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Soul Sphere por AustralianRick

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Suy y Merly estaban conversando acerca de un tema que las tenía en conflicto sobre Kris. Y era que este, algo tenía en mente. No entendían a ciencia cierta por qué Kris les hablo de los humanoides. 

Claramente les era conveniente saberlo. Sin embargo para Kris, para quien eso debe ser de lo más normal y asumiendo que él cree que varios planetas son similares. Antony le debió parecer de lo más corriente, tanto que hablar de él sería igual que hablar de un humano normal. No podía haber tanta coincidencia en esa situación, algo estaba pasando. 

Lo otro importante es el hecho de que Kris, en caso sospechara de algo, tenía intenciones de ayudar a las hermanas, pero ahora venía la pregunta más importante ¿Por qué? ¿Porque desearía Kris llevarse a Antony con él a su nuevo mundo? 

Sí, eso era lo que planeaban las hermanas, ofrecerle a su hermanito un mundo de maravillas un mundo amplio. Inclusive más amplio de lo que alguna vez le pudo haber parecido la tierra si la hubiera llegado a visitar. Un mundo donde estaría acompañado del caballero que llegó en una secuencia de coincidencias que sucedieron ese día a su hogar. 

Ambas se miraban intranquilas, Kris no parecía ser malo, pero las apariencias engañan. Según lo que él les contó los humanoides son la misma cosa que los humanos, bien Kris podría ser uno de ellos. No sabían exactamente qué diferenciaba de manera neta a un humano de un humanoide en su planeta. Les podría estar mintiendo y podría tener otro fin con el cual llevarse a Antony. Kris mencionó ser un caballero de la guardia real, es decir a pesar de dar la apariencia de ser una persona de pensamientos simples, debe tener alguna capacidad de estrategia, debe haber analizado rápidamente su situación.

Puede que todo lo que ellas pensaran no fuera más que puras suposiciones y que en realidad Kris sea una persona fuerte con pensamientos nublados y simples, que no le diera muchas ruedas al asunto. Pero la situación lo ameritaba, estaban hablando de su hermano, su único hermano al cual posiblemente no lo volverían a ver. Más que posiblemente, era seguro que no lo volverían a ver si iba a un lugar tan lejano.

Verían el comportamiento de Kris en busca de disminuir todas sus dudas en lo posible. Si Kris era como ellas pensaban guardaría sus intenciones hasta el final y si no tenía ningún tipo de intención, ellas mismas las pondrían en la mesa. Querían probar que tan lejos podría llegar su propio poder de deducción y además de eso tenían que empezar a idear cómo es que los devolvería a su hogar. Pero sería asunto de otro momento. En ese mismo instante, se podía escuchar acercarse a Kris y a Antony. Kris le relataba de algunas aventuras que había tenido. Aunque pareciera estar hablando solo, Antony no le respondía ni se inmutaba, muy probablemente se sentía cohibido frente a alguien nuevo y con una actitud tan "brillante".

Cada uno de los individuos en esa casa, tenía un mundo en su cabeza, y cada uno un concepto diferente de la situación que estaban pasando. Las hermanas que suponían de una u otra manera que Antony y Kris se llevaban bien y que Antony estaría bien con él. Antony que estaba tratando de idear cómo aguantaría al caballero, que no dejaba de hablar con un tono tan jovial sobre sus hazañas en la guerra como si fuera un niño relatando una película de acción. Pero él suponía que sería durante un mes a lo mucho en lo que sus hermanas reparaban el elevador. Y finalmente Kris, él no era de pensar mucho las cosas, pero irónicamente era el único que tenía la idea de la situación que estaban pasando.

Por su lado, Kris dejó de hablar solamente cuando llegaron a la puerta de la casa. Era difícil saber si se había percatado que Antony no le prestaba atención a lo que decía o si simplemente no le importaba y solo quería relatar en voz alta sus hazañas a una persona nueva. Una vez llegaron a la puerta, vio como el pequeño chico de pelo negro abrió esta y tenía planeado entrar

¿Pero es que acaso aun no entendía la situación? ¿O peor aún la entendía y quería retarlo? Ahora no solo con la mirada sino también con su actitud, tratando de hacer que desista de tomarlo como sirviente. En verdad eso no afectaría mucho la situación, Kris sabía del mal servicio del pelinegro y sabía que debía entrenarlo. Tendria demostrarle a Antony quien era el adulto respetable.

- Hey ¿Que crees que haces amiguito? Deberías dejarme pasar primero...

Kris no pudo terminar su frase, ni siquiera pudo agarrar a Antony por el hombro. Este ya estaba dentro de la casa. Más aún, le hacía un ademán con las manos de qué pasará, mientras lo miraba con extrañes y gracia.

Kris se dio cuenta de que no sería tan fácil cambiar su actitud. Este pequeño ser, lo retaba con la mirada, con sus acciones ¿De que otra manera planeaba retarlo? Pero en el fondo, debía aceptar que le daba gracia. Vamos lo iba dejar a su manera hasta que lo tuviera para él. Una vez lo tuviera, sin que él se diera cuenta cambiaría su comportamiento inconscientemente. Su deseo de acompañarlo sería más que actitud retadora, pero solo con él. Claro, se mantendría como el mismo en esencia. 

