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Harry Potter y el misterio del diamante. por Maryk0k0

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Durante la clase de transformaciones, Harry y Ron estaban estudiando la transmutación de una aguja en una espina de erizo, ella había realizado una especial atención a los que estaban un poco rezagados y no fue sorpresa para nadie para ser él mismo quien necesitaba ayuda, Ron y Hermione estaban blandiendo su varita con pereza, a Ron no le salía el hechizo pero tenía somnolencia y es que estuvo esperándolo toda la noche esperando que Harry le contará su aventura, a Hermione si le salió a la primera y Harry por más que intentaba hacerlo no podía hacerlo, y es que pensaba en los objetos perdidos, tomados por el ojo de tigre habían sido entregados y tenía pavor preguntar si fue Universe.

Si era Universe era claro que “el Slytherin” quién le gustaba a Harry eran la misma persona, para él no tenía sentido eso, Universe era un idiota, se burlaba de los chistes de Draco Malfoy, le veía con petulancia cuando iba acompañado de dos Slytherin los cuales ellos se aprovechaban de él y lo que es peor, no dudaba en hablarle a Snape sobre las sospechas de alguna travesura o mentir sobre algo que no hizo, en cambio “el Slytherin” ayudó a Sirius Black y a su hermano a huir, él habló a Dumbledore sobre la situación en la casa de los gritos, encaró al ministro, le ayudó a liberar a Buckbeak, destruyó el monstruo bebé “ojo de tigre” y estaba en la búsqueda de la perla, fue increíblemente amable con ellos tres y sobre todo “el Slytherin” tenía personalidad, una personalidad como la de un mini rey, bastante elegante a pesar de burlarse de Snape el cual le hacía ver al viejo profesor en elegante y hermoso, en serio que veía a Snape mucho más hermoso si tuviera la misma personalidad de ese Slytherin.

Animado por curiosidad pero ansioso y temeroso preguntaría sobre quien había traído tales objetos.

—Fue Malfoy.—dijo Minerva McGonagall.—Fue increíblemente amable. Cosa rara en él.

La cabeza de Harry se pegó contra la mesa, el misterio aún estaba allí.

—¿Malfoy?—dijo Hermione sorprendida.

—Fue “el Slytherin”, él que nos ayudó.—dijo Harry.

—¡Oh!  Yo creía que era de séptimo…

—Cabe la posibilidad que sea de cuarto.—dijo muy desanimado.—Que sea el mismo Universe…

Los dos habían reído, nadie creía que fuera él pero parecía una posibilidad extraña.

—Todos sabemos que es un inútil…

—¿Un inútil, eh?—dijo Harry enfadado.—¿Un inútil que visita la biblioteca seguido a leer, a prácticar hechizos?

—Podría ser “el Slytherin”.—dijo Ron.—Disfrazado de él, no sería difícil, buscaría la talla del enano de Universe.

Tanto Hermione como Harry negaron con la cabeza no era posible, “el Universe de la biblioteca” era molestado por otros Slytherin, era convertido en un niño débil, pero ahora que lo pensaba, él era un genio en encantamientos, la única que se le daba bien y Flitwick le tenía estima, incluso en Transformaciones podría ser alguien hábil, la bolsa con el encantamiento de extensión no era nada para él. Miró a Hermione quién estaba con el entrecejo fruncido.

—Yo creo que...—murmuró Hermione.  

No dijo nada, no podría acabar su frase, Harry alzó los brazos demostrando su lógica, odiaba a Ernie aunque no debería, de no ser que abandonó el mapa del merodeador, sabría la verdad, nadie podría confundir al mapa del merodeador aunque sea debajo de una capa invisible, animagos, metaformagos o personas que usaron poción multijugos. Sirius Universe podría ser el mejor actor del mundo si era así.

La profesora McGonagall les pidió, practicar más y les encargó más redacciones, después de las clases, Harry se quedó en su pupitre.

—¿Qué sucede, Potter?

—Quería preguntarle profesora.—Harry estaba nervioso.—Sobre Universe.

—¿Universe? ¿Qué tiene Universe?

No sabía cómo empezar con preguntarle sobre él, se suponía que era un niño débil, alguien que no valía la pena.  Él le miró con vergüenza.

