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Corazón Viviente por alex solano

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Hoy parece ser uno de esos días que no podrá irse a su cama a llorar en la soledad de sus sabanas de seda.

Su querido padrino lo miraba de vez en cuando, y sentía esa sensación de una lanza tratando de entrar a su mente y revelar sus más profundos secretos. Suerte que ya ha aprendido levantar murallas mentales mas fuertes que el diamante, probable que sean resistentes con el mismísimo señor tenebroso, se ha enfocado mucho en su protección mental para no revelar sus más profundos secretos.

Miro al moreno, a ese de ojos verdes tan profundos como los bosques de gales, en las primeras filas al lado del pelirrojo, tratando de hacer correctamente la posición, era desafortunado que Horatio haya pedido de remplazo a su padrino, que aun tenia ese puño de hierro para dictar pociones.

¿Cómo Potter podía brillar tanto?

Ante sus ojos el león tenia esa aura tan brillante que él se quemaría tocándola. Era una conformada por bondad, heroísmo, valentía y amor libre. Cosas que el no tiene. ¿el héroe era mejor que él? Si, mil veces sí. Anhelaba estrechar su mano en plan de amistad y no de reto, deseaba tanto que le viera con esas gemas verdes felices que amargura o fastidio, deseaba tantas cosas y no podía hacer nada, ya no.

¿Qué hubiera pasado si hubieran estrechado sus manos? Una gran amistad posiblemente para sus alegres fantasías, una hermandad como envidiaba de Weasley, pero también un problema. Estaban con los mortifagos, si el hubiera sido amigo de Harry Potter como siempre deseo lo hubieran usado en su contra, y conociendo al moreno llegaría a su rescate y alta mente probable que muera.

Si, prefería mejor las cosas así, el dueño de su corazón no peligraría en un grado tan alto, y él podía seguir viéndolo desde lejos.

El amor era tan hermoso como un asco, el amor era una magia muy poderosa como el odio, no por nada ese sentimiento de calor en el pecho pudo repeler un avada kedavra propio de Voldemort, muriendo Lily Evans en su lugar.

Pero también un arma de doble filo, combatías con la cuchilla del frente y mas se enterraba en tu corazón y alma la del otro lado.

Era una agonía, era una depresión, era una tortura, pero justa al fin de todo, ¿Qué no le había hecho la vida un infierno? ¿Qué ya no estaba marcado por el bando que pelea el león valiente? Pues es su justo castigo, así como también no poder alcanzarlo, expresarle como encendía esa chispa en su pecho, siquiera tocarlo porque ya no lo merecía.

¿Dónde esta la magia del amor que tanto se presume que el señor tenebroso teme? No la está viendo, o simplemente esta tan consumido por la oscuridad que el amor no llegaría como una fuerza mística para cambiar todo. Como un deseo para cambiar toda su posición.

Aunque…. No era del todo cierto.

Si tenia aun amor, el de su madre que le dice siempre en sus cartas, explicándole entre líneas que cogiera su escoba y escapara para nunca volver, que no importaba lo que le sucediera en la mansión, nunca mirada a tras y viviera por los dos.

Si, el amor no lo tenía abandonado si le piensa bien, el amor de su madre era fuerte como Roble, nunca haría caso a las peticiones de su madre, si de verdad moriría al menos será junto ella, mostrando a ultimo momento que no es un cobarde y probar que una serpiente puede sacrificarse por los suyos.

El amor hacia Harry Potter tampoco lo ha abandonado, sigue latiendo ahí, pero esa magia no puede ser utilizada, porque sería inútil y malo, débil comparada con el amor que tanto le tienen el clan Weasley, sus amigos, sus compañeros, el director y muchos otros seguidores. Su amor por Harry Potter era fuerte, florecía como una rosa, pero el moreno no necesitaba su magia, tenia de sobra y solo pisotearía con burla esa rosa que florece de sus sentimientos hacia él.

El no amaría a alguien como el

Y lo acepta, porque así son las cosas.

Acepta que sus mas grandes amores son su madre y Harry Potter.

Acepta por amor que nunca abandonara a su madre.

Acepta por amor que Harry Potter debía ser feliz con alguien más.

Acepta por amor que el moreno estaba más seguro si seguía odiándolo.

Acepta que las fantasías felices vivirán en su cabeza y se las llevara su alma si moriría, con el secreto seguro en la tumba.

Se llevo un paño a la boca al toser, como es de buena educación de su estatus. Casi sentía vergüenza que estaba llamando la atención de una que otra persona por el sonido de su posible gripe.