Para Kris eso último en cuestión era la parte mágica del asunto. Que una persona cambie solo para ti y contigo, el sello debía poder hacer eso, pero no recordaba cómo hacerlo. Quería ver de una vez como ese pequeño retador empezaba a comportarse para él. Pero ¿Qué tan diferente? no quería un siervo manso y suicida. Él sólo lo quería algo más servicial, pero en esencia el mismo. Todo esto era mucho para su mente y en verdad ya no recordaba sus ideas en un inicio, solo lo indignado que se sentía de que Antony haya pasado antes que él. Decidió simplemente pasar y buscar comida, tenía hambre, eso sí sabía que era lo seguro.

- Oye ¿Vas a pasar o no? Se me cansa el brazo y la puerta se cerrará en tu cara.

- ¿Sigues sin entender eh? Pero pronto cambiaras – Dijo algo más susurrando, casi imperceptible – Supongamos que así debe ser.

- Lo único que sigue por acá, es que yo sigo sin entender de qué hablas. En serio, hablas demasiado - Claro, era interesante por ratos para Antony escuchar los relatos de Kris. Se podía imaginar las aventuras que solo había visto en historietas, en películas o en videojuegos. Pero no lo podía escuchar con atención. Él tenía claramente cosas más importantes en su mente. Aunque iba a ser infructuoso el tratar de explicárselo a Kris, que tanta cosa puede haber en su cabeza de niño grande - Pero a diferencia tuya, yo si tengo cosas en que pensar.

- Hoy como nunca, eh tenido grandes ideas y revelaciones deberías saber, futuro sirviente, las mejores de la semana. Ya las verás cuando las ponga a prueba, solo falta unir uno que otro cabo suelto. Oye tengo hambre sirviente, no me dijiste que había comida.

Para Antony la única gran idea que pudo haber tenido Kris, era el darse cuenta que estaba en un lugar nuevo y que tenía hambre. Las expresiones que Kris usaba para expresarse, inclusive los ademanes que hacía con sus manos eran tan impropios de alguien con su apariencia tan imponente, era bastante expresivo, un poco demasiado pensaba él. Aunque podría tratarse de algo normal de dónde venía. Lo más importante y frustrante era que se le abrió el apetito, a pesar de haber comido antes.

- Vamos, pasa de una vez. Vamos a la cocina, para que puedas comer. A ver cuánto tiempo te dura en el estómago esta vez – Antony empezaba a pensar que mantenerse en guardia frente a aquel caballero era por las puras, no podía prever lo siguiente que iba a hacer. Sin darse cuenta lo trataba como a un huésped normal, aunque no hubiera tenido uno antes.

Para Kris, algo era algo. Si bien no era exactamente lo que quería, iba por buen camino. Podía sentir algo de servicio en lo que decía ¿Podría ser que en el instante en que decidió hacerlo su compañero, el sello empezó a trabajar? Silenciosa y mágicamente. Como desearía comprender mejor ese tipo de cosas, pero él estaba casi seguro que así no funcionaba. Sin embargo, él no estaba seguro de mucho acerca del asunto del sello. Solamente recordaba cómo ponerlo, mas no como activarlo completamente.

Sin darle más importancia, siguió al chico a donde se suponía era la cocina. Ahora que estaba sin tanto apuro, pudo apreciar la casa de los hermanos. Era una casa diferente a la suya, esta era de madera como una casa del campo. No tenía paja, tenía el techo firme, como una casa de la ciudad. Y pero por dentro tenía muebles de color marrón rojizo en lo que él suponía era la sala de estar, por donde estaban de camino. El pasadizo era un poco angosto para su gusto, pero al parecer para el tamaño de Antony estaba bien y posiblemente también para las hermanas. Todo el interior de la casa era color crema, inclusive el comedor donde se hallaban, sin darse cuenta él ya estaba apreciando mejor a su nueva adquisición. 

Antes de que se sentara en la silla que Antony le arrimo frente a sus hermanas, pudo darse cuenta de que el chico era un poco compacto y su cabello era casi tan negro como sus ojos. Lo inusual, era el hecho de que las orejas y cola no hicieran juego con el resto ¿A quien se le ocurre que sean de color marrón? ¿Quizás era para que resaltará? Era un poco confuso. Pero el hecho que le colocara la silla, estaba mejor, era un alivio, fácil todo sería más fácil de lo que él esperaba.

