Al siguiente día se realizaría el baile de compromiso en donde el príncipe Kyo elegiría a su futura esposa para casarse y así asegurar el linaje de los Ijuuin pero el muchacho solo podía pensar en lo lindo que se veía su novio durmiendo bajo la luz de la luna.
-Así que aquí estabas- dijo una voz que sorprendió a Ijuuin e hizo que retrocediera.
-¡Kirishima! No me asustes así- dijo mientras trataba a toda costa de que el guardia no se enterara con quien estaba esa noche.
- pensé que seguíamos siendo amigos- respondió el castaño con ironía y un tono severo
- se…se que te traicione en el pasado pero sabes que siempre seremos compañeros- dijo el príncipe temblando, tenia miedo de que lo delatara.
-deberías volver. Si quieres te escolto, a menos que tengas algo que ocultar- Ijuuin lo pensó bien. Si decía que alguien mas lo acompañaba y mas que ese alguien era su novio todo el reino se enteraría de sus preferencias y sus padres no se lo perdonarían.
-De acuerdo- respondió mientras se subía al caballo y ambos regresaban dejando a un somnoliento castaño que miraba como su amante se iba bajo la luz de la luna.
Al siguiente día Misaki regreso al castillo ya que le llevo toda la noche caminar hasta allí, pero antes pasaría a ver a sus amigos quienes siempre se reunían en una misma taberna.
-¡Misaki! – grito un seductor mesero quien con sus movimientos atraía la atención de todos los hombres de allí.
-Kisa tu nunca cambias- respondió débil el castaño mientras sentía que podría llorar.
-¿Qué te sucedió ahora?- respondió un imponente chico que estaba cansado de que ese príncipe jugara con su amigo
- Ijuuin me dejo solo en medio del bosque- suspiro mientras ambos amigos lo abrazaban y lanzaban insultos al idiota del novio de su mejor amigo.
- Debes dejar de hacerte falsas ilusiones- respondió una tercera voz que provenía de un oji azul- o terminaras como yo- agrego mientras sus ojos se veían apagados.
-pero lo amo… ¿Por qué tiene que ser el príncipe?- se lamentaba Misaki mientras buscaba consuelo en sus mejores amigos.
-yo creo que hoy encontraras al amor de tu vida en el baile. Es genial que el pueblo también pueda asistir- respondió ilusionado Kisa mientras secaba un par de copas.
-¡es verdad! ¡El baile es hoy!- recordó el oji verde mientras se levantaba rápidamente de su lugar e iba corriendo hasta el castillo – Nos vemos a la noche- Grito antes de desaparecer de la vista de sus compañeros.
Cuando llego se sorprendió de ver la cantidad de preparativos, desde las servilletas hasta los platos, todo debía estar perfecto.
-¡Hijo! No tenemos todo el día ¡Ponte a limpiar!- grito Manami a su hijo mientras este sin ningún otro remedio comenzó sus labores.
En la habitación real se encontraba un indeciso chico quien no sabia que hacer: amaba a su novio pero la presión lo estaba consumiendo y esa noche era la ultima oportunidad de elegir a Misaki antes de a una prometida.
-amar o no amar- se decía mientras se tiraba en su cama esperando a que le trajeran la vestimenta que utilizaría aquella noche.
A las 21:00 ya se encontraban todos los nobles y los campesinos esperando ingresar a ese castillo que para algunos era un sueño y para otras una autentica pesadilla.
- yo se que caerán con lo que tengo puesto- decía un confiado pelinegro que lucia un traje algo desgastado y unos zapatos que había robado de un cliente
-yo digo que te ves ridículo- respondió riéndose un castaño que no se dio cuenta que había alguien atrás de el y chocaron.
-l…o siento- respondió avergonzado, era la primera vez que Hiroki se sentía así
- no te preocupes- dijo un elegante oji azul quien no dudo en tomarle la mano al contrario y depositar un beso en ella- soy el Conde Nowaki Kusama es un placer- susurro mientras sonreía por ver al mas bajo sonrojado.
- No sonrías así idiota- contesto un indignado Hiroki quien por la vergüenza se fue a otro lugar.
- nuestro amigo es algo complicado pero es buena persona- dijo Chiaki mientras esperaba para entrar y devorar todo lo que hubiera en la mesa.
-Creo que es muy interesante- pensó para si mismo el Conde que había quedado anonadado con la belleza de aquel chico.
Mientras tantos puertas dentro del palacio Ijuuin intentaba que Misaki lo perdonara ya que el menor estaba muy enfadado y dolido con el
-Misaki juro jamás abandonarte de nuevo. Por favor perdóname- decía desesperado el oji violeta mientras se arrodillaba frente al castaño y le besaba la mano
-solo habrá una manera de perdonarte- dijo muy seriamente el castaño – que escapemos de aquí- no podía creer que le este pidiendo eso, aunque quizás era la mejor idea para seguir con el sin tener que afrontar a nadie.
-De acuerdo. Cuando sean las 00;00 espérame en la fuente del patio trasero, distraeré a todos y nos largaremos de aquí- el menor estaba demasiado feliz, por fin estaría con la persona que mas amaba en el mundo, aquel que había robado enteramente su corazón.
