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Infinito por Grinslevk

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a DMM, yo los tome prestados con fines de entretenimiento y diversion.

Notas del capitulo:

Es el segundo fic que escribo, una adaptacion de un Original que aun no he sacado a la luz, por lo que no se podria llamar adapatplagio ni nada parecido ya que la autora de ambos trabajos, soy yo, espero les guste. 

Hace muchos años, la humanidad ni siquiera pensó que la ciencia podría avanzar de esta manera, había conflictos internos entre países y gobiernos, por una simple razón, "hombres dotados de la capacidad de engendrar en su interior a otro ser", lo que para muchos fue una pesadilla, para otros fue una bendición, muchas mujeres que por causas genéticas no podían engendrar hijos en sus vientres, recurrían a distintos métodos para poder hacer realidad su sueños de ser madres, algunas de ellas terminaban decepcionadas al descubrir que aquellas madres sustitutas terminaban quedándose con el pequeño en cuestión, no pudiendo hacer nada a su vez por evitarlo, por ello, los avances científicos de una gran fundación, trabajaron de modo secreto para aliviar aquel mal que aquejaba a las mujeres, con el paso de los años, el planeta se fue llenando de seres con una capacidad especial, mujeres que contraían matrimonio con estos sujetos, celebraban internamente que aun cuando sus cuerpos no podían mantener un embarazo, sus parejas amorosamente les daban ese obsequio, siendo ellos los que llevaran el producto de su gran amor dentro, para ello no necesitaban mantener relaciones con algún otro hombre, sino el simple hecho de introducir un óvulo fecundado en su interior.


Las viejas creencias fueron desechadas al instante, generando una ola de nuevas y modernas familias, no solo el tradicional matrimonio hombre y mujer, sino matrimonios entre varones y entre mujeres, siempre buscando el cumplimiento de sus deseos, cada nuevo matrimonio era reconocido como igual, los mismos derechos, las mismas capacidades, la mejora del mundo se fue dando a causa de unos pocos que con muchos esfuerzos, demostraron que los países podían evolucionar sin guerras.


 


Martes 27 de octubre, 12:30 pm.


 


-Señor, es hora de levantarse-expresó un alto pelinegro, de pie junto a una enorme cama llena de cojines rojos, en medio de estos, cubierto por las sabanas carmesí, estaba un joven de aproximadamente veinte años, derrochando saliva sobre su almohada, el pelinegro que permanecía de pie, se quitó el rosado delantal para después enrollarlo, con rudeza golpeó las caderas del menor con este, logrando despertarlo de su letargo-es tarde, señor... su manager le está esperando en la sala.


-Shokudaikiri... ¡eso me dolió!-expresó el muchacho levantándose como resorte luego de tremendo golpe, se sobo con cuidado para luego revisarse, tenía una ligera tonalidad roja en el muslo derecho, pero nada grave, por lo que para molestar al pelinegro, se tardó una cantidad considerable de tiempo en ducharse y vestirse, el manager que esperaba en la sala, degustaba animosamente los bocadillos que Shokudaikiri le había llevado, ignorando completamente el hecho de que ya iban tarde para cierto compromiso.


-Kanesada es un buen chico-decía el manager mientras metía un trozo de queso en su boca, el pelinegro solo suspiro, cuando el chico salió de su habitación perfectamente arreglado, se sentó a desayunar al lado de su manager.


-¿Te comiste mi queso de alce?-cuestiono Kanesada Izuminokami, al manager que claramente casi escupió el agua que acababa de beber, miró a su protegido-un kilo cuesta mil cien dólares, ¿Estaba rico?


-Ah, bueno... le faltaba un poco de sal-dijo el sujeto avergonzado, el menor soltó una carcajada divertida y pasó su brazo por los hombros del sujeto.


-No te preocupes, hombre, para eso está la comida... y dime, ¿Qué haremos hoy?-cuestiono el joven, vestía una chaqueta de cuero negra sobre una camisa de cuello alto color blanca, sus pantalones negros se pegaban ligeramente a su bien trabajadas piernas, y portaba con elegancia unas botas estilo militar con incrustaciones plateadas en las puntas, su largo cabello negro estaba peinado ligeramente hacia atrás, siempre elegante.


El manager sonrió después de aquella escena, sacó de un portafolios un folder y la agenda del muchacho-veamos, ah, sí... debemos empezar la promoción del nuevo single, los conciertos de la semana próxima están cubiertos, las entradas se agotaron en menos de cinco minutos de que se abrieron las taquillas por internet, y en las taquillas físicas... en menos de una hora, serás un éxito-dijo el sujeto realmente emocionado.


