Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Soul Sphere por AustralianRick

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

A la mañana siguiente, Suy y Merly estaban terminando los últimos ajustes de la nave. Le planeaban avisar a Antony durante el desayuno que partían ese mismo día, que la nave ya estaba lista y también le indicarían que hacer a su regreso y sobre su situación actual.


- Espero esto sea lo mejor, espero también que no nos odie por mandarlo sin rumbo de un día para otro.


- Estará bien. Quiero creer que el hecho de que Kris haya llegado a nuestro hogar y que los dos parezcan haberse comunicado rápidamente era la señal para que lo dejemos partir hacia un mundo nuevo. Quiero creer que estará en buenas manos, no es fácil...


Merly miró a su hermana, ella no era la única lagrimeando.


- Dejar ir a quien viste crecer durante tantos años. Aquel que era el único esperándonos en casa.


Suy se acercó a su hermana y con un pañuelo que sacó de su bata le limpió las lágrimas.


- A quien cuidamos desde pequeño, siempre velando porque no le pasara nada malo. Esas noches largas en vela...


Merly le puso una mano en el hombro a su hermana. Seguramente se sentía igual de melancólica que ella.


- Nunca nadie nos preparó para lo que vivimos. Pero hicimos nuestro mejor esfuerzo por mostrarle lo bello que era el mundo que le podíamos ofrecer ¿No?


- ¿Recuerdas que no sabíamos que darle de comer? Él nos vomitaba a cada rato – los recuerdos de aquel infante que vio crecer se asomaban involuntariamente.


- Cuando nos levantaba a media noche, con esos sonidos raros que hacía. No sabía cómo sentirme. Pero dimos lo mejor de nosotras, creo. Sin embargo...


- Pero, todo lo que quedará para él cuando nos vayamos será una prisión gigante, llamada tierra.


Ambas hermanas apoyaron sus espaldas contra la pared mientras se sostenían de las manos.


- Él se quedará solo, verdaderamente solo. Sin un lugar donde ir, un lugar que al que llamar hogar...


- No estoy segura Merly, de verdad que no. Pero también creo que en un futuro cualquier lugar será mejor que acá, este no es un lugar para él.


- Suy, parece ser que ni la ciencia nos salvó del sentimentalismo. Ese dolor tan punzante, esta sensación que me invade. Recordar me llena de alegría, pero a la vez es tan triste que me duele mucho, casi como si me desgarrara por dentro.


-No importa Merly – Suy limpio la cara de su hermana con el pañuelo delicadamente - El rojo de tus ojos, las gotas que recorren mi cara, es la magia de haber vivido. Es la mejor prueba de que le dimos lo mejor que teníamos. Que el tiempo que pasamos juntas con él fue bueno, aunque fuera poco.


- Es maravillosa la naturaleza, tantos sentimientos que se pueden agrupar en una sola palabra. No importa el tiempo que pase lo extrañare – Por un instante perdió su mirada por la ventana, tratando de ver más allá del cielo del amanecer - Como me gustaría saber si aquel mundo que le espera es tan brillante y lleno de maravillas como el sueña es el exterior. Nada me haría más feliz, que ver, poder saber...


Merly volteo con una sonrisa cálida hacia su hermana.


- Que el podrá vivir, vivir libre, junto a alguien que lo protegerá. Lo acompañara...


- Y estará a su lado, como siempre deseamos. En verdad que me hubiera encantado pode haber estado, juntos...


- Siempre a tu lado, Antony.


En el cuarto de Antony, Kris se había levantado primero y como desearía no haberlo hecho. Como desearía no haber escuchado lo que escucho. Cómo es que ese pequeño que dormía a su lado, ese pequeño sin buen trato había logrado ganarse tanto amor, tanto afecto y estima hacia él y no de una sino de dos.


Se imaginó cómo sería la reacción de Antony, cuando descubriera lo que iba a suceder. Si no lograba entender la situación, si malinterpretaba lo que las doncellas estaban haciendo. Se sentiría dolido, tan dolido como en su momento se sintió querido. Como una cría que es abandonada por su madre a su suerte. Ese dolor, ese dolor que en los cachorros solo son chillidos de angustia y temor. Él lo observaría, de manera arrebatada, en esos ojos, esos ojos que lo miraban de tantas maneras, pero siempre firmes. La idea de verlos desgarrados, en un mar de sentimientos, en un viaje de emociones sin vuelta atrás. Como si su alma se escapara por ellos. No se sentía listo para eso, no aún.