—¿Cómo es en clase?—dijo con un tono agresivo pero cambió su tono.—Digo… el profesor Flitwick no se queja de su desempeño, supongo que Universe es igual en otras clases.

—Es empeñoso.—dijo McGonagall con la ceja alzada.—¿Acaso le dijo algo él?

—No. Sólo que últimamente actúa raro…

—Ya que lo menciona, señor Potter.—dijo ella mirándolo debajo de sus lentes cuadrados.—Desde el tercer grado va mucho al baño.

¿Podría estar tramando? ¿Es que preparaba algo en contra de la escuela? ¿O tenía que ver con el ojo de tigre desde un principio?

—Vomita mucho.       

—¿Qué?

—Empiezo a creer que tiene problemas sobre su peso.—dijo ella sacando un folleto sobre trastornos alimenticios.—Y últimamente se le ve más débil, menos atento, duerme más y son pesadillas y tiene graves dolores de cabeza.

—¿Está enfermo?

—Lo está, a veces acaba con desmayarse en las clases.

—Yo no lo sabía eso.

Pero cuando atacaron al ojo de tigre, “el Slytherin” era despierto, atento y no parecía querer vomitar, entonces una nueva luz se abría ante él, Sirius Universe no podría ser él, simplemente era algo irreal, la próxima vez llevaría el mapa del merodeador. Eso había levantado el ánimo.

—No es algo de que alegrarse, señor Potter. Eso es grave.

—Lo siento profesora.

Ella le miró ceñuda pero Harry fue con sus amigos, a esperar otra oportunidad.    

 

Llegó el jueves, la clase prometida con el profesor Moody, todos esperaban con ansias la clase del viejo auror, para rematar, había Slytherins que estaban allí con ellos. Neville miró a Universe que estaba con un ojo morado.

—¿Quién te hizo eso, Universe?—dijo Neville mojándose los labios.

—¡Creo que no te importa!—gruñó Universe al tocarse el ojo.—¿Por qué no vas y te ocupas de tus asuntos?

Los dos amigos de Slytherin de Universe se rieron por lo bajo pero Universe parecía triste, Harry no entendía porque estaba con ellos, ellos eran malvados podría tener mejores amistades.

—¡Deja de reírte Rosier!—se molestó Universe.—¡No fue gracioso!

Los dos estaban riéndose por lo bajo, Universe parecía explotar pero luego se calmó al extremo de parecer otro.

—Intenté ser amable.—dijo Universe con un tono más serio a pesar de las risas.—Intenté hacerles cambiar pero no, están podridos por dentro, no importa lo que intente.

—¡Vamos Universe, era divertido!

—NO FUE divertido.—dijo una voz detrás de él.

El profesor Moody se apareció de la nada y les miró como si fuesen asquerosos, el grupo completo de Slytherin estaban viendo al profesor Moody como si le temieran, el alzó su varita para conjurar un hechizo.

La puerta del aula la cual se abrieron varias cerraduras,  Universe se apartó de ellos como si fuesen la plaga.

—Entren.

Los Gryffindor entraron primero, luego los Slytherin varios de ellos temerosos, Universe en cambio parecía molesto y entró solo sin compañía de Rosier y Selwin, parecía tan molesto y triste al mismo tiempo. Una chica de cabello negro estaba asustada con Moody, parecían ser que serían castigados por Moody.

El bastón grueso del profesor resonaba directamente hasta donde estaba el escritorio del profesor, los alumnos empezaron a sacar sus libros de: Las fuerzas oscuras, una guía para la autoprotección.

—Guarden los libros.—gruñó Moody.—No los necesitan.

Los demás metieron sus libros, Moody se quedó viendo a todos los temerosos Slytherin que estaban en la parte de atrás, intentando evitar un castigo de Moody, Harry creyó que los convertiría en hurones como sucedió días atrás con Malfoy obligándolo a saltar, esa anécdota le hacia reír a Ron.  Luego nombró lista, a todos y cada uno de los alumnos en orden alfabetico, con el ojo mágico se grababa la cara de cada uno de los niños. Harry miró hacia atrás donde Universe se tocaba la cara en el moretón.

—Bien.—dijo Moody.— He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que ya son bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Estudiaron los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo, ¿no es eso?

Hubo quien asintió con la cabeza.

—Pero están muy atrasados en lo que se refiere a magos oscuros, tal y como la inmensa mayoría que tienen atrás.

