Mi abuela siempre me decía que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y si, por si se lo preguntaban la frase la había sacado de un comic, a ella le iban los Super héroes con mallas…a mí me iba un poco mas el tipo verde y musculoso con limitadas habilidades para socializar, a mi me iba mas Hulk. Cosa que se notaba por el enorme poster que se colgaba en una de las paredes de mi habitación.
Pero volviendo al tema del poder y la responsabilidad…esto iba en serio y era básicamente lo que representaba haber nacido doncel en mi familia y no, no estamos hablando de haber sido bendecido (como diría mi madre) con el don de concebir… es algo un poco mas complejo.
-Naru!!!!! Si no bajas en este instante me ire sin ti!! Y por Kami no quieres que eso suceda!! – Gritaba un pelinegro desde la cocina mientras dejaba un par de platos en el fregadero.
-Ya casi estoy listo Sai!! – Respondía frente al espejo un chico rubio de ojos azules mientras repasaba su atuendo. Camisa azul cielo con manga doblada bajo los codos, el tono resaltaba su piel ligeramente dorada, grandes ojos azules que hacían juego su camisa y con su cabello rubio naturalmente desordenado. Para complementar su bonito rostro con forma de corazón, tres rayitas en cada mejilla.
Dio la vuelta para ver su reflejo de lado, para finalizar su vestuario eligió unos pantalones beige claros que combino con unos mocasines color capuccino.
- Creo que estoy listo – Se veía bien a sus ojos, se veía formal, lindo y tierno. Suspiro pesadamente, ése será su problema…él no quería verse tierno, quería verse atractivo, profesional y maduro. Pero se le hacía tarde y no tenía tiempo de ponerse a pensar en ello.
Tomo su maletín con correa que se ajustó al hombro y bajo las escaleras del departamento que compartía con el pelinegro y el cual sería su transporte para llegar a su tan esperada entrevista.
- Woooe Naru! Estas para comerte!!! – Silbo el pelinegro mientras tomaba una de las manos del rubio para hacerlo girar. – Si yo fuera varón te aseguro que no te dejaría salir solo – decía mientras veía como el ojiazul ponía los ojos en blancos por los siempre tan ocurrentes comentarios hacia su persona.
-Basta Sai, ambos sabemos que no es cierto. Además de que tan poco le veo el caso a no dejarme salir solo, sabes perfectamente que puedo valerme por mi cuenta – sonreía pícaramente el más bajo.
Sai lo sabía, lo había descubierto por accidente durante la secundaria cuando un grupo de jóvenes habían tratado de persuadirlos de acompañarlos a una fiesta solo para “divertirse”, que honestamente era lo último que hubiera ocurrido si no hubieran sido más listos que los otros chicos. Porque él podría tener la mirada inocente, pero no era tonto y Sai tampoco. Y ese fue el error de los hormonales chicos que habían tratado de engañarlos con tan predecible jugarreta.
Naruto con sus enormes y expresivos ojos azules podía parecer una doncella en peligro, pero solo era eso…parecía. Con su metro sesenta y cinco de estatura podía derribar sin despeinarse a cinco sujetos que le doblaran el peso y tamaño.
Como era esto posible…la respuesta era simple, él no era un doncel normal. Ningún doncel de su familia lo era.
-Es hora de irnos – decía Sai mientras tomaba sus llaves y sonreía cómplice al rubio que caminaba tras él con dirección a la salida. – Te dejare en la entrevista y después me iré al hospital, llámame en cuanto termines para saber cómo te fue.
- Hai!! – respondió alegremente el blondo.
No tardaron mucho en llegar, Sai conducia como si estuvieran jugando need for speed live action. Su departamento estaba en un complejo no muy lejos de la zona industrial donde se encontraba un imponente edificio color gris donde un enorme y elegante letrero ponía “Sharingan Corporation”.
Respiro profundamente por segunda vez en el dia y sonrio dándose animo mientras bajaba del automóvil y se dirigía a las enormes puertas de cristal del edificio. No sin antes voltear para despedirse con una señal de mano de Sai.
– Sorpréndelos Kitsune! – fue la respuesta de su amigo mientras subía la ventana del conductor y desaparecía entre el resto de los automóviles que pasaban por tan transitada zona.
