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Esferas de escarcha por Zully Neko506

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Frio

Tan pronto se había quitado las cobijas que cubrían su cuerpo, el frio de la mañana lo inundo haciendo que un escalofrió recorriera su espalda y rápidamente volviera a cubrirse con el edredón rojo que su padres le habían comprado tiempo atrás, miro la ventana de su cuarto esta tenía gotas de agua por todas partes y afuera el día estaba nublado.

-Takuya ya alístate, tenemos que salir a comprar, recuerda que prometiste acompañarme-Hablo su madre mientras entraba al cuarto.

-Mamá, el clima esta horrible, ni siquiera puedo levantarme de la cama por el frio que hace-

-Al menos agradece que finalmente paro la lluvia, pensé que nunca se detendría, ya que durante toda la noche estuvo lloviendo-

-¿Es necesario que salgamos?-

-Podemos no ir si así lo deseas, pero no tendremos nada para comer-

Al sentir como su estómago gruñía, Takuya suspiro profundamente-Bien, bajo en 5 minutos-Su madre asintió y salió del cuarto. El castaño tardo un poco en moverse ya que no quería abandonar el calor que le proporcionaba su cómoda cama, al final logro ponerse un pantalón, una camisa de manga larga y un suéter grueso con una bufanda, después se apresuró a bajar no quería hacer esperar más a su mamá.

-¿Nos vamos?-Dijo la señora con una sonrisa a su hijo, quien se encontraba al final de las escaleras.

-Si-Hablo el menor con un poco de disgusto, ya que no quería salir con este frio.

-Tranquilo, no vamos a tardar, además como recompensa te preparare chocolate caliente-Takuya sonrió y agradeció al cielo por la madre que le había dado.

El trascurso al centro comercial fue normal aunque silencioso, al bajar del auto una ráfaga de viento choco con la cara de Takuya, provocando que sus dientes empezaran a castañar y prácticamente corriera hacia la entrada, una vez paso por aquellas puertas automáticas se sintió a gusto, el lugar tenía la temperatura indicada para este frio, agradecía al creador de la calefacción. A Takuya no le gustaba la época de invierno por el simple hecho de que odiaba cuando el sol no salía a proporcionar el calor que los humanos necesitan, era más fan del verano y sus climas cálidos.

-Hijo, cual ves mejor este paquete o este otro-Le pregunto su madre, Takuya apunto con su mano el segundo paquete-Bien entonces será este, ¿Puedes ir por las verduras?, te espero aquí mientras voy a escoger la carne-El castaño asintió y se dirigió al departamento de frutas y verduras, estaba agarrando unas cuantas zanahorias cuando escucho un ruido fuerte que capto su atención, al alzar su vista noto el montón de naranjas y manzanas esparcidas por el suelo.

-Lo siento chico, no me fije por donde iba ¿Estas bien?-Hablo un empleado algo alterado mientras ayudaba a la persona que tenía delante suyo a levantarse.

-Si-Fue lo único que dijo aquel joven de cabellos azules, el empleado empezó a recoger rápidamente las frutas que habían caído por el impacto.

-Enserio lo siento, debo ser más cuidadoso-

-No me paso nada, así que está bien-Hablo el chico mientras comenzaba a caminar alejándose del lugar. Takuya quien hasta ahora era un simple espectador, decidió acercase al empleado y ayudarlo a acomodar el desastre frutal.

-Muchas gracias, con tu ayuda termine más rápido de ordenar-Dijo el señor mientras miraba al castaño.

-De nada, ya tengo que irme mi madre me está esperando, ¡Feliz Navidad, señor!-Dijo Takuya en forma de despedida.

-¡Oh!, Feliz Navidad-Hablo el empleado, faltaba para que fuera navidad pero aun así mucha gente solía decir aquellas palabras.

Cuando el castaño llego con su madre vio que el carrito de compras estaba más lleno de lo que recordaba, coloco las verduras que había escogido en el.

