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Dos corazones, un destino por meyagatha

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Notas del capitulo:

holii actualizacion nueva <3<3 para los que les interesa y les queda mas comodo estoy en wattpad, mi usuario es _ meyagatha y estan todas las historias de aqui <3 a leer

Una semana había pasado, una semana en donde no había visto a mis amigos, en donde me sentía un esclavo, en donde toda mi dignidad se había esfumado

¿Por que todo me salía mal? ¿Por que me metí con ijjuin? Lo detesto

-Misaki… ¿te encuentras bien?- la amabilidad de Ritsu era lo único que me calmaba, el era como yo, no era un maldito noble.

-si, lo siento, estaba distraído- su mirada verde atravesaba mi alma, el me conocía, a pesar de solo haber pasado una semana con el.

-extrañas a tus amigos ¿no?- claro que lo hacia. De seguro estaban preocupados, de seguro me estaban buscando y yo no quería meterlos en más problemas por mi culpa.

-solo quiero asegurarme de que están bien, quiero verlos- Mi alma estaba quebrada, mi corazón roto y lo único que me quedaba se había alejado de mi.

-no te preocupes. Takano san les dio tu carta. Dijo que ellos entendían y que te esperarían en esa posada- al menos eso lograba tranquilizarme.

-por cierto… ¿Por qué te enamoraste de ese guardia? Es un idiota- su cara se torno roja y sus ojos se agrandaron

-cl..aro que no me gusta ¿Por qué piensas eso?- el castaño era como un libro abierto, no podía esconder sus emociones

-porque tienes la misma expresión de enamorado que yo tenia. Cuidado Ritsu, el amor es peligroso y doloroso- al parecer el lo sabia ya que su tono de resignación lo demostraba

-lo se. Takano san jamás me vera de esa manera. El y yo solo somos amigos, además… el tiene prometida- grande fue mi sorpresa al enterarme de aquello. ¿Prometida?

- pero…creí…ustedes- no podía articular palabra. En aquella semana vi como esos dos intercambiaban miradas, como el azabache lo abrazaba protectora mente, el como creaban una atmósfera en donde no existía nadie mas que ellos

-estoy enamorado de el Misaki, pero no es fácil.  Además… ¿Por qué estaría con alguien como yo? Solo soy su juguete, aquel a cual recurre cuando se siente solo y yo no puedo negarme porque aunque sean solo migajas yo las quiero - todos eran iguales, cuando se creían mas que uno tenían el derecho de utilizarte a su antojo.

- vaya…no te merece. Eres una gran persona- parecía querer llorar, parecía que se desmoronaría, pero solamente me brindo una sonrisa triste

- en este mundo…los pobres no tenemos derecho a nada. Eso solía decirme mi mama- cuanta razón tenia¿yo que derecho tenia para estar con el azabache? Ninguno

- créeme que lo se mas que nadie- sin mas me dirigí al jardín en donde contemple al nostálgico rey mirar unas rosas blancas con mucho afecto, aun no podía descifrarlo

-así que me espías- al darse vuelta y conectar nuestras miradas me sentí avergonzado.  No, no me interesaba espiarlo.

-claro que no. Cumplo mi trabajo mi rey- respondí con sarcasmo mientras lo ignoraba y me disponía a realizar mis tareas

- no pareces mal chico, aunque aun no puedo soltarte- éramos esclavos, éramos pisoteados, todo por reyes como ellos.

- eres un paranoico, después de todo tienes toda la guardia a tu favor. ¿Por qué me retienes aquí?- me molestaba

- porque aun no confío en ti-

- Solo quieres tener más esclavos. Después de todo te da igual los sentimientos de las personas- el ni siquiera volteo a verme, solo observaba esa rosa.

-quizás…pero si fuera otro rey tu estarías en el calabozo y no paseando por mi castillo- en ese punto tenia razón…además…ninguno de los que trabajan aquí se quejaron. Todos parecían servir muy contentos a su rey.

-¿ya terminó? Quiero hacer mi trabajo- me molestaba, lo odiaba, jamás volvería a confiar en ningún noble

-mañana puedes ir a visitar a tus amigos, pero con la compañía de mi guardia-¿eso era real?

- gracias…- susurre mientras finalizaba con mis quehaceres y me dirigía a la cocina

-suéltame…- la voz quebrada de Ritsu me rompía el corazón

- ¿Qué te pasa últimamente? Te necesito Ritsu…no quiero estar solo- esa excusa, esa maldita excusa la había escuchado miles de veces, y aun así el no me eligió a mi

-ya déjalo- dije enojado mientras me ponía en frente del oji verde

-tu no te metas Misaki. Es asunto de el y mío- no permitiría que lo siga lastimando

-¿Qué no te das cuenta de que el esta enamorado de ti? Lo lastimas. Ya déjalo en paz- no medí mis palabras… ambos estaban sorprendidos

-Misaki…me traicionaste- maldición…

-Ritsu yo..- el guardia parecía un zombie y yo no sabia donde ocultarme

-pues si, estoy totalmente enamorado de ti Masamune- sin mas el se fue corriendo, dejándonos allí, totalmente helados

-así…que eso era- el azabache se sentó en el suelo y una pequeña lagrima salio de sus ojos

-no quería hacerle daño…no me esperaba esto…yo…lo siento tanto- y allí me di cuenta de que el no era igual al resto, quizás si estaba obligado completamente

- ¿de verdad tienes que casarte? Se nota que tu también lo amas- su semblante se relajo y por primera vez me hablo con suavidad

-no tengo alternativa…Erika espera un hijo mío y es mi deber mantenerlo- Ritsu debía estar sufriendo, cada vez que el lo besaba le dolía

-pues entonces enfócate en ella y no juegues con los demás- mi familia era lo que mas apreciaba y el castaño ahora era parte de ella.

Luego de vagar por el castillo sin rumbo termine en frente de aquella habitación prohibida, aquella a la cual nadie tenía acceso pero ya que estaba haciendo todo mal sumar algo a la lista no me mataría.

Al ingresar cuidadosamente lo primero que observe fue una hermosa vista al jardín, seguido de una cama matrimonial, una corona y una pintura, una pintura en donde se encontraba el rey y alguien a su lado, aunque su rostro estaba difuso y no podía observarlo bien.

Cuando me acerque más note que debajo de aquel retrato estaba escrito algo:

“para mi amado esposo. Te amo con todo el corazón, con amor Akihiko usami” ¿esposo?

-¿QUE HACES AQUÍ?- sentí miedo…el peliplata se encontraba ebrio, desarreglado, con un aura de odio

-eto..yo- sin poder moverme el se abalanzo contra mi y me empujo a la cama, estaba asustado

-¡S….ueltame!- no parecía querer escuchar razones, no estaba cuerdo

 

-no lo haré, no volveré a soltarte-¿de que diablos hablaba?

-¡estas ebrio! quítate de encima- algo me decía que no me haría daño, algo me hacia confiar en el, a pesar de su estado

-Haru...quédate conmigo, no me abandones- sin mas cayo rendido encima mio y yo aun no podía entender nada de la situación. Primero me gritaba y ahora parecía morir de tristeza ¿que secretos guardara?

 


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