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Atracción sobrenatural por ValexWalker

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Notas del capitulo:

Hiiii

Espero les guste el cap

Felices fiestas a tod@s

Cuándo fue que despertó y en dónde, fueron y seguirían siendo un enigma para él. Recordaba gritos, mucho dolor y un ardor exorbitante por toda la garganta que solo después de atrapar un conejo y succionar toda la sangre que pudiese tener, tomó sentido para él; ahora era un monstruo exactamente igual a aquel sujeto: un vampiro.

Su estado de locura comenzó luego de asimilar la muerte de Lori y no saber dónde ese hombre había dejado su cuerpo. Rick la veía por todas partes, con el cuello ensangrentado y gritándole que la ayudase, mostrando una expresión de terror mientras de sus ojos las lágrimas no dejaban de brotar.

Llegó al extremo de hablar con ella y alterar su temperamento. Los recuerdos de lo que hizo en aquella época le eran muy confusos, pero de lo que estaba seguro era que había sido capaz de atacar y asesinar humanos y eso sería algo que jamás se perdonaría, aquellas muertes las llevaría sobre sus hombros hasta el resto de sus días, al igual que la de Lori. Pensó en acabar con su miserable existencia miles de veces, pero mientras el rostro del sujeto que le había quitado todo permaneciese vívido en su memoria, no podía rendirse.

Cuando estuvo nuevamente en sus cabales, decidió regresar al pueblo. Trató de esconder su condición lo más que pudo tan solo para darse cuenta que habían pasado cuatro años desde lo ocurrido y ya nadie mencionaba algo acerca de la misteriosa desaparición del Sheriff Rick Grimes ni la de su esposa.

El aspecto de Rick le favoreció mucho para lograr preguntar a algun poblador del tema sin ser reconocido; su barba y cabello se encontraban bastante crecidos y la vestimenta negra en su totalidad que siempre llevaba, lo hacían parecer un curioso viajero con falta de dinero.

 

—Cuando el Sheriff Grimes no se presentó a trabajar a la estación, sus colegas fueron a buscarlo a su casa. No hallaron a nadie allí ni tampoco la camioneta que tenían, por lo que trataron de seguir los rastros y dieron a parar al bosque. Había restos de una fogata y sangre en el suelo, pero no encontraron al matrimonio ni el vehículo. Los policías investigaron el caso por mucho tiempo, pero al no encontrar nada que pudiese ayudarlos a descifrar lo ocurrido lo dieron por cerrado. Algunos piensan que uno de ellos mató al otro y luego huyó, ya que la sangre q se encontró pertenecía a ambos, además después se supo que Shane Walsh, amigo de Grimes, se entendía con su esposa y que quizá eso había sido el desencadénate de la tragedia. Lo más curioso es que dos años después de lo ocurrido, Shane también desapareció, nadie sabe a dónde se fue ni con quién, se lo tragó la tierra.

—Ya veo

 

Se quedó solo un par de días en King County para luego regresar a su vida de ermitaño. Él era un vampiro ahora y no necesitaba nada más que sangre para sobrevivir, atrás habían quedado las necesidades médicas, alimenticias y sociales que cualquier humano requería para una vida plena.

Agradecía infinitamente que el mito de que los vampiros no podían caminar bajo el sol fuese solo eso y aprendió por su cuenta cuales eran las cosas que en realidad le afectaban para poder estar preparado a futuro, Rick no se había olvidado de su juramento, él haría pagar a ese sujeto de la forma más lenta y dolorosa, lo mataría así fuese lo último que hiciera.

En la actualidad se encontraba a las afueras de una gran ciudad y con ocho años más encima, aunque no se notase en su apariencia debido a su inmortalidad. Había llegado hacia allí mientras vagaba sin rumbo y quizá porque, a pesar de haber vivido durante tanto tiempo en soledad absoluta, necesitaba todavía del calor humano; al menos el ver gente lo hacía recordar épocas mejores, al igual que aquella patrulla, la cual le había hecho recordar con nostalgia su época como sheriff y el cómo su vida había llegado a ser como era.