-Gracias, hijo-

-Veo que en mi ausencia fuiste por más cosas-

-Bueno estabas tardando, así que decidí ir por lo que faltaba para ahorrar tiempo-

-Perdón es que me quede observando un accidente, ¿Falta algo más?-

-Sí, las esferas de navidad y leche-

-Bien entonces yo voy por las esferas y tú por la leche, te veo en la caja registradora-

-¿Seguro?, sabes que soy algo exigente en cuanto a gustos, quiero unas esferas muy bonitas-

-Puedo hacerlo, confía en mi mamá-Dijo Takuya con una sonrisa, su madre asintió y ambos tomaron caminos diferentes.

Una vez encontró el pasillo donde estaban las esferas, se sorprendió por la cantidad enorme que había de adornos para navidad, Takuya camino lentamente paseando su vista en busca de algo que llamaran su atención, detuvo sus ojos en unas esferas muy llamativas de color blanco con tonos azules, adornadas de diamantina plateada, inmediatamente le gustaron, además considero que estas combinaban de maravilla con las que ya tenían, se acacho y acerco su mano para tomar una caja pero sus dedos tocaron otros sin querer, al voltear se encontró con un chico de tez blanca mirándolo fijamente.

-Perdón, no te vi-Dijo Takuya con un ligero rubor en sus mejillas, su contrario no dijo nada, ocasionando que el castaño se sintiera algo inquieto, tomo una caja de las esferas y se la ofreció al chico-Ten-

-Gracias-Hablo el de cabello azul mientras tomaba la caja con sus manos, después observo como Takuya se agachaba nuevamente a tomar otra caja.

-¿Nos conocemos de algún lado?, me pareces familiar-Dijo el castaño tratando de controlar el nerviosismo que empezaba a tener.

-No creo, es la primera vez que te veo-Takuya admiro como el chico de ojos similares al zafiro miraba detenidamente la caja trasparente que tenía en sus manos.

-Oh, no fuiste tú el que tropezó con el empleado hace rato-

-Yo no tropecé con él, fue al revés-

-Ya veo… Pues ¡Feliz navidad!... nos vemos-Cuando Takuya termino de decir eso se fue corriendo del lugar, su corazón estaba latiendo más rápido de lo normal, aquel joven de ojos azules ocasionaba que un cumulo de emociones se albergaran en su interior. Llego con su madre y pagaron las cosas, al cruzar nuevamente las puertas del centro comercial, Takuya noto que la temperatura había descendido, ocasionado que el suéter que traía no le cubriera por completo del frio descomunal que hacía, su madre se adelantó rápidamente al coche y él se quedó atrás moviéndose lentamente.

-Rayos, me congelo, debí haberme traído algo más–Pronto sintió que el frio ya no era un problema, alguien había colocado una chamarra en sus hombros, se trataba del chico de pelo azul.

-¿A un tienes frio?-Pregunto el chico, a lo que Takuya movió su cabeza de un lado a otro negando.

-Es muy cálido, gracias, pero ¿No te enfermaras por darme tu chamarra?-

-Estaré bien, además no tengo frio-

-Si tú lo dices pero…-Takuya no pudo terminar su oración debido a que su contrario se adelantó a hablar.

-No te preocupes puedes devolvérmela en otra ocasión-Dijo el chico mientras pedía un taxi, el cual en segundos desapareció de la vista del castaño-Pero yo no te conozco como te la voy a regresar-Hablo Takuya mientras sujetaba fuertemente la Chamarra, se dirigió al auto de su madre, subió al asiento trasero, dejando las bolsas que traía a un lado.

-¿Y esa chamarra?, dime que no te la robaste-Hablo su madre alarmada.

-Para nada, un amigo me la dio-

-Así que te encontraste con un amigo, ya me empezaba a preguntar porque estabas tardando-Dijo su madre al encender el coche y salir del estacionamiento.

Una vez llegaron a su casa Takuya subió corriendo a su cuarto y se metió entre las cobijas de su cama, su cabeza estaba echa un lio, no entendía que había impulsado a aquel chico a cederle su chamarra, por su primera impresión pensó que era alguien muy despectivo e impasible pero con aquel acto le demostró que en verdad era compasivo y bondadoso, se quitó la chamarra y admiro el hermoso color azul marino de esta.