Las hermanas, ahora en la mesa, esperando que Antony trajera la comida. Pudieron ver cómo llegaron los otros. Kris al sentarse tenía expresión de satisfacción en su cara, una mezcla de victoria y alivio. Probablemente estaba hambriento y no consiguieron lo que deseaban en el bosque. Kris se veía extremadamente inofensivo, un chico sonriente, un poco grande, quizás no más que algunos humanos, pero inofensivo al fin y al cabo. Se veía que Antony se estaba desenvolviendo de manera normal con él. No le tenía miedo ni se veía incómodo en su presencia. Probablemente todo lo sucedido ese día fue para que Antony pudiera experimentar el mundo, por su propia cuenta. Pero ahora tocaba averiguar qué tan inofensivo era Kris en verdad. Por otro lado, Antony se tardaba con la comida, se tardaba mucho...

En la cocina de la casa, estaba Antony. Tenía tantas ollas alrededor, que estaba pensando seriamente en lo que estaba haciendo. Una vez logró hacer que Kris se alejara de él y se sentara en la mesa sin alertar a sus hermanas. Esperaba que no creyeran que Kris y él se llevaban mal o que este era peligroso, no lo era. Solamente era extraño y él simplemente no estaba con ganas de que se entrometiera mientras preparaba la cena. 

Se puso a pensar seriamente si se estaba volviendo un antisocial, y que si eso era resultado de no andar con más gente que sus hermanas. Luego pensó en que era más por Kris que por otra cosa. El chico si bien no parecía ser malvado o peligroso, era raro, su forma de actuar, hablar y comportarse. Lo que intrigaba a Antony, es que no sabía si era raro bueno o raro malo. Pensaba que si estaba cerca de él, la intriga lo alejaría de su verdadero problema. Por otro lado, pensando en el gran apetito de Kris y en busca de que no esté vagando en medio de la noche en busca de comida o peor aún valla al pueblo o al bosque a hacer quién sabe qué y cause algún desastre. Estaba preparando "un festín". Eso reforzaría la idea que tienen sus hermanas que él era una persona social y se llevaba bien con los demás. Fácil y hasta lograría que lo llevaran de viaje o algo así.

Finalmente Antony salió de la cocina y volvió a entrar una y otra y otra vez. Traía plato tras plato, bandeja tras bandeja. Había cocinado suficiente para diez personas según él. Las hermanas estaban impactadas. Merly recordaba haber dicho que había que gastar la despensa porque había comprado de más, no esperaba que fuera a hacerlo en verdad y en grande. Suy se tranquilizó mucho más rápido, el hambre era más fuerte que sus preocupaciones por la despensa y tenían cosas más importantes de las que preocuparse. Simplemente le hinco tenedor a un muslo de pollo, cogió un poco de lo que veía frente a ella y empezó a comer.

Kris estaba de los más tranquilo. Para él esto era lo común, por un instante temió que fuera a ser comida de pueblo y un plato para cada uno, como si estuvieran en guerra. Pero lo que veía le era satisfactorio, carne, no sabía carne de qué exactamente, pero para él parecía carne. Ensaladas varias y una que otra cosa para acompañar la comida. No sabía que era casi nada frente a él. Difícilmente algo podría ser peligroso si las "princesas" lo comían, no tan princesas con su forma de comer, al menos la hermana de coleta tenía hambre al parecer. Simplemente jalo un poco de todo a su plato y procedió devorarlo como podía, pero algo lo intrigaba ¿Dónde estaban los cocineros?

Antony se sentó en su silla como un trapo. Jalo un poco de guiso a su plato y se dispuso a comer. Planeaba mirar a Kris y disfrutar de manera triunfante al verlo comer con gozo lo que él había preparado ¿A ver quién era el lento para servir ahora? Aunque por otro lado pensó, que quizás esto reforzaría el juego que tenía el caballero en su mente. Que por lo visto no era tanto así como un juego para él. Pero al menos con la boca llena no podría decir tonterías en la mesa ¿No?

La cena estaba procediendo de lo más normal, en lo posible al menos, todos comían. Pero había un silencio incómodo en la mesa. Antony pensaba que era porque no tenía nada de qué hablar en si con el caballero. Las hermanas estaban observando el comportamiento de Kris, si se veía sospechoso, pero por lo visto lo único sospechoso era su manera de comer. Kris por su parte estaba acabando su plato, se limpió con una servilleta, dio una exhalación de gusto y algo se le vino a la mente, casi lo olvidaba ¿Qué mejor momento que la agradable cena?

- Hermanas ¿Ustedes me dijeron que me podía poner cómodo como en mi casa no?

Suy y Merly, se miraban un poco intrigadas ¿Dónde estaba el trato tan galante que tenía hacia ellas? Bueno en si no eran princesas, pero esperaban que durará un rato más ¿Y a qué venía esa pregunta de Kris? Suy procedió a asentir con la cabeza en busca de ver a dónde iba esto.

A Antony, que estaba sin prestarle atención a nada en lo absoluto, se le abrieron los ojos rápidamente. Casi se atoraba con la comida por la impresión. En verdad estaba sucediendo, frente a sus ojos, el caballero no bromeaba.

- Pues, para sentirme como en el reino, lo tendré a él - Señaló a Antony con suma tranquilidad, mientras tomaba agua - Lo tomaré a él como mi compañero.