Al ver a Antony a su lado no pudo evitar abrazarlo, tan fuerte como pudo, tratando de sacarle las preocupaciones. No sabía qué más hacer, simplemente siguió haciéndolo hasta que se volvió a quedar dormido. Solamente su apetito lo levantaría.


Para cuando Antony abrió sus ojos, se encontró con una sorpresa para nada de su agrado.


- Ey, caballerito, levántate, que crees que haces.


Kris se levantó al escuchar su voz y no recordaba mucho el como había acabado en esa situación. Sin embargo, estaba seguro que tenía un buen motivo.


- Vamos. No te pongas creído porque te abrace, al fin y al cabo, ahora tienes "mi" marca ¿No es así? 


- Y tú ya verás que gracia les dará a mis hermanas el ver que me has puesto un tatuaje el primer día que nos conocimos. De seguro y me libró de ti.


Sus hermanas. Algo sentía Kris que estaba mal acá, pero no lo recordaba. Su mente era muy frágil por las mañanas. Con el transcurso del día lo recordaría al fin y al cabo tenía tiempo hasta que partieran.


- Estoy seguro de que no les importara el tatuaje, ya verás. Bueno, hoy te levantaste de mejor humor al parecer. Tráeme lo mejor que puedas, te esperare.


Kris estaba echado con la espalda en el respaldar de la cama, haciendo una señal de "tú puedes". Tenía que recompensar el comportamiento positivo o algo así había escuchado alguna vez en su vida.


Antony lo miraba con una mezcla entre indignación y gracia. Él de verdad creía que le iba a traer algo. Además ¿Que consideraba Kris "buen humor"? Él siempre estaba igual.


- No te voy a traer nada. Ven antes de que se acabe la comida, si quieres.


Con eso dicho Antony salió del cuarto en dirección hacia la cocina. Este iba a ser otro día largo.  Si lo primero que veía al levantarse era a Kris, no pintaba bien.


Kris se quedó con la palabra en la boca, estático con su manito arriba ignorada ¿Pero porque la vida lo trataba así? ¿Porque ese pequeño descarado tenía que haber llamado su atención para volverlo su compañero? De todos los seres que conocía, tenía que haberse decidido por él, que lo retaban a cada rato y pasaba sobre su autoridad. Pero más importante ¿Porque permitía que eso pasara?


- No me queda más que esperar que el vínculo siga haciendo su magia. Fácil y sí se levantó con ganas de servirme el desayuno en la cama, pero al verse descubierto decidió cambiar de idea.


Kris se levantó como pudo, se puso su armadura encima y se dirigió hacia la cocina. Al llegar vio otra vez la cara atónita de Antony. Últimamente ese chico se sorprendía mucho, no era bueno para su salud. Si era su sirviente debía ser fuerte, así que una pequeña sorpresa no le haría daño.


- Como que nos vamos hoy día, no he alistado nada, ni sé que tengo que alistar...


Cuando Antony llegó a la mesa, sus hermanas lo sorprendieron con la noticia de que partiría con Kris ese mismo día. Que todo el equipo estaba preparado para su partida. Y él ni siquiera había probado su desayuno.


- Pero no tienes nada que llevar. Carga una muda y ya.


- El resto está en la nave. Los equipos, los trajes si los necesitan, todo está en la nave. También las provisiones.


- Pero yo no sé manejar y dudo que el caballero sí.


- La nave estará en automático para la ida y para la vuelta solo necesitas de un botón y se prendera.


- Además no creo que nada te pase, estarás con Kris.


Antony no entendía. ¿Que creían sus hermanas que era Kris? El tipo era un sociópata con poderes sobrenaturales, no era nada seguro. No era malo, pero tampoco seguro. Antony decidió que les mostraría a sus hermanas la marca que Kris le impuso la noche anterior. Seguro y eso les demostraría con qué clase de gente estaban mandando a su hermanito de una buena vez por todas.


- Kris, Kris, Kris. Pues miren lo que hizo el buen chico de Kris.


Mientras Kris llegaba a la cocina, escuchaba que su sirviente lo llamaba repetidamente ¿Había algo que le quería mostrar? 