-Ahora como se la devolveré, ni siquiera se su nombre-Dijo Takuya mientras se sentaba en su cama, inconscientemente acerco la chamarra a su nariz e inhalo profundamente, olía a vainilla con chocolate, le gustaba esa combinación de olores, al darse cuenta de lo que estaba haciendo, la cara de Takuya, se puso toda roja y dejo que la chamara callera en sus piernas, se tapó la boca y miro a todos lados, intentando estar seguro de que nadie hubiera visto lo que acababa de hacer, una vez se le paso la vergüenza, tomo de nuevo la chamarra y busco en los bolsillos de esta, rogando encontrar algo que le diera información sobre el dueño de esa chamarra, su sorpresa fue grande cuando dentro del bolsillo derecho encontró un papel, en el venia el número telefónico del chico y su nombre.

 -“55423789… Kouji”-Leyó en voz alta-“Es un buen nombre”-Pensó Takuya, al menos tenía la certeza de que aquella chamarra regresaría con su dueño y no se quedaría por siempre en su armario almacenado polvo.

-Takuya, ven por tu chocolate-Grito su madre desde la cocina-

-Ya voy-Dijo el castaño mientras dejaba el papel en su escritorio.

Horas después Takuya se encontraba adornando el árbol de navidad junto a su madre y hermano-Hiciste un buen trabajo escogiendo las esferas, me gustan mucho-Dijo su madre admirando la esfera que yacía en su mano, aquellas palabras hicieron que Takuya recordara lo sucedido en el centro comercial, se sentía intranquilo, cada vez que pensaba en Kouji su corazón se aceleraba, no sabía si llamarlo era una buena idea, pues aunque el chico no parecía mala persona, sentía algo de miedo, aquellos constantes pensamientos ocasionaron que casi tirara el árbol, su hermano fue el que impidió que este callera al suelo.

***

Ya era navidad y a pesar de que el frio estaba moderado aún se podía sentir el aire fresco, Takuya no había podido dormir bien, debido a que durante toda la noche se la pasó pensando en Kouji. En la tarde cuando llegaron sus primos y tíos, se sintió algo abrumado, no es que su familia no le agradase pero no estaba de muy buen humor. Eran ya las 6:40 cuando entre las pláticas aburridas de sus tíos y los juegos absurdos de sus primos, Takuya agarro su celular, subió a su cuarto cerró la puerta, tomo de su escritorio el papel donde estaba el número de Kouji y marco un poco indeciso, pasaron varios segundos donde nadie atendía, el castaño estaba por rendirse cuando al otro lado de la línea finalmente le contestaron

-¿Hola?-Dijo con incertidumbre una voz que para Takuya ya era muy familiar, a pesar de solo haberla oído un par de veces.

-Hola… ¿hablo con Kouji?-Dijo Takuya mientras recargaba su espalda en una pared, empezaba a sentirse algo tonto.

-Si ¿Quién habla?-

-Pues veras mi nombre es Takuya, soy el chico al que le prestaste tu chamarra ayer-Dijo el castaño mientras sus mejillas se teñían de un rosa claro, gracias a dios no estaban hablando en persona o se sentiría más avergonzado de lo que ya estaba.

-O claro lo recuerdo-

-Por eso te llamo quiero devolverte tu chamarra-En realidad Takuya quería quedarse con la prenda, pero sus ganas de volver a ver al dueño de esta eran más fuertes-¿Tienes tiempo hoy?-

-¿Hoy?, no lo creo, en estos momentos estoy con mi familia-

-Si yo igual, es solo que… puede que esto te suene extraño, pero repentinamente me dieron ganas de verte, por eso te pido que nos veamos hoy-Takuya sintió como el pequeño sonrojo que tenia se extendía por toda su cara, no había vuelta atrás, su boca se movió prácticamente sola, un silencio se hizo presente en la otra línea y el castaño temió lo peor-Siento si te incomo…-Antes de terminar su oración oyó lo que para él fue el sonido más hermoso que había escuchado en toda su vida, Kouji estaba riéndose.

-Perdón, me tomaste por sorpresa, te parece si te veo en 20 minutos en la entrada de la estación del sur ¿La conoces?-

-¡Ah!, si la conozco-

-Entonces, nos vemos Takuya-Dijo Kouji dando por finalizada la llamada, el castaño salto de la emoción se arregló un poco tomo la chamarra que le habían prestado y salió de su cuarto.