Cuando termino miro con horror los pétalos de clavel en la tela blanca, enrollándolos con desespero, se le salió el corazón al ver un par que salieron volando. Enseguida guardo el pañuelo en su bolsillo, actuando tan naturalmente como le sea posible.

Maldijo de nuevo el hechizo del corazón viviente, era el antepenúltimo nivel que hacía padecer a los estudiantes al sentir su amor puro. En estos momentos le parecía una patética cursilería y no le ayudaba para nada como estaban las cosas, ya tenia suficiente con la paranoia del león que cuando podía lo acosaba, tratando se saber si en realidad era un mortifago o no.

Miro a su compañero de mesa con duda, increíble que no haya hecho explotar el caldero.

Neville Longbottom seguida removiendo la cosa pastosa -que claramente decía en el libro que no debía tener esa consistencia- con el miedo que se prenda fuego o estalle por todas partes y obtener el regaño de su profesor.

Le daba lastima, su padrino era poco tolerante con los fracasos, él lo experimento cuando le salía una poción mal en sus tutorías, y no ayudaba nada que fuera Gryffindor.

¿debía ayudarlo? Podía darle un pequeño acto de compasión y luego amarrarle los cordones en plena escalera.

¿Por qué su padrino no pudo emparejar al dueño de sapos con Potter? Se notaba a lenguas que le iba de maravilla ahora, raro pero cierto.

Se debatía si ayudarle o dejarlo a su suerte

Ahora mismo votaba por ayudarle, no quería que siguiera revolviendo esa cosa en el caldero, si explotaba le caería encima y Merlín sabrá que le podría causar.

Se paro de su asiento ante la ceja alzada de su padrino sentado detrás del escritorio, fue a la repisa tomando un caldero de plata un poco más grande, volviendo a su mesa tranquilamente.

Encendió el mechero y podría decirse que comenzó su magia como le decía Pansy cuando preparaba una poción.

Filtro somnífero para dormir, simple.

En el mortero hecho las ramitas de lavanda con dos medidas exactas, aplastándola en una pasta, dos gotas de moco de gusarajo al caldero, tres medidas de la pasta después de haberle calentado por 30 segundos, agito su varita y conjuro un hechizo para la fermentación sea mas rápida, dos medidas mas de ramitas lavanda, unos cuantos segundo y luego ramas de valeriana al caldero, todo como si fuera un verdadero profesional, finalizando con revolver 7 veces en el sentido de las manecillas del reloj. Con un toque de varita y el color purpura oscuro era el adecuado, viendo satisfecho su creación, y con nuevo tiempo récord.

Tomo dos viales, rellenándolos cuidadosamente, tapándolos enseguida para mantener su aroma y pureza al aire.

Tenia que seguir reparando el armario, apenas comenzó a tocarlo, era hora de agregarle mas empeño a tenerlo listo antes de medio año.

Tomo un vial y se lo llevo al escritorio, colgándose al hombro su bolso de cuero, dejando el otro en la mesa al lado de Neville, confiaba que no sea un estúpido y lo tome, así como también por muy bueno que se haya hecho de repente en pociones el león alfa, demore lo suficiente para que el pueda desaparecer y llegar a la sala de los menesteres.

 

---------- 

 

Hoy trece puede decirse que es una mierda de día.

Se ha caído de nariz al suelo, y le lanzo un embrujo a Blaise, no importa que no haya hecho nada, es su puta culpa que la tenga roja como reno de san Nicolás.

Estaba tarde, tuvo que compartir ducha con Blaise, aun no entendía los límites de su amigo para comprobar si aún seguía cortándose. Dio dos gritos, uno tan pronto lo toco el agua helada y otro sumado de una bofetada cuando accidentalmente se le cayó el jabón del italiano al suelo y con su cabeza le pego en los testículos.

Claro que después de eso hubo una escena caliente como vergonzosa.

La erección que se cargaba su mejor amigo no podía ser mas evidente, pues el era gay y a pesar de estar sintiendo algo por el pelirrojo no le era impedimento para ver el menú.

Para que negarlo, eran hombres que tenían un gran montón de leches en los huevos azules, sus orgullos les impedía lo más que podían hacerse una paja, sexo o nada. Bueno será el caso de Blaise, el aun era virgen tanto por atrás como delante, nunca se ha tocado ahí abajo en su vida, era un sangre pura que se respetaba.

Se baño lo más rápido que pudo, por mucho que haya una tensión sexual y Blaise sea promiscuo y un buen quita telarañas seria sin duda incesto, y no planea darle su virginidad a su mejor amigo, en un rincón de su mente tiene la fantasía de tener ese encuentro con alguien que ama, o siendo más específicos con Harry Potter.