-Todo es gracias a ti, siempre me tienes paciencia, desde que tenía dieciséis años-dijo el chico totalmente agradecido-y tú también, Shokudaikiri... has sido como un padre para mí, así que... démosle con todo a los fans, no quiero que ninguno se vaya con un mal sabor de boca-expresó con decisión.


 


Mientras tanto, afuera del estadio donde se llevaría a cabo el concierto de Izuminokami, el llamado "Murderer concert", había un sujeto que cubría su rostro con un cubre bocas y su cabello con una gorra de baseball, su atuendo deportivo le hacía pasar desapercibido entre los que esperaban impacientes en la larga fila, que aún guardaba las esperanzas de poder adquirir una entrada para el concierto de las semana próxima, sin embargo, una de las encargadas de las taquillas salió y con ayuda de un megáfono, dio la desafortunada noticia de que todos los boletos ya se habían agotado, los ahí formados sintieron gran decepción, porque por causas ajenas o privadas, algunos no habían podido ir más temprano al lugar, el sujeto que esperaba atento, se retiró enseguida, para después subirse a un elegante automóvil donde un jovencito lo esperaba ansioso.


-¿Dime que tienes el boleto?-cuestiono con desesperación, en sus manos sostenía una tableta electrónica y en la pantalla se podía ver el intento de compra fallido de una de las entradas al evento.


-Se agotaron también... deberías rendirte, no encontraras ni una sola entrada en línea ni en las taquillas-le dijo el sujeto, el muchacho suspiró decepcionado, había estado intentando comprar las entradas desde hacía tiempo-el año que viene quizás puedas asistir a otro concierto, no te decepciones tan rápido.


-No lo entiendes... logre obtener permiso para poder ir al concierto, sacrifique mis vacaciones del año próximo por este permiso, repondré las grabaciones en navidad y... comenzare a grabar una nueva película usando las vacaciones, no tendré tiempo libre hasta la próxima navidad-dijo el jovencito, el sujeto se quitó la gorra y el cubre bocas, para después mirarlo.


-No seas dramático, querías ser actor, ahora no te quejes-dijo y le ordenó al chofer que condujera rumbo a su próximo destino-muchos chicos ya querrían tener la fama que tú tienes, lograste subir en poco tiempo en la escala de la fama mundial, has recibido premios por tus actuaciones... deberías sentirte agradecido.


-¡Y lo estoy!, pero realmente quería asistir a ese concierto-dijo con un toque de tristeza en la voz-además, nunca dije que no me gustara hacer lo que hago, pero... estoy cansado de no poder salir a divertirme, las promociones y las ventas de las películas han sido exitosas, deberías darme al menos unos días de descanso, los merezco,


-¿No comprendes, verdad?, está bien... te daré la semana próxima como descanso, ajustare tu agenda, pero no quiero más berrinches-dijo el mayor- y otra cosa, no hagas tonterías que puedan perjudicar tu imagen, porque así como subiste en popularidad, cualquier tontería te podría costar todo lo que has logrado.


El jovencito desvió la vista, para mirar por la ventana, todo el trayecto permaneció en silencio, apenas llegaron a los estudios de cine, se encargó de dar lo mejor de él, en cada escena de su nueva película, la cual se tenía planeada, fuera todo un éxito.


 


Una semana después, la lluvia torrencial caía implacable en toda la ciudad, las calles lucían vacías, a las afueras del estadio, aquel joven esperaba atento, al menos quería escuchar desde afuera el inicio del concierto que se había de perder, sus ojos tristes demostraban el dolor que le daba no haber podido adquirir una de las entradas, retrocedió un poco, admirando el enorme poster del cantante en cuestión, lucía magnífico, dio otros tres pasos hacia atrás para admirarlo perfectamente, sin embargo, escuchó el ruido de una motocicleta acercándose, cuando giró para observarla, por poco es arrollado por esta, logró dar un salto, cayendo de cara sobre un gran charco, aunque de por sí, la lluvia ya lo había empapado completamente, el dueño de la motocicleta se detuvo y bajó, acercándose al muchacho, le soltó una fuerte patada en el trasero, empinándolo en el charco y haciéndolo casi tragar el agua.