Los Gryffindor se voltearon para ver a los Slytherin que estaban sentados detrás de ellos.

—Como petición mía, la clase de Slytherin estará estudiando con nosotros este año.—dijo Moody.—No debería hacerlo, es… ¿Cómo dijiste que se decía señorita  Gagnon?

—Anti pedagógico.—dijo ella con molestia.

—Así, es. Pero tengo curiosidad como se enfrentan a la mayoría de los más adiestrados magos tenebrosos que hay aquí… ¿Si?

Le miró alzar la regordeta mano concentrado en Moody. Universe se quedó viéndolo nervioso.

—¿Y los que no sabemos nada de artes oscuras, podemos irnos?

—No.

El profesor Moody, caminó haciendo ruido con su pierna de palo al caminar, Ron y Harry estaba emocionado con que las clases se iniciarán.

—Se van a dividir en dos grupos. De los A a la M es el grupo 1, de los del N a la Z serán el grupo dos. La profesora McGonagall me hizo el favor de cambiar el horario solo para los de 4 y 5 de Slytherin y Gryffindor respectivamente. Ella les indicará cuando serán sus clases y creo que es a partir de mañana.  En fin, empecemos. Maldiciones. Varían mucho en forma y en gravedad. Según el Ministerio de Magia, yo debería enseñarles las contra maldiciones y dejarlo en eso. No tendrán que aprender cómo son las maldiciones prohibidas hasta que estén en sexto. Se supone que hasta entonces no serán lo bastante mayores para tratar el tema. Pero el profesor Dumbledore tiene mejor opinión de vosotros y piensa que podrán resistirlo, y yo creo que, cuanto antes sepan a qué se enfrentarán, mejor. ¿Cómo pueden  defenderse de algo que no han visto nunca? Un mago que esté a punto de echarles una maldición prohibida no va a avisar antes. No es probable que se comporte de forma caballerosa. Tienen que estar preparados. Tienes que estar alerta y vigilantes. Y señorita Parkinson, debería guardar eso mientras yo hablo.

Los Gryffindor se dieron la vuelta para verla, la humillación debió dolerle, en las clases de pociones, Snape lo dejaba pasar y en cuidado de criaturas mágicas, a Hagrid le humillaba hasta donde podía pero dudaba que fuera a suceder lo mismo con Moody quien la veía con su ojo mágico.

—¿Así que… quién conoce las maldiciones más castigadas por la ley mágica?

Vio varias manos alzadas, incluso la de Universe y la de Ron. Moody apuntó con el ojo a Parkinson pero apuntó a Ron para contestar.

—¿Eh…?—dijo confundido.—Mi padre me ha hablado de una. La maldición imperius. O algo parecido.

—¿Eres el hijo menor de Arthur, no?

Él afirmó con la cabeza.

—Si.—dijo con una sonrisa.—Tu padre me hizo un gran favor hace poco. La maldición imperius le provocó al ministerio de magia muchos problemas, como bien sabe Arthur...

El profesor Moody se acercó hasta donde estaba la mesa,  y sacó un frasco con tres arañas negras en tres tarros iguales, Ron el cual tenía aracnofobia se hizo un poco para atrás.   

Moody sacó una araña con mano desnuda, cogió una de las arañas y se la puso sobre la palma para que todos la pudieran ver. Luego apuntó hacia ella la varita mágica y murmuró entre dientes.

—¡Imperio!

La araña se descolgó de la mano de Moody por un fino y sedoso hilo, y empezó a balancearse de atrás adelante como si estuviera en un trapecio; luego estiró las patas hasta ponerlas rectas y rígidas. Moody volvió a apuntarle con la varita, y la araña se levantó sobre dos de las patas traseras y se puso a bailar lo que sin lugar a duda era claqué.

Todos se reían. Todos menos Moody.

—Les parece divertido, ¿verdad? –gruñó.—¿Les gustaría que se lo hicieran a ustedes?

La risa dio fin casi al instante.

—Esto supone el control total. —dijo Moody en voz baja, mientras la araña se hacía una bola y empezaba a rodar. —Yo podría hacerla saltar por la ventana, ahogarse, colarse por la garganta de cualquiera de ustedes.

Eso hizo que Ron se extremeciera. 