Antony que estaba en el lado siguiente de la mesa estaba paralizado. Luego se tranquilizó al recordar que esas eran las estupideces que pasaban por la cabeza de Kris y nada más que eso ¿Qué haría el caballero cuando sus hermanas lo miren con extrañes?

- Esta bien – Merly dijo con tranquilidad.

Si antes la impresión había sido muy fuerte para Antony, ahora lo era más. Su hermana Merly, acaba de decir que estaba bien. Que lo iban a entregar a un extraño sociópata como indemnización, como si fuera alguna cosa o algo por el estilo ¿Acaso había hecho algo mal?

- Disculpa!! - Suy estaba impactada. Usualmente Merly era la más deductiva de las dos. Mientras Suy comía Merly estaba pensando. Lo pudo percibir durante toda la cena, la expresión de Merly lo indicaba, algo tuvo en mente durante toda la cena.

¿Qué habrá sido? No lo sabía y eso no le gustaba, era una de esas cosas que pasaban a veces. Merly se iba por su lado con respecto a las decisiones, igual como pasó con la despensa.

- Excelente, no se va arrepentí mi lady, lo tratare y lo cuidaré mejor que cualquier otro caballero. Estará más a gusto que en su casa, al fin y al cabo es un principito. Tendrá todo lo que le pueda ofrecer y créanme no será poco – Mientras hablaba, sus ojos color esmeralda tenían un brillo infantil - Van a ver que no se equivocan, conmigo recorrerá un mundo de maravillas y sorpresas. Pero tranquilas, no vayan a pensar que le pasara algo malo – Kris se mostró ligeramente nervioso por primera vez en la noche – Además que mejorará su comportamiento y su condición – Haciendo gestos de músculos, señalando los suyos - Él conocerá nueva gente, siempre se quedara conmigo como es debido, pero igual conocerá nueva gente y...

La cara de Antony era de total y absoluta perdición. Su vida ni era suya ahora. Sabía que por más reacio que él se presentará a la situación, Kris no lo iba a dejar ir ahora que tenía el "permiso" de sus hermanas. No escuchaba todas las tonterías que podía estar diciendo Kris. Era como un niño con un juguete nuevo o peor aún una mascota, de esa manera se sentía. Su cabeza giró lentamente hacia sus hermanas y veía que su hermana Suy, compartía la misma cara de estupefacción que él. Es decir todo esto fue obra de Merly y solamente de ella.

Merly estaba con una sonrisa graciosa, le pareció interesante la reacción del caballero. Lo que ella pensaba era cierto, el caballero quería a Antony, no sabía a ciencia cierta por qué, pero era así. Por lo que veía Kris tenía la mente de un adolescente joven. Si bien no entendía porque, algo en ella le decía que Antony estaba en buenas manos. Él y Kris se tenían que conocer aquel día.

- Pero no te dejare llevarte a nuestro único hermano así como así.

La emoción de Kris se apagó y ahora estaba confundido ¿Qué quería esta mujer? No lo entendía. No le gustaba que ella jugara así con él y no le planeaba seguir el juego, no a ella. Antony respiro profundo, como si su alma regresara a él. Suy estaba en la mesa colapsada por tantos acontecimientos.

Sin embargo Antony sentía que esto ya estaba mal y que no importa lo que pasara él ya estaba con un pie en el otro lado de la puerta.

- Tendrás que hacernos un pequeño favor, no creo que te tome más de una semana y será de utilidad para todos.

- A bueno, si luego de una semana me lo van a dar, no hay ningún problema – Kris se recostó en su silla, aliviado. Pensó por un instante que la situación se complicaría, para las hermanas.

- Quiero que ambos vayan a buscar una señal que encontramos en la Luna. Luego de eso decidiremos si él te acompañará de regreso a tu planeta.

- Esta bien por mí – Kris ya no le prestaba importancia al asunto, el pelinegro era su sirviente. Un viaje o dos no serían problemas, ahora tenía otras cosas en mente - Por cierto, donde hay un baño, tengo sueño y antes de dormir me gustaría poder limpiarme. El campo de batalla estaba, bueno, con campo.

Antony, que estaba con la cara en la mesa, recuperó la cordura la escuchar lo último. Saldría de paseo una semana, a la Luna. No entendía muy bien qué significaba eso ni como se supone que lo haría. Aunque fuera con Kris, él estaba ansioso y más aún porque al regresar le podría decir a sus hermanas que Kris tenía problemas mentales y de personalidad por lo cual no quería irse con él. Seguramente ellas entenderían y saldrían del error en el que estaban, pero no ahora. Él de verdad quería visitar la Luna.

Suy le indico a Kris que la habitación de Antony estaba al frente del sótano y que dentro de esta había un baño. Además que hay se quedaría por el momento, porque no había una habitación de huéspedes.

- Antony, lleva a Kris a tu cuarto para que se acomode, mientras hago unas cosas ¿Te parece?

Antony simplemente acató con la cabeza. No tenía ganas de darle más vueltas al asunto, por lo que le indico a Kris que lo siguiera.

