédulo el marcador, haciendo cuentas de los 150 puntos de su Snitch y su derrota. Miro a su equipo, que prácticamente estaba muerto en el suelo, con la frustración en sus ojos llenándoles.

-veras Potter, tu eras el mayor peligro, si atrapabas la Snitch muy pronto como sueles hacer todo acabaría para nosotros. Tu equipo se basa mas en la victoria contigo que ellos mismos. ¿Qué tenia que hacer yo?  Siempre supe que no podría atrapar la Snitch con tu saeta de fuego, Simplemente tuve que distraerte lo suficiente para asegurar que mi equipo anote los puntos suficientes. Toda la acción estaba en ellos y no nosotros, yo solo fui un telón- se encogió de hombros, descendiendo lentamente al suelo.

El de lentes gruño, tenia que aceptar que fue una buena jugada por parte del rubio, no esperaba menos de él. A medida que descendía divisaba la hilera de Slytherins, todos golpeados y sucios, incluso dos desmayados en el suelo, pero con esa sonrisa maliciosa en sus rostros. En el medio el rubio brillaba bajo los tenues rayos del sol que comenzaba a ocultarse, con brazos cruzados en su pecho, mirando alternadamente el suelo y su persona. Pansy a su lado tenía la cámara mágica, masticando chile, esperando el momento.

-qué esperas Potty, venéranos-

Por mas que le duela el orgullo había prometido con mano ensalivada esto. Las gradas Gryffindor abucheaban a las serpientes, y las gradas de la casa verde estaban que se caían de sus asientos al estar casi estirados hacia delante para ver mejor tal acontecimiento que va ocurrir.

Con resignación se puso de rodillas, manchando el pantalón blanco con el verde pasto, mirando con enojo al rubio.

-todo tu equipo Potter, y digan ¡Alabado sea Salazar!- Pansy la amaba en este momento.

Gynni dijo maldiciones al aire, con Ron deteniéndola, mirándolos con odio puro. Dean negó con la cabeza apenado, los demás miraron acusador al Potter que gruñía molesto.

Los flashes venían de todos lados, unas de Potter solitario, otras con todo su equipo resignado a estar en las mismas condiciones que su capitán.

-¡Granger! ¡Oh Granger!- agito cantarín los pergaminos hacia la maga que consolaba al pelirrojo. Ella le hecho una mirada molesta al ver de qué se trataba.

-no es el momento-

-no claro que no, es el momento, en que tú, con la bufanda verde tan preciosa que te obsequiaremos porque tu cartera no alcanza ni para comprar un miserable hilo, iras con tus gatitos a que firmen de una maldita vez, si no es mucha molestia claro- meneo los pergaminos en el aire.

La morena le gruño exasperada, tomando de un manotazo el papel. Le decido una mirada de odio a Pansy cuando le enrollo la bufanda en su cuello, guiñándole un ojo coqueta.

Se acerco al Potter, mirándolo desde arriba. Aun no podía creer que había ganado, el octavo partido contra Gryffindor en victoria, el ultimo…

Sus alas ya estaban quemadas, por un momento miro a los ojos verdes de su imposible amor, y luego a los demás, algunos celebrando, otros abucheando, los demás comenzando a reír de las fotos ya sacadas.

Sus oídos se silenciaron, comenzando a sentir esa asfixia, como si paredes de un cuarto comenzaban a encoger, atrapándolo en una claustrofobia que no podía escapar.

Los ojos verdes desconcertados captaron los suyos asfixiados.

Ya no volvería a montar una escoba

Ya no jugaría quidditch

Ya no disfrutaría de la libertad

Ya no jugaría con Harry Pottter

Miro al moreno, que cambio su expresión a una interrogativa por la agobiada del rubio, incomprendido de tal cambio tan brusco.

Draco miro sus manos, y casi se ahoga al solo ver sus palmas sucias de sangre con su varita de espino. Ya no había nadie a su alrededor mas que soledad y los cuervos, enfundado en un traje tan negro que le enfermaba. La marca tenebrosa se movía levemente en su brazo pálido como si tuviera vida, el césped comenzó a morir y la marca tenebrosa lleno el cielo nocturno. El castillo era iluminado por brillos de maldiciones y conjuros, con los gritos de guerra llegando hasta aquí.

Draco…

Volteo con miedo a una de las entradas del campo, mirando con temor a un espectro parecido a un Dementor montando un Thestral.

Draco…

el ya ha visto la muerte, puede ver bien al corcel de la muerte, con el enfundado susurrando su nombre.