-Hey, imbécil... ¿Te quieres suicidar?, si es eso, no me uses como medio para tus locuras-expresó el conductor, que llevaba puesto el casco y una larga gabardina negra para evitar mojarse de más, el jovencito se giró enojado por aquel proceder, pero aquella imagen, que en ese momento fue iluminada por un gran relámpago, le asustó demasiado, al grado de que cayó inconsciente.


 


Unos minutos después, despertó en una elegante habitación, recostado sobre un sillón de piel, color negro, sobre su regazo tenía una cobija y sus ropas habían sido cambiadas, no supo cómo, solo se levantó para buscar sus zapatos e irse, casi al instante, el dueño de aquella habitación ingreso, miro al jovencito ya despierto, dándole la espalda mientras buscaba algo con desesperación.


-Veo que ya despertaste, ¿Te gusta desmayarte en lugares públicos? ¿O eres uno de esos tipos que fingen accidentes para sacar dinero a los desvalidos?-cuestionó el muchacho, que no era otro que Kanesada, vestía un chaleco con estoperoles plateados, sin camisa, algunas cadenas colgaban de sus jeans negros y sus botas de punta metálica estilo militar, le daban el aire de ser un gran rockstar, cuando el chico volteo a verlo, se llevó una gran sorpresa al ver a su ídolo frente a él.


-¡Ka... Kanesada...!-decía el chiquillo nervioso, aquel mientras se le acerco, tomo la cobija y se la colocó encima, esta caricia hizo que el menor se sonrojara un poco, sonrió, el aroma de la colonia del pelinegro era exquisito, sus sentidos se habían impregnado completamente de él y sin pensarlo, lo abrazo.


El aludido enarco una ceja, apartó un poco al muchacho-oye, al menos dime ¿Cómo te llamas?, no vayas por ahí abrazando gente sin presentarte, estúpido-dijo, se sentó en el sillón, a la espera de que el evento comenzara, a lo lejos, se escuchaba el inicio de la banda de apertura, por lo que podía aprovechar y conocer un poco más a aquel "mal suicida".


-Ah, me llamo Horikawa Kunihiro-dijo el menor con efusividad, después de todo, estaba conociendo al objeto de su deseo, el pelinegro sonrió y asintió un poco.


-Bonito nombre, y dime... ¿Qué hacías allá afuera?, digo, descartando la posibilidad de que quisieras suicidarte-cuestiono de nuevo, le indico que se sentara, ya que el suelo estaba algo frío.


-Quería, ver si podía conseguir una entrada... estuve intentando muchas veces y aun así no conseguí ninguna-dijo el menor luego de sentarse, bajo la vista, entristecido por recordar que no había tenido suerte-tenía muchas ganas de ver tu concierto, realmente... amo tu música, sé que tú la escribes... así que... te he admirado desde que comenzaste tu carrera.


-Ok, entonces, eres mi fan-dijo el pelinegro pensativo, se levantó, Horikawa le observo ir hacia una pequeña gaveta en el fondo de aquella habitación, la abrió y sustrajo algo de ella, ese algo, fue arrojado a las manos del menor-es un pase VIP, era para mi hermano, pero lamentablemente tuvo algo importante que no podía cancelar, aprovecha, podrás ver el concierto en su totalidad, porque me caíste bien.


Los ojos de Horikawa se iluminaron llenos de felicidad, tomó el pase pero antes de siquiera poderle agradecer como era debido, el manager de Kanesada ingreso, para avisarle que era su turno, se colocó unas botas que el cantante le proporciono ya que sus zapatos estaban empapados y sería incómodo para el menor llevarlos puestos, salió detrás de aquel y presenció en todo su esplendor el espectáculo, apenas escuchó los primero acordes de la guitarra, su entusiasmo se fue al cielo, animado y desde primera fila, hizo realidad su deseo, enamorándose como nunca de las melodías que entonaba el mayor, la potente voz de Kanesada resonó acompasada por la música, los fans estaban enardecidos coreando cada letra de las canciones, agitando las manos y las cabelleras, las luces danzaban en el cielo iluminando con sus colores, los fuegos pirotécnicos llenaban de vida el oscuro espacio del escenario, las llamas salían del suelo causando más furor, todo el concierto fue un éxito indudable.


 


 


Al día siguiente.


 


Shokudaikiri entró a la habitación de Kanesada, llevaba un vaso con agua en las manos, apenas se acercó a la cama, vacío el contenido del vaso encima de la persona dormida en ella.