Antony se levantó la manga del polo hasta su hombro y mostraba de una manera exageradamente indignada la marca sobre su piel. Las hermanas se quedaron impresionadas.


Las hermanas se miraron intrigadas ¿De que se trataba esa marca? ¿Que significaba aquella marca? ¿Cómo tendrían que estar reaccionando?


- Veo que estás exhibiendo el vínculo eterno que te puse ayer. Te haces el difícil, pero cuando no estoy te ufanas de la marca ¿Eh?


- Pero que rayos... - Para Antony era incomprensible que Kris no entendiera la situación en la que estaban.


La cara de las hermanas se iluminó por un instante. Un vínculo eterno, como en las películas donde todos los miembros de una "casa" tenían la misma marca que los unía como una familia. O la fortaleza de una amistad expresada de manera física, el mundo de dónde venía Kris, era sorprendente.


- Un vínculo permanente ¿eh?


- Si, si permanente. Esta cosa no se quita con nada ¿Ven, ven?


Antony estaba totalmente emocionado, tratando de mostrarle a sus hermanas como la marca no se salía con nada, su rostro resplandecía.


Las hermanas se sentían más tranquilas al ver que Antony podía emocionarse de tal manera. No entendían bien si era bueno o malo, pero la forma en la que dijo Kris, "vinculo eterno" las aliviaba de alguna manera. Sentían que podían dejar su más grande logro en sus manos y poder seguir tranquilas, a pesar de recién haberlo conocido. Sin embargo, ver la rapidez con la que Antony aceptaba su nueva vida las entristecía un poco.


- Veo que te emociona el empezar una nueva vida ¿eh?


- Explícame algo Kris. Esta marca no parece doler, ni que se fuera a salir ¿Cómo la hiciste?


Antony estaba boquiabierto en su silla mirando al vacío. ¿Es que acaso todo lo que hiciera Kris estaba bien para sus hermanas? ¿A qué clase de mundo había ido mientras dormía? En ese momento empezó a recordar su sueño. Que sus hermanas le decían que viviría con Kris y que ese día partían, no podía ser cierto ¿no?


- Sería muy complicado explicarles la magia y la instrucción que uno recibe para poder realizarla. Y que solo alguno  – haciendo una pose de superioridad - somos capaces, en mi caso en especial, nadie más la ha recibido.


Este era uno de esos momentos, en el que las hermanas sentían que subestimaban su intelecto . Y más aún quien las subestima no parecía ser el más brillante de los presentes.


- En pocas palabras es la transmisión de mis sentimientos y mis deseos, que al llegar al alma del receptor forma un vínculo especial que nos mantiene conectados. El vínculo representa su intensidad como una marca en alguna parte del cuerpo del receptor, dependiendo del lugar tiene un significado.


Aquella marca representada por la intensidad del vínculo. La intensidad de los sentimientos era tan nítida, casi parecía que tuviera relieve y profundidad. Tenía tanta expresión, esa simple marca inentendible. Querían saber más sobre esa marca, como es que fue concebida por ese interesante sujeto.


- Una marca con la intensidad de tus deseos que forma un vínculo eterno. Suena bastante mágico ¿No Merly?


- En serio que sí.  La marca es bastante firme y la imagen pareciera que estuviera viva ¿Que es lo que pasaste en ese vínculo?


¿Qué es lo que había pasado? Ni él lo sabía claramente, solo estaba a gusto con que funcionara.


- Esto bueno... - Aclara su garganta - Cada caballero crea su propio relato para expresarse a sus sirvientes y lo que les promete. Pero la intensidad de esa marca es la mejor prueba de que no se equivocan en dejarlo en mis manos. Aunque creo que él no lo recuerda así...


Kris dijo esto señalando a Antony, quien miraba confundidos a los presentes, como si fuera ajeno a lo que pasaba. 


Antony no sabía que de hablaba Kris. El solo vio la maldita luz marcarlo de por vida. Seguía pensando en la profundidad de su sueño y su significado.


- No sé de qué está hablando. Simplemente me miró un buen rato, puso su mano en mi hombro y boom, esta cosa aparecía de la nada.


