EXTRA 2.
Karina Lyle continúa bajando a través de las fotos de Instagram durante la mañana de Navidad mientras que escucha como en el piso de abajo sus primos arman un gran alboroto por abrir sus regalos. Ella no está particularmente interesada en hacerlo en ese momento. Y no tiene nada que ver con que sea frívola... Es justo lo contrario. Siempre que ella se emociona demasiado delante de ellos, su adorada familia encuentra el modo de avergonzarla más de modos bastantes distintos. Blue Rose no necesita más memes de su rostro. Claro está.
Da un par de "Me gusta" por aquí y por allá hasta que llega a una de las publicaciones del famoso Fire Emblem, quien, en sus tiempos libres, postea una gran variedad de fotografías de él en su lujosa vida personal. Karina a veces se pregunta qué es lo que ha llevado a la cima a esa cuenta. Si su estilo —que no niega es de envidiar— o el romance que se encuentra en una que otra foto. Nathan publica fotos junto a su novio la mayor parte del tiempo. Quizá sea por eso que se mantiene con tantos seguidores, pese a que no publica todo el tiempo.
—El amor vende...—es la conclusión a la que la menor llegase tras meditarlo algunos días, mientras miraba sus fotos.
Blue Rose da click en el perfil, como en cada oportunidad que una nueva foto aparece, y frunce ligeramente el ceño cuando ve una serie de imágenes que no había notado antes. Comprobando la hora, comprende por qué es que las pasó por alto. Fueron publicadas pocos segundos antes, y algunas fueron evidentemente tomadas la noche anterior.
Frunce los labios cuando encuentra una de Bison, como es usual, siendo fotografiado de manera desprevenida. En el ángulo en que fue capturado, se nota perfectamente su traje rojo y el gorro a juego que le acompaña. Mira por sobre el hombro, seguramente respondiendo al llamado de su novio, y tiene una sonrisa divertida en los labios.
Es por ese tipo de fotos que el Instagram de Fire Emblem —aunque estos pocos lo saben— despegó de aquella manera.
Porque la sonrisa de su modelo favorito es oro puro.
—¿El mejor Santa del mundo?—lee extrañada Karina, y continúa leyendo las etiquetas mientras su rostro se va sonrojando— ¿SantaClaus? ¿Lista de traviesos? ¿Hay castigo si me porto mal?
Reniega para sus adentros mientras da un "Me gusta" antes de salir de esa foto en particular. Al abrir la que aparece vuelve a mirar con dudas la escena. No aparece solo Antonio-san, sino que puede notar igualmente a los otros dos hombres que pertenecen al grupo de la primera división.
—¿Qué?—medio gruñe al notarlos a todos vestidos de Santa Claus
"¿Había una fiesta y nadie nos dijo nada?" se pregunta, extrañada, y entonces recuerda vagamente que Nathan le invitó a una reunión unos días atrás "¿Fue temática? Creí que era solo una reunión con ellos..." Se suponía que Dragon Kid y Blue Rose también fueron consideradas, pero siendo que eran las únicas que continuaban siendo menores no tomaron muy en serio la opción de ir. No era ningún evento oficial, y Pao-Lin iría a visitar a sus padres. La propia Karina quería pasar la noche con su familia también...
"Estoy es extraño..."
Una última publicación aparece en su pantalla, justo unos momentos antes de que decida cerrar la aplicación.
En ella se encuentran los 4 héroes de Sternbild, sentados alrededor de una mesa mientras que Nathan es quien toma la selfie. Al reconocer allí a la hija de Kotetsu-san, y a la que asume es la madre de éste, Karina puede comprender qué demonios ha pasado. O al menos, una idea vaga se ha dado. Sale de la aplicación y va directamente hasta sus contactos. No suena más que dos veces antes de que escuche que han contestado.
Su grito seguramente resuena por todos los pasillos de la mansión.
—¡¿Cómo te atreves a ir a su casa y no decirme nada?! ¡Eso es traición!
A kilómetros de distancia, Fire Emblem continúa riéndose por lo bajo.
—Karina-chan~ Se supone que deberías decir "Feliz Navidad" primero, ¿no es así?
Sonrojándose apenas ella suelta un bufido.
—Feliz Navidad... —murmura
—Feliz Navidad para ti también—responde divertido Nathan
—Ahora dime... ¿Qué demonios hacen en casa de Kotetsu-san?
Las explicaciones que recibe la dejan más confundida que segura de nada, por lo que al darse la invitación por parte de la menor de aquella familia, ella acepta sin pensarlo dos veces. Kaede, desde su hogar, tiene una sonrisa amplia en los labios cuando cuelga el teléfono.
—¿Pasa algo, Kaede-chan?—inquiere curioso Ivan, hablando tan bajo que ella por poco y pasa de su pregunta
Ella niega ligeramente, sonriéndoles.
—¿Se quedarán a cenar?
Los cuatro intercambian una mirada, terminan aceptando sin mucho más insistencia.
Un día o varios atrasados, todo Diciembre es buena oportunidad para celebrar.
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