—Sé que no debería, pero me gustaría hablar con alguien, un saludo recíproco será suficiente

Caminó en línea recta escondiendo su rostro lo mejor que pudo con el sombrero color café oscuro que llevaba, no tenía el mismo diseño que su sombrero de sheriff obviamente, pero le ayudaba a pasar desapercibido, no sería bueno que alguien lo reconociera alguna vez, esa fue una de las razones por las que se alejó lo más que pudo de su tierra natal.

Tras casi veinte minutos de caminata bajo el intenso sol, que puede que no lo matase, pero sí que lo fastidiaba y mucho, Rick divisó un cartel de color verde y letras blancas a un lado de la carretera dándole la bienvenida.

—Bienvenidos a Atlanta, siempre muy original

¿Quién fue el imbécil que dijo que la inmortalidad era una de las cosas más anheladas por los humanos? Él quisiera tenerlo en frente y luego de una buena golpiza preguntarle una vez más si pensaba lo mismo.

Cuando se vio envuelto en el mundo sobrenatural tras toda aquella tragedia que prefería no rememorar por el bien de su estado anímico y mental, creyó que no podría encajar y terminaría muerto en menos de una semana, pero teniéndose allí, sentado con una vaso de whisky en la mano mientras observaba a los miembros de su manada reír y charlar amenamente, podía decir que había estado estúpidamente equivocado.

“Los salvadores”

Le agradaban, sí, eran su gente después de todo, no obstante luego de cumplir su venganza y convertirse en el hombre al mando, el aburrimiento no se hizo esperar; décadas y décadas de lo mismo: maldita inmortalidad.

—Jefe— un hombre un poco obeso y de cabello oscuro ensortijado se acercó a él mostrando una expresión seria— tenemos un problema

— ¡Mierda, Joey! —sonrió mientras levantaba el vaso en dirección a su subordinado, no entendía el porqué de su ceño fruncido, pero no podía ser algo tan grave si tan solo un día antes habían patrullado la zona sin encontrar alguna irregularidad ¿cierto? — ¿Qué sucede amigo? No me digas que quieres más dinero para comprar hamburguesas porq…

—Un intruso— podía considerarse una falta de respeto que interrumpiera a su jefe, pero sabía que esa situación lo ameritaba y si dejaba que más tiempo corriese sería él el receptor de toda su molestia después

— ¿Otra vez Gareth y su mierdecilla de grupo? — su sonrisa se desvaneció de solo recordar el rostro de esos psicópatas rebeldes que lo único que hacían era causar problemas en la ciudad

—Ojalá fuesen ellos— sin querer comenzó a sudar, no por el miedo que le causara el intruso, sino por la reacción que su jefe tendría al oír de él

—Habla ya, Joey ¿Quién demonios se ha atrevido a entrar en  mi territorio?

—U-Un vampiro

Joey cerró los ojos, pero luego de unos segundos sin escuchar ningún grito o golpe proveniente de su jefe, los abrió lentamente. Acto seguido, dio un grito ahogado al observar los ojos del hombre más alto tornarse dorados mientras apretaba fuertemente los restos de lo que una vez fue un vaso de vidrio. Sangre comenzó a chorrear de la palma de su mano e inmediatamente el olor de esta fue percibido por los demás miembros de la manada, los cuales dejaron de charlar entre ellos y se colocaron todos arrodillados con la cabeza gacha frente a él, incluyendo a Joey.

—Tomo la responsabilidad de esto, al final fui yo quien dejó que todos celebraran el haber expulsado al imbécil de Gareth y no coloqué vigías en la entrada de la ciudad— comenzó a caminar lentamente de un lado a otro mientras apretaba fuertemente los puños tratando por todos los medios no descargar su ira contra los demás— sin embargo, no permitiré que el intruso pasee libremente por nuestro territorio ¡Una mierda que lo haré! Ningún puto vampiro viene a nuestra casa y se va sin un rasguño ¡¿entendieron?! — Pateó con todas sus fuerzas la mesa donde estaba la botella de whisky que antes estaba bebiendo, provocando que el líquido dorado se desparramara por todo el suelo— Vayan y tráiganlo

En un parpadeo quedó completamente solo en la guarida, la cual era un gran estacionamiento lleno de motocicletas y algunos vehículos, maldiciendo internamente el tener que lidiar con un chupasangre tan repentinamente, nunca podría superar el odio que les tenía, a pesar de consumada ya su venganza, aquel rencor no desaparecía, llevaba durando más de cincuenta años y podía asegurar duraría toda su vida.