Kris estaba estupefacto. Tanto sentimiento inmiscuido en la marca, tanta compatibilidad con la marca, las alas hasta parecían moverse. Pero aun así, su comportamiento no cambiaba. Seguía siendo el mismo sirviente rebelde que fue antes de la marca. Solamente por ratos veía atisbos de los efectos del vínculo, de los cuales empezaba a dudar.


Las hermanas no podían aguantar su risa al ver como estos dos discutían tan alegremente. Para bien o para mal se llevaban, era gratificante ver que el pequeño Antony era capaz de socializar con alguien más. No sabían cómo lo habían logrado, pero había salido bien, con unos pequeños tropiezos durante todos sus años juntos. Él estaba listo para explorar un mundo nuevo. Suy decidió hacer los últimos preparativos, mientras Merly les indicaba que se alisten para partir.


- Hey, ya, cálmense, vamos. Como se llevan bien.


Antony, ya no comprendía más. ¿Cómo es que según su hermana él se llevaba bien con Kris? Estaban cegadas por su actitud de caballero, eso era lo seguro.


- Antony, ve a tu cuarto a alistarte para partir. Kris todo lo que puedas necesitar está en la nave. En unas horas todo estará listo, hasta entonces hagan tiempo en la habitación.


- Gracias, por la hospitalidad. No se preocupen, cuidare bien del principito.


- ¿Cual principito? Yo me puedo cuidar solo. Es más probable que te acabe cuidando yo a ti.


Ambos se retiraron. Antony estaba bastante confundido con lo ocurrido y Kris sentía que tenía a Antony casi en el bolsillo. Era más que probable que luego del viaje, ellos viajaran a su planeta de vuelta. Una vez en su planeta, todo el mundo miraría asombrado qué clase de sirviente era el que había sido escogido por el gran sucesor de la dinastía Light Sword. Aunque a ciencia cierta, ni él sabía qué clase de sirviente era él que había elegido el gran sucesor de la dinastía Light Sword.


Las hermanas ya habían terminado los preparativos para la nave. Esta estaba a la vuelta de la casa, en un terreno plano con poca vegetación. La nave era un poco diferente a los cohetes, más parecía un cubo gigante con cuatro extremidades que la sostenían y una escalera eléctrica que llegaba hasta el suelo en uno de los lados. La habían hecho lo más normal posible. Tenía dentro una cabina de control, donde estaba el timón, un área grande en el centro de esta que conectaba con los demás cubículos y uno de ellos eran los baños. Era algo similar a una casa de un piso, para que Antony no se sintiera extraño, esto incluía la gravedad y cosas varias.


Mientras las hermanas preparan la nave, Antony y Kris veían la televisión. No es precisamente porque hubiera algo entretenido que ver, pero es que no ponían de acuerdo con los canales. Antony quería ver sus películas y series de siempre. Kris le exigía el control para poner caricaturas.


- Vamos, en serio. Estoy seguro de que en tu planeta ni T.V hay. ¿ Porque rayos quieres ver caricaturas? – Decía mientras trataba de arrancarle el control. Para su mala suerte Kris era ciertamente más fuerte que él, y no parecía tan siquiera intentarlo.


- Estos dibujos son divertidos. Se parecen a las criaturas de mi planeta, pero mal pintadas. Mira sobre todo este dinosaurio rojo con la mueca extraña. Parece una cría de Raptor roba-almas.


La cara de Antony cambio a una impresión combinada con susto 


- Que bonitos los nombres de tu planeta eh. No puedo esperar para visitarlo...


No importaba mucho la resistencia que Antony pusiera. No podía evitar que su imaginación viajará a ese extraño mundo, lleno de lugares maravillosos para recorrer. Él quería, de verdad que quería quedarse con sus hermanas, eran lo único que tenía. Pero a su vez, quizás más desde que llegó Kris, quería conocer un mundo nuevo, algo ajeno a él y los relatos del caballero solo incrementaron ese deseo. A pesar de los nombres tan "curiosos" de sus criaturas.


- Será una pena que no nos volvamos a ver luego de una semana.


En ese instante la mente de Kris se ilumino. Finalmente recordó aquello que había sucedido en la mañana y porque se había levantado abrazando a la servidumbre. Tenía que tratar de apaciguar las cosas antes de que todo sucediera. Tenía que evitar que la marca fuera puesta en vano. No quería verlo quebrarse, no después de todo lo que había pasado para llegar a ese momento.