Mientras Suy terminaba de despedir a Kris y Antony, volteo lentamente hacia Merly que la esperaba con una cara sonriente y en voz baja le recrimino.

- Finalmente esa mente tuya se apagó de tanto pensar. Como vas a decir que si tan fácilmente, sin preguntarle qué intenciones tenía o cosas por el estilo.

- Es sencillo hermana mía, no había intenciones por las que preguntar. Porque el caballero simplemente no las tiene, él quiere la compañía de Antony, pero no sabe para qué. Si bien esto es un poco preocupante, no parece que lo fuera a dejar por su suerte en ningún momento. Además que creo que se llegaran a llevar bastante bien, es un presentimiento.

- Esta bien. Es cierto que Kris parece una persona de mente simple, pero quizás todo era una pantalla ¡Porque él sabía que queríamos encargarle a Antony, por su mente nunca pareció que le fuéramos a decir que no!

- Puede ser ¿Pero no veías la felicidad en su cara? Algo así no se puede fingir. Él de verdad se imaginaba cómo sería su vida junto a su a él, algo que tendría para atesorar.

- Pero Antony no es una cosa. Si bien parece que se llevan bien, que puede estar sintiendo ahora que sus hermanas lo entregan a un extraño como si fuera tal...

- Lo sé, sé que está mal Suy. Pero nuestra mejor opción es confiar en que en el fondo Antony comprende el porqué, además esos dos se llevaran bien. Debes recordar lo que sucederá la próxima semana y esta vez no será igual que todos los años.

Suy lo había olvidado. Cada año, durante un mes aproximadamente, se van a la central del laboratorio a exponer sus nuevos hallazgos. No era algo a lo pudieran decir no, para eso era lo que vivían, para encontrar nuevos misterios. Pero este año iba a ser diferente, ahora que tenían veintidós años, sería la ceremonia de alistamiento. Finalmente serían parte del sistema de investigación y tendrían muchas más responsabilidades que no podrían cubrir desde casa.

Merly había tenido esto en cuenta. No podían dejar a Antony solo en casa por meses cada año, solo. Y tampoco era una opción llevarlo con ellas, en el laboratorio no había nada para él y fácilmente acabaría metido en su habitación todos los días o en algún embrollo. Algo peor que un animal de experimentación, peor que su vida actual en el bosque.

- No podemos hacerle eso a Antony... Pero cuando ellos regresen ya no estaremos...

- En la semana que ellos partan prepararemos todo el portal, para que al regresar puedan ir de frente al portal. Se prenderá con una simple instrucción y ya tendrá ingresadas las coordenadas del hogar de Kris.

- Es decir... ¿Mañana será la última vez que lo veamos?

- Veo que te diste cuenta... Que mañana partirán. Si, les daremos un radar que buscará códigos genéticos, similares a Antony en el rango de un planeta entero aparte de él. Así lograran averiguar qué es lo que había en la Luna. Aunque, no creo que Antony se quede ahí. O que el caballero lo deje ahí, a menos que encuentre algo así como una sociedad que pueda ser su familia. Será más como un viaje de campo, para que se conozcan mejor.

- Y cuando le diremos a Antony todo el asunto?

- Mañana, cuando esté en la nave para partir...

- En serio... A veces... Las mejores opciones son las peores.

-Lo sé. Pero él lo entenderá a su momento. Además, estarán bien.

- Al menos la puerta de Antony es contra sonido. Ni con sus orejas podría escuchar toda la conversación como para hacer algo al respecto

Las hermanas se dispusieron a limpiar la mesa un poco apagadas, pero tenían que terminar rápido para preparar todo para mañana.

Mientras tanto, Antony se dispuso a mirar la televisión luego de indicarle al caballero donde estaba el baño. Estaba tirado en la cama, esperando que salga Kris para poder entrar a bañarse. Lo que le llamaba la atención era el hecho de que Kris se había retirado su armadura y la había dejado encima de una cómoda del cuarto. La armadura se veía algo pesada, pero por dentro llevaba una ropa bastante simple y "terrícola". Un polo blanco de cuello en "V" y un pantalón que parecía de pijama.

- Va, uno esperaba ropa medieval, o aunque sea fina. Tantos aires para vestirse tan corriente.

- Te escuche. Es ropa práctica para el combate, no es corriente.

Dijo Kris rápidamente desde el baño.

Antony estaba impresionado ¿Como rayos lo había escuchado? Su cuarto era a prueba de sonido. No debía de ser capaz de escucharse nada del exterior, para que el así pudiera dormir más tranquilo, se supone.

Kris estaba en el baño refregándose de lo más animoso. Había logrado escuchar los puntos más importantes de la conversación de las hermanas con un poco de paciencia. El muchacho se quedaría con él, no importara lo que pasara a su regreso. No podía esperar a ver la cara de su nueva adquisición cuando se enterara que él ya lo tenía. Logro escuchar también algo acerca de una familia de Antony en la Luna, pero a él no le importaba en lo absoluto. No tenía intenciones de dejarlo así como así. Solo faltaba ponerle el sello como era debido en su planeta y el sería el que tendría el control de la situación, bueno en lo posible. Aun no entendía claramente que cambios quería ver en Antony, pero algún cambio debía haber. Ahora era él quien decidía.