—Una maldita eternidad

Recordaba haber visitado aquella ciudad cuando niño, su padre había permitido que lo acompañase a encontrarse con un amigo con el que iniciaría un negocio, y la primera impresión que le dejó no había sido buena. Atlanta era una ciudad muy grande a comparación de su pueblo natal, muy ruidosa y donde reinaba la delincuencia. Antes se podían apreciaban muchos carruajes en las calles a cualquier hora del día, pero ahora más de treinta años después, los vehículos los habían reemplazado, algo que para Rick no hacía más que sumar desventajas como el tráfico y mayor contaminación, pero ese era el precio de la “modernidad”, no se podía luchar contra eso.

Caminó lentamente por los alrededores del centro y observó varias parejas y familias paseando alegremente. Al instante una ola de dolor lo invadió, pero decidió ignorarla y no pensar demasiado. Era imposible para él volver a tener algo parecido a lo que sus ojos veían debido a lo que era y lo sabía, la soledad era su compañera ahora y a pesar de que la odiase, era todo lo que se le tenía permitido.

Siguió caminando en línea recta, tratando que su sombrero cubriese la mayor parte de su rostro. El sol no quemaba como en otros días, las  nubes lo opacaban y lo agradecía; sin embargo, aún estaba muy claro y eso le molestaba mucho, algo irónico ya que antes de convertirse en vampiro una de las cosas que más disfrutaba era echarse en la grama con el rostro directo al sol y disfrutar de la sensación cálida, pero ya no podría regresar a esos tiempos, sería una de la muchas cosas más que extrañaría.

Después de casi media hora de exploración fue a parar a la zona de posadas. Le hubiese gustado tener el dinero suficiente para poder alquilar una de ellas, pero el poco que había logrado hacer antes de arribar a la ciudad lo había gastado comprando unas cuantas mudas de ropa y botellas de vino. La mayoría del delicioso licor había terminado siendo tirado y reemplazado con sangre de conejo o vaca por el bien de su alimentación. Necesitaba consumir por lo menos una vez por semana para mantenerse saludable y no podía arriesgarse a caer en abstinencia estando completamente rodeado de humanos, no volvería hacerle daño a alguno, lo había jurado.

—Me tocará dormir en la calle hasta que encuentre la manera de hacer algo de dinero

Rick suspiró profundamente y decidió ir hacia algún parque dónde pudiera instalarse, una banca estaría bien por esa noche. Él preferiría dormir en el día, por lo molesto que la luz solar era para él, pero se rehusaba a dejar sus viejos hábitos, algo del sheriff Rick Grimes tenía que permanecer con él, su yo vampiro le había quitado el placer de los alimentos, la compañía, la temperatura corporal, el disfrutar del verano… no dejaría que alterara también su ciclo circadiano, no lo permitiría.

Mientras avanzaba a paso lento sus sentidos se afilaron como nunca antes, se asustó por un momento ya que en los cuatro años que llevaba lúcido después de convertirse ningún humano había logrado crisparle los nervios de esa manera.

“Acaso es otro…”

De un momento a otro se vio rodeado por varias individuos y sin quererlo sus garras comenzaron a mostrarse.

—Será mejor que no intentes nada, no podrás con todos nosotros así que ahorra tu energía, chupasangre

Al escuchar cómo lo llamaron su cuerpo comenzó a temblar, pero trató de disimularlo. ¿Cómo sabían lo que era? ¿Quiénes eran ellos?

Levantó la vista lentamente y observó a varios hombres y mujeres vestidos de una forma muy normal, parecían humanos a simple vista, pero su instinto y el olor que ellos emanaban le decían lo contrario.