- te estaré esperando- dijo con una sonrisa y seguido de esto lo beso tiernamente sin esperar que esa huida jamás llegaría.
La fiesta transcurrió sin ningún inconveniente, todas las princesas seguían locas a Ijuuin, los pueblerinos comían y bebían sin parar, se podría clasificar como perfecta, salvo para algunas personas.
-Ningún noble ha volteado a verme- dijo Kisa mientras bebía copa tras copa junto con su amigo Chiaki ya que su tercer amigo había desaparecido misteriosamente
-oye el panadero parece verte fijamente- dijo el oji azul mientras percibía una mirada intensa de un chico castaño quien parecía anhelar a Shouta
-No saldré con un pobre- respondió mientras se iba indignado dejando al castaño solo, con su inmensa tristeza
-¿Que haces aquí tan solo Chiaki? Podrían atacarte- esa voz… la reconocería perfectamente en cualquiera lugar, era la voz de sus pesadillas
-No quiero hablar contigo Yuu- respondió tranquilo antes de que la ira invadiera todo su ser
-si estas aburrido podríamos divertirnos como antes- le susurro en su oído y antes de que pudiera reaccionar un chico mas alto aparto a Yanase de allí.
-Deja de jugar con las personas y compórtate- reprendia Hatori a su odioso primo
- pues luego nos vemos preciosura- susurro mientras era alejado por el mas alto pero para Chiaki su corazón ya había elegido con quien estar y era esa misteriosa persona.
Cuando la campana anuncio las 00:00 Misaki ya había empacado sus cosas y estaba listo para vivir el romance prohibido con su príncipe por lo que corrió y corrió hasta llegar a la fuente secreta en donde no contaba que una persona estuviera allí.
Tenía un semblante misterioso y algo nostálgico, su cabello brillaba con la luz de la luna y sus ojos violetas podían hipnotizar a cualquiera que los viera.
- Es muy tarde para huir ¿no lo crees?- su voz también era agradable, todo lo era.
- n…o huyo- respondió. Tenia miedo de que el fuera una mala persona y lo delatara.
-tranquilo, yo también quise huir miles de veces pero las responsabilidades son mas fuertes- ¿estaría siendo egoísta al pedirle a Ijuuin que dejara todo solo por el?
Antes de que pudiera pensar mas se empezaron a escuchar gritos que provenían del palacio, todas las personas chismosas corrían a ver lo que sucedía
-¡No es cierto padre! ¡El miente!- se defendía el príncipe mientras el rey lo veía severamente
- claro que no miento. Los vi yéndose por el camino oculto y esta noche planeaban escapar- Kirishima estaba muy feliz, por fin se había podido vengar de la persona que le había hecho tanto daño
-¡Eso es mentira! Misaki me obligo a ir yo no tuve nada que ver, además robo mi anillo y con el estaba extorsionándome. Padre ¿tu crees que saldría con un hombre que además es un simple andrajoso? Jamás.
El chico no podía creerlo ¿solo eso fue para el? ¿Un simple andrajoso? Sus lagrimas estaban saliendo sin control y una fuerte presión en el pecho es lo que sentía, estaba destrozado
- eso no es...- antes de que Kirishima pudiera decir algo el rey mando a llamar a Misaki quien era traído a la fuerza por sus guardias
-¿Es cierto lo que dice Kyo? ¿Qué tu lo extorsionabas?- el castaño prefirió no responder, aun tenia la esperanza de que el amor de su vida lo rescatara, que no lo dejara caer.
-el silencio otorga. Pues tú condena será el exilio. No podrás volver a este reino jamás- la madre de Misaki veía la escena con desesperación, su pobre hijo, sabia que pasaría, que en los nobles no se podía confiar.
- Jamás vuelvas aquí andrajoso- respondió Ijuuin mientras por dentro estaba destrozado, su corazón se había roto al elegir el deber antes que el amor.
Totalmente sin nada Misaki camino hasta su madre y lloro, lloro toda la rabia y tristeza que tenia acumulada
-Mi pequeño. Mi bebe- se lamentaba Manami quien quería a su hijo mas que nada en el mundo.
-mama tu necesitas el trabajo así que debes quedarte. Cuando consiga algo mejor te buscare para que estemos juntos de nuevo- ambos se abrazaron y la mujer le dio un pequeño amuleto para que este protegido.
Sin mas Misaki salio del palacio y se encontró con la persona que menos quería ver
-Misaki...yo- no sabia que decir, nada de lo que dijera podía ser peor.
-toma tu asqueroso anillo. No lo quiero. Espero que seas muy feliz con las princesas que tanto odias- Repudiando a aquel sujeto el chico se prometió nunca mas volverse a enamorar de un príncipe, porque solo traía dolor y sufrimiento.
Cuando estaba saliendo sus amigos lo esperaban con los brazos abiertos y una noticia
-Nos iremos juntos pequeño. Nunca te abandonaremos- y así los cuatro partieron del reino Sur, a buscar nuevas aventuras y quizás un nuevo amor.