No le hizo gracia que avioncito muggle con la cuchara en el desayuno, amenazándolo con seguir esta tortura vergonzosa o que coma de buena gana, y las miraditas de los demás viendo como Blaise Zabini le daba de comer con la cuchara era demasiado vergonzosa. Se puso rojo de ira al ver la comadreja Weasley riéndose en su mesa, y Harry viéndolo con una expresión rara, con sus ojos verdes quemándole encima. Podría ser casi igual al poder de visión rayos x que vio en una historieta en su clase de estudios Muggle, y para que negarlo, ese tal Batman estaba para tatuarse, aunque sean Muggles y dibujos sin movimiento no están para nada mal.

Sus clases le parecieron un sufrimiento, casi muriéndose de sueño en su pupitre. Le llamo la atención incluso el puñetero muerto de hambre espectro de historia de la magia Bins.

Y debe cumplir ahora uno de sus múltiples castigos impuestos por Perra-McGonagall el día de hoy al termino de adivinación. Pulir las bolas de cristal, poner en orden las barajas, sacudir el polvo de los tapices, limpiar las tasas y reabastecer el salón con café. Ahora mismo estaba viendo pinzas de cangrejo, pensando si limpiarlos o hacerles un favor a todos y arrojarlos por la ventana, la diosa calipso por mucho que se llame dudaba que viniera con humor de buenas a escucharte por las pinzas y caracolas.

¿Por qué mierdas les están enseñando invocar a una diosa inexistente? O si en el caso fuera real no le costaba matarlos en el agua.

-no digas groserías Draco- le regaño Trelawney.

-¿Qué? si yo no he dicho nada- gazno dejando de pulir la esfera.

-pero lo vi en el futuro-

-vieja loca…-susurro.

-te he dicho que no digas groserías, y deja de decirlas-

-¿y ahora que mierda voy a decir?- exclamo.

-también predije eso-

-mejor me callo- se paro de su asiento, pero tropezó con la pata de la mesa, cayendo de barbilla al suelo, con la esfera cayendo pesada en su mano.

-también vi eso-

-¿y no pudo habérmelo dicho?- exclamo con fastidio, sobándose la mano.

-predije que me daría risa así que lo deje pasar-

-mue..-

-rase- termino ella.

-¿pero que…-

-mierda?-

-deje de…-

-hacer eso-

-……-

-……-

-mi ma…-

-má me mima-

-D.C-

-O.P.N- termino.

Trato de su suprimir su risa por lo ridículo que era esto.

-usted no ve el puñetero futuro, solo es cuestión de predecir en el momento presente que hará el otro- acuso.

-¿no me crees?, puedo saber qué harás al término de la hora- el cambio de personalidad a una muy confiada le perturbo un poco.

-¿y eso que sería?- rodo los ojos.

Trelawney le saco el dedo medio.

-¡Oiga!-

-lo vi en mis cartas- encogió de hombros.

-¡pero si usted no tiene cartas!-

Encogió de hombros con expresión boba.

-¡no me venga ahora que no sabe nada! ¡usted es una farsante! –

Ya recordaba porque odiaba adivinación, concordaba para su muy pesar con la chica de oro, ¿Qué tenia en la cabeza el director traga caramelos? Esta vieja se veía que le faltaba una tuera y una buena cogida.

-¿no me crees todavia? Entonces te hará una buena predicción, y si en un año no se cumple entonces me iré del aquí- aseguro ella reacomodándose los lentes.

Abrió los ojos curiosos por la actitud tan segura y cambiada de la profesora. Si ganaba le haría un favor a esta escuela, aunque probablemente no viva para contarlo, Voldemort lo está matando lentamente como el cáncer.

- ¿y si usted gana? -

-serás mi asistente en mis clases el próximo año escolar libre-

¿el próximo? Habrá una guerra que arrasara con todo, y según Doña profesáis esta segurísima que se cumplirá, opinaba que él ganara la apuesta porque estará muerto, y en el caso que ella ganara igual se librara de eso porque estará muerto.

Que cruel eran las cosas, de una u otra forma estaba seguro que terminara en una ataud, o tal vez abandonado en un bosque, igual que aquel cornamenta que murió a manos de su padre. Queria creer que su padre podría darles una sepultura digna, pero con el no se sabia, parecía que todo eso de la lealtad a la familia estaba echada a la sombra con la de Voldemort.

Si, prefería morir que ser asistente de la vieja loca.