-¡Draco!- se sobresalto al sentir el toque en su hombro.

Blaise lo miro preocupado.

-¿estás bien?-

-si, ¿Qué sucede? - miro por ultima vez a Harry, con sus ojos avada intensos en su persona, dando media vuelta a los vestidores.

-McGonagall se ha liberado, y viene hacia aquí con los mil demonios-

Con lo que acaba de ver no estaba en condiciones de contradecir a la animaga. Apenas llego al vestidor se enfrento a la señora, que daba golpecitos en el suelo, con el rictos amargo en su rostro.

 

 

-------------

Felicidades, ya no había un solo héroe en el colegio, o era un decir, solo era una deidad en su casa, el resto los veían molesto, no le importaba, había conseguido una gran victoria.

Hoy en la mañana en el comedor, 12 de este mes, se deleito con las miradas enojadas de los leones, mientras las serpientes tomaban el te con sonrisas arrogantes. De regodeo al ver al Potter utilizar la bufanda verde, riendo en éxtasis al ver igual en condiciones al pelirrojo y su mejor amiga.

El pastel de mora le supo a gloria, más que otros días curiosamente, lo disfruto bocado a bocado, con un humor optimista el día de hoy. El café de esta mañana no se quejo que lo hubieran preparado mal, tampoco que Goyle comiera con la boca abierta, ni menos a Pansy poner los pies en la mesa.

Si, todo seria bueno, si no fuera porque era mentira, excepto que el pastel si estaba delicioso, y por supuesto que el trio dorado tengan sus bufandas.

La visión de ayer le dejo un mal sabor de boca, con el mareo y hambre de medio día no darle tregua, desmayándose apenas llego a los vestidores. Le calo, le afecto demasiado ese ambiente tan muerto y apocalíptico. Fue revivido por Pomfrey, saltando de la cama como cadaver que resucito entre los muertos.  Pansy de una vez lo cacheteo, gritándole lo idiota que era con lagrimas en el rostro, Blaise le dio apoyo con su mano en el hombro. Le fue vergonzoso que Pomfrey dijera su diagnóstico enfrente de sus amigos y McGonagall.

Anemia

Trastorno restrictivo de alimentos

Insomnio

Conducta autolesiva

No sabia porque de la nada la enfermera tenia ahora un diploma de psicoanalista, le escucho murmurar para si misma estado delirioso, entro otras cosas. Tampoco se explicaba por la gran dosis de confianzas que se le dio al revisar su cuerpo. No era de los idiotas que se rasguñaban las muñecas, se las hizo en los hombros y lado lateral del torso, gracias que se puso un encantamiento para que no viera su marca.

Dolor era como un pinchazo o pastilla que te permitía tener los pies en la tierra, despertando de sus fantasías de amor y paz para no engañarse a si mismo y completar su tarea, así como también cuando despierta, sintiendo que no está consciente, como si fuera un fantasma en el limbo, probando que está vivo.

No lo hace todos los días, solo lo hizo al terminar un fracaso intento de asesinato (sin ganas) a Dumbledore, así como también los textos consultados de como reparar el armario evanescente.

Realidad, realidad, realidad

Snape siempre veía la realidad de las cosas, y por ellos siempre tiene una solución o estrategia. El ha enfrentado muchos problemas, pero no de esta calaña, estar siempre en el plano de la realidad de las cosas le era muy difícil, siempre pensar en sus movimientos incluso 3 días a futuro, cuidando siempre de su conciencia y cordura, estando siempre consciente de lo que podría desatar sus acciones. La mente en ese caso siempre vuela para buscar un consuelo o fantasía que pueda prolongarse, negándose a si misma que no hay nada que temer a su alrededor, que nada esta pasando. Un error en hacer eso, era algo inconsciente y el dolor era la única forma de abrir los ojos y pensar.

En fin…

Las miradas de los presentes en la enfermería le hicieron pensar que ese encapuchado podía recogerlo ahí mismo con gusto. Se sintió culpable, se sintió avergonzado de sí mismo, se sentía como la peor basura.

Hasta ahora la vergüenza, sus amigos, la enfermera y el final de un partido de quidditch le revelaron una realidad también, una oculta todo este tiempo.