- Cierto el sello, lo pondré antes de irme a dormir... Solo es colocar mi mano y ya, ya en el reino se activará.

Kris salió de la ducha con la misma ropa que había entrado, solo un poco más relajado por el baño. Al ver a Antony en la cama se intrigó ¿Que planeaba hacer el muchacho en su cama? Así que le preguntó de manera ocurrente, para ver si Antony se daba cuenta de que él ya había salido.

- Y para qué lado de la cama dormirás?

-Para el derecho...Espera ¿Como que para que lado? Tú dormirás en el piso.

Una mueca se formó en la cara de Kris ¿Que rayos era esto? La cara de Antony era seria, en verdad planeaba que el durmiera en el piso. Pero es que a pesar de todo lo que había sucedido no entendí su lugar, su situación, ni cómo se debía comportar frente a él en el futuro. Eso era, bueno no del todo, pero le daba una idea. "Comportarse frente a él", algo así quería, pero no tanto así. Que fastidio, pensar tanto era un fastidio.

- Tus hermanas me entregaron tu cuarto, así que...

- ¿Cuándo te entregaron mi cuarto? En tal caso, compartiremos la cama, para que no hagas más líos...

- Cierto, ven párate frente a mí. En el baño recordé algo importante.

- Pero de que hablas...

Antony no pudo terminar la oración, Kris lo tenía parado frente a él y lo obligó a colocar una rodilla en el piso. Él no entendía qué estaba pasando, ni menos aún que rayos estaba murmurando Kris.

- ...hasta que mi vida llegue a su ocaso, hasta que tu vida termine sobre mis manos. Mientras que la marca en ti permanezca...

- Pero de qué hablas...

Mientras Kris susurraba, en el suelo se empezaban a formar extrañas figuras al borde de un circulo brillante que rodeaba a ambos. No entendía que pasaba, estaba petrificado para intentar responder. Pero algo le decía de que tampoco iba a poder, sus piernas no querían moverse, en verdad no querían. Mientras más susurraba Kris más figuras se formaban en el borde interno de circulo y una figura en el centro se empezaba a completar. Antony estaba asustado, subió su cabeza un poco para mirar a Kris fijamente para que le respondiera que estaba sucediendo. Pero cuando subió su cabeza, los vio, los ojos verdes de Kris más profundos que nunca. Lo estaban mirando fijamente de una manera triunfante y cálida, había algo en ellos, algo que no podía dejar de mirar, algo que no entendía.

Mientras Antony miraba fijamente a Kris con su mirada, este continuaba con "el juego de palabras" que recordaba. Trataba de hacerlo lo más perfecto posible, no podía cometer ningún error. Cada caballero tenía que individualizar su sello, tenía que representar lo que esperaba de su nuevo vasallo. Siempre había visto como los demás caballeros hacían rápido el relato, simplemente para poner la marca, el vínculo ya no existía. Él quería que el vínculo existiese, que sea especial, único. Después de todo el problema que había pasado para conseguirlo y los problemas que probablemente iban a pasar juntos, el vínculo debía ser fuerte, necesitaba que lo fuera. Probablemente no volvería encontrar a alguien así en todo el mundo, él era quien debía ser y tenía que demostrarlo con el vínculo.

La frustración de Kris era grande, le dolía. No recordaba cómo ponerle la magia al vínculo, no recordaba cómo debía hacerlo. Sentía que todo su esfuerzo iba a ser en vano, que estaba desperdiciando la casualidad que lo llevó a ese nuevo planeta. No quería perder esa oportunidad, solo tenía una, la marca no la podría cambiar nunca más.

Pero no quería que para Antony fuese así. Después de todo lo que había sucedido para que esa mirada difícil y retadora lo mirara con anhelo e intriga mientras buscaba respuestas a lo que sucedía a su alrededor. Claramente el chico estaba confundido, todo eso debía ser nuevo para él. Pero tenía el presentimiento de que Antony en el fondo, quizás muy en el fondo, quizá solo sea idea suya a ciencia cierta. Pero en lo más profundo, Antony tal vez sabía que esto debía pasar. Kris lo miraba con una mirada cálida, calmada y profunda. Ya no se acordaba cómo iba el relato, ya no importaba, tampoco se acordaba como encantar el sello. Pero, aunque saliera mal, aunque no funcionara como el deseara, él formaría un vínculo por su propia cuenta. El más fuerte que pudiera, con sus propios deseos. Le haría llegar las palabras que más anhelaba, aquellas que guardaba para solo uno, aquellas que le darían la magia necesaria para fortalecer el vínculo.