-Si le gusta dormir en lugares desconocidos, con gusto le doy la dirección de un buen hostal-dijo Shokudaikiri luego de arrojarle agua al menor, Horikawa se despertó asustado por aquella acción, pero se dio cuenta de que algo lo apretujaba bajo las sábanas, las levanto solo un poco y logro ver a Kanesada abrazándolo y durmiendo profundamente, el pelinegro entonces optó por jalar las cobijas y tirarlas al suelo, observando como su protegido dormía plácidamente abrazado como un bebé koala a su madre, suspiró, entonces sin mediar palabra, se arrojó sobre aquel, encajandole su codo en el costado para así despertarlo-señor, es hora de levantarse.


El quejido de dolor de Kanesada se escuchó en toda la habitación, cuando este se hubo levantado, se sobo las costillas, bostezando se metió al baño a hacer sus necesidades, dejando a Horikawa a merced de su guardaespaldas, quien le miraba curioso.


-B...Buenos días-dijo el menor totalmente asustado, el pelinegro no lo dejó explicarse, lo tomó por el brazo y lo llevó a la sala, donde ya le esperaba un delicioso desayuno, lo hizo sentarse y comenzar a comer, en lo que él iba a la cocina a preparar el jugo de Kanesada.


Poco después, el susodicho salió de su habitación, se sentó a desayunar, su actitud era distinta a cuando estaba en el escenario, Shokudaikiri le llevo un jugo de toronja con limón, y espero a que terminara, en lo que iba a la habitación del también pelinegro a sacar la ropa que debía lavarse, Kanesada mientras tanto observo al chiquillo, aquel metía en su boca un trozo de manzana, una travesura se le ocurrió, aprovechando aquella distracción, tomó el rostro del menor y le asesto un húmedo beso, el asombro de Horikawa fue enorme, para cuando aquella caricia término, Kanesada masticaba el trozo que le había robado de la boca.


-Realmente está muy dulce-expreso sonriéndole-se me antojo, lo comías con tanto gusto, que quise probarlo-agregó, Horikawa se levantó sin decir nada, saliendo un poco de aquel impacto, cerró su puño y con este golpeo el rostro del cantante, Shokudaikiri al escuchar el barullo salió de la habitación, miró a su protegido sobándose aquel golpe y luego al otro jovencito salir semidesnudo de la casa, suspiro, para luego irse al centro de lavado, Kanesada por su parte rió divertido, se levantó y siguió al despistado muchacho, afuera, este sentía la suave brisa fría de la mañana golpearle toda la anatomía, tarde fue cuando se dio cuenta de que solo traia puestos sus boxers, se giró para poder regresar, encontrando a Kanesada parado en el marco de la entrada y con una sonrisa ladina y burlesca.


-Si tienes frio, puedo prestarte la ropa de un adorable conejito que se quedó la noche anterior en mi cama-dijo aquel sonriente, Horikawa lo observo molesto, tembloroso por el frío que comenzaba a sentir.


-¡No soy gay!-exclamó molesto, y le dio la espalda, dispuesto a irse, recordando de nuevo su estado y que probablemente, dentro de poco las calles estarían llenas de personas.


-Anoche no decías lo mismo-dijo Kanesada para molestarlo más, el menor se crispó un poco, conectando su estado actual con aquellas palabras, así como el hecho de que amaneció en la misma cama que el cantante, Shokudaikiri quien había salido otra vez y vigilaba en todo momento a su protegido, regreso al cuarto de lavado a sacar la ropa limpia, dejándoles seguir en lo suyo.


Renuente, Horikawa se acercó al mayor, pidiéndole a su vez que le permitiera entrar a vestirse, Izuminokami se hizo a un lado, dejándolo ingresar.


-Lamento las molestias-dijo Kunihiro luego de que se hubo vestido, se preparaba para marcharse, Kanesada lo siguió hasta a puerta, donde le dio un sobre gris.


-Asegúrate de no perderlo-dijo, despidiéndose de aquel, Kunihiro se subió a un taxi, mismo que partió enseguida de ahí, en el camino abrió el sobre, dentro había una fotografía que se habían tomado la noche anterior, detrás de esta estaba el autógrafo del cantante, junto con una bella dedicatoria hacia su persona, el pase VIP que le permitía ingresar a los siguientes conciertos que daría esa semana y el single nuevo que estaba por salir, sonrió abrazando aquellos objetos y miro hacia atrás, donde solo alcanzó a notar las ventanas del segundo piso de la casa de su ídolo.


-Gracias-dijo animado, olvidando por completo el hecho de que le había robado un beso esa mañana.

Notas finales:

Muchas gracias por leer, espero les guste, actualizare pronto.


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