- Antony, acabo de recordar algo muy importante escúchame atentamente...


Antes de que Kris pudiera terminar su frase, Merly llamó a ambos afuera de la casa. La nave estaba lista y debían partir.


- Nada de que lo me digas me hará cambiar de decisión. No hay forma que decida irme contigo y dejar a mis hermanas, ni siquiera te conozco.


- Antony, espera es que tú no entiendes...


Antony ya se había ido de la habitación. No quería perder más tiempo con Kris, tanto que dejó su maleta en la habitación. Kris salió detrás de él con la maleta en su mano, tratando de alcanzarlo. No entendía cómo era tan rápido ese enano, ya estaba afuera.


Kris llegó a la puerta de la casa y cuando se acercó a la nave, las hermanas estaban hablando con Antony, quien ya estaba en el interior de la nave.


- Antony, sé que no está bien que te digamos esto ahora, pero cuando regreses ya no estaremos.


- No entiendo ¿Se van a ir de viaje otra vez, las dos?


- Si, así es. Es ese momento del año ¿Recuerdas? Donde viajamos por un largo tiempo


- Cierto, me había olvidado. Pero está bien, no me lo tienen que decir como si fuera algo importante. Siempre viajan...


- Antony, escucha, esta será la última vez que viajemos.


- Genial, cuando regresen, pasaremos más tiempo juntos...


Suy y Merly se sentían mal al ver la sonrisa de Antony al no entender la situación.


- Es que esta vez, no regresaremos a casa, Antony. Nos quedaremos en la central por meses.


- No se preocupen, yo las esperaré como siempre.


En la cara de Antony se podía ver la confusión, el miedo y la preocupación de que por partes entendía lo que estaba sucediendo, pero internamente lo negaba.


- Serán meses Antony, tal vez años. No te dejaremos solo en el bosque todo ese tiempo. No estaría bien, no mereces una vida así, no mereces terminar así.


- Eres una criatura fantástica, mereces ir a un lugar adecuado para ti.


Los ojos de Antony se empezaban a humedecer ¿Acaso lo que soñó era cierto? Y si era así ¿Por qué? ¿Porque la vida se empeñaba en quitarle lo único que tenía? Lo único que conocía. Él no sabía de nada más que sus hermanas, eran su mundo y no tenía problemas con eso.


- ¿Si soy tan fantástico porque no me pueden llevar con ustedes? ¿Porque me quieren abandonar? ¿Que he hecho mal?


Antony estaba llorando de frustración frente a ellas. Sabían que podía pasar, pero nunca nada las preparo para eso. Trataron todos estos años de que nada le pasara y al final fueron ellas las que le acabaron lastimandolo en el último instante que compartían. Porque a ciencia cierta no había vuelta atrás, era lo mejor o eso querían creer.


- Antony, espera. Es que no entiendes.


- ¿Entender qué? ¡Respondanme! ¿Qué me cuidaron todos estos años en espera de poder librarse de mí? ¿Qué me permitieron sentir su afecto, para que no sospeche de nada? ¿Porque me mostraron que era una familia? Una maldita familia... Eso pensé que tenía... Si planeaban deshacerse de mí al final... De esta manera, lanzándome a un maldito cohete a la Luna ¡No soy un cochino objeto del cual se puedan aburrir y luego deshacerse! – Antony empezaba rabiar entre llantos - Mírenme estoy sufriendo mucho. Sé que no soy normal, sé que no puedo ser como ustedes, sé que no puedo salir del bosque – Su voz se cortaba mientras lagrimeaba, tenía un tono triste - Pero en el fondo, creía que algún día podría vivir con ustedes como una familia, con gente que me comprendiera. No pensé que me abandonarían así, si hubiera sabido que esto sucedería desde el comienzo...


- Antony, por favor, no. No hagas esto más difícil. No sabes lo difícil que es para nosotras dejarte ir así... Como quisiéramos poder estar siempre contigo, pero... - Merly trato de poner su mano sobre el hombro de Antony para calmarlo, pero fue retirada por un manotazo.