- Te prometo que no te defraudare. Tu destino estará a salvo en mis manos. Aprenderás tu nueva vida, vivirás como tu corazón desea, un mundo nuevo se abrirá frente a tus ojos. No te preocupes, sé bien que ahora no te sientes confortable a mi lado, pero con el tiempo lo harás. Verás que nadie te necesita a su lado tanto como yo. Eres y serás mi compañero, por el resto de tu vida. Hasta que mi vida llegue a su fin, hasta que la marca desaparezca. Hasta que el último sol se eclipse sobre mi hogar. Hasta que nuestros destinos terminen, tu, tu estarás, a mi lado...

Kris, puso ambas manos en los hombros de Antony. En cuestión de segundo una de ellas empezó a brillar de manera suave. La marca del piso empezó a liberar más luz, como si algo la llamara. La marca se empezó a elevar del suelo alrededor de ellos. Cuando alcanzó la altura de Antony se empezó a contraer. La energía de la marca era fuerte. Pequeñas luces se liberaban de ella, como copos de nieve amarillo.

Kris lo miraba y se notaba cierta felicidad en su rostro. No sabía cómo, tampoco lo quería entender, pero el sello había respondido. El encantamiento aún lo podía colocar en su hogar. Pero el vínculo, el vínculo estaba hay.

Antony logró separar su mirada de los ojos de Kris. Cuando se dio cuenta la figura del suelo se estaba concentrando en su hombro izquierdo, cada vez más pequeña hasta tener el tamaño de la palma de una mano. Se terminó de cerrar encima de su hombro dio un último brillo fuerte y desapareció. Antony estaba estupefacto, impresionado, entre asustado y emocionado, eran tantas emociones juntas. No sabía que había pasado, pero había sido impactante.

- ¿Que? ¿Qué es lo que acaba de suceder?...

- Las palabras del relato son un poco extrañas, pero así deben ser – Se sentía un poco avergonzado ahora que repasaba todo lo que había dicho – Pero, de ahora en adelante me tienes que servir como un buen sirviente.

- Cual relato...De que hablas...

La cara de Kris paso de la ligera vergüenza que sentía por la emoción de su primera investidura, a una cara de indignación por la dejadez de su sirviente. El vínculo había funcionado, sus deseos debieron ser transmitidos. ¿Porque seguía con ese comportamiento tan desgraciado? Él dijo que no quería que cambiará del todo, pero esto bien pudo ser una de esas cosas que cambiaran ¿No?

- ¿Que acaso no escuchaste todo? ¿Todo lo que dije en los últimos minutos? Ahora me dirás que tampoco recuerdas la luz que nos rodeaba y que se marcó en tu hombro izquierdo.

- Que se marcó donde!!!

- La marca de mi dinastía, la espada naciente del Rey Dreigan. Es mi símbolo y se adaptó para ti, ahora también es tu símbolo.

Antony rápidamente se quitó el polo que traía puesto ¿Pero que estaba diciendo ese tipo, como que lo marcó? Lo marco, en serio lo había hecho. Antony miraba horrorizado su hombro. Había una circulo negro delgado con unas letras inelegibles en su periferia interna, una espada boca abajo con unas alas saliendo de la agarradera que si bien no se veían completas cubrían el interior del círculo.

- Enserio, me ha marcado...Y dime ¿Como se saca esta cosa?

Kris se enojaba más a cada instante que pasaba y con cada cosa que decía su nuevo sirviente ¿Es que el vínculo lo puso peor que antes? Ahora no solo era altanero y retador, también era malagradecido. Miles, sino millones, morirían por tener la marca de la dinastía Light Sword. Era símbolo de respeto, hasta te ponía encima de algunos caballeros. Pero para su único sirviente, el "especial", era una "cosa". No sabía cómo se debía sentir o qué debía hacer.

Mientras, Antony había corrido al baño para ver si con agua se quitaba pues estaba fresco el sello. Mas cuando llego y lo aprecio mejor, no estaba mal. No le dolía, no era como si lo hubieran marcado con hierro caliente o tatuado. Cuando paso su mano por encima de su hombro, se sentía cálido y agradable. Enserio que el mundo de dónde venía Kris era un misterio. Las alas de la espada cubrían todo alrededor de esta, no estaba mal. No era el mejor diseño, pero era aceptable y por lo visto no había mucho que hacer al respecto. Seguro todo fue un capricho más de Kris, para decir que era "suyo" ahora que tenía el permiso de sus hermanas. Antony recordó la mirada de Kris en los últimos minutos, no lo hacía con mala intención, su mirada no mostraba venganza, mostraba algo opuesto, algo más cálido. Él siempre quiso un tatuaje y sus hermanas fácil y no lo dejarían tenerlo, ahora les podría echar la culpa y quedarselo.

Para cuando Antony salió del baño, ahora con el polo puesto, Kris estaba sentado en la orilla de la cama con la mirada ida, como muerto, mirando la televisión o al menos eso parecía.

-Hey, caballerito. Esta cosa sello, vinculo, no es tan mala luego de todo. Me la quedaré, al fin y al cabo, no sale ¿No?