—Hace años, muchos magos y brujas fueron controlados por medio de la maldición imperius.— explicó Moody, y Harry comprendió que se refería a los tiempos en que Voldemort había sido todopoderoso.  —Le dio bastante que hacer al Ministerio, que tenía que averiguar quién actuaba por voluntad propia y quién, obligado por la maldición. ¿Verdad, Malfoy?

De nuevo los Gryffindor se dieron la vuelta donde estaba Malfoy el cual estaba lo suficientemente asustado para decir algo. 

»Podemos combatir la maldición imperius, y yo les enseñaré cómo, pero se necesita mucha fuerza de carácter, y no todo el mundo la tiene. Lo mejor, si se puede, es evitar caer víctima de ella. ¡ALERTA PERMANENTE! —bramó, y todos se sobresaltaron. Moody cogió la araña trapecista y la volvió a meter en el tarro.

—¿Alguien conoce alguna más? ¿Otra maldición prohibida?

Hermione y Universe levantaron la mano, para sorpresa para Harry, lo hizo Neville. La única clase en la que alguna vez Neville levantaba la mano era Herbología, su favorita.

—¿Sí? —dijo Moody, girando su ojo mágico para dirigirlo a Neville.

—Hay una... la maldición cruciatus. —dijo éste con voz muy leve pero clara.

—¿Tú te llamas Longbottom? —preguntó, bajando rápidamente el ojo mágico para consultar la lista.

Neville asintió nerviosamente con la cabeza. Moody alcanzó el tarro para coger la siguiente araña y ponerla sobre la mesa, donde permaneció quieta, aparentemente demasiado asustada para moverse.

—La maldición cruciatus precisa una araña un poco más grande para que puedan apreciarla bien —explicó Moody, que apuntó con la varita mágica a la araña y dijo.  —¡Engorgio!

La araña creció hasta hacerse más grande que una tarántula. Abandonando todo disimulo, Ron apartó su silla para atrás, lo más lejos posible de la mesa del profesor. Moody levantó otra vez la varita, señaló de nuevo a la araña y murmuró.

—¡Crucio! De repente, la araña encogió las patas sobre el cuerpo. Rodó y se retorció cuanto pudo, balanceándose de un lado a otro. No profirió ningún sonido, pero era evidente que, de haber podido hacerlo, habría gritado. Moody no apartó la varita, y la araña comenzó a estremecerse y a sacudirse más violentamente.

—¡Pare! —dijo Hermione con voz estridente.

Harry la miró. Ella no se fijaba en la araña sino en Neville, y Harry, siguiendo la dirección de los ojos de su amiga, vio que las manos de Neville se aferraban al pupitre. Tenía los nudillos blancos y los ojos desorbitados de horror.

Moody levantó la varita. La araña relajó las patas pero siguió retorciéndose.

Reducio —murmuró Moody, y la araña se encogió hasta recuperar su tamaño habitual.

Volvió a meterla en el tarro.

– Dolor. —dijo con voz suave. —No se necesitan cuchillos ni carbones encendidos para torturar a alguien si uno sabe llevar a cabo la maldición cruciatus... También esta maldición fue muy popular en otro tiempo. Bueno, ¿alguien conoce alguna otra?

Harry miró a su alrededor. A juzgar por la expresión de sus compañeros, parecía que todos se preguntaban qué le iba a suceder a la última araña. La mano de Hermione tembló  pero la de Universe se levantó firmemente y parecía enfadado por alguna razón.

—¿Sí? —dijo Moody, mirándolo.

Avada Kedavra. –dijo firmemente.—La asesina.

Las miradas tensas de los demás le llamaban la atención a Harry.

—Así es.  Y la peor.

Metió la mano en el tarro de cristal, y, como si supiera lo que le esperaba, la tercera araña echó a correr despavorida por el fondo del tarro, tratando de escapar a los dedos de Moody, pero él la atrapó y la puso sobre la mesa. La araña correteó por la superficie. Moody levantó la varita, y, previendo lo que iba a ocurrir, Harry sintió un repentino estremecimiento.

—¡Avada Kedavra! —gritó Moody. Hubo un cegador destello de luz verde y un ruido como de torrente, como si algo vasto e invisible planeara por el aire.