-hecho-

Ahogo lo mas que pudo el grito de niña cuando las velas se apagaron sin haber brisa en el salón. Las múltiples esferas de cristal comenzaron a tener una neblina azul brillante dentro, dándole un toque misterioso a la sala.

-hace años profetice una profecía, una tan letal como también nuestra única salvación-

Esa voz tan monótona le asusto, recordando en su mente lo más que podía la tan escasa información de esa supuesta profecía que se rumoreaba en los pasillos del cuartel de mortifagos. Una que no sabia que decía, pero tenia mucho que ver con la guerra encima que se dará. Ahora que la veía, tal vez era cierto de los rumores de que una adivina le había dicho una profecía que marcara el curso del fin de la guerra a Dumbledore.

-de una profecía desciende muchas otras, pequeñas, tan diminutas pero no insignificantes, una red como la telaraña que si cae una gota en el centro, lo demás se sacudirá. -

La profesora ahora parecía de esas brujas de la antigua Grecia que profetizaban las desgracias de los pueblos de Esparta, Atenas, los mares y Pompeya.

Ella en su mano susurro algo a una esfera, haciendo parpadear en su palma. Luego de un minuto ella se lo extendió, invitándolo a tomarla.

Todo gesto de burla se había borrado de su rostro, con un leve temblor tocando la lisa superficie de la esfera de cristal brillante.

Con duda la tomo en su totalidad, sintiéndola fría y viva. Se la acerco para verla mejor, echándole ojo a la neblina dentro de ella. Miro con sus ojos tormenta a la bola, esperando un mensaje o algo después de muchos minutos. Se carcajeo, pensando lo tonto que fue al pensar que pudo haber sido real.

-oye, no estoy viendo absolutamente…- quedo mudo al ver a su alrededor. No estaba en la sala de adivinación, si no en la entrada al castillo. El cielo era azul oscuro, como media noche. Trago duro al reconocer lo parecido que fue de aquella visión que lo hizo vomitar después del partido. Observo desde su sitio a Hogwarts tan oscuro como nunca se había visto, se escuchaban hechizos dentro del colegio, sombras tenebrosas, y vio con miedo la marca de los mortifagos en el cielo, una que parecía matar las nubes blancas a su alrededor, infectándolas cual veneno hasta tornarlas de sangre. Aullido de lobos, risas macabras, gritos de pelea.

Morirá

Morirá

Es inevitable

Los susurros alimentaban su miedo, como aquellos susurros que tanto le contaban que se escuchaba en el velo del ministerio, donde Sirius Black fue a parar, sin retorno alguno. Corrió hacia el castillo, quería ver con sus propios ojos si sus grandes miedos se convertirán en realidad.

En el cielo caerá

Como el sol que muere cada tarde

Y el plan comenzara a machar

Grito, tapándose los oídos a lo susurros incalmables, invadiéndole la mente como filosos alfileres que le pinchaban a su antojo la cabeza, descubriendo que estaba mudo, sin cuerdas bucales en este mundo, sin que oiga nadie su sufrimiento para su rescate.

Un estallido verde le hizo detenerse, como un destello grande y corto, como un meteorito pasando por el cielo, tan verde como frio. Vio con terror como alguien caía desde la torre de astronomía, como pluma en el aire, lentamente hacia el suelo.

La cierva comenzó avanzar

Como agujas del reloj no se detendrá

Hasta que llegue el momento ideal

Observo con temor la cara desfigurada de Harry a su frente, de rodillas y ciego ante sombras negras que reían, buscando algún lazarillo.

El niño besado por la luna no lo delatara

Al contrario del señor tenebroso le ayudara en su misión

Un filoso puñal entre la oscuridad apareció ante sus ojos, volando letalmente hacia él, brillante plata que cegaba como la muerte.

Pero el señor tenebroso le castigara

Algo terrible formado del odio puro le envenenara

Sintió un fuego en el estomago al ver una paloma volando en la oscuridad, tan blanca como las estrellas frías del cielo, rompiéndosele un ala de la nada, cayendo hacia abajo, aleteando en círculos, golpeándose con el suelo, moviendo su ala restante para elevarse inútilmente.

Y hay una posibilidad que sea consumido por su ira

Y entonces en una estrella se convertirá

Una serpiente casi tan grande como era Nagini, tan venenosa como atemorizante apareció entre las sombras, siseando y sacando la lengua viperina, deslizándose alrededor de la paloma, que aleteaba en intento de vuelo.