-Ya vengo mamá-

-¿Takuya?, pero a dónde vas a estas horas-

-No te preocupes volveré pronto-Hablo el castaño sin prestar atención a los reclamos de su madre, después corrió hacia la estación del sur, la cual no estaba lejos de su casa. Al llegar a la entrada se detuvo a respirar apoyando sus manos en sus rodillas, el correr 4 cuadras seguidas lo había cansado, cuando recupero el aliento se recargo en la pared y espero a que Kouji llegara, a los pocos minutos una mano toco levente su hombro al voltear se encontró con aquellos ojos color azul que lo cautivaban.

-Hola-

-Hola-Ambos se miraron fijamente por un rato sin decir nada más.

-Ten tu chamarra, muchas gracias por habérmela prestado-Dijo Takuya entregando la prenda de color azul, Kouji la recibió

-De nada-El silencio volvió a reinar y el ambiente se hizo algo incómodo.

-¿Por qué me prestaste tu chamarra?, ni siquiera me conocías, sé que mi pregunta es repentina pero simplemente no entiendo que te hizo actuar así-Dijo Takuya rompiendo el silencio en el que estaban embargados.

Kouji suspiro profundo-Yo… es difícil de explicar-Takuya observo el vaho que salía de la boca de Kouji, la temperatura empezaba a descender cosa que aprovecho para acercase más al chico de cabellos azules.

-Te escucho-

-Veras, el día que nos conocimos en el centro comercial estaba buscando un regalo para mi madre, al ver las esferas supuse que serían un buen regalo, intente tomar una caja pero nuestros dedos se tocaron por accidente, en ese instante sentí una corriente eléctrica recorrer toda mi espalda y simplemente me…  me enamore de ti, creo que es lo que llaman “amor a primera vista”, quise decir algo pero no pude debido a que el miedo se apodero de mí, pensé que nunca más te volvería a ver, por eso cuando me percate que estabas a punto de salir, comencé a seguirte y al escucharte decir que tenías frio aproveche la oportunidad, rápidamente tome una pluma apunte mi nombre y teléfono en un papel, luego te entregue la chamarra con la esperanza de que encontraras ese papel y nos volviéramos a ver-

-Quieres decir que buscaste una excusa solo para volver a verme-

-Si lo dices así, suena mal-A Takuya se le escapo una leve risa.

-Nadie antes había hecho algo así por mí y por más loco que suene, tu plan funciono, sabes cuándo te conocí pensé que eras una persona fría y sin sentimientos, veo que estaba totalmente equivocado… eres un aventado-

-¿Aventado?, lo dice el que por teléfono dijo que quería verme-Un fuerte sonrojo se hizo presente en la cara del castaño, haciendo que Kouji riera sonoramente.

-No te rías, si tú hablaras con la persona que hizo un gesto muy lindo por ti, también dirías eso-

-Así que no te soy indiferente eso me da gusto-

-Cómo voy hacer indiferente con alguien tan guapo-Dijo Takuya sin pensar, a los pocos segundos tapo bruscamente su boca.

Kouji sonrió y se acercó lentamente a Takuya-Valla quien diría que alguien tan lindo como tu sería una persona muy impulsiva-

-Puedes alejarte, me incomodas-Hablo el castaño completamente rojo de la vergüenza.

-No quiero, a mí me gusta tu cercanía-

-Yo…-Antes de que Takuya pudiera decir algo, los labios de Kouji tocaron levemente los suyos y aunque se trató de un simple rose que apenas si duro un par de segundos, ambos sintieron algo que jamás habían experimentado.

-Tus labios están fríos-Dijo Takuya

-Y los tuyos cálidos-Respondió Kouji mientras pegaba su frente con la del castaño, ambos cerraron sus ojos, disfrutando de la cercanía del otro, la temperatura estaba baja pero los chicos ni siquiera lo sentían porque estaban perdidos en el cálido calor que su contrario le proporcionaba. En ese momento Takuya supo que no podría cumplir su promesa de llegar a casa temprano, lo sentía por su familia pero el único con el que quería estar por ahora era Kouji.

Notas finales:

Debo de admitir que este es mi capitulo favorito, aunque tiene sus errores; una curiosidad es que se me ocurrió debido a que un día cuando me desperté el clima estaba igual que el de la historia, así que agradezco al clima por darme la idea primordial y la inspiracion para realizar esto.


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