- !Cállense¡ Ustedes que van a saber cómo me siento. No hay nadie en todo el mundo que lo sepa, ahora lo sé. No hay nadie para mí, nunca lo hubo... Si es tan difícil ¿Porque lo hacen? ¿Porque se rinden? ¿Porque no me pueden querer como yo a ustedes? – Su rostro empezaba tomar rasgos de furia - ¿Creen que me quedare parado en esta maldita nave? Parado, viendo como me dejan a mi suerte ¿Creen que dejaré que se deshagan de mi tan fácilmente? – Antony empezó a bajar lentamente de la nave. Su cuerpo y su mente estaban abatidos, pero debía intentar salir de aquella nave.


No esperaban que Antony reaccionara así. Que no entendiera que era tan difícil para ellas, ver que no importará cuánto se esforzaron, este no era su lugar. Pero él no lo entendería, era la primera vez que lo veían así. Sentía como si hubieran destrozado algo dentro de él y liberado todo lo que había suprimido este tiempo en su interior.


- Antony, por favor cálmate. Estarás bien. Luego de la Luna, podrás conocer nuevos lugares, nuevas personas. Kris estara contigo, la razón por la que él llegó a nosotros, era la señal que necesitábamos para dejarte ir así que... - Trataban de calmarlo, pero quizás sabían que no tenía ninguna utilidad ahora ¿Cómo lo retendrían en la nave?


Antony dejó de avanzar, estaba harto de escuchar sobre Kris, el extraño que conocieron la noche anterior 


- Kris, Kris, Kris. No entienden maldita sea ¿Porque yo me quisiera quedar con un extraño que conocí hace ayer? Maldita sea lo conocimos ayer, ustedes eran todo lo que yo conocía... O creía conocer – Dio un leve suspiro antes de dejar de lagrimear.


Antony estaba con rabia, cayó sentado en un escalón de la nave. Su voz era diferente, el enojo y la rabia salía en cada palabra, raspándole la garganta. Nunca había sentido esa sensación de traición y decepción. Antony las miro con las pupilas contraídas completamente, como un animal, sus voz tenía un tono tenebroso


- Viví toda mi vida en paz, aceptando lentamente lo que me esperaba. Pero esto... Yo a él, a ustedes, por sobre todo a ustedes. Yo los...


Los ojos de las hermanas se dilataron, si bien sabían que eso no era lo que sentía. No querían escuchar eso de Antony, no la última vez que lo verían. No quería que ese sea el último recuerdo que se guardaría en sus corazones como una prisión por el resto de sus días. 


Antes de que pudiera terminar su frase, Kris llegó corriendo lo más rápido que pudo. La gravedad de ese planeta era tal, que correr le suponía un esfuerzo físico tremendo. Uso toda la fuerza que le quedaba para lanzarle la mochila a Antony en el estómago, dejándolo inconsciente. Para luego de un salto con su último esfuerzo subir a la nave.


- Justo a tiempo. Pensé que no lo lograría, pero igual creo que llegue un poco tarde ¿Eh? No debes decirle eso a tus hermanas, no sabes cómo les duele dejarte ir – Kris cargo al inconsciente pelinegro en su brazo, mientras subía por la nave agitado. Estaban a punto de despegar, estaba en automático y la escalera se plegaba mientras la compuerta se cerraba. La nave empezó a moverse mientras Kris caía sentado en el piso del interior de esta. Era mucha la energía que había gastado.


- Hermanas, lo siento, las escuche anoche y en la madrugada. Pero aun así, no pude evitar que esto pasara. Pero les prometo que no les volveré a fallar. Haré que cada maldito día de este muchacho sea único. No se arrepentirán de dejarme a su bien más preciado, el fruto de todos sus años de esfuerzo. El gran caballero nos les fallará, Kris no les fallará – Lo último lo dijo con una voz calmada.


Las hermanas empezaron a llorar inconscientemente mientras se despedían de la nave, al parecer no se habían equivocado. Kris era tonto, estúpido hasta torpe. Pero no era malo, si podía cuidar a Antony a su manera, él estaría bien.


- Cuando regresen, habrá unas indicaciones en la mesa. Síguelas para abrir el portal a tu planeta, es una maquinaria delicada trata de ser cuidados o pídele a Antony que te ayude.


- No se preocupen... Creo que lo decidí en el momento en que lo vi. Estoy seguro de que con él,  aunque sea en este lugar, encontraremos lugares maravillosos para ver, tan únicos como él.