Volviendo al cielo iluminándolo por los siglos de los siglos

En ese entonces solo leo podrá rugir una sola vez

Antes que vuelva a la sabana de la noche

Por los siglos de los siglos

Los ojos rojos llameantes de esa serpiente le vieron, quemándole sus ojos grises, saltando a su rostro con los colmillos filosos, sumiendo en un pozo sin fondo, cerrando los ojos.

Se despertó de la ilusión al sentir la pesaba esfera caerle en el pie, rodando sin grieta alguna por el suelo, parado por el pie de Trelawney.

Agradeció el dolor de dedos, no quería vomitar en el tapiz que acaba de limpiar. Le dio un leve mareo con estrellas de colores invadiéndole la visión momentáneamente, perdiendo la coordinación levemente.

¿Qué mierda era eso?

Iba a vomitar, era seguro teniendo en cuenta el fuego en su estomago y el sabor agrio de su boca. La piel estaba segura que estaba más pálida llegando a lo enfermo. Solo en ese entonces pensó que la profesora de adivinación podía dar mas miedo que Snape en ocasiones.

-¿usted lo vio?- la voz le salió casi entrecortada.

-¿ver qué?- agarro la esfera en sus brazos, soplándole y quitándole una mancha inexistente.

Entrecerró los ojos después de haberse calmado, tomándose un par de minutos para recomponer su máscara social de las mañanas, mirando con sospecha a la profesora que calentaba agua en la tetera de Merlin no se sabe de dónde saco.

Ella no estaba chiflada, solo se hace la pendeja. Que le parta un rayo si no es verdad que Trelawney no fue Slytherin. Podrá hacerse la vaca loca, pero ambos vieron eso, y comienza a hacerse preguntas que tanto le afecto esa profecía a la de gafas, porque esta actuando de lo más tranquila.

¿tenia un papel importante en esta guerra? Lo dudaba, el no era el protagonista, mejor que le den el papel a Weasley, ese es otro león suicida que no le importaría un poco mas de peligro, total en este mundo ya hay muchos pelirrojos.

La cara deformada e hinchada de Harry le calo lo mas profundo, palpitando su corazón en miedo. ¿le pasara algo malo? ¿Quién le dejaría así?

Debía correr a su habitación escribir esa profecía.

Pero…

¿no se esta tomando muy a pecho esto? Las predicciones de la de lentes nunca le parecieron convincentes a alguien, ¿Qué aseguraba que eso iba a pasar?

Pero tenía que ver con Harry…

¿mejor no estar prevenido que lamentando?

¿creer o no creer?

Solo una cosa estaba seguro, que se venían tiempos muchos mas oscuros, y que solo el final de la guerra estaba en hombros de esos tres gatos con complejo de héroes y suicidas.

-¡Argg!- gruño revolviéndose la cabeza.

-¡vamos a buscar, las esferas del dragón!-

-¿Qué diablos esta cantando?- el gruño a la de lentes que movía estrellas raras en su esfera, algo sorprendido que de la nada actúe como la loca que era antes.

-solo algo del futuro querido- acaricio la esfera como vil tesoro, le dio un escalofrió en la espalda, tal vez no se hacia la loca.

Ya ha tenido suficiente del supuesto futuro.

Se fue del salón con un portazo, dándole el dedo medio al final.

-púdrete-

-¡¿señor Malfoy que cree que está haciendo?!-

-mierda…- tal vez debió hacer caso a esa predicción.

Pero si esa pequeña e insignificante predicción fue acertada, cosa que no creía mucho, ¿qué tanto de lo que vio iba a pasar?

Mejor seguir con el plan, no le ayudara en nada angustiarse por el futuro si no soluciona sus problemas en el presente, tenia que seguir en su labor con el armario, ya no iría tras el abuelo de dulces de limón, era mejor enfocarse en lo posible y real. Tenia que asegurar a su madre, tenia que seguir cumpliendo hasta que la vea a salvo.

Por cierto… debía entregar todas las firmas hoy, mañana era 14 de febrero, san Valentín para su horror, Pansy hoy iba a la entrada de los gatitos a recoger las hojas que Granger debía darle.

-no tan rápido señor Malfoy, me tiene que explicar algunas cosas-

 

Claro, primero tenía que librarse de nuevo de la gata.

 

 

siendo sincero creo que le falta fuerza a este capitulo, no se... tiene algo  que no me convence si esta bueno, supongo que lo dejo a criterio de ustedes. aclaro, no soy bueno en las profesias, asi que mi excusa si la que escribi esta mal es que no soy bueno en eso. 

comenten y apoyen, sus opiniones auydan mucho en el desarrollo.

 


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