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Tiger&Bunny.OS Compañero por amourtenttia

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EXTRA. 1


 


Kaede Kaburagi ha salido de su habitación para ir al baño pasada la media noche porque la necesidad biológica ha sido así de grande. Convencida de que en Sternbild su Santa Claus particular está demasiado ocupado arreglando la situación con su compañero, Kaede no espera de ninguna manera encontrar nada debajo del árbol que han montado en la sala de su hogar. Debe pasar, sin embargo, a través del pasillo aledaño para llegar a su destino. Es precisamente porque está caminando a unos pasos de ese sitio en que es capaz de escuchar perfectamente una serie de sonidos que sencillamente no deberían oírse.


La castaña está comenzando a considerar la opción de activar sus poderes para enseñarle a ese ladrón una o dos cosas hasta que escucha algo que le resulta demasiado familiar.


—Gracias, y, gracias...


Frunce el ceño notablemente. "¿Sky-High-san?" piensa, sin poder creerlo. Casi confirmando sus sospechas escucha además un muy bajo.


—Sky-High-san... Por favor, guarda silencio...


El murmullo ha sido apenas audible, por lo que la castaña cree haber escuchado mal. Decide no darle más vueltas y, armada del valor que su padre posee al enfrentar a los malos, abre la puerta corrediza con una expresión casi frívola.


—¡Alto ahí—grita, al exponer a los invasores


Al abrir los hombres dentro de la habitación demuestran diversas reacciones. El primero en intervenir —de manera casi afortunada— ha sido Fire Emblem, quien evita que el más corpulento de los cuatro caiga de lleno contra el árbol, sin embargo su movimiento provoca que termine, en cambio, empujando a Sky High, quien es alcanzado a su vez por Origami, que es llevado por el peso del Rey de los Héroes sin demasiado problema. En su intento por salvar a los demás de la caída Rock Bison termina jalando al más pequeño, llevándose consigo al peli-rosa, quien emite un pequeño grito de sorpresa al sentir como, de cualquier manera, el desastre se desarrolla. Pronto Kaede se ve a sí misma delante de una escena salida de una horrible comedia donde una pila de héroes le observa, los cuatro enfundados en trajes que intentan imitar al favorito de la velada y que, en ellos, luce de lo más extraño. El estruendo de los hombres es tal que a ella se le borra la expresión del rostro. Sin palabras, solo atina a soltar un gemido cuando escucha pasos rápidos fuera del cuarto.


—La abuela...—dice para sí, y el mayor del grupo palidece sin remedio alguno.


—¡No puede vernos aquí!—vocifera por lo bajo


Nathan, por debajo suyo, ahoga una maldición apenas cuando lo siente removerse con fuerza, enterrándole la palma en el pecho mientras que bajo suyo, Keith contiene el aliento al sentirse igualmente atacado. Ivan intenta no soltar un quejido de dolor.


—¿De qué demonios estás hablando?—gruñe su pareja, mientras son apurados por el más alto


—Me odia... Esa mujer me odia...


—¿Kaede-chan?—llama la madre de Kaburagi, haciendo que los héroes se queden quietos en su sitio.


—¡Voy!—grita ella en respuesta, antes de mirarlos con cierto nerviosismo— Escóndanse ahí...—aconseja señalando la puerta que lleva a la cocina.


En menos tiempo del que hubieran contemplado los mayores consiguen escabullirse a la par que la temible mujer atraviesa la puerta, observando con ojo crítico la escena. Kaede se ha colocado en su campo de visión a tiempo, evitando así que note que bajo el árbol, ya hay cosas debajo. Cosas que no deberían estar allí.


"Por favor, no hay manera de mentir aquí..." se dice "La abuela nunca creerá que Santa vino..."


—¿Kaede-chan?—inquiere la mujer— ¿Qué haces aquí a esta hora?


La menor empieza a reír nerviosamente. Cuando distingue un sonido amortiguado intensifica su voz al medio gritar.


—¡Abuela! ¡Acabo de ver a Santa Claus!


"Aquí quedó mi orgullo" pensó, derrotada, mientras fingía a como mejor podía una ilusión que hace tiempo dejó de sentir.


Pese a que se sintió inmediatamente arrepentida, el sentimiento se evaporó al ver la mirada brillosa de su abuela. Le sonrió de manera más sincera al decir, al apartarse de su sito para mostrar los presentes.


—Es Navidad, ¿no es así?


La matriarca de los Kaburagi observó con sorpresa la enorme pila de objetos que horas antes no estaban allí. Ella y Muramasa se habían encargado —como cada año— de envolver y ocultar los regalos para la menor días antes. El plan es que su amado hijo llegase temprano por la mañana, y siendo que ninguno de los regalos eran los suyos no pudo evitar sorprenderse. Sin embargo, debido a que recuerda la última conversación con el antiguo compañero de su hijo menor, atribuye aquel gesto a éste de inmediato. Decide que agradecerá a Barnaby en otro momento, y está a punto de felicitar a la castaña cuando escucha un estruendoso estornudo que la hace mirar en dirección a la cocina de manera inmediata.


Al ver a Kaede sonreír del mismo modo nervioso que su progenitor cuando ha sido pillado en una de sus malas andadas, avanza sin duda hasta la puerta.


—¡Espera...!—intentó detenerla ella, a lo que la mayor apresuró sus pasos


Abrió con fuerza, solo para dar de lleno con el rostro del hombre que solía incomodarla.


Antonio López era un gran amigo de su hijo Kotetsu, y quizá su único defecto era que era siempre sincero... Pero más que cualquier otra cosa que Anju le reclamase, siempre estaba esa sola cuestión.


—¡Tú!—exclama, ofendida


Bison no atina a esconderse cuando es atacado con la primera sartén que Anju Kaburagi tiene a mano.


—¡Alcohólico! ¡Incitador! ¡Mal amigo!


Ninguno de los otros tres hacen nada por ayudarlo, ni siquiera el novio del moreno.


—¡Eres de lo peor!


—¡Ah! ¡Madre! ¡Eso duele!


—¡No soy tu madre!


Nathan procura no reírse demasiado, mientras que Keith mira a Ivan con la misma duda que el otro le observa.


Anju Kaburagi continúa convencida de que Antonio es el hombre que llevó a su adorado hijo al alcohol... Siempre que llama y está cerca, Kotetsu está bastante pasado de copas.Ella no sabe, por supuesto, que el único alcohólico allí es Kotetsu. Ni mucho menos que Antonio es lo suficientemente buen amigo como para aceptar el precio por proteger ese secreto de su segunda mamá.


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