Estaba acabado

Nunca se dio cuenta que le faltaba alimento en su boca, mirando a la hora de comer su plato, con hambre, pero aun así no comía por algo que le ataba en el cuello, tan pronto como dejaba el comedor se pasaba la sensación. Tampoco se dio cuenta de las caminatas como fantasma por su cuarto cuando Blaise lo confeso a la enfermera, siempre con el miedo de dormir y no volver a despertar.  Ni menos que se había excedido de su dosis de volver a la realidad, con el cansancio invadiéndolo por depender tanto de la cafeína, como también los pequeños pero preocupantes cortes en sus hombros como costados del torso en su hermoso cuerpo. El cuidaba mucho de si mismo, siempre se ponía algunas cremas para mantener la piel perfecta, acondicionador para mantener suave su cabello, la mejor crema de dientes para tenerlos blanco nieve, y una apropiada musculatura perfecta en su cuerpo para ser como escultura de miguel ángel.

Con todo lo anterior pensado se miró en el espejo, en el gran espejo de su cuarto, como lo seria el de la reina malvada en el cuento de blanca nieves. Se vio bien, no como las veces que lo hizo al iniciar sexto año, con solo un breve vistazo en el reflejo bastaba, ahora se vio mas de 10 minutos antes de siquiera bañarse esta mañana.

El cabello estaba desalineado, vio con molestia que comenzaba doblarse las puntas hacia arriba, todo enmarañado. Sus dientes perdiendo el usual color blanco de su sonrisa. Bajos sus ojos había bolsas negras, ni decir se dé su piel blanca, más pálida que antes que le hacia ver como un enfermo. Se desnudo, viendo sin creerse lo que estaba haciéndose, piel descuidada, cortes delgados pero aun así necesitan tés de atención, sus perfectas marcas en el abdomen como bíceps comenzando a desaparecer por el hambre y falta de ejercicio.

¿estaba muerto?

o…¿estaba muriéndose?

Puede que mas la segunda, y faltaba poco para cumplir la primera.

Este no era Draco Malfoy, este era solo un reflejo roto, como si el espejo estuviera partido en grietas, pero no las veía, porque no se reconocía.

Se mareo, se enojó, se avergonzó, lloro en el piso de la regadera.

Estaba pudriéndose sin darse cuenta, y no podía frenarlo.

No sería como esas historias de alcohólicos que caían a fondo y luego se reintegraban a una mejor vida, no, esto era diferente.

Tenía que seguir su tarea, y por puesto seguir pudriéndose como manzana mordida que Blancanieves mordió y cayó al suelo. Quería ser como Aladdin, volar libremente con una alfombra por los desiertos, o Dumbo, ese cuento infantil Muggle que vio en las ruinas de lo que había sido un escondite clandestino de traidores a la causa de Voldemort.

Levanto ese libro, recorriendo las páginas de un cuento absurdo de un elefante con orejas largas que podía volar. Recorriendo con su vista las líneas y dibujos, para luego posar sus ojos grises en la casa hecha escombros.

-un traidor a la sangre- le dijo Alecto.

No quiso ver que más había en los escombros, con solo ver una muñeca de trapo casi le hizo vomitar de asco de si mismo y los demás mortifagos. Solo fue un sangre pura antiguo miembro de los mortifagos que se había enamorado de una hija de Muggles, teniendo en secreto dos preciosas hijas. El cadáver de su padre en los ladrillos, del resto de su familia no sabía, pero los gruñidos de Alecto le dieron una esperanza que habían escapado.

Y que nunca los encuentren

¿este será el destino para los que fueron obligados a tomar la marca o se arrepintieron? Era probable.

Tal vez era seguro…

Yendo al punto, ¿Dónde estaba el elefante volador que montaría en él, iría a su mansión y sacaría a su madre, yendo al alba sin parar?

No existía, era una fantasía, y por un momento, su corazón le dijo de verdad que existía uno, volando, buscándolo para ir con su madre y rescatarla. Se hecho a llorar de la felicidad al imaginar montar una alfombra mágica o un elefante orejón, y luego vio su marca, lagrimeando de infelicidad.

Y su mente le engaño con otra tetra, Harry Potter en medio de conjuros, montado en una escoba extendiéndole la mano, escapando del fuego de la guerra hacia una casa en medio de las colinas, con su madre esperándolos con el té de la tarde.

Tocio, tocio pétalos de flores que le dolieron la garganta, cayendo delicadamente en sus sabanas de esta mañana.

Miro esos pétalos, uno de los niveles nuevos que esta adquiriendo del conjuro del corazón viviente. Esos pétalos blancos y algunos rojos, demostrando lo puro y profundo de su amor por su león, que no hace mas que darle zarpasos a una serpiente como el cuando se le hacerca, sin ver que no era para morderlo, si no para enroscarse a su alrededor, abrazandolo sin lastimarlo.