Kris estaba confundido e irritado ¿Qué le pasaba a la inestabilidad de ese chico? Un instante corre al baño a sacarse la marca que vinculaba sus destinos para siempre y al siguiente le dice que era genial y la quería tener para toda su vida. Bueno quizás no dijo eso, pero quizás algo así ¿Quizás el vínculo tiene efecto retardado sin la magia?

- Te daré unos puntos, pero bien podrías tratar de sonar más complacido – Kris suspiró -

- Ahora sí. Sácate de la cama para que me pueda acostar, tengo sueño.

Antony se había metido en la cama y ya estaba durmiendo, sinceramente no le importaban los balbuceos del niño con armadura, sentía que si le seguía el juego todo esto acabaría peor.

- Ey ¿Tan siquiera me estás escuchando?

Kris al ver dormido plácidamente a Antony, se sintió agraviado otra vez, no sabía cuántas veces en el día había pasado ya eso. Al parecer así sería como pasarían sus días por el momento, hasta que el vínculo haga su magia. No tenía problemas en dormir con Antony en verdad, es solo que nunca había tenido un sirviente antes.

Antony se despertó un poco al sentir un peso sobre la otra esquina de la cama. Para su mala sorpresa era Kris disponiéndose a meterse en la cama. Una vez su mirada se encontraron, Antony no perdió la oportunidad de explicarle la situación.

- Me referia a que no cabemos los dos. Además eres muy grande.

Kris estaba intrigado, ya ni siquiera se tomaría la molestia de indignarse, al menos no lo que quedaba del día. Exactamente ¿Cómo mejoraba el vínculo el comportamiento de Antony? ¿Desde que punto de vista esto era mejor o más a su gusto?

- Sabes podría dormir con mi armadura...

Antony se sorprendió levemente y se arrimó lentamente cerca del borde de la cama para dejarle espacio a Kris.

- Era broma sabes. No quiero que me temas, solo que me respetes, me adores, me veneres...

Kris observó que Antony se había quedado dormido otra vez, ignorándolo por completo. Al menos ahora le había dejado algo más de espacio en la cama, en la cual es explayo completamente, ya las demás cosas la solucionarían después, un problema a la vez.

La noche pasaba. Kris dormía exageradamente cómodo desplazado en toda la cama. Antony estaba en un rincón, sudando un poco mientras murmuraba cosas. Antony estaba teniendo una pesadilla, era normal tener pesadillas sobre cosas terroríficas de vez en cuando, pero su pesadilla tenía algo especial.

Antony se visualizaba en un cohete, mirando a sus hermanas y diciéndoles que se apuren. Pero sus hermanas no se movían de la zona de despegue, luego Antony recordó que él no viajaría con ellas así que se calmaba. Pero luego escuchaba la voz de Merly en su cabeza y le decía

- Ahora vivirás solo con Kris, cuando regreses no estaremos, hasta siempre.

- Ahora vivirás solo con Kris, cuando regreses no estaremos, hasta siempre.

- Ahora vivirás solo con Kris, cuando regreses no estaremos, hasta siempre.

Una y otra vez, de una hermana diferente por vez. Antony no entendía que pasaba, trataba de bajar para acercarse a sus hermanas. Pero no podía, mientras más avanzaba más se alejaban. Lo peor de todo, aquello que lo hacía sentir peor, era que tampoco veía a Kris. No veía a nadie, estaba en rumbo a un lugar desconocido, solo. Solo, como siempre se había sentido.

Antony abrió los ojos lentamente y miró a su alrededor. Estaba en la misma habitación donde había estado los últimos 16 años, nada había cambiado en ella. Buscando con la mirada a su alrededor, encontró a su lado tirado como cualquier cosa en la cama, al caballero. Kris estaba durmiendo mientras baboseaba su sabana. Antony se preguntaba qué había en ese fastidioso individuo que le intrigaba, aparte de ser un caballero de otro planeta, era bastante simple por así decirlo. Los caballeros son como son y así era él, era un niño y así era él, no tenía nada sumamente especial.

Kris se levantó en medio de la noche, para encontrarse siendo observado por esos ojos negros. Esos ojos que lo miraban con intriga, que le pedía respuestas, respuesta a preguntas que él desconocía. Esos ojos que lo miraban ahora con tranquilidad, con cierto alivio.

- Veo que te vas acostumbrando a tu nueva situación. Puedes mirarme más de cerca, pero no servirá de mucho. Las respuestas que buscas están en el universo que nos espera.

Antony regreso de sus pensamientos al escuchar la voz de Kris.

- Tu de verdad crees, que me iré contigo ¿Mo? Apenas regresemos veras quien de los dos sale ganando, aunque gracias por el tatuaje.

Antony regresó a dormir, más tranquilo ahora que recordaba como él estaba un paso delante de la situación. Kris lo miraba con gracia, su mirada victoriosa regresaba a él, pronto Antony conocería quién de los dos era el que controlaría la situación de ahora en adelante.

 


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