— ¿Qué es lo que quieren?

No se le ocurrió nada más que preguntar, tenía la sensación que fuese cual fuese su interrogante, no sería respondida.

—Nos acompañarás, andando

El hombre de bigote que le hablaba parecía ser el líder de aquel grupo, guiaba a los demás con la mirada, posicionándolos a su alrededor estratégicamente e impidiéndole cualquier vía de escape.

Por un momento pensó en utilizar su velocidad, pero podía que aquellos sujetos fueran igual de rápidos que él y las consecuencias de intentar escapar no serían nada buenas, él era fuerte, sí, pero lo superaban largamente en número y no tenía posibilidad de salir ileso del enfrentamiento.

Caminó junto a ellos sin oponer resistencia y se sorprendió al notar que las personas cercanas a donde él y el grupo se hallaban no le daban la más mínima importancia al espectáculo, tal parecía que aquellos sujetos eran conocidos en la ciudad y eso lo ponía aún más en desventaja.

Después de caminar por quince minutos en absoluto silencio, solo notando las miradas desagradables que algunos miembros del grupo aquel le dirigían, llegaron hacia una zona algo desolada. Pudo notar un edificio de cuatro pisos, cuya primera estancia presentaba puertas metálicas y parecía ser un estacionamiento por los vehículos que observaba en la entrada y el grifo que se hallaba a unos cuantos metros.

Sin decir nada, el hombre de bigote lo empujó por la espalda y lo obligó a caminar rápido hacia el lugar, odiaba que lo tratasen así sin antes darle una explicación, pero creía que era mejor esperar y evaluar sus posibilidades antes de perder los estribos y luchar contra ellos

—Aquí lo tiene, jefe

Ya dentro del estacionamiento, Rick fue obligado  a ponerse de rodillas y esperó paciente al sujeto que había sido llamado “jefe” por el hombre de bigote, fuese quien fuese debía ser muy fuerte para comandar a todas esas personas musculosas y con aura atemorizante.

— ¡Muy bien hecho, Simon! Sabía que lo traerías antes que Joey… mierda,  te ganaste una noche con barra libre en el club, tú y los desgraciados que fueron contigo— miró a todos los subordinados que se hallaban algo alejados tras su mano derecha

—Gracias, jefe

Rick escuchó los pasos acercarse a donde él se hallaba, pero no levantó la mirada, esperaría a que el otro le hablase primero, no quería arriesgarse.

—Bien, volviendo a lo nuestro— su voz se oscureció un poco, pero no dejó de tener aquel tono burlón característico— miren lo que tenemos aquí, hace mucho que no veíamos a una escoria chupasangre irrumpir en nuestro territorio de mierda ¿cierto, chicos?

— ¡Plancha!

— ¡Plancha!

El grupo que lo había escoltado hasta allí comenzó a gritar y él comprendió lo que eso significaba: lo torturarían públicamente.

De un momento a otro las voces de los hombres y mujeres cesaron, seguramente bajo una de las indicaciones de su jefe aunque no había sido capaz de verla ya que aún mantenía su cabeza gacha.

—Antes de comenzar con la diversión, debemos presentarnos primero ¿no creen? Puede ser un hijo de perra, pero tenemos modales— dio unos pasos más y llegó justo frente a Rick, se colocó de cuclillas y lo tomó fuertemente de la barbilla obligando a que lo mirase. Decir que se sorprendió era poco, el color de los ojos de aquel bastardo eran del azul más hermoso que jamás había visto, su piel era clara y sus ondulados cabellos castaños le daban un toque salvaje único. Se maldijo internamente por pensar de esa forma de una escoria chupasangre, pero no podía evitar negar que era hermoso, el hombre más hermoso que había visto en décadas; sin embargo, la expresión cansina en su rostro, las ojeras y la ropa maltratada que vestía lo opacaban de sobremanera, se notaba que no la estaba pasando nada bien — Wao, luces como la mierda—sonrió mostrando los dientes— mi nombre es Negan, el líder de esta manada

...

Notas finales:

Espero no demorar mucho en actualizar.

hasta luego :)


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