El rubio solo pudo asentir sonrojándose.
Cuando entro a la enorme y espaciosa recepción, lo primero que pudo apreciar fue el cuadro con la caratula de uno de sus videojuegos favoritos y otros más colocados por el resto de la habitación con todo tipo de animaciones. Su sueño hecho realidad, tan cerca y a la vez tan lejos…pero no podía distraerse justo ahora. Iba con el tiempo justo.
Se dirigió a la chica que se encontraba concentrada escribiendo en su computadora tras un lujoso escritorio de cristal y vestida elegantemente con un traje a la medida cuyo largo dejaba apreciar sus largas piernas. Vaya que parecía elitista ese lugar, simplemente la recepcionista era muy linda.
-Buen dia, mi nombre es Naruto Uzumaki y tengo una cita con la señorita Sakura Haruno- comentó el rubio con una cálida sonrisa a la chica que portaba un pequeño botón en el que se leía el nombre de Karin junto al logotipo de la compañía.
- Buen día - respondió fríamente la pelirroja mientras levantaba la mirada y posaba sus anteojos en el chico de ojos azules inspeccionándolo de pies a cabeza. Algo que, por supuesto le pareció de mala educación a nuestro kitsune, pero que decidió pasar por alto.
Su emoción sobrepasaba cualquier otro sentimiento que pudiera tener en ese momento, por fin había conseguido esa entrevista después de haber pasado meses acosando a cada uno de los integrantes del departamento de recursos humanos y haciendo uso de cada uno de sus contactos en el medio para poder aspirar a solo pisar la duela de tan prestigiosa compañía.
La chica tras el escritorio lo trajo de vuelta a la tierra. Despues de confirmar su nombre en la lista electrónica que poseía dirigió nuevamente su vista al rubio – En un momento lo atenderá, pase a tomar asiento con el resto de los aspirantes – termino rápidamente la chica. Concentrándose nuevamente en la pantalla frente a ella.
El kitsune giró para tomar asiento en uno de los sillones individuales disponibles cuando por fin se percató de que había más personas en la habitación, tomo asiento mientras evaluaba a los que probablemente serian su competencia para el puesto en el departamento de estrategia para el desarrollo de nuevos videojuegos y actualización de los mismos.
Como era de esperarse la mayoría de las personas sentadas en la habitación eran varones, aun cuando era bastante normal que todas las profesiones fueran equitativas en cuanto a la cantidad de varones, donceles y mujeres que la ejercían, era bien conocido que la industria del entretenimiento y la tecnología era dominada por varones.
Pero por ellos estaba en ese lugar, bueno siendo especifico, solo por uno en particular. Desde que había comenzado la universidad tenía una cosa clara en su vida. Algún día trabajaría codo a codo con uno de sus más grandes ídolos. Aquel que había desarrollado por lo menos una docena de sus videojuegos favoritos.
Jamás lo había conocido o había tenido interés en su físico, dado que tampoco le había dado por googlearlo para averiguar su apariencia física. Quería que fuera una sorpresa para el día en el que lo conociera.
Aunque ya tenía en mente una imagen de cómo sería su más grande ídolo, probablemente sería muy similar a todos los freaks con los que se rodeaba en la universidad y de los que había hecho buenos amigos. Todos ellos eran delgaduchos o llenitos que se refugiaban en el maravilloso y desafiante mundo virtual que te transportaba a universos increíbles y diferentes, aquellos que se podía manipular con un click o una actualización.
Probablemente su ídolo era una persona muy amable pero reservada con el resto de las personas hasta que tomaba confianza (tal como era común entre todos los chicos de su especia, gamers, freaks,etc). Para Naruto nada de eso importaba, él lo idolatraba por la mente tan brillante que tenía. Y estaba completamente decidido a obtener ese puesto costara lo que costara.
Sabía que estaba en desventaja por ser doncel y que en consecuencia lo vieran como alguien inferior y con poco criterio o imaginación, pero él era Uzumaki Naruto y no se daba por vencido… y tampoco era un doncel promedio.
- El siguiente es…Uzumaki Naruto- Pronunciaba la maleducada recepcionista que lo había atendido minutos previos. – La señorita Haruno lo atenderá ahora.