Al instante la araña se desplomó patas arriba, sin ninguna herida, pero indudablemente muerta. Algunas de las alumnas profirieron gritos ahogados. Ron se había echado para atrás y casi se cae del asiento cuando la araña rodó hacia él. Moody barrió con una mano la araña muerta y la dejó caer al suelo.

—No es agradable. —dijo con calma. —Ni placentero. Y no hay contra maldición. No hay manera de interceptaría. Sólo se sabe de una persona que haya sobrevivido a esta maldición, y está sentada delante de mí.

De manera que así habían muerto sus padres,  exactamente igual que esa araña. ¿También habían resultado sus cuerpos intactos, sin herida ni marca visible alguna? ¿Habían visto el resplandor de luz verde y oído el torrente de muerte acercándose velozmente, antes de que la vida les fuera arrancada?

Harry se había imaginado la muerte de sus padres una y otra vez durante los últimos tres años, desde que se había enterado de que los habían asesinado, desde que había averiguado lo sucedido aquella noche: que Colagusano los había traicionado revelando su paradero a Voldemort, el cual los había ido a buscar a la casa de campo; que Voldemort había matado en primer lugar a su padre; que James Potter había intentado enfrentarse a él, mientras le gritaba a su mujer que cogiera a Harry y echara a correr y que Voldemort había ido luego hacia Lily Potter y le había ordenado hacerse a un lado para matar a Harry; que ella le había rogado que la matara a ella y no al niño, y se había negado a dejar de servir de escudo a su hijo y que de aquella manera Voldemort la había matado a ella también, antes de dirigir la varita contra Harry

Harry estaba al tanto de aquellos detalles porque había oído las voces de sus padres al enfrentarse con los dementores el curso anterior. Porque ésa era la terrible arma de los dementores: obligar a su víctima a revivir los peores recuerdos de su vida, y ahogarla, impotente, en su propia desesperación.

Avada Kedavra es una maldición que sólo puede llevar a cabo un mago muy poderoso. Podrian  sacar las varitas mágicas todos juntos y apuntarme con ellas y decir las palabras, y dudo que siquiera consiguieran  hacerme sangrar la nariz. Pero eso no importa, porque no les voy a enseñar a llevar a cabo esa maldición.

»Ahora bien, si no existe una contra maldición para Avada Kedavra, ¿por qué se la he mostrado? Pues porque tienen que saber. Tienen que conocer lo peor. Ninguno de ustedes querrá hallarse en una situación en que tenga que enfrentarse a ella. ¡ALERTA PERMANENTE! —bramó, y toda la clase volvió a sobresaltarse.

»Veamos... esas tres maldiciones, Avada Kedavra, cruciatus e imperius, son conocidas como las maldiciones imperdonables. El uso de cualquiera de ellas contra un ser humano está castigado con cadena perpetua en Azkaban.

—Quiero prevenirlos, quiero enseñarles a combatirlas. Tienen que prepararse contra ellas; pero, por encima de todo, deben practicar la alerta permanente e incesante. Saquen las plumas y copien lo siguiente…. —Hay otra cosita…—dijo Moody mirando a los Slytherin.—No es una maldición prohibida pero está regulado por el ministerio de magia y es la legemerancia.

Los Gryffindor se quedaron viendo a los Slytherin.

—La legemerancia es una de las ramas oscuras más valoradas en un mago oscuro, de hecho, un legemerante podría controlar la mente a cualquiera sin necesidad de lanzar la maldición imperius. Uno de ustedes es un experto legemerante y les aseguro que no hay nada en esta mente que quieran obtener.

Todos se miraron entre si, Universe tenia los dos ojos volteando a los demás como si fuese imposible que hubiera alguien que pudiera penetrar su mente.

—Le legemerancia es la técnica de penetrar las mentes, explorar lo que hay en ellas y utilizar esa información para propio beneficio.—luego habló con una voz más fuerte.— No se quien de ustedes es el legemerante pero no voy a permitir de nuevo una intromisión así. ¿Quedó claro?

Hubo un murmullo de aprobación entre los mismos Slytherin.

—Ahora sí, copien lo siguiente.

Se pasaron lo que quedaba de clase tomando apuntes sobre cada una de las maldiciones imperdonables. Nadie habló hasta que sonó la campana; pero, cuando Moody dio por terminada la lección y ellos hubieron salido del aula, todos empezaron a hablar inconteniblemente. La mayoría comentaba cosas sobre las maldiciones en un tono de respeto y temor.