Amaba a su madre

Amaba a Harry Potter

Y lloraba porque su amor nunca seria correspondido.

Y lloraba porque su madre parecía ser la única que lo amaba tan profundamente para dar su vida por el.

Y también lloro porque era mejor que Harry no sepa de lo profundo que es su amor hacia el.

No era malo soñar

Pero era malo cegarse por ellos

-maldita gata…-susurro.

-¿Qué fue lo que mando hacer esta vez? ¿a propósito, sabe de quien fue las acromantulas?- le pregunto Blaise.

-mejor ni me menciones a esas cosas del demonio, y no, no lo sabe. Ella me mando a lavar todos los platos del almuerzo y la cena, y de paso quitar las mugrientas telarañas de su despacho- dijo calmadamente.

-no pareces tan mortificado como de costumbre-

-pues debo aceptar que me lo he ganado Blaise, me he comportado como un maldito Gryffindor estos días, no es propio de mi- se llevo la mano al pecho dramático.

-pues creo que te le hizo bien- soltó sin pensar.

-¿Cómo?-

-nada Draco- hizo gesto de mano restándole importancia.

Las lechuzas entraron, volando en círculos por todo el comedor con los correos del día. Un Halcón negro descendió a la mesa de las serpientes, enfrente del rubio, su ojo viendo fijamente, con su pico afilado, sospechando el rubio mas de una vez que esa ave consideraba mucho arrancarle un ojo. Aun así, esa ave siempre es portadora de malas noticias, y era cliché por el negro de su plumaje como lo siniestra que se ve a simple vista. Un Halcón de la lechuceria personal de la mansión, el tenia el suyo, uno peregrino, pero con la serpiente rodando por ahí decidido dárselo a Astoria para que lo cuide, lo ha criado desde que nació del cascaron, era como un hijo con plumas para él.

Miro con miedo la carta atada en su pata, con un revoltijo en el estómago.

Mejor enfrentar el destino

La desato con cuidado, ya era bastante con el siseo del Halcón que quería arrancarle un dedo. Le dio como premio su salchicha, volando elegante a la ventana.

Casi estaba que sus compañeros pensaban que sufría de epilepsia al ver el leve temblor de sus manos.

Se le helo la sangre al reconocer la caligrafía de su tia Bellatrix, no importaba que estuviera firmada como anónima, esa letra podía reconocerla donde fuera. Casi pensó que con solo abrir el sobre ella misma saldría de ahí, lazando maldiciones con esa aterradora risa.

 

has llamado mucho la atención querido sobrino

esperamos avances

prueba con esto para ver si funciona tu bonito armario

 

su piel era mas blanca que el papel le daría envidia, con el corazón latiéndole en los oídos, repasando las líneas, las tres líneas tan cortas como mortales, como lo son las 3 imperdonables; la primera línea como el crucio, esperando por el en la mansión para castigarle por comportarse muy valiente, la segunda línea como el imperio, obligándole a reparar más rápido el armario…

y la última línea como el avada kedavra, al ver un mechón de la cabellera de su madre cuando volteo el sobre, cayendo en su mano.

Pansy ahogo un jadeo al ver el mechón en su mano, Blaise miro con ojos abiertos los cabellos platinados y castaños, Goyle bajo la mirada al recordar como su hermano estaba metido hasta el fondo por esto, Theo negó con la cabeza en pésame.

-Draco…-

-cállate- susurro.

-Pero…-

-dije que cerraras la maldita boca- dijo tan frio como tembloroso, recomponiendo la postura, guardando el cabello en su bolsillo, y la carta en el sobre, desapareciéndola con la varita.

Iba a vomitar…

Vio estrellas y luego colores negros invadiendo su vista momentáneamente, casi al borde de desmayarse.

Estaba arrinconado

Estaba perdido

Estaba prácticamente muerto

No solo era un llamado de atención, es una amenaza, como viles verdugos que saben cual es su debilidad, que ha vuelto de Francia y la tienen encerrada en la mansión, como un seguro para que cumpla su misión.

Tenía que empezar

Ha consultado mucho en como repararlo, no ha tocado mucho el armario por miedo a romperlo mas de lo que ya estaba.

Es hora de pasar a la práctica.

-Goyle, acércate-

El nombrado se acerco al rubio sobre la mesa.

-necesito que vayas después de una hora del almuerzo al séptimo piso, lleva a Crabbe si quieres-

-lo que digas-

Notas finales:

¿opiniones y comentarios?   eso eleva la moral de escribir :v


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).