La nave se estaba alejando más rápido y casi fuera de su vista mientras la compuerta ya estaba casi completamente cerrada con Kris y Antony adentro.


- Un favor más Kris, dile algo a Antony de parte nuestra cuando se levante - Ambas hermanas gritaron lo más fuerte que pudieron para que el sonido de la nave no interfiera y en espera de que Antony, aun inocente las pudiera escuchar - "Dile que siempre lo querremos".


Los recuerdos de los 16 años que pasaron juntos vinieron uno tras otro mientras veían la nave partir. Todos los momentos que vivieron juntos, los paseos por el bosque, las risas, los llantos, los temores. Todo se estaba yendo como lágrimas mientras la nave se alejaba.


Dentro de la nave estaba Kris, bastante agitado, tratando de recuperar la respiración. Estaba sentado como podía, con Antony en su regazo. Pero le dolía mucho el pecho.


- Lamento haber llegado tarde y no haberte podido explicar lo sucedido. Todo esto se pudo haber evitado, pero al menos ahora sé que el vínculo existe ¿De qué otra manera podría sentir todo el dolor que estás sintiendo en este momento? Es como una sensación que me carcome las vísceras del pecho. Espero que me estés pasando una parte de tu dolor, no me gustaría pensar que estas sufriendo más que esto.


Antony estaba tirado en el regazo de Kris, durmiendo de manera inconsciente. Pero sus ojos seguían llorando. Para suerte de Kris y su lentitud él nunca pudo ver los ojos de Antony inyectados de rabia, frustración y traición. Sin embargo, había algo más, tal vez peor.


-....


- Antony ¿Qué dices?


Antony se aferró al polo de Kris y oculto su rostro en el polo del caballero. Entre susurros, con la voz cortada y sollozante, Antony dijo aquello que en verdad le quería decir a sus hermanas en su último momento juntos.


- Por favor...No me dejen...


Kris simplemente cayó en el piso. Ya no podía más, la situación había sido demasiado para él y cayó dormido con Antony sobre su rodilla, quedando inconscientes en la nave.


Mientras la nave atravesaba las capas de la atmósfera, aquello que vigilaba su destino, enviará guardianes. Porque era aquello, lo que se originó en las profundidades de la mente de la humanidad. En todo aquello que era bueno, lo que era malo. En cada significado que le daban a la vida. Cuando el "bueno" hacía de malo, cuando el "malo" hacía de bueno. En el mismo significado de aquellas palabras. En el momento creado por estas verdades, existía un hueco en el universo, donde habitaba un algo. 


La "balanza", está creaba una copia del universo en otra dimensión, una dimensión donde no existía lo bueno o lo malo. El primer ser de esta dimensión no conocía del bien o el mal. Pero algo sucedió, las fuerzas dentro de él entraron en conflicto creando un mundo donde solamente existían la luz y la oscuridad, pronto el ser se empezó a dividir. Cuando los seres que habitan esta dimensión escapaban al mundo real, los paradigmas podían cambiar y las personas podían actuar en contra de su naturaleza. 


Se definían como una fuerza de cambio, seres hecho con la voluntad de las masas. Ellos eran los reinos de la Luz y de la Oscuridad. Los seres que vivan en cada uno eran aquello a lo que los humanos llamaban Ángeles y Demonios. Contrario a las creencias, solo buscaban el dominio de la copia del espacio donde habitaban, pero para ello necesitaban ayuda de los mortales. Los ángeles requerían la luz que nacía de las acciones puras y bien intencionadas, los demonios como era de esperarse se alimentaban de los pecados de la sociedad. 


La balanza, encargada del equilibrio y la continuidad, equilibraba la situación. En la realidad donde abundaban los pensamientos oscuros, una acción pura daba la misma fuerza que diez pecadores, así el dominio de esa dimensión no sería decidido por la interferencia directa de otras. Pero esto era algo que aprovechaban los ángeles para su bien, robando sin distinción la luz de la gente, plantando oscuridad en sus corazones, dejando que esta se propague. Esperaban que pronto el equilibrio se quiebre y la balanza se incline hacia su favor o simplemente se quiebre sin más. Lo cierto es que es más fácil robar luz que darla, porque la oscuridad no se crea, solamente existe a la espera que desaparezcan los demás colores.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).