—¡Estupido Moody!—gritó Malfoy.—¿Quién se cree que es para cambiarnos con los Gryffindor?

—Un profesor.—dijo Universe.—Poderoso auror, poderoso aliado de Dumbledore, el temor de mortífagos, uno de los más poderosos tenientes de la orden del fénix, el más respetado profesor de la academia de aurores y el que metió de nalgas a docenas de mortífagos a Azkaban.

—Si pero…

El chico de Slytherin le miró con enfado y salió del grupo de Slytherin para dirigirse a Neville el cual se hallaba de pie, solo en mitad del pasillo, dirigiendo al muro de piedra que tenía delante la misma mirada horrorizada con que había seguido a Moody durante la demostración de la maldición cruciatus. Harry se acercó a Neville.

—¿Estás bien?

—Y—yo…

Universe le puso la mano en la espalda, lo que hizo que reaccionara, Neville estaba bastante confundido al principio, pero luego empezó a llorar, Universe también soltó unas lágrimas de tristeza, parecía que a Neville le afectó demasiado, Universe no parecía burlarse en ese instante a pesar de juntarse con Rosier y Malfoy, parecía querer darle un masaje por toda la espalda si eso ayudaría un poco. Cuando Harry, Ron y Hermione se acercaron, Harry sintió algo extraño, un sentimiento de bienestar.

Harry pensaba en su madre y su padre al enterarse como habían muerto, imaginándolo todo pero en ese momento parecía que ambos estaban allí. Era como el patronus que Harry conjuró cuando salvó a Sirius y Regulus, sólo que mejor. Neville lloraba a viva voz. Oyeron un retumbar sordo y seco, y al volverse vieron que el profesor Moody avanzaba hacia allí cojeando. Los tres se quedaron en silencio, mientras que Universe y Neville hablaban, diciéndole palabras de ánimo. Moody habló con un gruñido mucho más suave que el que le habían oído hasta aquel momento.  

—No te preocupes, hijo. —le dijo a Neville. —¿Por qué no me acompañas a mi despacho? Ven... tomaremos una taza de té.

Neville pareció aterrorizarse aún más ante la perspectiva de tomarse un té con Moody. Ni se movió ni habló. Moody dirigió hacia Harry su ojo mágico.

— Tú estás bien, ¿no, Potter?

— Sí. —contestó Harry en tono casi desafiante. El ojo azul de Moody vibró levemente en su cuenca al escudriñar a Harry.

—Tienen que saber. Puede parecer duro, pero tienen que saber. No sirve de nada hacer como que... bueno... Vamos, Longbottom, tengo algunos libros que podrían interesarte.

Neville miró a sus amigos y a Universe de forma implorante, pero él le hizo un gesto de aprobación para ir con él, así que no tuvo más remedio que dejarse arrastrar por Moody, que le había puesto en el hombro una de sus nudosas manos.

—Pero ¿Qué pasaba? —preguntó Ron observando a Neville y Moody doblar la esquina.

— No lo sé. —repuso Hermione, pensativa.—Pero que bueno que Universe le ayudó.

—Si bien por Universe.—dijo la chica de cabello negro.—Que cambio de amistades.

—¿Qué haces aquí?

Una chica de cabello negro se paró donde estaban los tres. Ella le miró ceñuda a Moody.

—Nada.—dijo ella molesta.—Solo quiero cerciorarme de algo. ¿Han sufrido alguna de las maldiciones que dice Moody?

—No.—dijo Ron.—Yo no las conocía del todo.

—Pues Universe sí y no le caído en gracia.—dijo Gagnon.—Solo quiero pasar el dato: Cuidado con Rosier, Malfoy y Selwin. Lo haría por medio de legemerencia pero parece que Moody me captó antes que se los dijera a todos.

—¿Eres la legemerante?

—Si pero yo nunca intenté penetrarle a él, más bien al resto. Era todo lo quería decir: Cuidado con Rosier, Malfoy y Selwin. Han empezado a usar las maldiciones imperius y cruciatus como una alternativa a la diversión.

—Pero…

—Cuidado con lo vas a decir.—dijo ella molesta.—Longbottom fue victima de ella, al parecer, y cuídense entre sí.

Dicho eso, ella salió perdiéndose entre los Slytherin que iban a la sala común.


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